Cada vez somos más los que creemos que otro mundo es posible ! Las formas de comunicación son importantes en estos aciagos tiempos. Hagamos del ingenio y de la inteligencia un instrumento de lucha para construir un mundo nuevo.
Saturday, September 30, 2006
TELEVISA NO INFORMA...DEFORMA
Erika Duarte La Jornada
Niños y adultos llaman a boicotear a esa empresa porque "no sirve a la sociedad"
Entierran a Televisa, inconformes con su manejo informativo
Es medio de manipulación, no de información, señalan simpatizantes de AMLO
Al grito de "¡expropiación!, decenas de personas protestaron afuera de las instalaciones de Televisa Chapultepec por el manejo informativo que esa empresa realiza sobre el movimiento de resistencia civil pacífica, que desconoce a Felipe Calderón como presidente electo.
Desde las cinco de la tarde, manifestantes de todas las edades, en su mayoría miembros del Comité Ciudadano de Coyoacán, se apostaron en la entrada del consorcio, sobre avenida Chapultepec, para formar ahí el "cementerio de la televisión".
Con veladoras, tierra y aparatos viejos e inservibles, los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador formaron un panteón, donde colocaron consignas en apoyo al boicoteo contra Televisa, en repudio al fraude electoral y del "contubernio" de esa televisora con los grupos del poder.
Con la leyenda "la televisión ha muerto. Larga vida al pueblo y a la verdad", inscrita sobre plástico negro extendido en el piso, los activistas afirmaron que "como está en estos momentos, la televisión no sirve a la sociedad, porque no funciona como medio de información, sino de manipulación".
La joven Linda Arciniega deploró la "manera facciosa en que han actuado la mayoría de los medios, y en particular la televisión, apoyando a un grupo de poder. Con sus mentiras están contribuyendo a la descomposición social".
A la protesta se sumaron transeúntes y pronto quedaron ocupados dos carriles de avenida Chapultepec; sin embargo, en la hora y 20 minutos que duró la protesta nunca se bloqueó la vialidad, pues los manifestantes se replegaron a la acera y al camellón, a fin de no obstaculizar la circulación y permitir a los automovilistas observar el cementerio.
Algunos conductores se sumaron a la protesta, formando a su paso la V de la victoria o tocando el claxon de su vehículo.
Zoila Hernández, de 59 años, quien acudió desde la colonia Nueva Tenochtitlán, en la delegación Gustavo A. Madero, afirmó que "la televisión cada vez nos daña más. Los niños que pasan horas frente al aparato están más groseros, desobedientes y flojos, y es que lo único que pueden ver es sangre y violencia, en lugar de programas educativos; por eso, debemos apagar la televisión".
"Despacio, sin prisa, Televisa te idiotiza", era otra de las consignas que se entonaban, e incluso una niña gritó: "¡No más Chavo del 8!, propuesta que fue respaldada por la multitud.
"No más aportaciones al Teletón, al redondeo, al kilo de ayuda, ni a las supuestas becas, que no son para nuestros hijos ni para nuestros jóvenes", expresaban madres de familia.
El enojo también alcanzó a Cuauhtémoc Cárdenas, quien un día antes estuvo en la televisora. "¡Vendido!" "Traidor", gritaban.
A las 18:20 horas los manifestantes anunciaron que daban por concluida la movilización y anunciaron que realizarán otras contra Televisa y Televisión Azteca. Antes de retirarse brindaron un saludo a los elementos de la policía capitalina que resguardaban las instalaciones de la empresa. "Los uniformados también son explotados", corearon, lo que provocó sonrisas en los destinatarios.
Por último se entonó el himno nacional y se gritaron vivas a México y a López Obrador.
Niños y adultos llaman a boicotear a esa empresa porque "no sirve a la sociedad"
Entierran a Televisa, inconformes con su manejo informativo
Es medio de manipulación, no de información, señalan simpatizantes de AMLO
Al grito de "¡expropiación!, decenas de personas protestaron afuera de las instalaciones de Televisa Chapultepec por el manejo informativo que esa empresa realiza sobre el movimiento de resistencia civil pacífica, que desconoce a Felipe Calderón como presidente electo.
Desde las cinco de la tarde, manifestantes de todas las edades, en su mayoría miembros del Comité Ciudadano de Coyoacán, se apostaron en la entrada del consorcio, sobre avenida Chapultepec, para formar ahí el "cementerio de la televisión".
Con veladoras, tierra y aparatos viejos e inservibles, los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador formaron un panteón, donde colocaron consignas en apoyo al boicoteo contra Televisa, en repudio al fraude electoral y del "contubernio" de esa televisora con los grupos del poder.
Con la leyenda "la televisión ha muerto. Larga vida al pueblo y a la verdad", inscrita sobre plástico negro extendido en el piso, los activistas afirmaron que "como está en estos momentos, la televisión no sirve a la sociedad, porque no funciona como medio de información, sino de manipulación".
La joven Linda Arciniega deploró la "manera facciosa en que han actuado la mayoría de los medios, y en particular la televisión, apoyando a un grupo de poder. Con sus mentiras están contribuyendo a la descomposición social".
A la protesta se sumaron transeúntes y pronto quedaron ocupados dos carriles de avenida Chapultepec; sin embargo, en la hora y 20 minutos que duró la protesta nunca se bloqueó la vialidad, pues los manifestantes se replegaron a la acera y al camellón, a fin de no obstaculizar la circulación y permitir a los automovilistas observar el cementerio.
Algunos conductores se sumaron a la protesta, formando a su paso la V de la victoria o tocando el claxon de su vehículo.
Zoila Hernández, de 59 años, quien acudió desde la colonia Nueva Tenochtitlán, en la delegación Gustavo A. Madero, afirmó que "la televisión cada vez nos daña más. Los niños que pasan horas frente al aparato están más groseros, desobedientes y flojos, y es que lo único que pueden ver es sangre y violencia, en lugar de programas educativos; por eso, debemos apagar la televisión".
"Despacio, sin prisa, Televisa te idiotiza", era otra de las consignas que se entonaban, e incluso una niña gritó: "¡No más Chavo del 8!, propuesta que fue respaldada por la multitud.
"No más aportaciones al Teletón, al redondeo, al kilo de ayuda, ni a las supuestas becas, que no son para nuestros hijos ni para nuestros jóvenes", expresaban madres de familia.
El enojo también alcanzó a Cuauhtémoc Cárdenas, quien un día antes estuvo en la televisora. "¡Vendido!" "Traidor", gritaban.
A las 18:20 horas los manifestantes anunciaron que daban por concluida la movilización y anunciaron que realizarán otras contra Televisa y Televisión Azteca. Antes de retirarse brindaron un saludo a los elementos de la policía capitalina que resguardaban las instalaciones de la empresa. "Los uniformados también son explotados", corearon, lo que provocó sonrisas en los destinatarios.
Por último se entonó el himno nacional y se gritaron vivas a México y a López Obrador.
Friday, September 29, 2006
El Pueblo También Opina !
Comentarios de Leticia Burgos
Leticia Burgos en el escenario del debate colectivizado, es decir, de todos:
Les agradezco el envío de documentos de la coyuntura, en el caso del documento . de Carlos Fazio, me gustaría que socializaran mis comentarios tanto a él como a todos los demás compañeros de la cívica:
Carlos,
1. Estando de acuerdo con los tres aspectos de análisis de la coyuntura que expones en el documento, me parece que resulta en exceso idealista que las propuestas que planteas se puedan llevar a cabo, sí precisamente se ha carecido de una autocrítica, ni siquiera se le quiere entrar al balance del proceso electoral, que nos puede permitir remontar errores, superar debilidades y potenciar fortalezas del movimiento. Sobre las estructuras burocráticas de la campaña de AMLO y de las de los Partidos es casi imposible penetrar, sino existe un espacio de balance autocrítico que permita hacer consciente, nuevas
formas de hacer política, que podrían inclusive no ser muy nuevas, pero si reivindicativas de la participación informada y consciente de la ciudadanía en el proceso de resistencia que anunciamos como nueva alborada.
2. No podemos obviar en el análisis el fenómeno Cárdenas en el movimiento democrático y progresistas, que de seguro muchos estarán en gran parte coicidiendo con él, tal vez no en todo pero en lo medular sí, no crees que estará influyendo también en el curso que tome el mov. de resistencia, porque como tu bien lo señalas, el movimiento de resistencia expresado bajo el liderazgo diríamos de AMLO, es una síntesis y auge de décadas de lucha.
3. La conformación del Frente, adolece de una visión horizontal y ciudadanizada, y lo más seguro es que arrastrará con todos los sectarismos y el cotismo que cada partido recrea.
4. la visión triunfalista -más curules, la gubernatura de Chiapas, probablemente la de Tabasco- aliente el desdén deliberado para obviar balances y recurdecer la crisis burocrática que padece por lo menos tenemos claro en el PRD, de seguro también se viv en los otros dos coaligados en el Frente, por nuestra experiencia en Sonora, es muy similar.
Aquí le paro Carlos, me gustaría entablar más bien un diálogo. Así me resulta más saboroso deliberar en la Cívica....
saludos y nuestro aprecio de siempre
Leticia Burgos
correocivico@gmail.com
Les agradezco el envío de documentos de la coyuntura, en el caso del documento . de Carlos Fazio, me gustaría que socializaran mis comentarios tanto a él como a todos los demás compañeros de la cívica:
Carlos,
1. Estando de acuerdo con los tres aspectos de análisis de la coyuntura que expones en el documento, me parece que resulta en exceso idealista que las propuestas que planteas se puedan llevar a cabo, sí precisamente se ha carecido de una autocrítica, ni siquiera se le quiere entrar al balance del proceso electoral, que nos puede permitir remontar errores, superar debilidades y potenciar fortalezas del movimiento. Sobre las estructuras burocráticas de la campaña de AMLO y de las de los Partidos es casi imposible penetrar, sino existe un espacio de balance autocrítico que permita hacer consciente, nuevas
formas de hacer política, que podrían inclusive no ser muy nuevas, pero si reivindicativas de la participación informada y consciente de la ciudadanía en el proceso de resistencia que anunciamos como nueva alborada.
2. No podemos obviar en el análisis el fenómeno Cárdenas en el movimiento democrático y progresistas, que de seguro muchos estarán en gran parte coicidiendo con él, tal vez no en todo pero en lo medular sí, no crees que estará influyendo también en el curso que tome el mov. de resistencia, porque como tu bien lo señalas, el movimiento de resistencia expresado bajo el liderazgo diríamos de AMLO, es una síntesis y auge de décadas de lucha.
3. La conformación del Frente, adolece de una visión horizontal y ciudadanizada, y lo más seguro es que arrastrará con todos los sectarismos y el cotismo que cada partido recrea.
4. la visión triunfalista -más curules, la gubernatura de Chiapas, probablemente la de Tabasco- aliente el desdén deliberado para obviar balances y recurdecer la crisis burocrática que padece por lo menos tenemos claro en el PRD, de seguro también se viv en los otros dos coaligados en el Frente, por nuestra experiencia en Sonora, es muy similar.
Aquí le paro Carlos, me gustaría entablar más bien un diálogo. Así me resulta más saboroso deliberar en la Cívica....
saludos y nuestro aprecio de siempre
Leticia Burgos
correocivico@gmail.com
Carlos Fazio y Leticia Burgos en un Debate con Sabor a Diálogo...
APUNTES SOBRE EL DOBLE PODER DE UNA REPUBLICA PUTOCRATICA
Carlos Fazio
UNO. En el marco de una sucesión de grandes movilizaciones de masas integradas mayoritariamente por pueblo pobre, y tras la realización de la Convención Nacional Democrática y la constitución de un Frente Amplio Progresista −instancias todas que cuentan con el liderazgo indiscutido de Andrés Manuel López Obrador−, va conformándose en México un nuevo bloque histórico, que en la nueva fase de luchas polÃticas y sociales abierta tras el fraude electoral del pasado 2 de julio, se perfila para disputar la hegemonÃa y un nuevo proyecto de nación a la alianza dominante.
En el periodo comprendido entre finales de 2003 y los comicios presidenciales de este año, se trató, en rigor, de la disputa entre dos bloques con proyectos de nación no del todo antagónicos. Por un lado, el proyecto de una patria financiera conducido por una plutocracia apátrida y parasitaria, que cuenta con administradores gubernamentales y una clase polÃtica dóciles y medios masivos de propaganda. Bloque de poder legitimado por la jerarquÃa conservadora de la Iglesia católica mexicana y en alianza subordinada con cÃrculos del poder imperial en Washington. Por otro, un proyecto de cambio reformista, de corte nacionalista moderado, con acento en lo social y de intención redistributiva, encarnado por López Obrador en el marco de una alianza electoral pluriclasista −no exenta de contradicciones−, que nucleó a tres agrupaciones polÃticas progresistas con representación parlamentaria (Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo y Convergencia), a ciudadanos sin partido, integrantes de sindicatos, organizaciones campesinas, indÃgenas, grupos populares, sectoriales y barriales, creadores y difusores de la cultura y juventud estudiantil que vieron la posibilidad de acceder al gobierno por las vÃas legales, democráticas y pacÃficas.
Sin embargo, tras la sostenida ofensiva de la alianza del gran capital, el foxismo y la tecnocracia priÃsta, que en la fase poselectoral intenta imponer por la fuerza a Felipe Calderón con la intención de garantizar la implementación de la segunda generación de contrarreformas neoliberales afines al Consenso de Washington (en particular la privatización de los hidrocarburos, la industria eléctrica y el agua, y la contrarreforma fiscal), en el marco de una aguda polarización clasista, sin coyunturas electorales a la vista y de la mano de una movilización popular en ascenso de signo radical y anticapitalista que podrÃa inducir al bloque dominante a utilizar el recurso desesperado de la fuerza, dicha confrontación entre bloques podrÃa adquirir, a corto o mediano plazo, carácter antagónico.
Tras el nuevo fraude de Estado quedó al desnudo un orden jurÃdico-electoral ramplón, de opereta, más propio de una república bananera que de un paÃs que cuenta en su haber con uno de los grandes procesos revolucionarios del siglo XX. A su vez, el intento por imponer a la brava al representante de los poderes fácticos, la derecha vernácula y el imperialismo estadunidense, agudizó la auto-deslegitimación del sistema presidencialista mexicano con sus caducas instituciones clasistas.
DOS. En medio de una profunda crisis estructural que abarca a las instituciones, al sistema polÃtico mexicano y al actual modelo de dominación, el paÃs parece aproximarse a un punto de quiebre histórico. México está hoy dividido y polarizado. La opinión pública está enterada de todas las circunstancias que rodearon el proceso electoral en sus tres fases: las campañas polÃticas de los candidatos, el dÃa de los comicios y la etapa poselectoral. A la abierta intervención del presidente de la República a favor del candidato de la derecha, se sumaron la campaña de terror y guerra psicológica desatada sobre la población por los medios masivos de comunicación bajo control monopólico y oligopólico, en lo que se inscribe no sólo la guerra sucia mediática instrumentada a través de spots publicitarios mediante mensajes de miedo y de odio clasistas, sino también la instrumentación, con los mismos fines, de acciones de tipo contrainsurgente violentas en la siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas, San Salvador Atenco y Oaxaca. Como quedó demostrado, el propio acto eleccionario del 2 de julio abundó en graves irregularidades. Con posterioridad, la irresponsable actuación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al convalidar el fraude; la actitud de Calderón al dividir a los mexicanos en "pacÃficos" y "violentos", con el visto bueno de los poderes fácticos y sus grupos de fachada, y los arreglos cupulares en el Congreso entre las mafias parlamentarias del PRI y del PAN, dejan en evidencia una vez más que la plutocracia gobernante no está dispuesta a ceder por las buenas los resortes del poder.
El hecho de que la Coalición Por el Bien de Todos se haya convertido en la segunda fuerza polÃtica del paÃs, siga gobernando la capital y varios estados y haya logrado refrendar victorias a escala municipal, adquiere en esta coyuntura una importancia fundamental. Un sector del pueblo consciente encontró en la coalición y en su candidato López Obrador, la posibilidad de un cambio real por la vÃa pacÃfica, lo que infundió temor a la plutocracia y el imperialismo estadunidense. El avance logrado por la coalición acrecentó la crisis del sistema polÃtico tradicional, representado por los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, y con ello acelerará el proceso de la crisis polÃtica definitiva del viejo sistema de dominación vigente.
No obstante, la coalición −al igual que La Otra Campaña impulsada por el EZLN−, no ha podido ganar hasta ahora a sectores de indecisos, vacilantes, de la población, todavÃa proclives a votar por los dos partidos conservadores. Es decir, existen grandes masas populares que aun no tienen plena conciencia de las causas de sus propios males y de las calamidades nacionales, asà como de las soluciones radicales que esos males y calamidades exigen. De allà que de concretarse la imposición autoritaria de Calderón, significará la continuidad y acentuación de la nefasta polÃtica antinacional y antipopular de los últimos cuatro gobiernos neoliberales del PRI y del PAN.
En ese contexto, la formación de un combativo movimiento de resistencia civil pacÃfica de carácter horizontal y asambleario, producto de un largo proceso de acumulación de fuerzas que en la última fase se nutre de la redes de solidaridad creadas por miles de mexicanos tras los sismos de 1985; la irrupción del movimiento cardenista en la coyuntura pre-electoral de 1988; la insurrección campesina-indÃgena liderada por el EZLN en 1994, que dio paso a una singular experiencia autonómica de signo anticapitalista, a lo que se suman la rebelión de los ejidatarios de Atenco y la expresión de poder dual protagonizada en la actualidad por la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, refrendó el liderazgo y el poder de convocatoria de López Obrador y dio pie al nacimiento de una amplia coalición antioligárquica, que intenta ser estructurada sobre dos ejes: la Convención Nacional Democrática y el Frente Amplio Progresista.
TRES. Estamos convencidos de que la construcción de una sociedad justa, con sentido nacional y progresista, liberada de la tutela imperial es imposible en los esquemas de un régimen dominado por el gran capital. La ruptura con ese sistema es una condición ineludible de un proceso de cambio de sus caducas estructuras y de conquista de la efectiva independencia de la nación.
Pensamos que ninguna fuerza polÃtica aislada será capaz de abrir una alternativa cierta de poder al pueblo organizado. México cuenta con una amplia experiencia de luchas polÃticas y sociales que se manifiesta, en la etapa, por un nuevo proceso de acumulación de fuerzas que refleja un avance a nivel cualitativo y cuantitativo.
Para combatir a la imposición autoritaria y lo que ya apunta como un proceso larvado de fascistización del régimen, se necesitará una acción concertada, enérgica y audaz de todas las fuerzas de izquierda, progresistas y populares. Si frente a la consolidación de las derechas hoy en el poder, no se construye la coalición de las fuerzas progresistas y revolucionarias sobre la base de un programa mÃnimo común y de una táctica solidaria, es posible que nos encaminemos a un régimen de dominación violento de nuevo tipo.
Por eso, en la actual coyuntura, y como resultado de un proceso gradual, creemos que el lanzamiento de un Frente Amplio Progresista (FAP), expresa la posibilidad de concretar un nuevo acuerdo polÃtico unitario entre todas las fuerzas populares auténticamente nacionales, para agotar las vÃas legales, democráticas y pacÃficas a fin de que el pueblo organizado, mediante la combinación y coordinación de diversas formas de lucha, la acción polÃtica permanente en todos los campos (no sólo el electoral) y a través de la movilización de masas pueda realizar las grandes transformaciones que el paÃs requiere.
La instauración de un gobierno progresista paralelo, a la manera de un doble poder que desafÃa a los administradores del poder de la plutocracia, supone desarrollar una organización de masas en la que ese poder popular se tendrá que apoyar. En ese sentido, como se apuntaba arriba, la acumulación de fuerzas populares indica que se ha ganado a vastos sectores de la población, pero que eso no fue todavÃa suficiente para ganar de manera contundente al candidato de la derecha. Debido a ello, y de cara a un futuro cercano de signo incierto, resulta necesario abocarse a una paciente e incesante labor de concientización, para ir transformando a cada habitante del paÃs en un ciudadano informado y sensible a las propuestas de cambio.
Se trata de que el pueblo tenga una visión lúcida de las circunstancias por las que atraviesa, que sepa valorar el significado histórico de su lucha, de alertar a los desinformados, de convencer a los indecisos, de transformar a cada simpatizante en un combatiente aguerrido, porque sólo un pueblo consciente y decidido puede ser un pueblo victorioso. Pero se trata, también, y fundamentalmente, de desarrollar y hacer crecer las organizaciones y el protagonismo colectivo, en el entendido de que un gobierno de la resistencia civil tendrá que aprovechar su gestión para ayudar a construir el nuevo sujeto social colectivo, combatiendo todo tipo de práctica sectaria, burocrática y corporativa en su seno, incluido todo tipo de liderazgo vertical y unipersonal. No puede haber gobierno popular, de verdad, si no se estructura el apoyo desde abajo. Si no se apoya en la gente y le da a la gente la posibilidad de hacer efectivo ese apoyo.
A partir de lo anterior, creemos que en el nuevo frente lanzado por tres fuerzas polÃticas diversas (el PRD, el PT y Convergencia), cada uno de sus integrantes deberá mantener su identidad. Asimismo, deberá incluir movimientos no partidistas, organizados, y, a nivel de militancia de base, deberá ser estructurado por núcleos de opinión inorgánicos (comités de base o comités cÃvicos del FAP) que acatarán la estrategia y disciplina comunes, pero que se mantendrán al margen de toda filiación sectorial.
No obstante la confluencia desde fuentes tan diversas, para una acción polÃtica efectiva el FAP deberá contar con un alto nivel de coherencia ideológica y una militancia unitaria. Pero no una unidad muerta, de fachada, silenciosa. El frente necesita una unidad crÃtica, leal. Una crÃtica que apunte a fortificar el despliegue del FAP en el pueblo.
Una tarea clave de la etapa es acercar al frente a sectores del pueblo que nunca han participado en la acción polÃtica organizada o que han estado inscritos en grupos corporativos y/o clientelares. Se tratarÃa de invitarlos a incursionar en una nueva forma de participación popular, en una nueva forma de hacer polÃtica sin ningún vÃnculo de subordinación o dependencia partidaria, tutela ni imposición, como tampoco prestación y aceptación de favores, servicios o ayudas. Las razones del ingreso al frente debe ser resultado de un proceso de toma de posición polÃtica. De concientización polÃtica. Lo anterior supone una definición ideológica, pero también una actitud moral.
En su organización y militancia, pensamos que el frente debe ser una gran escuela que ayude al ciudadano común a convertirse en un agente del proceso integral de cambio que transformará al paÃs. El comité de base será el instrumento clave para la consumación de esa tarea de docencia cÃvica. El comité habrá de ser el lugar natural de encuentro y unidad de las masas populares para la acción polÃtica. La presencia del pueblo en el comité, entendido como centro de educación polÃtica y adoctrinamiento, habrá de constituir la vÃa más directa para el encauzamiento de la acción de resistencia al autoritarismo. En otro sentido, el comité de base reflejará una real democratización de la vida polÃtica del frente progresista. Será un lugar de participación polÃtica activa, creadora; un instrumento permanente de lucha.
A partir de lo anterior, creemos que los organismos de base del Frente Amplio Progresista (comités de base o cÃvicos del FAP) deberÃan constituirse a nivel nacional por la reunión de los adherentes al mismo de un determinado lugar. Planteamos que haya dos clases de comités: de nucleamiento territorial y de nucleamiento por centro de actividad (centro de trabajo, estudios, barrial, etc.). Los comités cÃvicos o de base deberán estructurarse con eje en tres tareas centrales: organización, finanzas y propaganda.
Asimismo, entre las tareas a realizar por cada comité, proponemos:
1) La edición, difusión y distribución del programa del Frente Amplio Progresista; de los resultados de la Convención Nacional Democrática, asà como de la información que se vaya generando en torno al proceso de una asamblea constituyente y de construcción de un nuevo proyecto de nación.
2) La realización de ciclos de conferencias, mesas redondas y de discusión sobre los contenidos de los documentos del FAP y de la CND y sobre aspectos especiales de los mismos o de la coyuntura.
3) Buscar en su radio de acción la integración del mayor número de fuerzas posibles.
4) Participar en las tareas centrales que le sean encomendadas.
5) Organizar la participación activa del comité en la tarea y objetivos inmediatos que se dé.
6) Formular recomendaciones a los organismos de coordinación y dirección del movimiento.
7) Organizar cÃrculos vecinales de estudio, debate o difusión de las bases programáticas o cualquier otra iniciativa que tenga que ver con las tareas del FAP y la CND.
Carlos Fazio
UNO. En el marco de una sucesión de grandes movilizaciones de masas integradas mayoritariamente por pueblo pobre, y tras la realización de la Convención Nacional Democrática y la constitución de un Frente Amplio Progresista −instancias todas que cuentan con el liderazgo indiscutido de Andrés Manuel López Obrador−, va conformándose en México un nuevo bloque histórico, que en la nueva fase de luchas polÃticas y sociales abierta tras el fraude electoral del pasado 2 de julio, se perfila para disputar la hegemonÃa y un nuevo proyecto de nación a la alianza dominante.
En el periodo comprendido entre finales de 2003 y los comicios presidenciales de este año, se trató, en rigor, de la disputa entre dos bloques con proyectos de nación no del todo antagónicos. Por un lado, el proyecto de una patria financiera conducido por una plutocracia apátrida y parasitaria, que cuenta con administradores gubernamentales y una clase polÃtica dóciles y medios masivos de propaganda. Bloque de poder legitimado por la jerarquÃa conservadora de la Iglesia católica mexicana y en alianza subordinada con cÃrculos del poder imperial en Washington. Por otro, un proyecto de cambio reformista, de corte nacionalista moderado, con acento en lo social y de intención redistributiva, encarnado por López Obrador en el marco de una alianza electoral pluriclasista −no exenta de contradicciones−, que nucleó a tres agrupaciones polÃticas progresistas con representación parlamentaria (Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo y Convergencia), a ciudadanos sin partido, integrantes de sindicatos, organizaciones campesinas, indÃgenas, grupos populares, sectoriales y barriales, creadores y difusores de la cultura y juventud estudiantil que vieron la posibilidad de acceder al gobierno por las vÃas legales, democráticas y pacÃficas.
Sin embargo, tras la sostenida ofensiva de la alianza del gran capital, el foxismo y la tecnocracia priÃsta, que en la fase poselectoral intenta imponer por la fuerza a Felipe Calderón con la intención de garantizar la implementación de la segunda generación de contrarreformas neoliberales afines al Consenso de Washington (en particular la privatización de los hidrocarburos, la industria eléctrica y el agua, y la contrarreforma fiscal), en el marco de una aguda polarización clasista, sin coyunturas electorales a la vista y de la mano de una movilización popular en ascenso de signo radical y anticapitalista que podrÃa inducir al bloque dominante a utilizar el recurso desesperado de la fuerza, dicha confrontación entre bloques podrÃa adquirir, a corto o mediano plazo, carácter antagónico.
Tras el nuevo fraude de Estado quedó al desnudo un orden jurÃdico-electoral ramplón, de opereta, más propio de una república bananera que de un paÃs que cuenta en su haber con uno de los grandes procesos revolucionarios del siglo XX. A su vez, el intento por imponer a la brava al representante de los poderes fácticos, la derecha vernácula y el imperialismo estadunidense, agudizó la auto-deslegitimación del sistema presidencialista mexicano con sus caducas instituciones clasistas.
DOS. En medio de una profunda crisis estructural que abarca a las instituciones, al sistema polÃtico mexicano y al actual modelo de dominación, el paÃs parece aproximarse a un punto de quiebre histórico. México está hoy dividido y polarizado. La opinión pública está enterada de todas las circunstancias que rodearon el proceso electoral en sus tres fases: las campañas polÃticas de los candidatos, el dÃa de los comicios y la etapa poselectoral. A la abierta intervención del presidente de la República a favor del candidato de la derecha, se sumaron la campaña de terror y guerra psicológica desatada sobre la población por los medios masivos de comunicación bajo control monopólico y oligopólico, en lo que se inscribe no sólo la guerra sucia mediática instrumentada a través de spots publicitarios mediante mensajes de miedo y de odio clasistas, sino también la instrumentación, con los mismos fines, de acciones de tipo contrainsurgente violentas en la siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas, San Salvador Atenco y Oaxaca. Como quedó demostrado, el propio acto eleccionario del 2 de julio abundó en graves irregularidades. Con posterioridad, la irresponsable actuación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al convalidar el fraude; la actitud de Calderón al dividir a los mexicanos en "pacÃficos" y "violentos", con el visto bueno de los poderes fácticos y sus grupos de fachada, y los arreglos cupulares en el Congreso entre las mafias parlamentarias del PRI y del PAN, dejan en evidencia una vez más que la plutocracia gobernante no está dispuesta a ceder por las buenas los resortes del poder.
El hecho de que la Coalición Por el Bien de Todos se haya convertido en la segunda fuerza polÃtica del paÃs, siga gobernando la capital y varios estados y haya logrado refrendar victorias a escala municipal, adquiere en esta coyuntura una importancia fundamental. Un sector del pueblo consciente encontró en la coalición y en su candidato López Obrador, la posibilidad de un cambio real por la vÃa pacÃfica, lo que infundió temor a la plutocracia y el imperialismo estadunidense. El avance logrado por la coalición acrecentó la crisis del sistema polÃtico tradicional, representado por los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional, y con ello acelerará el proceso de la crisis polÃtica definitiva del viejo sistema de dominación vigente.
No obstante, la coalición −al igual que La Otra Campaña impulsada por el EZLN−, no ha podido ganar hasta ahora a sectores de indecisos, vacilantes, de la población, todavÃa proclives a votar por los dos partidos conservadores. Es decir, existen grandes masas populares que aun no tienen plena conciencia de las causas de sus propios males y de las calamidades nacionales, asà como de las soluciones radicales que esos males y calamidades exigen. De allà que de concretarse la imposición autoritaria de Calderón, significará la continuidad y acentuación de la nefasta polÃtica antinacional y antipopular de los últimos cuatro gobiernos neoliberales del PRI y del PAN.
En ese contexto, la formación de un combativo movimiento de resistencia civil pacÃfica de carácter horizontal y asambleario, producto de un largo proceso de acumulación de fuerzas que en la última fase se nutre de la redes de solidaridad creadas por miles de mexicanos tras los sismos de 1985; la irrupción del movimiento cardenista en la coyuntura pre-electoral de 1988; la insurrección campesina-indÃgena liderada por el EZLN en 1994, que dio paso a una singular experiencia autonómica de signo anticapitalista, a lo que se suman la rebelión de los ejidatarios de Atenco y la expresión de poder dual protagonizada en la actualidad por la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, refrendó el liderazgo y el poder de convocatoria de López Obrador y dio pie al nacimiento de una amplia coalición antioligárquica, que intenta ser estructurada sobre dos ejes: la Convención Nacional Democrática y el Frente Amplio Progresista.
TRES. Estamos convencidos de que la construcción de una sociedad justa, con sentido nacional y progresista, liberada de la tutela imperial es imposible en los esquemas de un régimen dominado por el gran capital. La ruptura con ese sistema es una condición ineludible de un proceso de cambio de sus caducas estructuras y de conquista de la efectiva independencia de la nación.
Pensamos que ninguna fuerza polÃtica aislada será capaz de abrir una alternativa cierta de poder al pueblo organizado. México cuenta con una amplia experiencia de luchas polÃticas y sociales que se manifiesta, en la etapa, por un nuevo proceso de acumulación de fuerzas que refleja un avance a nivel cualitativo y cuantitativo.
Para combatir a la imposición autoritaria y lo que ya apunta como un proceso larvado de fascistización del régimen, se necesitará una acción concertada, enérgica y audaz de todas las fuerzas de izquierda, progresistas y populares. Si frente a la consolidación de las derechas hoy en el poder, no se construye la coalición de las fuerzas progresistas y revolucionarias sobre la base de un programa mÃnimo común y de una táctica solidaria, es posible que nos encaminemos a un régimen de dominación violento de nuevo tipo.
Por eso, en la actual coyuntura, y como resultado de un proceso gradual, creemos que el lanzamiento de un Frente Amplio Progresista (FAP), expresa la posibilidad de concretar un nuevo acuerdo polÃtico unitario entre todas las fuerzas populares auténticamente nacionales, para agotar las vÃas legales, democráticas y pacÃficas a fin de que el pueblo organizado, mediante la combinación y coordinación de diversas formas de lucha, la acción polÃtica permanente en todos los campos (no sólo el electoral) y a través de la movilización de masas pueda realizar las grandes transformaciones que el paÃs requiere.
La instauración de un gobierno progresista paralelo, a la manera de un doble poder que desafÃa a los administradores del poder de la plutocracia, supone desarrollar una organización de masas en la que ese poder popular se tendrá que apoyar. En ese sentido, como se apuntaba arriba, la acumulación de fuerzas populares indica que se ha ganado a vastos sectores de la población, pero que eso no fue todavÃa suficiente para ganar de manera contundente al candidato de la derecha. Debido a ello, y de cara a un futuro cercano de signo incierto, resulta necesario abocarse a una paciente e incesante labor de concientización, para ir transformando a cada habitante del paÃs en un ciudadano informado y sensible a las propuestas de cambio.
Se trata de que el pueblo tenga una visión lúcida de las circunstancias por las que atraviesa, que sepa valorar el significado histórico de su lucha, de alertar a los desinformados, de convencer a los indecisos, de transformar a cada simpatizante en un combatiente aguerrido, porque sólo un pueblo consciente y decidido puede ser un pueblo victorioso. Pero se trata, también, y fundamentalmente, de desarrollar y hacer crecer las organizaciones y el protagonismo colectivo, en el entendido de que un gobierno de la resistencia civil tendrá que aprovechar su gestión para ayudar a construir el nuevo sujeto social colectivo, combatiendo todo tipo de práctica sectaria, burocrática y corporativa en su seno, incluido todo tipo de liderazgo vertical y unipersonal. No puede haber gobierno popular, de verdad, si no se estructura el apoyo desde abajo. Si no se apoya en la gente y le da a la gente la posibilidad de hacer efectivo ese apoyo.
A partir de lo anterior, creemos que en el nuevo frente lanzado por tres fuerzas polÃticas diversas (el PRD, el PT y Convergencia), cada uno de sus integrantes deberá mantener su identidad. Asimismo, deberá incluir movimientos no partidistas, organizados, y, a nivel de militancia de base, deberá ser estructurado por núcleos de opinión inorgánicos (comités de base o comités cÃvicos del FAP) que acatarán la estrategia y disciplina comunes, pero que se mantendrán al margen de toda filiación sectorial.
No obstante la confluencia desde fuentes tan diversas, para una acción polÃtica efectiva el FAP deberá contar con un alto nivel de coherencia ideológica y una militancia unitaria. Pero no una unidad muerta, de fachada, silenciosa. El frente necesita una unidad crÃtica, leal. Una crÃtica que apunte a fortificar el despliegue del FAP en el pueblo.
Una tarea clave de la etapa es acercar al frente a sectores del pueblo que nunca han participado en la acción polÃtica organizada o que han estado inscritos en grupos corporativos y/o clientelares. Se tratarÃa de invitarlos a incursionar en una nueva forma de participación popular, en una nueva forma de hacer polÃtica sin ningún vÃnculo de subordinación o dependencia partidaria, tutela ni imposición, como tampoco prestación y aceptación de favores, servicios o ayudas. Las razones del ingreso al frente debe ser resultado de un proceso de toma de posición polÃtica. De concientización polÃtica. Lo anterior supone una definición ideológica, pero también una actitud moral.
En su organización y militancia, pensamos que el frente debe ser una gran escuela que ayude al ciudadano común a convertirse en un agente del proceso integral de cambio que transformará al paÃs. El comité de base será el instrumento clave para la consumación de esa tarea de docencia cÃvica. El comité habrá de ser el lugar natural de encuentro y unidad de las masas populares para la acción polÃtica. La presencia del pueblo en el comité, entendido como centro de educación polÃtica y adoctrinamiento, habrá de constituir la vÃa más directa para el encauzamiento de la acción de resistencia al autoritarismo. En otro sentido, el comité de base reflejará una real democratización de la vida polÃtica del frente progresista. Será un lugar de participación polÃtica activa, creadora; un instrumento permanente de lucha.
A partir de lo anterior, creemos que los organismos de base del Frente Amplio Progresista (comités de base o cÃvicos del FAP) deberÃan constituirse a nivel nacional por la reunión de los adherentes al mismo de un determinado lugar. Planteamos que haya dos clases de comités: de nucleamiento territorial y de nucleamiento por centro de actividad (centro de trabajo, estudios, barrial, etc.). Los comités cÃvicos o de base deberán estructurarse con eje en tres tareas centrales: organización, finanzas y propaganda.
Asimismo, entre las tareas a realizar por cada comité, proponemos:
1) La edición, difusión y distribución del programa del Frente Amplio Progresista; de los resultados de la Convención Nacional Democrática, asà como de la información que se vaya generando en torno al proceso de una asamblea constituyente y de construcción de un nuevo proyecto de nación.
2) La realización de ciclos de conferencias, mesas redondas y de discusión sobre los contenidos de los documentos del FAP y de la CND y sobre aspectos especiales de los mismos o de la coyuntura.
3) Buscar en su radio de acción la integración del mayor número de fuerzas posibles.
4) Participar en las tareas centrales que le sean encomendadas.
5) Organizar la participación activa del comité en la tarea y objetivos inmediatos que se dé.
6) Formular recomendaciones a los organismos de coordinación y dirección del movimiento.
7) Organizar cÃrculos vecinales de estudio, debate o difusión de las bases programáticas o cualquier otra iniciativa que tenga que ver con las tareas del FAP y la CND.
Wednesday, September 27, 2006
NOAM CHOMSKY Y DAVID EDWARDS
Noam Chomsky y David EdwardsLos textos sobre el modelo de propaganda
Extraídos de Z Magazine
David Edwards. El modelo de propaganda: una perspectiva
En su libro de1988 Los guardianes de la libertad. Propaganda, desinformación y consenso en los medios de comunicación de masas, Edward Herman y Noam Chomsky introdujeron su "modelo de propaganda" de los medios de comunicación. El modelo de propaganda describe cinco «filtros» que determinan lo que son «noticias»; en otras palabras, lo que es impreso en los periódicos o transmitido por la radio y la televisión. El modelo de Herman y Chomsky también explica cómo la disidencia frente a los medios de comunicación convencionales de masas recibe poco o nada de cobertura, mientras que los gobiernos y el gran capital reciben fácil acceso al público para imponerle sus mensajes estatales-corporativos -por ejemplo, «el libre comercio es beneficioso», «la globalización es incontenible» y «nuestras políticas están tratando de resolver la pobreza».
Ya hemos mencionado el hecho de que la propiedad corporativa de los medios de comunicación puede -y así lo hace- conformar el contenido editorial. Debido al tamaño, la concentración de la propiedad, la inmensa riqueza de los propietarios, y el imperativo de obtener beneficios de las corporaciones dominantes en los medios, difícilmente podría esperarse un resultado diferente. No ha sido siempre así. A principios del siglo diecinueve, había emergido una prensa radical británica que se ocupaba de los problemas de los trabajadores. Pero los excesivos sellados fiscales, impuestos deliberadamente para restringir la propiedad de los periódicos a los ricos «respetables», comenzaron a cambiar la fisonomía de la prensa. A pesar de todo, sobrevivió un grado de diversidad. En la Gran Bretaña de la posguerra, periódicos radicales o favorables a los trabajadores, como el Daily Herald, el News Chronicle, el Sunday Citizen (los cuales o bien han fracasado o han sido absorbidos por otras publicaciones y el Daily Mirror (por lo menos hasta fines de los años 70), publicaban regularmente artículos cuestionando el sistema capitalista.
El conocido periodista John Pilger entró al Mirror en 1963, y trabajó allí durante más de 20 años. Pilger señaló más tarde que "The Mirror fue el primer periódico popular que alentó a gente de la clase obrera a que se dirigiera, por cualquier razón, a su periódico". Por suerte para él, "se alentaba la irreverencia y una cierta anarquía". Más adelante, cuando Robert Maxwell pasó a ser propietario del periódico, se garantizó personalmente a Pilger que su puesto estaba asegurado. "Dieciocho meses más tarde, después de continuas interferencias de Maxwell, me despidieron".
Los medios de comunicación comprenden típicamente grandes conglomerados - News International, CBS (Fusionada ahora con Westinghouse), Turner Broadcasting (fusionada ahora con Time-Warner) - que pueden pertenecer a corporaciones matrices aún más grandes como General Electric (propietarios de NBC.) Todas están ligadas a la bolsa de valores. Los consejos de estas grandes corporaciones están formados por gente acaudalada, muchos con amplios contactos personales y empresariales en otras sociedades. Herman y Chomsky señalan, por ejemplo, que: "General Electric y Westinghouse son compañías enormes, diversificadas, muy implicadas en las controvertidas áreas de la producción de armamentos y la energía nuclear". Es difícil concebir que la neutralidad de la prensa no se vea comprometida en estas áreas. Pero más en general, la libertad de prensa está limitada simplemente porque los propietarios de las corporaciones mediáticas son inspirados por la ideología del libre mercado. ¿Hasta qué punto es probable, entonces, que tales propietarios permitan que su propio periódico, estación de radio o de TV, critiquen sistemáticamente el capitalismo "de libre mercado" que es la fuente de su riqueza material?
El segundo filtro del modelo de propaganda es la publicidad. Los periódicos tienen que atraer y mantener una alta proporción de publicidad para cubrir los costos de producción; sin ésta, el precio de cualquier periódico sería varias veces lo que es ahora, lo que significaría rápidamente su desaparición del mercado. Hay una feroz competencia entre los medios de comunicación por atraer anunciantes; un periódico que obtiene menos publicidad que sus competidores se ve seriamente perjudicado. El fracaso en la obtención de ingresos por publicidad fue otro factor en la desaparición de los «periódicos del pueblo» en los siglos diecinueve y veinte. Está claro, por lo tanto, que para que una publicación o emisora de radio o de TV comercial sobreviva, tendrá que gozar del favor de los anunciadores. En otras palabras, los medios de comunicación tienen que demostrar simpatía hacia los intereses del capital, tales como las industrias del turismo, automotriz y de la petroquímica. Hasta la amenaza del retiro de publicidad puede bastar para afectar el contenido editorial. Una carta enviada a las oficinas editoriales de cien revistas por uno de los principales productores de automotores señaló: "En un esfuerzo por evitar potenciales conflictos, es necesario que Chrysler Corporation sea advertida de antemano de cualquier y todo contenido editorial que abarque temas sexuales, políticos y sociales o cualquier contenido editorial que pudiera ser interpretado como provocativo u ofensivo". En 1999, British Telecom amenazó con retirar su publicidad del Daily Telegraph después de una serie de artículos críticos. El periodista responsable fue suspendido.
En un estudio estadounidense de 1992, englobando a 150 redactores de noticias, un 90 por ciento dijo que los anunciadores trataban de interferir con el contenido de los periódicos, y un 70 por ciento que trataban de eliminar por completo informaciones noticiosas. Un 40 por ciento admitió que los anunciantes habían efectivamente influenciado una información. En el Reino Unido, 3.200 millones de libras son gastadas en anuncios en los periódicos por año y otros 2.600 millones de libras en spots publicitarios en la TV y la radio, de un presupuesto publicitario total de 9.200 millones de libras. En EE.UU., la cifra es de decenas de miles de millones de dólares sólo en publicidad televisiva. Un sistema basado en la publicidad hace que la supervivencia de las publicaciones radicales, que dependen de ingresos resultantes sólo de las ventas, sea muy difícil. Incluso si sobreviven, se ven relegadas a los márgenes de la sociedad, recibiendo poca atención del público en general. La publicidad, igual que la propiedad de los medios, actúa, por lo tanto, como un filtro de noticias.
El tercero de los 5 filtros de Herman y Chomsky se relaciona con las fuentes de noticias de los medios de comunicación de masas: "Los medios de comunicación de masas son conducidos a una relación simbiótica con poderosas fuentes de información por necesidad económica y por la reciprocidad de intereses". Incluso grandes corporaciones mediáticas como la BBC no pueden permitirse enviar reporteros a todas partes. Por ello concentran sus recursos en los sitios donde es más probable que ocurran las principales noticias: la Casa Blanca, el Pentágono, Nº 10 en Downing Street, y otros «terminales» centralizados de noticias. Aunque los periódicos británicos puedan objetar ocasionalmente al «arreglo tendencioso» del Nuevo Laborismo, por ejemplo, en realidad dependen considerablemente de las declaraciones del «portavoz personal del Primer Ministro» para noticias relacionadas con el gobierno. Las corporaciones empresariales y las organizaciones comerciales son también fuentes de confianza para noticias que son consideradas de interés periodístico. Los redactores y periodistas que ofenden a esas poderosas fuentes de noticias, tal vez al poner en duda la veracidad o la parcialidad del material suministrado, pueden ser amenazados con negarles el acceso a la esencia de su medio de comunicación -las noticias frescas.
Robert McChesney, profesor de comunicación en la Universidad de Illinois, en Urbana-Champaign, señala que "el periodismo profesional depende intensamente de las fuentes oficiales. Los reporteros tienen que hablar con el portavoz oficial del Primer Ministro, el secretario de prensa de la Casa Blanca, la asociación empresarial, el general del ejército. Lo que dice esa gente hace las noticias. Sus perspectivas son automáticamente legítimas". Mientras que, según McChesney, "si hablas con prisioneros, huelguistas, los sin techo, o manifestantes, tienes que pintar la noticia como poco fidedigna, o te conviertes en un partidario y ya no eres un periodista profesional «neutral». Tal dependencia de las fuentes oficiales da a las noticias un tinte inherentemente conservador, y otorga a los que están en el poder una tremenda influencia sobre la definición de lo que son o no son «noticias»". McChesney, autor de Medios Ricos, Pobre Democracia, advierte: "Esto es precisamente lo contrario de lo que necesita una democracia activa, que es un control implacable del poder, sea como sea".
El cuarto filtro es flak [fuego antiaéreo], descrito por Herman y Chomsky, como "respuestas negativas a una afirmación de los medios o a un programa [de TV o radio]. Puede tomar la forma de cartas, telegramas, llamados telefónicos, peticiones, juicios legales, discursos y Leyes presentadas al Congreso, u otros modos como querellas, amenazas y acción punitiva". Las organizaciones empresariales se reúnen regularmente para formar máquinas de flak. Tal vez una de las más conocidas de éstas sea la Coalición del Clima Global [CCG-GCC], que incluye a las compañías de combustibles fósiles y automotrices, tales como Exxon, Texaco, y Ford. La CCG fue iniciada por Burson-Marsteller, una de las mayores compañías de relaciones públicas del mundo, para demoler la credibilidad de los científicos climatólogos y de las «noticias alarmistas» sobre el calentamiento global.
En su libro de 1997, Global Spin, Sharon Beder, documentó ampliamente las operaciones de las corporaciones y de las compañías de relaciones públicas contratadas por ellas para la creación de «frentes» de base para contrarrestar los progresos hechos por los ecologistas. Una coalición de este tipo, la Fundación por el Progreso del Aire Puro, es "en realidad un frente para grupos del transporte, la energía, la industria, y la agricultura". La Fundación fue establecida para combatir la Ley de Aire Puro de EE.UU. «educando» al público sobre el progreso hecho en la calidad del aire durante los veinticinco años previos. Como señala Beder, la estrategia de la Fundación se concentra en la responsabilidad individual por la contaminación, en contraste con la regulación de la industria para lograr mejoras". La amenaza -real o imaginaria- de pleitos judiciales puede ser un disuasivo poderoso para la investigación por los medios. En el Reino Unido, el periodista ecológico Andrew Rowell indica que, "Las arcaicas leyes de difamación británicas impiden que se publique o se difunda gran parte de la verdad sobre el carácter destructivo de muchas de las principales empresas del Reino Unido. Muy poca gente dentro de los medios de comunicación se enfrentará a alguien como Shell, BP o Río Tinto Zinc".
El quinto y último filtro de noticias identificado por Herman y Chomsky es el «anticomunismo». Fabricando el Consenso fue escrito durante la Guerra Fría. Una versión más adecuada de este filtro es la identificación acostumbrada en Occidente del «enemigo» o de un «dictador maligno» - el coronel Gaddafi, Saddam Hussein, o Slobodan Milosevic (recuerde los titulares de los tabloides británicos: "¡Aplasten a Saddam!" y "¡Apaleen a Slobo!") Es lo mismo cuando los medios de comunicación convencionales se refieren a los ecologistas como «eco-terroristas». El Sunday Times publicó una serie de artículos particularmente asquerosa en 1999, acusando a los activistas del grupo de acción directa no-violenta «Recuperad las Calles» de almacenar gas lacrimógeno y granadas de aturdimiento.
La demonización de los enemigos es útil, incluso esencial, en la justificación de maniobras estratégicas geopolíticas y en la defensa de los intereses corporativos en todo el mundo, mientras aplacan la crítica interna de tal conducta. La creación de un «imperio maligno» de algún tipo, como en el alarmismo occidental de la posguerra sobre la «Amenaza Soviética», o la palabrería sobre el «Huno Malvado», ha sido un recurso habitual para aterrorizar a la población para que apoye la producción de armas y el aventurerismo militar en el extranjero -dos fuentes importantes de beneficios para el gran capital. Saddam Hussein de Irak, ha sido un cuco útil para los fabricantes de armamentos de EE.UU. que han conseguido ventas de más de 100 mil millones de dólares a los vecinos de Saddam en el Oriente Próximo. El quinto filtro también se refleja cuando los medios convencionales demonizan a los manifestantes contra la globalización -describiéndolos a menudo como «violentos»- y cuando marginan a cualquier otro calificado de amenaza para la ideología del libre mercado.
Esta breve descripción del modelo de propaganda difícilmente hace justicia al análisis sofisticado y convincente presentado por Herman y Chomsky. Se insta al lector interesado a que consulte directamente su libro. La relevancia particular en este caso es que explica cómo y por qué se mantiene el status quo del poder corporativo en la sociedad moderna, la dominación del programa neoliberal del libre comercio, con su rechazo automático de alternativas (Margaret Thatcher: "No Hay Alternativa") y la mutilación de los puntos de vista de los disidentes, que son etiquetados a gusto como «parciales», «ideológicos», o «extremos». ¿Cuál es la probabilidad de que el que llame a realizar un cambio radical de la sociedad -ecologistas, activistas de los derechos humanos, u oponentes al comercio con armamentos-pueda contar con que las organizaciones noticiosas corporativas lo presenten coherente y equitativamente? ¿Cuánto más probable es que sus argumentos sean vilipendiados, marginados, o simplemente ignorados? Se publicará la segunda parte el día lunes 2 de Octubre
En Homenaje a Händel: Fuegos de Artificio en el Zócalo
Convención Nacional Democrática
En la lucha permanente en contra de una
república simulada.
Es posible que existan ingenuos que igno
ren a 15'000,000 que no queremos un -
presidente espurio ?
Solamente la arrogancia de la derecha y
el oportunismo de la clase política en -
México aplauden al espurio presidente
electo.
En la lucha permanente en contra de una
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Solamente la arrogancia de la derecha y
el oportunismo de la clase política en -
México aplauden al espurio presidente
electo.
Tuesday, September 26, 2006
Red de Complicidades y Egocentrismo del Poder Político y Económico
Alma Ramírez con más de treinta años en la lucha social nos envía esta colaboración que tiene como finalidad el de aclarar paradas.
De Cárdenas, Slim, el Vocero Presidencial.... y Salinas
Alma Ramírez
Manifestar las diferencias en tiempos de definiciones es un derecho que se debe mantener acotado por voluntad propia, en virtud de que se enfrenta a un adversario mayor (enemigo, si nos atenemos a una posición de clase), esto es claro, los contrarios se deben enfrentar de uno en uno y definir en nuestra lucha quien es el enemigo principal en cada momento. Esto que en política es elemental, hoy resulta harto sospechoso que un personaje como Cuauhtémoc Cárdenas, que ha pasado por todas las luchas posibles no lo comprenda.Desde que se le cerraron todas las posibilidades de participación en el PRI y tuvo que buscar nuevos horizontes en una izquierda necesitada de personajes conocidos –lideres morales, Mesías en otros casos-, que le permitieran salir de la marginalidad en la que había trascurrido su quehacer político, desde su registro como partido político nacional. Y por supuesto que el Ingeniero fue bien recibido. Con generosidad, pero también con muchas presiones, Heberto Castillo cedió la candidatura presidencial a Cárdenas, cuando bien pudo dedicarse a hacerle el vacío y a combatir a quienes llegaban del odiado PRI.
Hoy sus críticas están fuera de tiempo, son momentos de unidad. Nos muestran su falta de generosidad hacia un movimiento del que se automargino, hacia un adversario, que también es compañero de su partido y nos muestran una posición, en la que importa mas su acomodo personal y familiar, que el futuro de nuestro país; pero que además nos dice hasta donde es capaz de llegar, sirviendo al gobierno, al descalificar al mayor movimiento de izquierda de los últimos treinta años.
Carlos Slim, el hombre del cual quizá muchos mexicanos se sientan orgullosos, el que a partir de una fortuna modesta, pero con una cercanía al poder político en México, logro –en el marco de las privatizaciones-, en tan solo tres sexenios, hacerse de una fortuna de la que hoy da cuenta Forbes, como el más rico de México y uno de los más ricos del mundo.Slim, que siempre ha sido un personaje que busca hacerse de una imagen de progresista, y que en esa forma, participó en programas del Gobierno del DF, hoy nos muestra un rostro, donde ese tono progresista no cabe, pues el verdadero, el de continuar enriqueciéndose hasta mas allá de lo ético, en un país, indignantemente pobre para mas de la mitad de su población.
Carlos Slim hoy nos dice Kafkianos –ya antes alguien nos definió de surrealistas-, y en contra de su progresismo simulado, se dedica a atacar a AMLO y a un movimiento, que nació, no del capricho y empecinamiento de sus dirigentes, sino de la falta de certeza y legalidad de la elección presidencial. Hoy se apresta a servir –y a servirse-, de un gobierno ilegitimo desde su gestación, esta es la esencia de su actuación, buscar una nueva tajada de poder económico –PEMEX, gas, televisión de paga-, como pago de su apoyo a la legitimación de Felipe Calderón.
Rubén Aguilar, el vocero presidencial, quien un día si y otro también tiene que salir a dar la cara para corregir los dislates verbales de Vicente Fox, nos dice que piensa lo mismo que dijo su jefe, que el único problema de México se circunscribe a una calle -Paseo de la Reforma-, que hay presidente electo, y que lo demás es solo discurso.
Niega el tal vocero con su decir, que haya un conflicto postelectoral, creado por quienes creyeron que podrían tirar la piedra (el fraude) y esconder la mano. Niega el movimiento magisterial en Oaxaca, que en su soberbia, creyeron que desaparecería -con tiempo y buena suerte-, pero lejos de esto se ha trasformado en una revuelta popular, que camina ya hacia la capital del país, existiendo la posibilidad de que otros descontentos se unifiquen en este camino. Niega por último el gran poder del narco, que ha sentado sus reales en muchos estados de la Republica, un poder no solo económico, sino militar y en muchos casos de influencia política a través de donativos y acuerdos. A este poder que por muchos motivos no se le ha enfrentado de la mejor manera y que hoy amenaza más que cualquier otro problema la estabilidad del país.
En este sentido los buenos alumnos de Carlos Salinas, replican contundentes con el ¡Ni los veo, ni los oigo!
De Cárdenas, Slim, el Vocero Presidencial.... y Salinas
Alma Ramírez
Manifestar las diferencias en tiempos de definiciones es un derecho que se debe mantener acotado por voluntad propia, en virtud de que se enfrenta a un adversario mayor (enemigo, si nos atenemos a una posición de clase), esto es claro, los contrarios se deben enfrentar de uno en uno y definir en nuestra lucha quien es el enemigo principal en cada momento. Esto que en política es elemental, hoy resulta harto sospechoso que un personaje como Cuauhtémoc Cárdenas, que ha pasado por todas las luchas posibles no lo comprenda.Desde que se le cerraron todas las posibilidades de participación en el PRI y tuvo que buscar nuevos horizontes en una izquierda necesitada de personajes conocidos –lideres morales, Mesías en otros casos-, que le permitieran salir de la marginalidad en la que había trascurrido su quehacer político, desde su registro como partido político nacional. Y por supuesto que el Ingeniero fue bien recibido. Con generosidad, pero también con muchas presiones, Heberto Castillo cedió la candidatura presidencial a Cárdenas, cuando bien pudo dedicarse a hacerle el vacío y a combatir a quienes llegaban del odiado PRI.
Hoy sus críticas están fuera de tiempo, son momentos de unidad. Nos muestran su falta de generosidad hacia un movimiento del que se automargino, hacia un adversario, que también es compañero de su partido y nos muestran una posición, en la que importa mas su acomodo personal y familiar, que el futuro de nuestro país; pero que además nos dice hasta donde es capaz de llegar, sirviendo al gobierno, al descalificar al mayor movimiento de izquierda de los últimos treinta años.
Carlos Slim, el hombre del cual quizá muchos mexicanos se sientan orgullosos, el que a partir de una fortuna modesta, pero con una cercanía al poder político en México, logro –en el marco de las privatizaciones-, en tan solo tres sexenios, hacerse de una fortuna de la que hoy da cuenta Forbes, como el más rico de México y uno de los más ricos del mundo.Slim, que siempre ha sido un personaje que busca hacerse de una imagen de progresista, y que en esa forma, participó en programas del Gobierno del DF, hoy nos muestra un rostro, donde ese tono progresista no cabe, pues el verdadero, el de continuar enriqueciéndose hasta mas allá de lo ético, en un país, indignantemente pobre para mas de la mitad de su población.
Carlos Slim hoy nos dice Kafkianos –ya antes alguien nos definió de surrealistas-, y en contra de su progresismo simulado, se dedica a atacar a AMLO y a un movimiento, que nació, no del capricho y empecinamiento de sus dirigentes, sino de la falta de certeza y legalidad de la elección presidencial. Hoy se apresta a servir –y a servirse-, de un gobierno ilegitimo desde su gestación, esta es la esencia de su actuación, buscar una nueva tajada de poder económico –PEMEX, gas, televisión de paga-, como pago de su apoyo a la legitimación de Felipe Calderón.
Rubén Aguilar, el vocero presidencial, quien un día si y otro también tiene que salir a dar la cara para corregir los dislates verbales de Vicente Fox, nos dice que piensa lo mismo que dijo su jefe, que el único problema de México se circunscribe a una calle -Paseo de la Reforma-, que hay presidente electo, y que lo demás es solo discurso.
Niega el tal vocero con su decir, que haya un conflicto postelectoral, creado por quienes creyeron que podrían tirar la piedra (el fraude) y esconder la mano. Niega el movimiento magisterial en Oaxaca, que en su soberbia, creyeron que desaparecería -con tiempo y buena suerte-, pero lejos de esto se ha trasformado en una revuelta popular, que camina ya hacia la capital del país, existiendo la posibilidad de que otros descontentos se unifiquen en este camino. Niega por último el gran poder del narco, que ha sentado sus reales en muchos estados de la Republica, un poder no solo económico, sino militar y en muchos casos de influencia política a través de donativos y acuerdos. A este poder que por muchos motivos no se le ha enfrentado de la mejor manera y que hoy amenaza más que cualquier otro problema la estabilidad del país.
En este sentido los buenos alumnos de Carlos Salinas, replican contundentes con el ¡Ni los veo, ni los oigo!
Agradecemos la generosidad de su colaboración
Ángel Lara Ramírez, jóven participante en los trabajos de la Coalición " Por el Bien de Todos ", nos hizo llegar un collage, donde su percepción agudiza la visión colectiva de un entorno viciado por la ausencia de un periodismo en medios masivos que responda a una realidad concreta, la de todos los días.
Su opinión sobre la Convención Nacional Democrática nos deja una dósis de esperanza, transformar nuestra patria no es poca cosa, debemos redoblar esfuerzos, hacer de los espacios democráticos un instrumento permanente de lucha.
René Zúñiga
Su opinión sobre la Convención Nacional Democrática nos deja una dósis de esperanza, transformar nuestra patria no es poca cosa, debemos redoblar esfuerzos, hacer de los espacios democráticos un instrumento permanente de lucha.
René Zúñiga
Monday, September 25, 2006
Doble Discurso, un Sólo Rostro: FECALHIN
ENTREGUISMO DEL USURPADOR
Juan Camilo Mouriño, Pedro Aspe Armella y Arturo Sarukhán, participantes en la encerrona de hace dos semanas en un hotel de la provincia de Alberta Fotos Notimex y Carlos Cisneros / ArchivoDe La Jornada
Lunes 25 de septiembre de 2006Se realizó en Canadá; fueron convocados tres de los principales asesores de CalderónReunión secreta para ''profundizar la integración'' de América del NorteParticiparon representantes de grandes corporaciones y del estamento militar estadunidenseSe habló de buscar una ''zona segura'' de abasto de petróleo para la economía de WashingtonROBERTO GONZALEZ AMADORTres de los principales asesores del presidente electo, Felipe Calderón, participaron hace menos de dos semanas en un encuentro secreto realizado en Canadá, donde representantes de grandes corporaciones y del estamento militar estadunidense plantearon ''profundizar la integración de América del Norte'' y crear una ''zona segura'' de abasto de petróleo para la economía de Washington.Juan Camilo Mouriño, coordinador del equipo de transición de Calderón Hinojosa, cuya familia ha hecho fortuna a través de concesiones con Petróleos Mexicanos (Pemex), fue uno de los 17 invitados por parte de México al segundo Foro de América del Norte, llevado a cabo entre el 12 y el 14 de septiembre en el hotel Banff Springs, en la provincia de Alberta, Canadá, según la lista de asistentes revelada por grupos civiles preocupados por la realización secreta de un encuentro en que militares, funcionarios y empresarios discutieron temas de interés público.Los otros dos asesores de Felipe Calderón que asistieron a la cita, según el listado difundido por medios de prensa canadienses y activistas sociales de ese país, fueron Arturo Sarukhán y Ernesto Cordero, consejeros de política internacional y asuntos económicos.El encuentro fue copresidido por Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda durante el sexenio de Carlos Salinas; George Shultz, ex secretario de Estado de Estados Unidos, y Meter Lougheed, ex premier de Alberta. Estos tres personajes dirigen el Foro de América del Norte, entidad que de acuerdo con reportes de analistas canadienses no cuenta con sede oficial. Los gastos de la reunión fueron sufragados por los propios participantes.La realización del foro en un ambiente secreto y sin que se informara públicamente de las deliberaciones, a pesar de la participación de personalidades públicas de México, Estados Unidos y Canadá, ha generado críticas en medios de discusión y análisis, en especial de Canadá, que han cuestionado también el que la prensa no reporte lo ocurrido en ese lujoso hotel de las montañas canadienses.''Lejos de los reflectores, del 12 al 14 de septiembre, en Banff Springs, el ministro de Seguridad Pública, Stockwell Day, y el de Defensa, Gordon O'Connor (ambos de Canadá), se reunieron con funcionarios y empresarios de México y Estados Unidos para discutir la integración de Norteamérica, en el segundo Foro de América del Norte'', escribió el viernes pasado Maude Barlow, presidenta del Consejo de los Canadienses, la mayor organización de abogados defensores de derechos civiles en su país y conocida activista en pro de los recursos naturales, en especial del agua, así como acreedora en 2005 del Right Livelihood Award, conocido como el Nobel alternativo.De acuerdo con documentos que escaparon al control de los organizadores, citados por Barlow, ''entre la lista de asistentes estuvieron prominentes figuras, como el secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld; el secretario mexicano de Seguridad Pública, Eduardo Medina Mora, y el general Rick Hillier, jefe de las fuerzas canadienses''.La activista comentó que el tema fue la ''seguridad y la prosperidad de Norteamérica. No sorprende que bajo este tópico se incluyeran temas como Estrategia energética de América del Norte'', asunto de interés público del que no se informó nada.''Altos ejecutivos del complejo industrial-militar y de las compañías petroleras estuvieron presentes en el foro, incluidos ejecutivos de Lockheed Martin, Chevron, Petróleos Mexicanos y Suncor Energy'', reportó por su parte Michel Chossudovsky, profesor de la Universidad de Ottawa, analista del Centro de Estudios sobre la Globalización y ex presidente de la Asociación Canadiense de Estudios Latinoamericanos y Caribeños.''Ministros, generales de cinco estrellas, junto con altos ejecutivos de empresas con intereses en América del Norte se reunieron en el entorno confortable del hotel Fairmont Banff Springs'', reportó. Esta ''junta secreta'' se enfocó en buscar maneras de ''profundizar la integración'' de la subregión, lo que debe entenderse como ''ceder soberanía nacional en favor de una Norteamérica más fuerte''.Según este especialista, el término ''profunda integración'' de la subregión fue enunciado primero por el Grupo Independiente de Trabajo de América del Norte (GITAN).Este organismo es patrocinado por el Consejo de Relaciones Internacionales (CFR, por sus siglas en inglés), representado en México por el embajador Andrés Rozental, quien también figura en la lista de participantes de la reunión de Banff.El GITAN presentó en mayo de 2005 un informe titulado Construcción de una comunidad de América del Norte, elaborado por un grupo en el que, por parte de México, participaron: Pedro Aspe, Alfonso de Angoitia (vicepresidente de Televisa), Luis de la Calle (ex subsecretario de Comercio), Carlos Heredia (entonces asesor del gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas), Beatriz Paredes (ex gobernadora de Tlaxcala), entre otros.En ese documento, el GITAN menciona que ''México es también un proveedor y cliente importante de energía en Norteamérica. En 2004 ocupó el segundo lugar entre los principales exportadores de petróleo a Estados Unidos; en años anteriores estuvo de manera constante entre los cuatro principales proveedores. México obtiene una porción significativa de sus ingresos de la productora petrolera estatal (Pemex). Cuenta con importantes reservas de petróleo y gas, pero están relativamente subexplotadas. El desarrollo se ha visto obstruido por restricciones constitucionales a la propiedad, las cuales se deben a un comprensible deseo de que este activo estratégico se utilice en beneficio de los mexicanos''.Añade: ''Esta restricción a la inversión, aunada a la ineficiente administración del monopolio estatal, Pemex, ha contribuido a la baja productividad. En consecuencia, México cuenta con una oferta cara y poco confiable de energía tanto para sus consumidores como sus industrias. Ha comenzado a atraer algo de capital extranjero mediante contratos de servicios múltiples, pero las restricciones más serias a su crecimiento futuro como proveedor de energía son las que impiden el desarrollo de sus propios recursos energéticos y la baja productividad de Pemex. En esta área se requieren reformas urgentes''.Entonces, propone ''desarrollar una estrategia de energía para América del Norte''. Los tres gobiernos, dice el documento del GITAN, necesitan trabajar juntos con el propósito de garantizar una seguridad energética para los habitantes de sus países.''Si bien es comprensible la inclinación de México a retener la propiedad total de sus recursos estratégicos, se requiere un desarrollo expandido y más eficiente de los mismos para acelerar el crecimiento económico del país. México viene perdiendo terreno en su independencia energética, y la única forma de satisfacer demandas crecientes dentro de su territorio es encontrar formas de desbloquear su sector energético.''El apagón informativo"La reunión (de Banff, entre el 12 y 14 de septiembre pasado) se centró en la interrelación entre los sistemas de defensa de América del Norte, la militarización, seguridad nacional, fronteras, migración, producción de equipo militar y el control sobre los recursos energéticos de Norteamérica'', apuntó Choussudovsky.''No hubo periodistas, no hubo comunicados de prensa, tampoco boletines que pudieran informar a la opinión pública, y sí hubo un apagón informativo de parte de los medios de comunicación. El programa de la cita fue guardado como secreto de Estado'', añadió.Las mesas de discusión incluyeron temas como: Una estrategia energética para América del Norte; Dimensión social y demográfica de la integración de América del Norte; Oportunidades para cooperación en seguridad.Según la lista de asistentes -revelada por Choussudovsky y otras publicaciones, como Watcher Magazine y WorldNetDaily- por parte de México estuvieron: Andrés Rozental, la ex senadora Silvia Hernández, el premio Nobel de Química Mario Molina, el empresario Juan Gallardo Thurlow (Grupo Embotelladoras Unidas), Jerónimo Gutiérrez, subsecretario de Relaciones Exteriores; Luis de la Calle, ex subsecretario de Comercio; Vinicio Suro, subdirector de Planeación de Pemex; Eduardo Medina Mora, secretario de Seguridad Pública, y Carlos Heredia, presentado como representante del gobierno de Michoacán.También asistieron: Jaime Zabludovsky, ex negociador comercial del gobierno mexicano; Manuel Arango, presidente del Grupo Concord y organizador de las cadenas empresariales de apoyo a Felipe Calderón en la pasada contienda presidencial; Jorge Santibáñez, presidente de El Colegio de la Frontera Norte; el analista Luis Rubio; Mónica Serrano, de El Colegio de México; Arturo Sarukhán, a quien se presenta como ''coordinador de asuntos internacionales de Felipe Calderón Hinojosa''; Juan Camilo Mouriño, coordinador del equipo de transición del presidente electo, y Ernesto Cordero, asesor económico del michoacano.
Juan Camilo Mouriño, Pedro Aspe Armella y Arturo Sarukhán, participantes en la encerrona de hace dos semanas en un hotel de la provincia de Alberta Fotos Notimex y Carlos Cisneros / ArchivoDe La Jornada
Lunes 25 de septiembre de 2006Se realizó en Canadá; fueron convocados tres de los principales asesores de CalderónReunión secreta para ''profundizar la integración'' de América del NorteParticiparon representantes de grandes corporaciones y del estamento militar estadunidenseSe habló de buscar una ''zona segura'' de abasto de petróleo para la economía de WashingtonROBERTO GONZALEZ AMADORTres de los principales asesores del presidente electo, Felipe Calderón, participaron hace menos de dos semanas en un encuentro secreto realizado en Canadá, donde representantes de grandes corporaciones y del estamento militar estadunidense plantearon ''profundizar la integración de América del Norte'' y crear una ''zona segura'' de abasto de petróleo para la economía de Washington.Juan Camilo Mouriño, coordinador del equipo de transición de Calderón Hinojosa, cuya familia ha hecho fortuna a través de concesiones con Petróleos Mexicanos (Pemex), fue uno de los 17 invitados por parte de México al segundo Foro de América del Norte, llevado a cabo entre el 12 y el 14 de septiembre en el hotel Banff Springs, en la provincia de Alberta, Canadá, según la lista de asistentes revelada por grupos civiles preocupados por la realización secreta de un encuentro en que militares, funcionarios y empresarios discutieron temas de interés público.Los otros dos asesores de Felipe Calderón que asistieron a la cita, según el listado difundido por medios de prensa canadienses y activistas sociales de ese país, fueron Arturo Sarukhán y Ernesto Cordero, consejeros de política internacional y asuntos económicos.El encuentro fue copresidido por Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda durante el sexenio de Carlos Salinas; George Shultz, ex secretario de Estado de Estados Unidos, y Meter Lougheed, ex premier de Alberta. Estos tres personajes dirigen el Foro de América del Norte, entidad que de acuerdo con reportes de analistas canadienses no cuenta con sede oficial. Los gastos de la reunión fueron sufragados por los propios participantes.La realización del foro en un ambiente secreto y sin que se informara públicamente de las deliberaciones, a pesar de la participación de personalidades públicas de México, Estados Unidos y Canadá, ha generado críticas en medios de discusión y análisis, en especial de Canadá, que han cuestionado también el que la prensa no reporte lo ocurrido en ese lujoso hotel de las montañas canadienses.''Lejos de los reflectores, del 12 al 14 de septiembre, en Banff Springs, el ministro de Seguridad Pública, Stockwell Day, y el de Defensa, Gordon O'Connor (ambos de Canadá), se reunieron con funcionarios y empresarios de México y Estados Unidos para discutir la integración de Norteamérica, en el segundo Foro de América del Norte'', escribió el viernes pasado Maude Barlow, presidenta del Consejo de los Canadienses, la mayor organización de abogados defensores de derechos civiles en su país y conocida activista en pro de los recursos naturales, en especial del agua, así como acreedora en 2005 del Right Livelihood Award, conocido como el Nobel alternativo.De acuerdo con documentos que escaparon al control de los organizadores, citados por Barlow, ''entre la lista de asistentes estuvieron prominentes figuras, como el secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld; el secretario mexicano de Seguridad Pública, Eduardo Medina Mora, y el general Rick Hillier, jefe de las fuerzas canadienses''.La activista comentó que el tema fue la ''seguridad y la prosperidad de Norteamérica. No sorprende que bajo este tópico se incluyeran temas como Estrategia energética de América del Norte'', asunto de interés público del que no se informó nada.''Altos ejecutivos del complejo industrial-militar y de las compañías petroleras estuvieron presentes en el foro, incluidos ejecutivos de Lockheed Martin, Chevron, Petróleos Mexicanos y Suncor Energy'', reportó por su parte Michel Chossudovsky, profesor de la Universidad de Ottawa, analista del Centro de Estudios sobre la Globalización y ex presidente de la Asociación Canadiense de Estudios Latinoamericanos y Caribeños.''Ministros, generales de cinco estrellas, junto con altos ejecutivos de empresas con intereses en América del Norte se reunieron en el entorno confortable del hotel Fairmont Banff Springs'', reportó. Esta ''junta secreta'' se enfocó en buscar maneras de ''profundizar la integración'' de la subregión, lo que debe entenderse como ''ceder soberanía nacional en favor de una Norteamérica más fuerte''.Según este especialista, el término ''profunda integración'' de la subregión fue enunciado primero por el Grupo Independiente de Trabajo de América del Norte (GITAN).Este organismo es patrocinado por el Consejo de Relaciones Internacionales (CFR, por sus siglas en inglés), representado en México por el embajador Andrés Rozental, quien también figura en la lista de participantes de la reunión de Banff.El GITAN presentó en mayo de 2005 un informe titulado Construcción de una comunidad de América del Norte, elaborado por un grupo en el que, por parte de México, participaron: Pedro Aspe, Alfonso de Angoitia (vicepresidente de Televisa), Luis de la Calle (ex subsecretario de Comercio), Carlos Heredia (entonces asesor del gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas), Beatriz Paredes (ex gobernadora de Tlaxcala), entre otros.En ese documento, el GITAN menciona que ''México es también un proveedor y cliente importante de energía en Norteamérica. En 2004 ocupó el segundo lugar entre los principales exportadores de petróleo a Estados Unidos; en años anteriores estuvo de manera constante entre los cuatro principales proveedores. México obtiene una porción significativa de sus ingresos de la productora petrolera estatal (Pemex). Cuenta con importantes reservas de petróleo y gas, pero están relativamente subexplotadas. El desarrollo se ha visto obstruido por restricciones constitucionales a la propiedad, las cuales se deben a un comprensible deseo de que este activo estratégico se utilice en beneficio de los mexicanos''.Añade: ''Esta restricción a la inversión, aunada a la ineficiente administración del monopolio estatal, Pemex, ha contribuido a la baja productividad. En consecuencia, México cuenta con una oferta cara y poco confiable de energía tanto para sus consumidores como sus industrias. Ha comenzado a atraer algo de capital extranjero mediante contratos de servicios múltiples, pero las restricciones más serias a su crecimiento futuro como proveedor de energía son las que impiden el desarrollo de sus propios recursos energéticos y la baja productividad de Pemex. En esta área se requieren reformas urgentes''.Entonces, propone ''desarrollar una estrategia de energía para América del Norte''. Los tres gobiernos, dice el documento del GITAN, necesitan trabajar juntos con el propósito de garantizar una seguridad energética para los habitantes de sus países.''Si bien es comprensible la inclinación de México a retener la propiedad total de sus recursos estratégicos, se requiere un desarrollo expandido y más eficiente de los mismos para acelerar el crecimiento económico del país. México viene perdiendo terreno en su independencia energética, y la única forma de satisfacer demandas crecientes dentro de su territorio es encontrar formas de desbloquear su sector energético.''El apagón informativo"La reunión (de Banff, entre el 12 y 14 de septiembre pasado) se centró en la interrelación entre los sistemas de defensa de América del Norte, la militarización, seguridad nacional, fronteras, migración, producción de equipo militar y el control sobre los recursos energéticos de Norteamérica'', apuntó Choussudovsky.''No hubo periodistas, no hubo comunicados de prensa, tampoco boletines que pudieran informar a la opinión pública, y sí hubo un apagón informativo de parte de los medios de comunicación. El programa de la cita fue guardado como secreto de Estado'', añadió.Las mesas de discusión incluyeron temas como: Una estrategia energética para América del Norte; Dimensión social y demográfica de la integración de América del Norte; Oportunidades para cooperación en seguridad.Según la lista de asistentes -revelada por Choussudovsky y otras publicaciones, como Watcher Magazine y WorldNetDaily- por parte de México estuvieron: Andrés Rozental, la ex senadora Silvia Hernández, el premio Nobel de Química Mario Molina, el empresario Juan Gallardo Thurlow (Grupo Embotelladoras Unidas), Jerónimo Gutiérrez, subsecretario de Relaciones Exteriores; Luis de la Calle, ex subsecretario de Comercio; Vinicio Suro, subdirector de Planeación de Pemex; Eduardo Medina Mora, secretario de Seguridad Pública, y Carlos Heredia, presentado como representante del gobierno de Michoacán.También asistieron: Jaime Zabludovsky, ex negociador comercial del gobierno mexicano; Manuel Arango, presidente del Grupo Concord y organizador de las cadenas empresariales de apoyo a Felipe Calderón en la pasada contienda presidencial; Jorge Santibáñez, presidente de El Colegio de la Frontera Norte; el analista Luis Rubio; Mónica Serrano, de El Colegio de México; Arturo Sarukhán, a quien se presenta como ''coordinador de asuntos internacionales de Felipe Calderón Hinojosa''; Juan Camilo Mouriño, coordinador del equipo de transición del presidente electo, y Ernesto Cordero, asesor económico del michoacano.
El Neoliberalismo y los Medios de Comunicación
EDUCACIÓN PARA LA COMUNICACIÓN EN TIEMPOS DE NEOLIBERALISMO
Roberto Aparici
1. - Introducción
El neoliberalismo es un proyecto económico y político que se ha extendido a escala planetaria y cuyos principios ponen en tela de juicio la vida democrática tal como la entendíamos hasta hace poco tiempo. Para el neoliberalismo los principios económicos priman sobre los políticos. Una de sus características más importantes es la de acabar con el capitalismo débil que cedió a las reivindicaciones obreras y a los programas de partidos de izquierda.
Para Eduardo Álvarez Puga (1996) el objetivo del neoliberalismo es desmantelar el proteccionismo y el conjunto de medidas que ha dado lugar al nacimiento del llamado Estado de Bienestar. Este autor señala que el modelo neoliberal tiene por finalidad:
- Reducir al mínimo posible las competencias estatales, es decir limitar sus funciones al mantenimiento del orden público y la política de defensa contra los enemigos exteriores.
- En el orden económico, el Estado debe velar exclusivamente por el cumplimiento de las condiciones legales para dar protagonismo a la libre iniciativa y a las reglas del mercado.
- Desreglamentación de todas las ordenanzas legales que frenan la libre competencia, con especial atención en la flexibilización de las plantillas laborales y el despido libre de los trabajadores.
- Disminución de las prestaciones de la seguridad social y privatización de la medicina, la educación y otros servicios públicos que en la actualidad son deficitarios.
- Supresión de las barreras aduaneras y de las trabas fiscales que crean obstáculos artificiales a los intercambios internacionales”
¿De qué manera afecta este modelo económico a la educación en general?
Las consecuencias de la situación económica que vivimos hoy no se traducen de manera inmediata en el campo educativo. Los resultados serán visibles dentro de unos años. El estado de la educación hoy es producto de un proceso que ha vivido la sociedad española en los últimos tiempos. Por consiguiente, una evaluación sobre el futuro de la educación tendrá que partir del análisis de los principios económicos que sustentan el proyecto neoliberal.
2. -Formación y Medios
En este fin de siglo ya no es suficiente saber leer y escribir códigos lingüísticos para comprender la realidad. Aquel individuo que no tenga los instrumentos para decodificar los mensajes de los medios puede llegar a ser identificado como un nuevo tipo de analfabeto.
La “Association for Media Literacy” (AML) con sede en Toronto dice que la alfabetización audiovisual es la capacidad de decodificar, evaluar y comunicarse en una variedad de medios. (Vídeo, ordenadores, radio, prensa, televisión, etc.).
La educación para los medios es el estudio de los medios de comunicación en contextos educativos con el fin de conocer las construcciones que hacen de la realidad. Este tipo de estudio no es sólo de carácter teórico sino también de carácter práctico y vivencial donde se ponen en juego, sobre todo, diferentes dinámicas de comunicación y producción.
El objetivo de la educación para los medios no es formar futuros profesionales de la televisión, de la radio, de la prensa o de la informática como tampoco el objetivo de ofrecer instrumentos de análisis en ciencias sociales es que los estudiantes alcancen su especialización en sociología, ni tampoco el estudio de la lengua y la literatura tiene por finalidad hacer de cada joven un escritor.
La educación para los medios es, sobre todo, una formación en los valores y en la comunicación y, por consiguiente, tiende a complementar la formación en la ciudadanía y la democracia que se hace en el resto del currículum. La preocupación social que comienza a manifestarse sobre los niños y los nuevos medios está estrechamente vinculada a dos factores: por un lado, el tiempo que dedican a la televisión, ordenador, radio, etc. y, por otro lado, los valores y representación que transmiten estos medios.
K. Tyner (1995) dice que los peligros de no analizar el contenido de los medios de comunicación son mayores para la población de niños y jóvenes por encontrarse estos entre la audiencia más numerosa y menos sofisticada de la sociedad. Señala que: “Si fracasamos en ayudarles a adquirir una formación audiovisual que les permita analizar de forma crítica lo que ven, contribuiremos a que desarrollen visiones de si mismos controladas por personas ajenas a ellos y a nosotros mismos, cuyos valores y visiones podemos no compartir”.
Lo que pretende la educación para los medios es que niños y jóvenes logren un cierto control sobre el uso que hacen de los medios de comunicación, es decir que si se les ofrece unas pautas de análisis adecuadas y una propuesta pedagógica y comunicativa reflexiva, crítica y lúdica tengan instrumentos para tomar decisiones autónomas sobre los mensajes que reciben de los diferentes medios de comunicación.
En ese sentido, Tyner (1995) afirma que:
“La persona que posea una formación de este tipo estará capacitada para describir el papel que la comunicación cumple en su vida, en términos de cómo la utiliza y en qué cuantía. Podrá entender, además, las convenciones básicas de los diferentes medios, disfrutando así de un modo deliberadamente consciente (...) Una persona con una correcta formación en cuanto a medios de comunicación se refiere, controla sus experiencias con ellos”
3. -Enfoques en la educación para los medios
En estos momentos conviven diferentes enfoques de educación para los medios: el vacunador, el discriminador, el tecnológico, el crítico, el centrado en el receptor.
Enfoque vacunador: en este modelo el objetivo es luchar contra los medios de comunicación. Es un enfoque muy extendido en el campo de la educación. Muchos creen que la educación para los medios es una cruzada con el fin de salvaguardar a niños y jóvenes de la enfermedad que inyectan los medios. Másterman (1993) dice que en este modelo se permite la entrada de una pequeña porción de los medios en la clase sólo para vacunar al alumno de un modo más eficaz contra ellos.
Enfoque discriminador: Este modelo tiene por objetivo que distingan las grandes obras audiovisuales de las populares. Se basa en principios estáticos. Suelen utilizarse en clase películas consideradas obras de arte o programas de televisión de alto nivel educativo o cultural. Este enfoque también extendido entre los docentes de todos los niveles de la enseñanza, en palabras de Másterman, pretende capacitar con el fin de poder diferenciar entre una película buena y una mala, un programa de televisión auténtico y uno vulgar, una obra de cultura popular y la que sólo es comercial.
Enfoque tecnológico: este modelo pretende hacer de cada alumn@ un técnico. Este enfoque está muy extendido entre los docentes que utilizan, sobre todo, el vídeo o el ordenador y el objetivo es un conocimiento de las máquinas, una aproximación mecánica a ellas con el fin de obtener resultados sin que se reflexione sobre la producción o el proceso que se ha llevado a cabo. Las estrategias de marketing desarrolladas en todos los sectores de la sociedad Han impuesto este modelo en contextos educativos que vinculan a los medios, sobre todo, los informáticos con la eficiencia.
Enfoque crítico: este modelo estudia los medios como parte de la industria cultural. Desmitifica los principios que fundamentan a la Sociedad de la información y de la comunicación. El objetivo es deconstruir los elementos que pueden ser objeto de análisis: las representaciones, los textos, la tecnología, el substrato económico. Ideológico y político. Los medios se utilizan y producen en clase con el fin de conocer todo el proceso de producción, transmisión y difusión.
Enfoque centrado en el receptor: este modelo se preocupa por formar a las audiencias con el fin de que su actuación no se limite a ser sólo consumidores de mensajes sino a tener poder de decisión en los medios de comunicación. Este enfoque capacita a la sociedad civil con el fin de que tengan una presencia activa en los medios. Pretende que las decisiones que se toman sobre las audiencias no sean sólo las de tipo económico que refuercen el poder de los medios, sino que se establezcan canales de negociación para que la voz de la sociedad civil tenga una presencia real en el contenido y enfoque democrático de los medios. Pero la educación para los medios no debe limitarse a la sociedad que utiliza los medios sino también a los profesionales de los medios. En ese sentido Guillermo Orozco (1996) dice que es imprescindible La formación democrática de los profesionales de la comunicación: los periodistas y los comunicadores. Por supuesto, son ellos los que materializan y concretizan el poder de la TV y los que podrían hacer mucho en favor de las audiencias si su compromiso en lugar de que fuera con los medios fuera con la sociedad, la democracia y los derechos humanos.
La formación democrática en la comunicación es determinante para el futuro de las democracias. Según Orozco: “Sin la competencia de los profesionales de la comunicación, ejercida con sentido democrático, el poder de la TV seguirá en aumento, y será aun más difícil contrarrestarlo socialmente”.
4. - Modelos de formación
Pueden distinguirse tres grandes modelos para la formación docente en medios: tecnológico, tecnocrático y comunicativo
Modelo tecnológico: es el modelo más extendido para la formación en medios. Suele ofrecerse información técnica acerca del funcionamiento de los equipos y puede incluir o no prácticas.
En la década de los 80 y comienzos de los 90, la formación a cargo del MEC estaba centrada en instruir a los docentes en el manejo de la cámara de vídeo, a fines de los 90 la gran preocupación se centra en el manejo del ordenador. En ningún caso, se han ofrecido propuestas con el fin de analizar de que manera la introducción de una tecnología afecta el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto significa, que se han incorporado nuevas tecnologías al aula sin que se hayan realizado planteamientos renovadores para su utilización. De alguna manera, los medios aquí' funcionan como extensiones de la pizarra o del libro de texto.
Este modelo y el tecnocrático utiliza, el enfoque tecnológico de la educación para los medios, acentuándose en el tecnocrático la dimensión eficientista
¿Qué hace un docente que se ha formado en este modelo? Ha repetido una trayectoria para el manejo de los medios. Estrategia que, por lo general, transfiere luego en el aula con sus alumnos. Sin embargo, los docentes que no se limitan a tener una visión reproductora ni tecnicista de la realidad, a veces, incorporan planteamientos mediáticos, sociales o económicos cuando abordan en sus clases el uso de nuevos medios.
Modelo tecnocrático: En este caso, se trasladan los modelos empresVerdanaes eficientistas al campo de la formación, es decir, entrenar a muchos en muy poco tiempo. Suelen basarse en paradigmas neoconductistas. Aquí la tecnología en tanto cacharrería (es decir programas, botones o cables), prima sobre cualquier principio pedagógico. Esta concepción sitúa a los docentes como meros operadores técnicos y a la tecnología como transmisora del conocimiento.
En este modelo, los contenidos son establecidos de antemano y suelen respetarse secuencialmente como ocurría con la instrucción programada. El aprendizaje suele asociarse al adiestramiento.
¿Qué hace un docente que se ha formado en este modelo? Este es un enfoque mucho mas rígido que el anterior. A pesar de ser un modelo de formación extremadamente cerrado, muchos educadores pueden utilizar criterios mas abiertos y no reproducir esta concepción. Pero, aquellos docentes que sienten admiración por las tecnologías sin que incorporen algún matiz reflexivo a su actividad, suelen utilizar un discurso de promoción del uso de las tecnologías similar al de los agentes de venta de las empresas informáticas. A tal punto que puede darse el caso de que al utilizar ciertos materiales detecten que no le pueden sacar mejor partido porque no tienen alumnos tan espabilados para que practiquen estos programas tan buenos.
Con este tipo de formación, los docentes no se plantean los principios pedagógicos ni las teorías de aprendizaje que sustentan las diferentes tecnologías o los programas que utilizan. Suelen evaluar positivamente que sus alumn@s manejen los medios mecánicos, sin considerar el nivel de comprensión de la información consultada, ni la calidad de los conocimientos puestos en juego. Un alumn@ puede recortar y pegar datos de una enciclopedia electrónica sin que ello signifique un conocimiento del tema aunque esté correctamente presentado y haya manejado la tecnología adecuadamente ¿qué procesos de reflexión, comprensión y crítica pueden desarrollar nuestros alumn@s si hacen una utilización mecánica de un recurso?
Modelo comunicativo: En este modelo pueden integrarse aspectos pedagógicos, técnicos y comunicativos. Se analizan las prácticas o no prácticas pedagógicas con los nuevos medios en el aula y se establecen diferentes enfoques en función de las necesidades de cada centro escolar.
La tecnología es sólo un recurso mas que puede facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para este modelo, una cámara de vídeo, un ordenador, un lápiz o un bolígrafo son instrumentos que permiten la comunicación, la reflexión, la comprensión de la realidad.
Este modelo hace hincapié en la integración pedagógica de los medios, recurre a paradigmas constructivistas e interpretativos. Integra los planteamientos de educación para los medios correspondientes al enfoque crítico y al centrado en el receptor desarrollado en el apartado anterior.
¿Qué hace un docente que se ha formado en este modelo? Suele utilizar teorías de comunicación participativa a través de las cuales los alumn@s son productores de textos audiovisuales o informáticos y los medios se convierten en objeto de estudio para comprender la construcción y representación que hacen de la realidad cada uno de ellos. Plantean relacionarse con la tecnología desde una doble perspectiva: la lúdica y la crítica.
¿Qué modelo de formación nos depara este contexto en el que estamos viviendo? La política educativa actual se basa en principios neoliberales que de ninguna manera alientan la participación, ni la crítica a las interrelaciones entre tecnología y sociedad. En cambio, favorece el vaciamiento de los contenidos de la reforma y el recorte de presupuesto en la formación del profesorado.
5. -El futuro de la formación en medios
Los programas de estudio de educación para los medios se han ocupado, fundamentalmente, de analizar cada medio en función de sus representaciones, de su tecnología, de los lenguajes que utilizan, de los textos que producen, de las audiencias, de sus productores y propietarios.
Esta disciplina se caracteriza a escala mundial y, en líneas generales, por enfoques que provienen del contexto social, político, económico y pedagógico de la década pasada o de comienzos de los 90.
Los programas de estudio que sigan respondiendo, solamente, a los planteamientos contextuales del pasado, difícilmente constituyan la respuesta pedagógica adecuada para el contexto audiovisual de los futuros adultos. Muchas de nuestras prácticas pedagógicas y comunicativas en nuestro campo parecen contemporáneas o modernas sólo en la superficie.
Atendiendo al contexto internacional y local el futuro de la formación docente debe incluir, al menos, contenidos y propuestas curriculares en torno a:
A. la globalización
B. el pensamiento único
C. la democracia y la diversidad
D. el exceso de información
A. La globalización
La globalización y la identidad local no son unos contenidos más que se pueden memorizar o incluir en un temario.
La formación para la globalización y la identidad local supone no sólo un cambio de los contenidos de la educación para los medios, sino también un cambio metodológico. Se trata de un aprendizaje DE y PARA EL CONTEXTO. Es un conocimiento que parte de la realidad y que constantemente remite a ella. Exige una aproximación al conocimiento internacional que no deje de lado la cultura nacional como algo folclórico. En este sentido, Eric McLuhan dice que se hace necesario una formación en lo glocal, es decir que tenga presente, al mismo tiempo, la dimensión global y la local.
En ese interjuego de globalización e identidad local, es imprescindible ofrecer una serie de instrumentos que permitan conocer aspectos económicos vinculados con la comunicación y cómo la comunicación en manos de unas pocas empresas pueden controlar el conocimiento. En palabras de Ignacio Ramonet habría que vincular cómo los nuevos planteamientos económicos actúan en la construcción del pensamiento único a partir de toda la industria de los medios.
B. El pensamiento único
Para Ignacio Ramonet (1997) el pensamiento único es “la traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial las del capital internacional”. Los principios que sustentan al pensamiento único son:
- lo económico prima sobre lo político
- el mercado y, especialmente, los mercados financieros que orientan y determinan el movimiento de la economía.
- la competencia y la competitividad
- el libre intercambio sin limites
- la mundialización de la producción y de los flujos financieros
- la división internacional del trabajo
- la desreglamentación, la privatización, la liberalización
- el debilitamiento del Estado en favor del capital
Podemos decir que el pensamiento único es una ideología que empieza a tener características planetarias y que se podría sintetizar en el principio de que el mercado es el que gobierna y el gobierno quien gestiona. Hans Tietmayer citado por Joaquín Estefanía dice al respecto: “los gobiernos que no sigan estas consignas, los mercados les sancionarán inmediatamente, puesto que los políticos estarán en lo sucesivo, bajo el control de los mercados financieros, la fuente de autoridad más importante”.
La cuestión que se nos plantea ante esta nueva situación es que si los poderes económicos son quiénes tienen el poder de tomar decisiones, ¿Qué sentido tienen las democracias y el poder político como los entendíamos hasta hoy? ¿Qué papel jugamos nosotros como ciudadanos, como población civil en este juego de interrelaciones? ¿Qué hacen los medios de comunicación en este sentido? ¿Cuáles son las vinculaciones de los medios con el poder económico y qué tipo de relaciones establece con nosotros sus públicos?
Las preguntas que muchas veces nos hemos hecho son ¿Qué hacemos nosotros con los medios? ¿Y qué hacen los medios con nosotros? Pero agreguemos ahora: ¿qué hacen los medios en un contexto de globalización a escala mundial y desde una perspectiva, en primer lugar económica y luego política?
Víctor Sáez (1997) dice que este modelo que prima lo económico sobre lo político supone la concentración de capitales en pocas y muy poderosas transnacionales .En el área de las telecomunicaciones, una tríada, constituida por los Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, dominan el sector completamente. Este autor precisa que en el proceso de concentración multimedia al que estamos asistiendo en nuestros días se producen fusiones en las que, por ejemplo, empresas japonesas compran grandes productoras de cine estadounidenses. En cuanto a la producción de bienes y servicios de información y comunicación, la tríada controla el 90% del total de programas emitidos en el planeta. Se prevé que, en un futuro cercano, en el sector de la informática y de las telecomunicaciones, no habrá más de siete u ocho empresas a escala mundial.
En el caso de las telecomunicaciones, España ha formalizado durante 1997 dos alianzas, una con Portugal y otra con el Reino Unido y, en 1998 ha formalizado una nueva alianza, esta vez con Estados Unidos que puede llegar a significar el control de las emisiones y la distribución en diferentes lugares del planeta.
Esta expansión va a afectar de diferente manera a los países implicados. ¿De qué manera va a afectar a quienes están en el norte y de qué manera a quienes están en el sur? ¿Qué implican los acuerdos entre España, Portugal, el Reino Unido y Estados Unidos?
Como todos sabemos una de las más importantes fuentes de difusión y distribución de la información se da a través de la telefonía. El control de la telefonía y la difusión por ese medio significará el dominio de las comunicaciones en África, Latinoamérica y Asia. Regiones que también se reparten franceses, italianos, alemanes, portugueses y norteamericanos.
¿Qué va a ocurrir a nivel local? ¿De qué manera introducir esta problemática en el contexto de la educación para los medios? ¿Cómo se tratarían esos contenidos en España, en Portugal o en el Reino Unido y cómo en Brasil, Argentina o Nueva Zelanda? ¿Se explicitará como contenido en un programa de educación para los medios o pasará a formar parte del currículum oculto?
C. La democracia y la diversidad
El proceso de globalización de la economía (y con ella de la cultura, de los medios...) y el desarrollo del pensamiento hegemónico hacen necesario establecer estrategias divergentes y heterogéneas a nivel mundial. La homogeneización de la información pone en peligro principios democráticos.
¿De qué instrumentos se vale el mercado para la imposición de pautas y formas homogéneas a nivel internacional? La posibilidad de muchos medios de información no garantizan una información divergente y menos aún el desarrollo de estrategias que no refuercen el discurso establecido a través de los grandes medios. La escuela es uno de los pocos lugares donde se puede desarrollar planteamientos democráticos que permitan pensar la comunicación y los medios desde una perspectiva heterogénea. En la medida que cada joven conozca y haga suyo el proceso de comunicación que se desarrolle en el aula podrá comprender en carne propia qué significa silenciar al otro o manipular la participación. En síntesis, tendrá mas instrumentos para criticar el modelo imperante y comprender que la comunicación es un asunto que compromete a todos los ciudadanos, no sólo a los propietarios de los medios, a los que tienen posibilidades de emitir mensajes.
En estos momentos, España tiene dos plataformas digitales: una de carácter gubernamental a la que se han integrado empresas afines al partido político que está en el poder y otra de carácter totalmente privado y vinculada con un sector de la oposición al oficialismo ¿Qué van a significar las 100 ofertas televisivas que nos proponen las dos plataformas digitales? ¿Significa que van a ofrecer espacios para la divergencia y la disensión o se fortalecerá hasta el último resquicio el modelo ideológico que no tiene fronteras ni cortapisas? En muchas partes del mundo se viven situaciones como ésta. Por ejemplo, en el Brasil el control de la información está en manos de dos o tres grandes empresas y las más grandes están en connivencia con el poder político. En cada país toma una modalidad, pero todas ellas tienen algo en común: el fortalecimiento y desarrollo del pensamiento único. En muchos casos, con el fin de controlar el mercado las empresas de comunicación local se asocian o han sido adquiridas por multinacionales, que a su vez pueden tener alguna vinculación con las compañías telefónicas.
¿Este nuevo modelo no pretende la temida ex sovietización del mundo pero con un signo ideológico totalmente opuesto? ¿Estas no son acaso las profecías que hiciera Orwell pero ahora, llevadas a la práctica, en un contexto hipercapitalista?
Ante algunos de estos interrogantes ¿ qué papel nos cabe a los educadores, seguir siendo los agentes del sistema o, en la medida de nuestras posibilidades, proponer estrategias para la heterogeneidad y la autonomía?
D. El exceso de información
En España tenemos, por ahora, más de 100 canales de televisión, las autopistas de la información siguen expandiéndose así como los multimedia y las nuevas tecnologías. ¿Qué ocurrirá con las posibilidades de apropiación crítica de esa gran producción informativa?
Como ya hemos dicho en otras publicaciones la apropiación crítica supone contar con una formación que permita analizar, sintetizar y jerarquizar.
Puede llegar a ocurrir que el exceso de información deje a buena parte de la población en una actitud pasiva. Es decir, no saber qué hacer con toda ella, sólo consumirla sin ningún tipo de criterio. Se nos ofrece la misma información en diferentes medios hasta llegar a una saturación que dificulta distinguir lo importante de lo accesorio, las causas de los efectos.
Si comparamos el exceso de información que recibimos a diario sobre un mismo tema, podemos comprobar que en muchas ocasiones los medios no hace otra cosa que decir más sobre lo mismo sin explicar o argumentar las causas o el origen real de un conflicto.
El educador del nuevo milenio debe ofrecer instrumentos a sus alumnos con el fin de que no se pierdan ante la avalancha de información que les ofrecen y desarrollar filtros ante la repetición de mensajes que terminan naturalizando y convirtiendo en “normal“ cualquier tipo de información o noticia.
Bibliografía
Álvarez Puga, E. (1996): Maldito mercado. Manifiesto contra el fundamentalismo neoliberal. Ediciones B, Barcelona.
Aparici, R (1996) La revolución de los medios audiovisuales. Edic. de la Torre, Madrid.
Aparici, R. y Sáez, V. (1997) Guía didáctica curso de medios de comunicación y manipulación. Programa de Matrícula Abierta. UNED, Madrid.
Aparici, R. (1995): ¿Y ahora qué hacemos con la educación para los medios? IV Congreso Internacional Pé de Imaxe, La Coruña.
Chomsky, N. y Ramonet, I. (1995) Cómo nos venden la moto. Icaria, Barcelona.
Estefanía, J. (1996): La nueva economía. La globalización. Editorial Debate, Madrid,
Ianni, O. (1996): Teorías de la globalización. Siglo XXI Editores, México.
Másterman, L. (1993): La enseñanza de los medios de comunicación. Edic. de la Torre, Madrid.
Orozco, G. (1996) Televisión y audiencias. Edic. de la Torre, Madrid.
Ramonet, I. (1997): Un mundo sin rumbo. Editorial Debate, Madrid.
Tyner, K. y Lloyd, D (1995): Aprender con los Medios de Comunicación. Edic. de la Torre, Madrid.
Fragmento de la conferencia impartida en la UNESCO (París, 1997).
Roberto Aparici
1. - Introducción
El neoliberalismo es un proyecto económico y político que se ha extendido a escala planetaria y cuyos principios ponen en tela de juicio la vida democrática tal como la entendíamos hasta hace poco tiempo. Para el neoliberalismo los principios económicos priman sobre los políticos. Una de sus características más importantes es la de acabar con el capitalismo débil que cedió a las reivindicaciones obreras y a los programas de partidos de izquierda.
Para Eduardo Álvarez Puga (1996) el objetivo del neoliberalismo es desmantelar el proteccionismo y el conjunto de medidas que ha dado lugar al nacimiento del llamado Estado de Bienestar. Este autor señala que el modelo neoliberal tiene por finalidad:
- Reducir al mínimo posible las competencias estatales, es decir limitar sus funciones al mantenimiento del orden público y la política de defensa contra los enemigos exteriores.
- En el orden económico, el Estado debe velar exclusivamente por el cumplimiento de las condiciones legales para dar protagonismo a la libre iniciativa y a las reglas del mercado.
- Desreglamentación de todas las ordenanzas legales que frenan la libre competencia, con especial atención en la flexibilización de las plantillas laborales y el despido libre de los trabajadores.
- Disminución de las prestaciones de la seguridad social y privatización de la medicina, la educación y otros servicios públicos que en la actualidad son deficitarios.
- Supresión de las barreras aduaneras y de las trabas fiscales que crean obstáculos artificiales a los intercambios internacionales”
¿De qué manera afecta este modelo económico a la educación en general?
Las consecuencias de la situación económica que vivimos hoy no se traducen de manera inmediata en el campo educativo. Los resultados serán visibles dentro de unos años. El estado de la educación hoy es producto de un proceso que ha vivido la sociedad española en los últimos tiempos. Por consiguiente, una evaluación sobre el futuro de la educación tendrá que partir del análisis de los principios económicos que sustentan el proyecto neoliberal.
2. -Formación y Medios
En este fin de siglo ya no es suficiente saber leer y escribir códigos lingüísticos para comprender la realidad. Aquel individuo que no tenga los instrumentos para decodificar los mensajes de los medios puede llegar a ser identificado como un nuevo tipo de analfabeto.
La “Association for Media Literacy” (AML) con sede en Toronto dice que la alfabetización audiovisual es la capacidad de decodificar, evaluar y comunicarse en una variedad de medios. (Vídeo, ordenadores, radio, prensa, televisión, etc.).
La educación para los medios es el estudio de los medios de comunicación en contextos educativos con el fin de conocer las construcciones que hacen de la realidad. Este tipo de estudio no es sólo de carácter teórico sino también de carácter práctico y vivencial donde se ponen en juego, sobre todo, diferentes dinámicas de comunicación y producción.
El objetivo de la educación para los medios no es formar futuros profesionales de la televisión, de la radio, de la prensa o de la informática como tampoco el objetivo de ofrecer instrumentos de análisis en ciencias sociales es que los estudiantes alcancen su especialización en sociología, ni tampoco el estudio de la lengua y la literatura tiene por finalidad hacer de cada joven un escritor.
La educación para los medios es, sobre todo, una formación en los valores y en la comunicación y, por consiguiente, tiende a complementar la formación en la ciudadanía y la democracia que se hace en el resto del currículum. La preocupación social que comienza a manifestarse sobre los niños y los nuevos medios está estrechamente vinculada a dos factores: por un lado, el tiempo que dedican a la televisión, ordenador, radio, etc. y, por otro lado, los valores y representación que transmiten estos medios.
K. Tyner (1995) dice que los peligros de no analizar el contenido de los medios de comunicación son mayores para la población de niños y jóvenes por encontrarse estos entre la audiencia más numerosa y menos sofisticada de la sociedad. Señala que: “Si fracasamos en ayudarles a adquirir una formación audiovisual que les permita analizar de forma crítica lo que ven, contribuiremos a que desarrollen visiones de si mismos controladas por personas ajenas a ellos y a nosotros mismos, cuyos valores y visiones podemos no compartir”.
Lo que pretende la educación para los medios es que niños y jóvenes logren un cierto control sobre el uso que hacen de los medios de comunicación, es decir que si se les ofrece unas pautas de análisis adecuadas y una propuesta pedagógica y comunicativa reflexiva, crítica y lúdica tengan instrumentos para tomar decisiones autónomas sobre los mensajes que reciben de los diferentes medios de comunicación.
En ese sentido, Tyner (1995) afirma que:
“La persona que posea una formación de este tipo estará capacitada para describir el papel que la comunicación cumple en su vida, en términos de cómo la utiliza y en qué cuantía. Podrá entender, además, las convenciones básicas de los diferentes medios, disfrutando así de un modo deliberadamente consciente (...) Una persona con una correcta formación en cuanto a medios de comunicación se refiere, controla sus experiencias con ellos”
3. -Enfoques en la educación para los medios
En estos momentos conviven diferentes enfoques de educación para los medios: el vacunador, el discriminador, el tecnológico, el crítico, el centrado en el receptor.
Enfoque vacunador: en este modelo el objetivo es luchar contra los medios de comunicación. Es un enfoque muy extendido en el campo de la educación. Muchos creen que la educación para los medios es una cruzada con el fin de salvaguardar a niños y jóvenes de la enfermedad que inyectan los medios. Másterman (1993) dice que en este modelo se permite la entrada de una pequeña porción de los medios en la clase sólo para vacunar al alumno de un modo más eficaz contra ellos.
Enfoque discriminador: Este modelo tiene por objetivo que distingan las grandes obras audiovisuales de las populares. Se basa en principios estáticos. Suelen utilizarse en clase películas consideradas obras de arte o programas de televisión de alto nivel educativo o cultural. Este enfoque también extendido entre los docentes de todos los niveles de la enseñanza, en palabras de Másterman, pretende capacitar con el fin de poder diferenciar entre una película buena y una mala, un programa de televisión auténtico y uno vulgar, una obra de cultura popular y la que sólo es comercial.
Enfoque tecnológico: este modelo pretende hacer de cada alumn@ un técnico. Este enfoque está muy extendido entre los docentes que utilizan, sobre todo, el vídeo o el ordenador y el objetivo es un conocimiento de las máquinas, una aproximación mecánica a ellas con el fin de obtener resultados sin que se reflexione sobre la producción o el proceso que se ha llevado a cabo. Las estrategias de marketing desarrolladas en todos los sectores de la sociedad Han impuesto este modelo en contextos educativos que vinculan a los medios, sobre todo, los informáticos con la eficiencia.
Enfoque crítico: este modelo estudia los medios como parte de la industria cultural. Desmitifica los principios que fundamentan a la Sociedad de la información y de la comunicación. El objetivo es deconstruir los elementos que pueden ser objeto de análisis: las representaciones, los textos, la tecnología, el substrato económico. Ideológico y político. Los medios se utilizan y producen en clase con el fin de conocer todo el proceso de producción, transmisión y difusión.
Enfoque centrado en el receptor: este modelo se preocupa por formar a las audiencias con el fin de que su actuación no se limite a ser sólo consumidores de mensajes sino a tener poder de decisión en los medios de comunicación. Este enfoque capacita a la sociedad civil con el fin de que tengan una presencia activa en los medios. Pretende que las decisiones que se toman sobre las audiencias no sean sólo las de tipo económico que refuercen el poder de los medios, sino que se establezcan canales de negociación para que la voz de la sociedad civil tenga una presencia real en el contenido y enfoque democrático de los medios. Pero la educación para los medios no debe limitarse a la sociedad que utiliza los medios sino también a los profesionales de los medios. En ese sentido Guillermo Orozco (1996) dice que es imprescindible La formación democrática de los profesionales de la comunicación: los periodistas y los comunicadores. Por supuesto, son ellos los que materializan y concretizan el poder de la TV y los que podrían hacer mucho en favor de las audiencias si su compromiso en lugar de que fuera con los medios fuera con la sociedad, la democracia y los derechos humanos.
La formación democrática en la comunicación es determinante para el futuro de las democracias. Según Orozco: “Sin la competencia de los profesionales de la comunicación, ejercida con sentido democrático, el poder de la TV seguirá en aumento, y será aun más difícil contrarrestarlo socialmente”.
4. - Modelos de formación
Pueden distinguirse tres grandes modelos para la formación docente en medios: tecnológico, tecnocrático y comunicativo
Modelo tecnológico: es el modelo más extendido para la formación en medios. Suele ofrecerse información técnica acerca del funcionamiento de los equipos y puede incluir o no prácticas.
En la década de los 80 y comienzos de los 90, la formación a cargo del MEC estaba centrada en instruir a los docentes en el manejo de la cámara de vídeo, a fines de los 90 la gran preocupación se centra en el manejo del ordenador. En ningún caso, se han ofrecido propuestas con el fin de analizar de que manera la introducción de una tecnología afecta el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto significa, que se han incorporado nuevas tecnologías al aula sin que se hayan realizado planteamientos renovadores para su utilización. De alguna manera, los medios aquí' funcionan como extensiones de la pizarra o del libro de texto.
Este modelo y el tecnocrático utiliza, el enfoque tecnológico de la educación para los medios, acentuándose en el tecnocrático la dimensión eficientista
¿Qué hace un docente que se ha formado en este modelo? Ha repetido una trayectoria para el manejo de los medios. Estrategia que, por lo general, transfiere luego en el aula con sus alumnos. Sin embargo, los docentes que no se limitan a tener una visión reproductora ni tecnicista de la realidad, a veces, incorporan planteamientos mediáticos, sociales o económicos cuando abordan en sus clases el uso de nuevos medios.
Modelo tecnocrático: En este caso, se trasladan los modelos empresVerdanaes eficientistas al campo de la formación, es decir, entrenar a muchos en muy poco tiempo. Suelen basarse en paradigmas neoconductistas. Aquí la tecnología en tanto cacharrería (es decir programas, botones o cables), prima sobre cualquier principio pedagógico. Esta concepción sitúa a los docentes como meros operadores técnicos y a la tecnología como transmisora del conocimiento.
En este modelo, los contenidos son establecidos de antemano y suelen respetarse secuencialmente como ocurría con la instrucción programada. El aprendizaje suele asociarse al adiestramiento.
¿Qué hace un docente que se ha formado en este modelo? Este es un enfoque mucho mas rígido que el anterior. A pesar de ser un modelo de formación extremadamente cerrado, muchos educadores pueden utilizar criterios mas abiertos y no reproducir esta concepción. Pero, aquellos docentes que sienten admiración por las tecnologías sin que incorporen algún matiz reflexivo a su actividad, suelen utilizar un discurso de promoción del uso de las tecnologías similar al de los agentes de venta de las empresas informáticas. A tal punto que puede darse el caso de que al utilizar ciertos materiales detecten que no le pueden sacar mejor partido porque no tienen alumnos tan espabilados para que practiquen estos programas tan buenos.
Con este tipo de formación, los docentes no se plantean los principios pedagógicos ni las teorías de aprendizaje que sustentan las diferentes tecnologías o los programas que utilizan. Suelen evaluar positivamente que sus alumn@s manejen los medios mecánicos, sin considerar el nivel de comprensión de la información consultada, ni la calidad de los conocimientos puestos en juego. Un alumn@ puede recortar y pegar datos de una enciclopedia electrónica sin que ello signifique un conocimiento del tema aunque esté correctamente presentado y haya manejado la tecnología adecuadamente ¿qué procesos de reflexión, comprensión y crítica pueden desarrollar nuestros alumn@s si hacen una utilización mecánica de un recurso?
Modelo comunicativo: En este modelo pueden integrarse aspectos pedagógicos, técnicos y comunicativos. Se analizan las prácticas o no prácticas pedagógicas con los nuevos medios en el aula y se establecen diferentes enfoques en función de las necesidades de cada centro escolar.
La tecnología es sólo un recurso mas que puede facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para este modelo, una cámara de vídeo, un ordenador, un lápiz o un bolígrafo son instrumentos que permiten la comunicación, la reflexión, la comprensión de la realidad.
Este modelo hace hincapié en la integración pedagógica de los medios, recurre a paradigmas constructivistas e interpretativos. Integra los planteamientos de educación para los medios correspondientes al enfoque crítico y al centrado en el receptor desarrollado en el apartado anterior.
¿Qué hace un docente que se ha formado en este modelo? Suele utilizar teorías de comunicación participativa a través de las cuales los alumn@s son productores de textos audiovisuales o informáticos y los medios se convierten en objeto de estudio para comprender la construcción y representación que hacen de la realidad cada uno de ellos. Plantean relacionarse con la tecnología desde una doble perspectiva: la lúdica y la crítica.
¿Qué modelo de formación nos depara este contexto en el que estamos viviendo? La política educativa actual se basa en principios neoliberales que de ninguna manera alientan la participación, ni la crítica a las interrelaciones entre tecnología y sociedad. En cambio, favorece el vaciamiento de los contenidos de la reforma y el recorte de presupuesto en la formación del profesorado.
5. -El futuro de la formación en medios
Los programas de estudio de educación para los medios se han ocupado, fundamentalmente, de analizar cada medio en función de sus representaciones, de su tecnología, de los lenguajes que utilizan, de los textos que producen, de las audiencias, de sus productores y propietarios.
Esta disciplina se caracteriza a escala mundial y, en líneas generales, por enfoques que provienen del contexto social, político, económico y pedagógico de la década pasada o de comienzos de los 90.
Los programas de estudio que sigan respondiendo, solamente, a los planteamientos contextuales del pasado, difícilmente constituyan la respuesta pedagógica adecuada para el contexto audiovisual de los futuros adultos. Muchas de nuestras prácticas pedagógicas y comunicativas en nuestro campo parecen contemporáneas o modernas sólo en la superficie.
Atendiendo al contexto internacional y local el futuro de la formación docente debe incluir, al menos, contenidos y propuestas curriculares en torno a:
A. la globalización
B. el pensamiento único
C. la democracia y la diversidad
D. el exceso de información
A. La globalización
La globalización y la identidad local no son unos contenidos más que se pueden memorizar o incluir en un temario.
La formación para la globalización y la identidad local supone no sólo un cambio de los contenidos de la educación para los medios, sino también un cambio metodológico. Se trata de un aprendizaje DE y PARA EL CONTEXTO. Es un conocimiento que parte de la realidad y que constantemente remite a ella. Exige una aproximación al conocimiento internacional que no deje de lado la cultura nacional como algo folclórico. En este sentido, Eric McLuhan dice que se hace necesario una formación en lo glocal, es decir que tenga presente, al mismo tiempo, la dimensión global y la local.
En ese interjuego de globalización e identidad local, es imprescindible ofrecer una serie de instrumentos que permitan conocer aspectos económicos vinculados con la comunicación y cómo la comunicación en manos de unas pocas empresas pueden controlar el conocimiento. En palabras de Ignacio Ramonet habría que vincular cómo los nuevos planteamientos económicos actúan en la construcción del pensamiento único a partir de toda la industria de los medios.
B. El pensamiento único
Para Ignacio Ramonet (1997) el pensamiento único es “la traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial las del capital internacional”. Los principios que sustentan al pensamiento único son:
- lo económico prima sobre lo político
- el mercado y, especialmente, los mercados financieros que orientan y determinan el movimiento de la economía.
- la competencia y la competitividad
- el libre intercambio sin limites
- la mundialización de la producción y de los flujos financieros
- la división internacional del trabajo
- la desreglamentación, la privatización, la liberalización
- el debilitamiento del Estado en favor del capital
Podemos decir que el pensamiento único es una ideología que empieza a tener características planetarias y que se podría sintetizar en el principio de que el mercado es el que gobierna y el gobierno quien gestiona. Hans Tietmayer citado por Joaquín Estefanía dice al respecto: “los gobiernos que no sigan estas consignas, los mercados les sancionarán inmediatamente, puesto que los políticos estarán en lo sucesivo, bajo el control de los mercados financieros, la fuente de autoridad más importante”.
La cuestión que se nos plantea ante esta nueva situación es que si los poderes económicos son quiénes tienen el poder de tomar decisiones, ¿Qué sentido tienen las democracias y el poder político como los entendíamos hasta hoy? ¿Qué papel jugamos nosotros como ciudadanos, como población civil en este juego de interrelaciones? ¿Qué hacen los medios de comunicación en este sentido? ¿Cuáles son las vinculaciones de los medios con el poder económico y qué tipo de relaciones establece con nosotros sus públicos?
Las preguntas que muchas veces nos hemos hecho son ¿Qué hacemos nosotros con los medios? ¿Y qué hacen los medios con nosotros? Pero agreguemos ahora: ¿qué hacen los medios en un contexto de globalización a escala mundial y desde una perspectiva, en primer lugar económica y luego política?
Víctor Sáez (1997) dice que este modelo que prima lo económico sobre lo político supone la concentración de capitales en pocas y muy poderosas transnacionales .En el área de las telecomunicaciones, una tríada, constituida por los Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, dominan el sector completamente. Este autor precisa que en el proceso de concentración multimedia al que estamos asistiendo en nuestros días se producen fusiones en las que, por ejemplo, empresas japonesas compran grandes productoras de cine estadounidenses. En cuanto a la producción de bienes y servicios de información y comunicación, la tríada controla el 90% del total de programas emitidos en el planeta. Se prevé que, en un futuro cercano, en el sector de la informática y de las telecomunicaciones, no habrá más de siete u ocho empresas a escala mundial.
En el caso de las telecomunicaciones, España ha formalizado durante 1997 dos alianzas, una con Portugal y otra con el Reino Unido y, en 1998 ha formalizado una nueva alianza, esta vez con Estados Unidos que puede llegar a significar el control de las emisiones y la distribución en diferentes lugares del planeta.
Esta expansión va a afectar de diferente manera a los países implicados. ¿De qué manera va a afectar a quienes están en el norte y de qué manera a quienes están en el sur? ¿Qué implican los acuerdos entre España, Portugal, el Reino Unido y Estados Unidos?
Como todos sabemos una de las más importantes fuentes de difusión y distribución de la información se da a través de la telefonía. El control de la telefonía y la difusión por ese medio significará el dominio de las comunicaciones en África, Latinoamérica y Asia. Regiones que también se reparten franceses, italianos, alemanes, portugueses y norteamericanos.
¿Qué va a ocurrir a nivel local? ¿De qué manera introducir esta problemática en el contexto de la educación para los medios? ¿Cómo se tratarían esos contenidos en España, en Portugal o en el Reino Unido y cómo en Brasil, Argentina o Nueva Zelanda? ¿Se explicitará como contenido en un programa de educación para los medios o pasará a formar parte del currículum oculto?
C. La democracia y la diversidad
El proceso de globalización de la economía (y con ella de la cultura, de los medios...) y el desarrollo del pensamiento hegemónico hacen necesario establecer estrategias divergentes y heterogéneas a nivel mundial. La homogeneización de la información pone en peligro principios democráticos.
¿De qué instrumentos se vale el mercado para la imposición de pautas y formas homogéneas a nivel internacional? La posibilidad de muchos medios de información no garantizan una información divergente y menos aún el desarrollo de estrategias que no refuercen el discurso establecido a través de los grandes medios. La escuela es uno de los pocos lugares donde se puede desarrollar planteamientos democráticos que permitan pensar la comunicación y los medios desde una perspectiva heterogénea. En la medida que cada joven conozca y haga suyo el proceso de comunicación que se desarrolle en el aula podrá comprender en carne propia qué significa silenciar al otro o manipular la participación. En síntesis, tendrá mas instrumentos para criticar el modelo imperante y comprender que la comunicación es un asunto que compromete a todos los ciudadanos, no sólo a los propietarios de los medios, a los que tienen posibilidades de emitir mensajes.
En estos momentos, España tiene dos plataformas digitales: una de carácter gubernamental a la que se han integrado empresas afines al partido político que está en el poder y otra de carácter totalmente privado y vinculada con un sector de la oposición al oficialismo ¿Qué van a significar las 100 ofertas televisivas que nos proponen las dos plataformas digitales? ¿Significa que van a ofrecer espacios para la divergencia y la disensión o se fortalecerá hasta el último resquicio el modelo ideológico que no tiene fronteras ni cortapisas? En muchas partes del mundo se viven situaciones como ésta. Por ejemplo, en el Brasil el control de la información está en manos de dos o tres grandes empresas y las más grandes están en connivencia con el poder político. En cada país toma una modalidad, pero todas ellas tienen algo en común: el fortalecimiento y desarrollo del pensamiento único. En muchos casos, con el fin de controlar el mercado las empresas de comunicación local se asocian o han sido adquiridas por multinacionales, que a su vez pueden tener alguna vinculación con las compañías telefónicas.
¿Este nuevo modelo no pretende la temida ex sovietización del mundo pero con un signo ideológico totalmente opuesto? ¿Estas no son acaso las profecías que hiciera Orwell pero ahora, llevadas a la práctica, en un contexto hipercapitalista?
Ante algunos de estos interrogantes ¿ qué papel nos cabe a los educadores, seguir siendo los agentes del sistema o, en la medida de nuestras posibilidades, proponer estrategias para la heterogeneidad y la autonomía?
D. El exceso de información
En España tenemos, por ahora, más de 100 canales de televisión, las autopistas de la información siguen expandiéndose así como los multimedia y las nuevas tecnologías. ¿Qué ocurrirá con las posibilidades de apropiación crítica de esa gran producción informativa?
Como ya hemos dicho en otras publicaciones la apropiación crítica supone contar con una formación que permita analizar, sintetizar y jerarquizar.
Puede llegar a ocurrir que el exceso de información deje a buena parte de la población en una actitud pasiva. Es decir, no saber qué hacer con toda ella, sólo consumirla sin ningún tipo de criterio. Se nos ofrece la misma información en diferentes medios hasta llegar a una saturación que dificulta distinguir lo importante de lo accesorio, las causas de los efectos.
Si comparamos el exceso de información que recibimos a diario sobre un mismo tema, podemos comprobar que en muchas ocasiones los medios no hace otra cosa que decir más sobre lo mismo sin explicar o argumentar las causas o el origen real de un conflicto.
El educador del nuevo milenio debe ofrecer instrumentos a sus alumnos con el fin de que no se pierdan ante la avalancha de información que les ofrecen y desarrollar filtros ante la repetición de mensajes que terminan naturalizando y convirtiendo en “normal“ cualquier tipo de información o noticia.
Bibliografía
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Aparici, R. y Sáez, V. (1997) Guía didáctica curso de medios de comunicación y manipulación. Programa de Matrícula Abierta. UNED, Madrid.
Aparici, R. (1995): ¿Y ahora qué hacemos con la educación para los medios? IV Congreso Internacional Pé de Imaxe, La Coruña.
Chomsky, N. y Ramonet, I. (1995) Cómo nos venden la moto. Icaria, Barcelona.
Estefanía, J. (1996): La nueva economía. La globalización. Editorial Debate, Madrid,
Ianni, O. (1996): Teorías de la globalización. Siglo XXI Editores, México.
Másterman, L. (1993): La enseñanza de los medios de comunicación. Edic. de la Torre, Madrid.
Orozco, G. (1996) Televisión y audiencias. Edic. de la Torre, Madrid.
Ramonet, I. (1997): Un mundo sin rumbo. Editorial Debate, Madrid.
Tyner, K. y Lloyd, D (1995): Aprender con los Medios de Comunicación. Edic. de la Torre, Madrid.
Fragmento de la conferencia impartida en la UNESCO (París, 1997).
Saturday, September 23, 2006
Opinión...
Juan Ulises Hernández Jiménez
En el tránsito hacia la democracia, los medios de comunicación impresos y electrónicos juegan y jugarán un papel muy importante, en la medida en que estos se democraticen y cumplan con su papel social de informar con veracidad a la ciudadanía de todo lo que acontece en los diversos ámbitos de la sociedad, de manera que todos sin excepción estemos bien informados y contemos con los elementos necesarios que nos permitan tomar decisiones, sin ser más víctimas de los manipuladores de opinión pública que sirven a los distintos grupos de poder o al "poder invisible", como lo califica Bobbio (1).
Por razones estructurales, sabemos que nuestros países por su forma de desarrollo, mantienen un desfasamiento entre el desarrollo económico y el político, donde el segundo marcha más aprisa que el primero, hecho que algunos científicos sociales consideran que representa el problema principal para la democracia(2), toda vez que quienes vivimos bajo regímenes de este tipo nos vemos en la disyuntiva de optar entre la necesidad de vivir en una democracia con resultados económicos poco fiables como es el caso de México, o bien pensar en la posibilidad de contar con una "dictadura con justicia social" que permita ver resultados a más corto plazo en cuanto al bienestar material, priorizando lo económico sobre lo político y sus avances.
El problema que se nos presenta entonces, es cómo lograr un mejor sistema democrático que vaya acompañado de mayor justicia social, haciendo posible que el término democracia sea sinónimo de bienestar para todos, aún cuando este tipo de políticas ya se agotó en el mundo. Este es uno de los retos de la democracia, sus resultados económicos y sociales.
Pero en un México con diversas corrientes políticas actuando en su seno, donde cada una de ellas visualiza de diferente forma el camino hacia la democracia, obliga a los actores sociales a consensar mecanismos que permitan que la democracia goce de una unanimidad ficticia (3), donde este concepto es entendido como un sistema protector de la libertad individual, independientemente de los atributos que veamos de manera particular o grupal, que tiene la existencia de un sistema democrático.
Otro de los retos de la democracia, independientemente de la capacidad de las instituciones para estructurarla y darle funcionamiento, así como de la competencia política entre quienes se disputan el privilegio de dirigirlas, Nohlen enfatiza que es la necesidad de conocer cuál es la actitud de los sectores sociales hacia las instituciones y las élites que las dirigen, entendiendo esto como parte de la cultura política de la población, cultura surgida de un movimiento armado y de un sistema político que la utilizó como una forma de legitimar su dominio a través del discurso de la Revolución Mexicana.
Pero, sin menospreciar las gacetillas del siglo pasado y los planteamientos de Zarco, podemos decir que junto con la Revolución Mexicana surgieron también los medios de comunicación impresos que, conforme al modelo de los grandes diarios de Estados Unidos, comenzaron a informar a los sectores medios y altos de lo que pasaba en el país de acuerdo a su muy particular forma de entender la realidad nacional y conforme a los intereses políticos con los que se les relacionaba entonces.
En 1923, la radio, un medio electrónico de comunicación, se sumó a la lista de instrumentos del sistema para enviar mensajes a los ciudadanos, aunque no supieran leer, para ir dando forma al bagaje de la cultura política que el discurso de la Revolución llevaba a los mexicanos.
El Universal y Excelsior, fueron periódicos que por las posturas que adoptaban ante acontecimientos sociales de magnitud como la guerra Cristera, ponían en entredicho la legitimidad del régimen revolucionario, por lo que en 1929, con el Partido Nacional Revolucionario, se crea el diario El Nacional Revolucionario, mismo que está por desaparecer como vocero del gobierno, pero que en los años 30 sirvió para consolidar el manejo del discurso de la Revolución como una forma legitimadora del sistema político en formación.
Desde ese momento se pensó que era necesario moldear la actitud que debían tomar los sectores, a través de los medios de comunicación, hacia las instituciones revolucionarias y las élites que las dirigían, estructurando para ello un discurso legitimador, mismo que difundirían los medios durante décadas.
Sin duda, como lo han expresado prestigiados politólogos, la democracia está integrada por una multitud de resortes, palancas y ductos que se contraponen en un complejo equilibrio y una de esas herramientas que sirve para moldear la conciencia ciudadana de manera que, se legitime o deslegitime un sistema político, son los medios de comunicación.
México, desde su nacimiento como nación libre y soberana, mostró un desfasamiento estructural entre lo económico y lo político, ya que los actores sociales con el fin de expandir el capitalismo agrario y comercial realizaron una serie de acciones típicas del fomentalismo, mismas que al entrar en crisis provocaron un movimiento armado que dio sustento a diversos grupos en el reparto del poder político en México, sin olvidar que tanto el régimen que se combatía como el que nació, obedecían al mismo proyecto histórico: el desarrollo del capitalismo (4).
De esta forma, diversos factores dieron origen a una situación sui generis en cuanto a la composición de la nueva clase dominante de la nación, por grupos que buscaron el control político del país, avalando sus acciones en las proclamas de la Revolución Mexicana que difundían por los medios a su alcance.
La identidad de los actores sociales, sabemos que procede del liberalismo mexicano que tuvo su cuna en las Leyes de Reforma de 1857, conformándose así el bagaje político, cultural y social de la sociedad mexicana en su conjunto que las élites difundían entre sus integrantes, porque eran ellas las que tenían el predominio como clase política o sector dominante de los sectores subalternos; todo con diversos matices.
En este siglo, los actores sociales obtienen en la Revolución su identidad y con la ayuda de los medios de comunicación van moldeando a la sociedad para que acepte como legítimo su discurso, dando paso a un desarrollo reformista con radicalismo de masas (5) en algunos momentos de la historia, en los que la clase emergente dominante buscaba el control del gobierno, pero siempre evitando que el radicalismo no fuera excesivo y que tuviera el consenso de las clases sociales.
Se da entonces un Estado Mexicano administrado por los herederos de la Revolución, sin la participación directa de la burguesía y con políticas estatizantes como forma de controlar el peso de los intereses burgueses en la toma de decisiones económicas para el país, formando a la vez, una casta de políticos-empresarios.
Modelo de Revolución nacionalista que no socialista, antiimperialista (6) en el mejor de los casos, la mexicana se convierte después, gracias a su difusión por los medios, en ejemplo para América Latina, de donde los actores sociales toman su forma de pensar y su cultura como derivada de los ideales revolucionarios de 1910, enfrentando su proyecto de Nación a la de otros sectores subalternos de la sociedad que se aliaron a la burguesía o de la burguesía aliada a sectores revolucionarios minoritarios.
Es en esta búsqueda de un proyecto unitario que hiciera frente a los sectores subalternos reaccionarios, que nace el Partido de la Revolución como aglutinador de las fuerzas sociales surgidas y simpatizantes de los ideales del movimiento armado de 1910, de donde nace también toda una serie de discursos que proclaman la justicia social, el bienestar para la familia y la seguridad para todos los mexicanos.
El partido político que une y controla a los grupos revolucionarios diversos, necesitó de un bagaje ideológico para dar forma al discurso que legitimara a los gobiernos encabezados por ese instituto producto de la Revolución y de los revolucionarios. Nace así, el discurso de la Revolución como parte de la ideología dominante de la clase en el poder y los medios de comunicación juegan un papel importante para difundirlos como legitimantes del sistema social que surgió.
Por ello es que en la formación de este discurso ideológico de la Revolución, se encuentra el legado de los intelectuales del Ateneo, de los denominados siete Sabios, de la generación de 1915, las tesis de Vasconcelos y del maestro Lombardo que los medios de la época difundían entre los mexicanos, creando una ideología, una mentalidad que normara la actitud de la población hacia las nacientes élites que gobernaban.
La prensa documenta que partido y discurso son la forma de organización de los actores que antes se enfrentaron por la toma del poder y de posiciones dentro del gobierno de la Revolución, fue una manera de lograr ampliar su influencia en la toma de decisiones del grupo gobernante, conocido después, gracias a los medios, como familia revolucionaria.
Vemos entonces que el modelo de sustitución de importaciones propio del desarrollismo reformista (7), generó una expansión de las clases medias urbanas y transformó a los países rurales en países de ciudades medias con alto crecimiento demográfico. Dio pie también a un Estado basado en el clientelismo, con programas populistas que se legitimaron a través del tiempo y su difusión.
Esto generó una nueva composición de los actores dominantes y subalternos de la sociedad mexicana que fueron manifestándose en la recomposición de la clase política y en los diversos movimientos como el médico, ferrocarrilero, estudiantil y magisterial, principalmente y de los cuales los medios dieron cuenta con ciertos matices, como lo hicieron después con la llegada de los movimientos democratizadores de la clase política tradicional que se vio fracturada con la pérdida de lealtad entre sus miembros, producto esto de las nuevas formas de organización propia de las políticas neoliberales que en la búsqueda de mayor libertad económica, crean la coyuntura de mayor competencia política y la posibilidad de un tránsito a la democracia de manera pacífica.
De 1940 a la fecha, el Discurso de la Revolución tuvo en los medios de comunicación a sus principales voceros ante los diversos sectores sociales que en su momento lo acogieron como el que dictaba las normas de la conducta política de los actores sociales y de los ciudadanos que se sentían cobijados por los regímenes revolucionarios.
Pero parece que nunca nos dimos cuenta que la magia de la política mexicana logra con la ayuda de los medios de comunicación "... que en sólo 8 meses un hombre pase de la indigencia política más cabal a tener un poder casi absoluto sobre un país, una Nación y un Estado..."(8), como sucede con la elección sexenal de nuestro gobernante.
Es cuando los medios hacen que el presidente en turno se presente como el árbitro supremo de la sociedad y esto se proclama a los cuatro vientos como una verdad a "... cuya representatividad todos los grupos someten sus diferencias y por cuyo conducto legitiman sus intereses..."(9), se rinde el culto a la personalidad y "... se utilizan formas tradicionales de relación personal, el compadrazgo y el servilismo, como formas de dependencia y control..."(10).
Es cuando el presidente se convierte en una institución y su poder, en el poder institucional de la Revolución que lo llevó a ese sitio, donde tiene como gobernante su interpretación de los ideales de ese movimiento armado y su forma de justificarlos ante la sociedad en cada una de las acciones que su gobierno emprende y que difunde a través de los medios.
Vemos entonces que los medios de comunicación, forman parte también de la superestructura del Estado para ayudar a la legitimación del Discurso de la Revolución a través de los años, hasta llegar a los sexenios neoliberales que han llevado al país a esta situación de polarización de clases, donde se han revivido circunstancias similares a las del porfiriato, a pesar de estar a un siglo de distancias y en contextos distintos.
No olvidemos que el discurso dominante opera como una forma de hacer común la dominación de clase en todos los estratos de la sociedad y sobre todo, si el discurso es el del Presidente de la República, el cual lo utiliza como un medio de justificar sus acciones, obtener el consenso social y la autoridad para hacer sentir su poder ante los demás.
De ahí se afirma que "el discurso presidencial... está en la condición privilegiada de hablante de la que goza en un sistema presidencial... (donde) hay críticas que sólo el Presidente puede formular... además, el discurso presidencial tiene necesidad de presentarse como universal frente al conjunto de la sociedad..."(11). Y es el discurso presidencial el que jerarquizan los medios de comunicación, por así convenir, como el principal de sus notas, dándole a la voz del Presidente, como en la era de los aztecas, la resonancia de la voz del Tlatoani, a través del cual los dioses hacen saber sus designios a la sociedad dominada, en este caso, por un sistema presidencial, planeado como la forma de terminar el poder de los caudillos de la Revolución, pero asegurando la legitimidad de los gobiernos emanados de ella.
LA DEMOCRACIA DIFUNDIDA POR LOS MEDIOS
Si nos trasladamos a los 30 y leemos la crónica periodística de la época, vemos que los medios de comunicación preparaban la llegada del "Presidente Caballero" (12) al poder en una etapa de gran efervescencia revolucionaria entre los grupos que se disputaban la conducción de la Revolución, difundiendo a la nación la convocatoria a una nueva asamblea nacional constituyente del Partido de la Revolución que, después de 9 años de creado, cambiaba su nombre de Partido Nacional Revolucionario (PNR) a Partido de la Revolución Mexicana(PRM). Había que fijar ese concepto entre la población a través de su constante difusión.
El 31 de marzo de 1938, el escenario lucía así: "...una gran decoración alusiva representando a los obreros, campesinos y militares... en la Revolución, y a los lados grandes banderas: la enseña nacional y la rojinegra del proletariado..."(13).
La reseña periodística nos dice que cada sector ocupó las butacas que le fueron seleccionadas de manera anticipada: los obreros, campesinos, militares y el populacho, a quienes se les entregó de antemano la declaración de principios, el programa y los estatutos del nuevo partido del que ya formaban parte y donde se establecía la necesidad de lograr una "... democracia funcional... (que) reconoce la existencia de la lucha de clases..."(14).
Pero no era todo, el lenguaje constituido por palabras y significados distintos jugaba un papel importante en la conformación del discurso de los distintos sectores y se daba por hecho que el destino de nuestro país dependía del "... programa de la Revolución..." (15).
Ya como precandidato del Partido de la Revolución como hasta ahora se ha denominado al que detenta el poder desde 1929, Manuel Avila Camacho, el último general Presidente que borró de la Constitución la frase que preconizaba la educación socialista en México, declaraba que la Revolución estaba en marcha en la búsqueda de mejoras económicas para la población a través de la justicia econ¢mica de acuerdo a la riqueza potencial de nuestra patria, a lo que la prensa hacía eco.
Lo importante leíamos, era fortalecer económicamente al país para poder vivir en plenitud a la Revolución con la aplicación de normas de justicia social. El Estado Mexicano se constituía así en el árbitro de la lucha de clases y en el garante de la armonía entre los distintos sectores sociales, quienes debían sacrificar sus intereses en aras de la unidad nacional y la construcción de un nuevo modelo de país bajo el mismo sistema social: un capitalismo a xico dentro de la ideología revolucionaria..."(16).
Y así lo hizo por diversos medios, porque esa era la mejor forma de darle contenido a los gobiernos emanados de la Revolución, construyendo un discurso que sirviera para dar legitimidad a las acciones emprendidas por los gobernantes y contar para ello con el consenso social de los sectores que se acogían a los beneficios del sistema, del cual no sabíamos si era democrático o no, pero al cual la sociedad se cobijaba.
El 18 de enero de 1946, se declaró oficialmente desaparecido el Partido de la Revolución Mexicana, surgiendo en su lugar el PRI con la finalidad de continuar la búsqueda de "... convertir en realidades elocuentes el programa social, económico y político que se trazó la Revolución Mexicana..."(17) con su lema de "democracia y justicia social".
Institucionalizada ya la Revolución, Miguel Alemán Valdez reafirma el concepto de la Revolución del cual se parte y hacía el cual se va en cuanto a sus principios e ideales y cuyo cumplimiento se va postergando de manera sexenal en la medida en que crecen y se desarrollan nuevas necesidades sociales de la población mexicana.
Al respecto, el líder del PRI, Rodolfo Sánchez Taboada advertía por medio de la prensa que en su partido "... (sólo) aceptaremos a todo aquel que... acate las leyes, el programa y los principios de la Revolución" (18).
Pero a cual Revolución se refería si la corriente Henriquista proclamaba ya la agonía del PRI, el otrora pujante y vigoroso partido revolucionario que "... lejos de mostrarnos fuerza y virilidad... nos revelan la euforia precursora de la muerte y el pánico de los enfermeros de que vaya a imputarse a ellos la defunción del incurable PRI" (19).
En esos momentos, los medios mostraban su simpatía por cierta difusión distinta a la institucional pero sin salirse de las normas, por ello publicaban afirmaciones como la de que el PRI ni era partido ni era revolucionario, puesto que lejos de cumplir con los ideales de la Revolución estaba al servicio de una camarilla, misma que a través de la coptación o de la represión en su caso, acababan con sus opositores, al viejo estilo del porfirismo.
Sólo que la incidencia ante la opinión pública de los medios impresos era tan poca como aún lo es en la actualidad, por lo que este tipo de declaraciones no llegaba a la población poco instruida en la lectura de medios, como hasta la fecha, toda vez que la población generalmente norma su criterio con base en los programas radiofónicos en un primer momento y después televisivos que les dictan normas de conductas y comportamiento.
Esas eran las primeras críticas públicas al discurso de la Revolución y sus ideales a cumplir como metas de gobierno, ya que denunciaba la existencia de una nueva dictadura, la del Presidente, al considerar que "... la Revoluci¢n ha sido falseada y por todas partes ha cundido la corrupción..." (20).
Pese a ello, la disputa por la representatividad de la Revolución cuando menos en el discurso, era el centro de la lucha política de las distintas facciones que buscaban la paternidad del termino y para ello se valían de los medios de comunicación.
Adolfo Ruiz Cortinez, ya como Presidente electo declararía que el propósito de su gobierno sería el de que todos los mexicanos disfrutaran de los logros de la Revolución en materia de paz, trabajo y justicia.
Esto porque "... para la Revolución... la patria es una, donde caben y deben caber todos los mexicanos, sin distinci¢n de credos religiosos o políticos, de condición social y económica y de la actividad a que se dediquen..."(21).
Aunque el triunfo electoral de Ruiz Cortinez fue cuestionado por los Henriquistas, el discurso de la Revolución que los medios recogían sirvió para proclamar que los programas y las conquistas revolucionarias se cumplirían, ya que quienes se oponen están en contra de este proceso y de estas conquistas con lo que se ganan el repudio del pueblo revolucionario o educado bajo ese discurso que dio forma a la cultura política del régimen.
Entonces, lo que los gobiernos de la Revolución buscan es consolidar y hacer realidad las conquistas del movimiento armado, expresado en acciones gubernamentales que son justificadas como demandas por cumplir y que se hacen realidad de acuerdo a la interpretaci¢n que hace el gobernante en turno.
Con López Mateos, el discurso de la Revolución fue más prolífico que en los anteriores y de ello documenta la prensa de la época.
Fiel a su posición de árbitro de la sociedad, pero simpatizante de ciertos sectores sociales, López Mateos termina con los diversos movimientos de trabajadores y habla de la determinación patriótica de los empresarios progresistas que, afirma, están dentro de los planes que postula el gobierno de la Revolución.
Considera que consolidado en el poder, el pueblo al votar por el PRI lo que hace es apoyar a los gobiernos que seguirán alentando los postulados y programas de la Revolución, esa era la percepción democrática que a través de los medios el sistema imponía a la población.
Por ello, el discurso hace deslizar a la Revolución por todos lados y en todas partes, como si tratara del Dios que la Iglesia predica nos cuida a todos, porque en cualquier lugar que estemos se encuentra. Igual el discurso de la Revolución como legitimante del sistema estaba presente.
Como cada 6 años, previos al destape del candidato presidencial, el dirigente en turno del PRI, calificaba como militante de la Revolución al presidente de México en turno y a los integrantes de este instituto como fieles a dicho movimiento y no sólo eso, sino que las acciones de dicho partido las presentaba orientadas por los postulados de la Revolución Mexicana, cuyos principios, se reiteraba constantemente en los medios, se encuentran ya arraigados en la conciencia nacional.
La lucha ideológica que se libraba en los medios era en funci¢n de la vigencia o no de la Revolución, del cumplimiento de los principios e ideales que la generaron.
Pero quienes criticaban a la Revolución, eran de inmediato calificados por los apólogos del movimiento armado como integrantes de los sectores contrarrevolucionarios que buscan desprestigiarla y atacan "... a sus organismos más genuinos por su fracaso..." (22).
La lucha de las ideas para legitimar a un sistema político, hace que ciertos conceptos como es el caso de "la Revolución", sean siempre reiterados para convertirlos en verdades sociales que tengan el consenso de la mayoría de la población de un país.
El término de la Revolución Mexicana, ha sido sin duda durante más de siete décadas, el más utilizado para convalidar las acciones de los gobiernos que surgieron de ese movimiento armado y para ello los medios han prestados gran servicio al sistema.
En términos cuantitativos, fue López Mateos, quien más utilizó el concepto de Revolución, pero cada presidente de acuerdo a las circunstancias sociales de su momento histórico, cualitativamente lo reiteraron como forma de legitimar sus acciones en contra de aquellos elementos que calificados de contrarios al regimen de la Revolución, sufrieron las consecuencias de no alinearse al carro y a las conductas de la familia revolucionaria.
Con la ayuda de los medios, la Revoluci¢n adaptaba sus principios.
Así, con el fin del desarrollo estabilizador, el Discurso de la Revolución se fue "adaptando" a las nuevas circunstancias de desarrollo de la sociedad mexicana, hasta la llegada de un nuevo modelo basado en promoción de las exportaciones y mayores inversiones extranjeras.
En 1969, el PRI reiteraba que la "fuerza legítima de la Revolución" se impondría de nuevo para que los mexicanos tuvieran en el Presidente Luis Echeverría Alvarez a un continuador del proceso revolucionario iniciado en 1910 y que a casi 60 años de ello, mediante el voto por la Revolución y sus gobiernos de los mexicanos, los mantenía en el poder.
Las definiciones e interpretaciones, como en cada época, continuaban validando y legitimando al sistema a través de su partido considerado como "fuerza legítima de la Revolución", "abanderado de los campesinos, obreros, clase media, vendedores y empleados", instituto político "continuador de la ruta de la Constitución" y "de su programa revolucionario", como podía leerse en la prensa escrita de ese momento (23).
Incluso, en un amago de prepotencia ideológica, el líder en turno del PRI, Alfonso Martínez Domínguez, declaró que no existía "...la remota posibilidad de que el PRI pueda algun día ser derrotado por fuerzas democráticas distintas a las instituciones revolucionarias, porque... el PRI es un partido mayoritario con una ideología y un programa bien definido, arraigado en la conciencia popular" (24) y la prensa convalidaba estos asertos.
Cuando se habló de la posibilidad de que nuevamente un secretario de Gobernación se convirtiera en el candidato de la Revolución, la prensa comenzó la apología del perfil del pr¢ximo Presidente, halagando sobre todo aquellas acciones que mostraban su actuación revolucionaria y su apego a los principios de la Revolución Mexicana. El ritual se repetía, nuevamente la Revolución se "adaptaba" a las necesidades de los integrantes de la familia revolucionaria.
Como cada seis años, se difundía un balance de los logros de la Revolución, de las metas a alcanzar considerando que la mexicana es una revolución cuya conclusión se busca lograr cada sexenio, según los conceptos de Díaz Ordaz, por lo que nuevamente había que reinterpretar el concepto.
La Revolución no había terminado, sus demandas esenciales simplemente se postergaban sexenalmente y así se reconocía y los mexicanos educados con la cultura de la Revolución, así lo creíamos.
Las frases se repetían: "...la Revolución continúa con todo vigor su marcha ascendente...", "... en estos momentos están las fuerzas revolucionarias del país más unidas...","... que no se detenga la marcha hacia el cumplimiento de los ideales mejores de la Independencia, de la Reforma y de la Revolución" (25), leíamos en la prensa.
Ante la "obra revolucionaria" del Presidente saliente, se planteaban las acciones de lo que sería la continuación del proceso revolucionario a realizar por el Presidente entrante.
Para 1976, la prensa documentaba ya la lucha de los técnicos contra los políticos que se expresaba en las esferas gubernamentales. La disputa del discurso de la Revolución y su forma de concebirla se veía de nuevo.
Con la candidatura del secretario de Hacienda, José López Portillo, se terminaba el camino de los políticos como dirigente de los gobiernos revolucionarios y se abría una brecha por la que los técnicos comenzarían a colocarse para lograr en el siguiente sexenio, su deseo de acceder al manejo del Discurso de la Revolución y de la administración pública de cuyo modelo, los medios servían para legitimarlo.
Pero la prensa de entonces, destacaba ya la preocupación del líder en turno del PRI, Jesús Reyes Heroles, de que "... en el seno de los gobiernos revolucionarios se incuban realidades contrarrevolucionarias..." (26), y eran tales que un sobrino del apóstol Madero, Pablo Emilio Madero, destacó que el PAN era el partido que más fielmente interpretaba los ideales de la Revolución Mexicana.
Inclusive algunos grupos del Partido de la Revolución hablaban ya de desviaciones, interrupciones y traiciones al movimiento armado, de parte de algunos que desde el poder decían seguir sus principios para bien de la Nación.
La disputa del Discurso de la Revolución se hacía más abierta en los medios de comunicación, aún cuando la apología de los logros de esta continuaba siendo la norma general, sólo que ahora se cuestionaba la figura de los revolucionarios y su verdadera convicción.
La prensa de 1980 hablaba ya del avance de la tecnocracia que poco a poco tenía dominio de la escena política nacional al grado que los tecnócratas habían hecho a un lado a los políticos en el aparato gubernamental.
Ese año, documentan los medios, el aniversario de la Revolución Mexicana tuvo como orador a un técnico, Miguel de la Madrid Hurtado, secretario de Programación y Presupuesto, quien aseguró que la administración pública "se seguirá supeditando a los fines de la política, vigilando la probidad revolucionaria..."(27).
Considerado entonces, como uno de los aspirantes presidenciales más técnicos y más ubicado a la derecha, Miguel de la Madrid, comenzó a apropiarse del Discurso de la Revolución, para adaptarlo a las circunstancias históricas que le tocó vivir de manera que las acciones que emprendiera tuvieran la legitimidad necesaria.
Ya como candidato del PRI y dueño del Discurso de la Revolución, MMH denominó a su campaña: "... la campaña de la Revolución, para la Revolución Mexicana... (de) esta nueva etapa de la Revolución"(28).
Así las cosas, las políticas neoliberales entrarían por la puerta grande a México en tanto que los grupos opositores se recomponían y demandaban la necesidad de una nueva Revolución, al considerar que la de 1910, no había arribado al logro de sus ideales.
Fueron publicitándose nuevas frases dentro del Discurso de la Revolución: "planeación democrática", "desarrollo nacionalista", ya que "los gobiernos de la Revolución se justifican sólo en la medida en que promueven la justicia social sobre bases firmes..." (29).
Pero ante la opinión pública cansada de la fraseología que los medios difundían, la fuerza legitimadora del Discurso de la Revolución seguía su marcha descendente y la clase política lo percibía en los resultados electorales y en la creciente marginalidad de las familias, con la puesta en marcha de las políticas neoliberales que iban polarizando a las clases sociales, lo que se documentaba en la prensa, donde también ocurrían cambios debido a la creciente competencia entre las editoras.
A raíz de estas contradicciones entre Revolución y sus metas a cumplir como postulados elementales, la división dentro de la clase política comienza a sentirse con el nacimiento de la Corriente Democrática al interior del PRI, cuyas denuncias en un primer momento sólo algunos medios comenzaron a difundir, la cual demandó que se retomaran los ideales del movimiento armado.
Pero esta no era la única traición a los ideales de la Revolución. El discurso del líder del PRI en turno, Jorge de la Vega, difundido profusamente en los medios, fue considerado por los democratizadores como presagio de una etapa de autoritarismo y de intolerancia contraria a los ideales de la Revolución Mexicana.
Ahora, los contrarrevolucionarios eran los que decían defender y gobernar bajo los postulados del movimiento armado de 1910, no los que estaban afuera del Partido de la Revolución sino los que estaban adentro del PRI, de acuerdo al manejo informativo que los medios daban ahora a estos disensos internos. Pero tuvieron que pasar varias décadas para que los calificativos de ser elementos de la reacción que los de adentro lanzaban en contra de los que se les oponían, ahora fueran al contrario.
La familia revolucionaria envuelta en una lucha entre políticos y técnicos, se desquebrajaba para dar paso a una nueva corriente revitalizadora del Discurso de la Revolución que continuara la búsqueda de la realización de los ideales que llevaron a la lucha a miles de mexicanos en 1910: justicia social y sufragio efectivo.
En una clara alusión a la forma en que el régimen se había legitimado, el Presidente Miguel de la Madrid, afirmó en una gira por Michoacán que "... en política no se puede vivir ya de prestado de la historia"(30), aludiendo a la Corriente Democrática del PRI que retomaba los postulados de la Revolución; de esa historia de la cual habían venido viviendo los regímenes emanados de ella, de esa historia de la que se aludía para legitimar al propio gobierno de MMH y que este parecía olvidar ante las circunstancias políticas que se dieron al fin de su sexenio.
Si ya no se iba a vivir prestado de la historia, de que iban a vivir entonces los gobiernos de la Revolución, si su tesis legitimante ya no era vigente en 1987, como lo recogía la prensa del país, misma que retomando las voces críticas del PRI, decía que la finalidad última de estos, era "...recuperar el proyecto nacionalista de la Revolución Mexicana..." (31), dando entender que este ya se había perdido en los gobiernos revolucionarios de los que formaban parte.
El mismo Discurso de la Revolución era puesto en entredicho por lo no realizado por los gobiernos que lo utilizaron como su legitimante social. Nacía un nuevo Discurso de la Revolución en los medios que prometía, ahora sí, recobrar la senda que llevara al país al cumplimiento de las metas, ideales y postulados no logrados.
La democracia a la mexicana y sus frases que los medios difundían se fue recomponiendo con la nueva élite que buscaba moldear la actitud de la población hacia las instituciones, ya que según palabras de Carlos Salinas ellos eran los integrantes de una nueva generación, "... la de la renovación nacional, la que está modernizando a México..." y para ello como candidato llamó a participar en su "...moderna campaña de la Revolución..." (32) para buscar la realización de los mismos ideales que sexenio tras sexenio se "adaptaban" a las circunstancias históricas del gobernante en turno.
Carlos Salinas, prometió entonces, la modernización del lenguaje como dándose cuenta de que ya no se ajustaba al tiempo en que le tocó ser candidato de la Revolución, de una Revolución cuestionada y de la que dijo continuaría para erradicar la pobreza extrema y ahora sí, asegurar la justicia social para todos los mexicanos.
"Nuestro camino para el cambio será la modernización nacionalista, democrática y popular. Será una modernización nacionalista, porque reafirma los valores fundamentales que nos dan identidad como mexicanos; porque abre una nueva etapa al proyecto de la Revolución...', ya que "el propósito medular de la Revolución Mexicana, que es la justicia social, no ha sido alcanzado..." (33), reconociendo que no obstante los gobiernos revolucionarios, pobreza y desigualdad seguían vigentes en el país.
Un nuevo discurso nacía, el del Banco Mundial que llamaba a la reforma del Estado a través de una redefinición de sus funciones para poder combatir la pobreza extrema, la corrupción y sentar las bases para una mejor gobernabilidad que alejara de los países las luchas civiles a través de una mayor participación ciudadana en las decisiones gubernamentales y una mayor competencia política institucional que permitiera a la vez, a las fuerzas del mercado, promover la competencia económica con la globalización de los mercados (34).
Ante la globalización económica que las fuerzas del mercado iban imponiendo, los medios de comunicación difundían que la modernización nacionalista y popular era el camino a seguir para "...hacer realidad a la Revolución... (que) se propuso crear un Estado fuerte", sólo que "nuestra Nación ha vivido al amparo de numerosas reformas emprendidas en nombre de la Revolución... (pero) la mayoría de las reformas de nuestra Revolución han agotado sus efectos y no son ya la garantía del nuevo desarrollo que exige el país. Debemos por ello, introducir cambios en el Estado... y crear nuevos modelos de participación y de relación política" (35), afirmaba Salinas de Gortari.
Justificaba la ejecución de la propuesta del Banco Mundial de privatizar paraestatales, parodiando a la Revolución: "un estado que no atienda al pueblo por estar ocupado administrando empresas no es justo ni es revolucionario... La privatización no deposita en manos ajenas al Estado la conducción del desarrollo; por el contrario, el Estado dispone ahora de recursos..." pero reconoce que "... más de un millón de habitantes...viven en condiciones incompatibles con el mandato de justicia de la Revolución Mexicana..." (36).
Y ante los mexicanos que han dejado de creer en la Revolución, en su gobierno y en el discurso que lo legitimaba, CSG lo justifica como producto de una mala percepción del mexicano debido a una ausencia de cambio prolongada durante sexenios, para lo que propone modernizar, sinónimo de adaptar, a su manera a la Revolución, su discurso y sus acciones.
Más que hablar de logros, el Discurso de la Revolución del segundo sexenio neoliberal, fue la de reconocer los rezagos y el incumplimiento de los postulados del movimiento armado.
Y le dio un nombre a su reforma de la Revolución que la prensa documentó; modernizando el lenguaje: liberalismo social no neoliberalismo, aún cuando las acciones son las propuestas por los organismos financieros internacionales.
Nuevas interpretaciones tenía el gobernante para aludirla: "La Revolución Mexicana no fue una sola; han existido dentro de ella varias concepciones y, por eso, varias expresiones de la misma Revolución; cada una en su tiempo y en su momento, tuvo su oportunidad y ejerció su respoel propio sistema había logrado con la ayuda de los medios de comunicación. Era necesario un nuevo vocabulario que reemplazara al viejo y que justificara los rezagos del movimiento revolucionario que se transformaban en derrotas electorales para los candidatos del otrora Partido de la Revolución.
Poco a poco, la Revolución se adapta hasta en los momentos de crisis sistémica con la aparición de nuevos términos que buscaban su nueva legitimación social. Quienes criticaron a los gobiernos surgidos de ella, también hacen uso del Discurso de la Revolución como legitimante de su actividad política, considerando que este discurso ideológico forma parte de la cultura nacional y de la conciencia del pueblo mexicano, por lo que se justifica su utilización como una forma de ganar consenso social que les permita arribar al poder con una concepción de reforma y búsqueda de los caminos que lleven al logro de las metas hasta ahora incumplidas de la Revolución.
El fin del discurso oficial de la Revolución sumió así al sistema político mexicano en una crisis de credibilidad.
Aún cuando diversos estudios señalan que la marginación y pobreza siempre han existido en nuestra nación, ahora notamos que se ha modificado la expresión de esta desigualdad social y la percepción que la propia poblaci¢n tiene de ella.
En este sentido el Discurso de la Revolución ha perdido legitimidad en los medios y ante la sociedad, como forma para dar validez a las acciones de los gobiernos emanados de ese movimiento armado y cuyas proclamas de alcanzar mejores niveles de vida han quedado rebasados por la realidad social que se vive.
En su momento el discurso fue legitimante al incrementarse los niveles de educación, empleo y salud de los mexicanos y de ello daba cuenta la prensa, pero las nuevas políticas económicas han incrementado la marginación y pobreza, decreciendo así las expectativas de bienestar para las familias.
En el pasado reciente hubo movilidad social y el Discurso de la Revolución era aglutinador de los sectores sociales, pero al desgastarse han surgido discursos heterogéneos antagónicos en lo económico y político al discurso que fue sustento fundamental del sistema político mexicano.
El reflejo del Discurso de la Revolución en la vida cotidiana y en las corrientes culturales que lo tuvieron como sostén ha ido desapareciendo con el proceso de transformación del país de 1982 a la fecha y la llegada de las políticas neoliberales.
Con esto, se reafirma que la legitimidad de un sistema político está en función del discurso que le da sustento moral y jurídico a la acción de los gobiernos, el cual se difunde de manera masiva a través de los medios, para normar la actitud de los sectores ante las instituciones y sus élites que las dirigen.
Un análisis del discurso de los sectores dominantes difundidos en la prensa, nos indica que este acude "... a una cierta sutileza constructiva, necesaria en la lucha política... a formas encubiertas del autoritarismo en relación con sus oyentes, adversarios o seguidores..." (38), llevando consigo un importante efecto ideológico en su contenido.
Es así como el discurso dominante opera como una estrategia de dominación al imponer al conjunto de las clases de la sociedad un "... modo de interacción socioverbal como uno de los mecanismos de reproducción de las relaciones de clase..." (39), mismo que se reproduce como cultura general de la Nación a la cual los individuos deben acogerse como norma a seguir, denominándose a esta ideología homogenizadora del consenso social, la "conciencia nacional".
Es en este rubro donde el discurso presidencial, adopta diversas formas de manipulación de los oyentes toda vez que es el único que "... está en la condición privilegiada de hablante de la que goza en un sistema presidencialista"(40).
Pero al abrirse una enorme brecha entre discurso y realidad social imperante en México, la universalidad del discurso se fue perdiendo y con ello su credibilidad ante la población como argumento central de legitimación de las acciones de gobierno del sistema político surgido de la Revolución.
Por ello es que el Discurso de la Revolución ha desaparecido de los actos oficiales ante la insatisfacción de las demandas sociales de mejores niveles de vida y seguridad para las familias que fueron la esencia de las políticas de justicia social comprometidas por la Revolución.
De ahí que la legitimidad del sistema político de la Revolución ha sido cuestionada en las urnas por la población, quien ha dejado de ser ya el sustento político-electoral del denominado Partido de la Revolución como se le conoció al PRI.
El discurso político como una forma de dominación de clase ha cambiado y los grupos de la clase dominante tradicional se disputan ahora la titularidad del nuevo discurso ante los medios de comunicación.
El discurso presidencial como aglutinador de la clase política dominante se ha fracturado, dando paso a nuevos grupos políticos que buscan ser los predominantes en el manejo del nuevo discurso basado en aquellas cosas que la Revolución no ha cumplido, pero que abren la expectativa de lograrse bajo nuevas formas de hacer política.
El discurso se desgasta de acuerdo a las épocas y contextos sociales de cada generación, de manera que lo que ayer sirvió como aglutinador de las masas y de legitimación de un sistema, deja de serlo si no se renuevan las expectativas de justicia social, de acuerdo a las nuevas necesidades de la sociedad.
Ahora, pese a que ha habido cambios de gobernantes en municipios y gubernaturas del país, estos aún no hacen posible que se reflejen las bondades de la Revolución Mexicana y menos los cambios estructurales, sólo ha habido cambios de partidos. Los tipos de conducta socialmente adquiridos y que se trasmiten con igual carácter por medio de símbolos para conformar el patrimonio intelectual y material de un pueblo, siguen siendo los de la cultura dominante del sistema político mexicano y, aunque ya muestran algunas variantes, estas no son aún los suficientes como para hablar de un cambio en la cultura política, donde aún predominan las inercias sistémicas.
El Discurso de la Revolución que dio identidad a los actores: Presidente de la República y gobierno, así como a los sectores subalternos de la sociedad mexicana, está desapareciendo de los medios de comunicación y con ello la identidad de los propios actores que configuran nuevos rostros aún confusos, en una transición política realizada por la clase dominante tradicional que se recompone y cambia su discurso.
Si damos como cierto lo dicho por destacado politólogo mexicano (41) de que la democracia exige y se sostiene con una pluralidad de ojos, de ideas y de voces, donde desde la multiplicidad de puntos de vista la verdad política se discute y la democracia no se funda en el monopolio del saber, sino en la diversidad de opiniones.
Es claro entonces que la pluralidad política que actualmente se vive en el país demanda de los medios de comunicación y de los periodistas, pluralidad y compromiso con la sociedad, a la que se deben los medios de comunicación, para hacer realidad la tesis que sostenía el maestro Leduc de que sólo con una prensa independiente de cualquier compromiso grupal o faccioso, era posible dar vida a una sociedad con poder réplica frente a los poderes.
En ese sentido, la relación de los medios de comunicación como una de las instituciones de la democracia, con respecto a las demás instituciones del Estado, debe ser clara y transparente, profesional para terminar con el manejo discrecional de la información que sirve para manipular a la opinión pública en un sentido o en otro.
No olvidemos que el derecho a la información que consagra la Constitución y la libertad de prensa son conceptos que están sujetos al interés político o económico de los periodistas y de los dueños de los medios de comunicación, de sus relaciones de alianza, su dependencia a alguna institución o al "poder invisible", o bien, del incumplimiento por parte de los editores del pago del salario mínimo profesional que establece la ley para los trabajadores de los diversos medios, que al no cubrirse promueve y propicia la corrupción del gremio periodístico.
Hay que terminar con la venta de protección que algunos medios ejercen a cambio de privilegios de diverso tipo, también con el tráfico de influencia y el compadrazgo que la cultura política ha establecido entre gobierno y medios, para dar paso a una relación profesional, respetuosa y cordial entre medios e instituciones, sin confundir nunca la actividad profesional del periodismo con la simpatía política que los periodistas como ciudadanos tenemos por alguna corriente de pensamiento en lo particular.
En México, más que restricciones de los poderes a la prensa, existe la autocensura que los medios de comunicación realizan de acuerdo a sus compromisos que tienen con el poder, misma que debe terminar. Debemos acabar con esa cultura de compra de conciencia por publicidad que por inercia se sigue practicando, para dar paso a un periodismo profesional, serio, respetable y comprometido con la sociedad en su conjunto.
Para ello debe derogarse la Ley de Imprenta de 1917 y dar paso a una nueva normatividad que oblige al Estado a cumplir con el derecho a la información que como ciudadanos tenemos todos, a través de una Ley Federal de Comunicación Social que norme la relación entre las instituciones públicas y los medios de comunicación.
A quienes la falta de esta normatividad los ha beneficiado, es obvio que se oponen a dicha reglamentación que terminaría con parte del "poder invisible" que ejercen en la sociedad, olvidando tal vez el perfil que un presidente de México hizo de los periodistas al calificarlos de "mendigos, embuteros y agazapados chingaqueditos a los que sabemos como aceitarles el hocico"(42). Olvidando también que todos los derechos de los mexicanos están debidamente reglamentados, como el derecho al empleo y su Ley Federal del Trabajo.
Es claro entonces que para que haya una buena relación entre pares, deben existir normas que la convaliden y le den vigencia, porque en el mundo actual de la revolución de las comunicaciones de masas, como advertía Sartori (43), se ha dado paso a un mundo horizontal donde el estado nacional se va perdiendo para generar sistemas sociales trasnacionales que van destruyendo los nichos y las barreras de la historia y las tradiciones culturales a pasos agigantados.
Y es este centralismo de la imagen que los medios manejan, la que puede excitar y manipular a las masas, sin que exista nadie quien controle la revolución de las comunicaciones ahora globalizadas.
Por ello, las relaciones entre las instituciones para la democracia no pueden estar sujetas al carácter de una persona, al interés de un grupo o a las necesidades de uno o la conveniencia del otro.
Los medios de comunicación que se deben a la sociedad, deben estar al servicio de la sociedad en su conjunto y no de algún grupo en lo particular para servir a la simulación y manipulación de la opinión pública.
La democratización de las instituciones que dan vida a la nación dependen de la democratización de los medios de comunicación que permitan forjar una cultura política pluralista, tolerante, con una estructura de pensamiento distinto al pasado autoritario del México y dar paso a un México más acorde con los nuevos vientos democráticos que nos permita encontrar en una fase posterior, una participación ciudadana creciente que logre conjuntar los avances políticos y económicos para lograr justicia social en la democracia.
La democracia pasa por los medios de comunicación.
Bibliografía(1) BOBBIO Norberto, EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA, Fondo de Cultura Económica, México, 1986, pp. 22-24.
(2) NOHLEN, Dieter, DEMOCRACIA, TRANSICION Y GOBERNABILIDAD EN AMERICA LATINA, IFE, México 1996, pp. 31.
(3) SARTORI, Giovanni, LA POLITICA, LOGICA Y METODO EN LAS CIENCIAS SOCIALES, Fondo de Cultura Económica, México, 1995, pp. 319-331.
(4) CORDOVA Arnaldo, LA IDEOLOGIA DE LA REVOLUCION MEXICANA, Ediciones Era, México 1985, pp. 15-37.
(5) M. OLSON, LA LOGICA DE LA ACCION COLECTIVA, Limusa, México 1992, pp. 5-75.
(6) CORDOVA Arnaldo, LA FORMACION DEL PODER POLITICO EN MEXICO, Serie Popular Era, México 1974, pp. 12-69.
(7) M. OLSON, LA LOGICA..., Op Cit. pp. 73.
(8) COSIO VILLEGAS, Daniel, EL SISTEMA POLITICO MEXICANO, Cuadernos de Joaquín Mortiz, México 1973, pp. 15-67.
(9) CORDOVA Arnaldo, LA FORMACION... Op Cit. pp. 56.
(10) Ibíd.
(11) COSIO VILLEGAS, Daniel, EL SISTEMA... Op Cit., pp. 67.
(12) KRAUZE, Enrique, LA PRESIDENCIA IMPERIAL, Turquets Editores, México 1997, pp. 31.
(13) EL UNIVERSAL, SUCESIONES, DESTAPES Y ELECCIONES PRESIDENCIALES, Tomo I, Compañía Periodística Nacional, México 1993, pp. 1-4.
(14) Ibid. pp 4
(15) Ibid. pp. 6
(16) Ibid. pp. 32
(17) Ibid. pp. 71
(18) Ibid, Tomo II, pp. 87
(19) Ibid. pp. 94
(20) Ibid. pp. 96
(21) Ibid. pp. 117
(22) Ibid. pp. 193
(23) Ibid, Tomo III, pp. 1
(24) Ibid. pp. 8
(25) Ibid. pp. 34-35
(26) Ibid. pp. 72
(27) Ibid. pp. 113
(28) Ibid. pp. 128
(29) Ibid. pp. 145
(30) Ibid. pp. 170
(31) Ibid. pp. 184
(32) Ibíd. pp. 200
(33) LA JORNADA, SUPLEMENTO, 2 diciembre de 1988, Toma de protesta de Carlos Salinas de Gortari, pp. 2 y 5.
(34) BANCO MUNDIAL, INFORME SOBRE EL DESARROLLO MUNDIAL 1997, Versión traducida al español, México 1998, pp. 1-261.
(35) SALINAS DE GORTARI, Carlos, PRIMER INFORME DE GOBIERNO 1989, Presidencia de la República, México 1994, pp. 2-3.
(36) Ibíd. pp. 4 y 13.
(37) SALINAS DE GORTARI, Carlos, QUINTO INFORME DE GOBIERNO 1993, Presidencia de la República, México 1994, pp. 72.
(38) CARBO, Teresa, DISCURSO POLITICO: LECTURA Y ANALISIS, Cuadernos de la Casa Chata, Sep Cultura, México 1984, pp. 22-42.
(39) Ibíd.
(40) Ibíd.
(41) SILVA-HERZOG, Jesús, ESFERAS DE LA DEMOCRACIA, IFE, Cuadernos de Divulgación de la cultura democrática, México 1996, pp. 51-52.
(42) KRAUZE, Enrique, LA PRESIDENCIA... Op Cit. pp. 332-333.
(43) SARTORI, Giovanni, LA POLITICA... Op Cit. pp. 322-324.
En el tránsito hacia la democracia, los medios de comunicación impresos y electrónicos juegan y jugarán un papel muy importante, en la medida en que estos se democraticen y cumplan con su papel social de informar con veracidad a la ciudadanía de todo lo que acontece en los diversos ámbitos de la sociedad, de manera que todos sin excepción estemos bien informados y contemos con los elementos necesarios que nos permitan tomar decisiones, sin ser más víctimas de los manipuladores de opinión pública que sirven a los distintos grupos de poder o al "poder invisible", como lo califica Bobbio (1).
Por razones estructurales, sabemos que nuestros países por su forma de desarrollo, mantienen un desfasamiento entre el desarrollo económico y el político, donde el segundo marcha más aprisa que el primero, hecho que algunos científicos sociales consideran que representa el problema principal para la democracia(2), toda vez que quienes vivimos bajo regímenes de este tipo nos vemos en la disyuntiva de optar entre la necesidad de vivir en una democracia con resultados económicos poco fiables como es el caso de México, o bien pensar en la posibilidad de contar con una "dictadura con justicia social" que permita ver resultados a más corto plazo en cuanto al bienestar material, priorizando lo económico sobre lo político y sus avances.
El problema que se nos presenta entonces, es cómo lograr un mejor sistema democrático que vaya acompañado de mayor justicia social, haciendo posible que el término democracia sea sinónimo de bienestar para todos, aún cuando este tipo de políticas ya se agotó en el mundo. Este es uno de los retos de la democracia, sus resultados económicos y sociales.
Pero en un México con diversas corrientes políticas actuando en su seno, donde cada una de ellas visualiza de diferente forma el camino hacia la democracia, obliga a los actores sociales a consensar mecanismos que permitan que la democracia goce de una unanimidad ficticia (3), donde este concepto es entendido como un sistema protector de la libertad individual, independientemente de los atributos que veamos de manera particular o grupal, que tiene la existencia de un sistema democrático.
Otro de los retos de la democracia, independientemente de la capacidad de las instituciones para estructurarla y darle funcionamiento, así como de la competencia política entre quienes se disputan el privilegio de dirigirlas, Nohlen enfatiza que es la necesidad de conocer cuál es la actitud de los sectores sociales hacia las instituciones y las élites que las dirigen, entendiendo esto como parte de la cultura política de la población, cultura surgida de un movimiento armado y de un sistema político que la utilizó como una forma de legitimar su dominio a través del discurso de la Revolución Mexicana.
Pero, sin menospreciar las gacetillas del siglo pasado y los planteamientos de Zarco, podemos decir que junto con la Revolución Mexicana surgieron también los medios de comunicación impresos que, conforme al modelo de los grandes diarios de Estados Unidos, comenzaron a informar a los sectores medios y altos de lo que pasaba en el país de acuerdo a su muy particular forma de entender la realidad nacional y conforme a los intereses políticos con los que se les relacionaba entonces.
En 1923, la radio, un medio electrónico de comunicación, se sumó a la lista de instrumentos del sistema para enviar mensajes a los ciudadanos, aunque no supieran leer, para ir dando forma al bagaje de la cultura política que el discurso de la Revolución llevaba a los mexicanos.
El Universal y Excelsior, fueron periódicos que por las posturas que adoptaban ante acontecimientos sociales de magnitud como la guerra Cristera, ponían en entredicho la legitimidad del régimen revolucionario, por lo que en 1929, con el Partido Nacional Revolucionario, se crea el diario El Nacional Revolucionario, mismo que está por desaparecer como vocero del gobierno, pero que en los años 30 sirvió para consolidar el manejo del discurso de la Revolución como una forma legitimadora del sistema político en formación.
Desde ese momento se pensó que era necesario moldear la actitud que debían tomar los sectores, a través de los medios de comunicación, hacia las instituciones revolucionarias y las élites que las dirigían, estructurando para ello un discurso legitimador, mismo que difundirían los medios durante décadas.
Sin duda, como lo han expresado prestigiados politólogos, la democracia está integrada por una multitud de resortes, palancas y ductos que se contraponen en un complejo equilibrio y una de esas herramientas que sirve para moldear la conciencia ciudadana de manera que, se legitime o deslegitime un sistema político, son los medios de comunicación.
México, desde su nacimiento como nación libre y soberana, mostró un desfasamiento estructural entre lo económico y lo político, ya que los actores sociales con el fin de expandir el capitalismo agrario y comercial realizaron una serie de acciones típicas del fomentalismo, mismas que al entrar en crisis provocaron un movimiento armado que dio sustento a diversos grupos en el reparto del poder político en México, sin olvidar que tanto el régimen que se combatía como el que nació, obedecían al mismo proyecto histórico: el desarrollo del capitalismo (4).
De esta forma, diversos factores dieron origen a una situación sui generis en cuanto a la composición de la nueva clase dominante de la nación, por grupos que buscaron el control político del país, avalando sus acciones en las proclamas de la Revolución Mexicana que difundían por los medios a su alcance.
La identidad de los actores sociales, sabemos que procede del liberalismo mexicano que tuvo su cuna en las Leyes de Reforma de 1857, conformándose así el bagaje político, cultural y social de la sociedad mexicana en su conjunto que las élites difundían entre sus integrantes, porque eran ellas las que tenían el predominio como clase política o sector dominante de los sectores subalternos; todo con diversos matices.
En este siglo, los actores sociales obtienen en la Revolución su identidad y con la ayuda de los medios de comunicación van moldeando a la sociedad para que acepte como legítimo su discurso, dando paso a un desarrollo reformista con radicalismo de masas (5) en algunos momentos de la historia, en los que la clase emergente dominante buscaba el control del gobierno, pero siempre evitando que el radicalismo no fuera excesivo y que tuviera el consenso de las clases sociales.
Se da entonces un Estado Mexicano administrado por los herederos de la Revolución, sin la participación directa de la burguesía y con políticas estatizantes como forma de controlar el peso de los intereses burgueses en la toma de decisiones económicas para el país, formando a la vez, una casta de políticos-empresarios.
Modelo de Revolución nacionalista que no socialista, antiimperialista (6) en el mejor de los casos, la mexicana se convierte después, gracias a su difusión por los medios, en ejemplo para América Latina, de donde los actores sociales toman su forma de pensar y su cultura como derivada de los ideales revolucionarios de 1910, enfrentando su proyecto de Nación a la de otros sectores subalternos de la sociedad que se aliaron a la burguesía o de la burguesía aliada a sectores revolucionarios minoritarios.
Es en esta búsqueda de un proyecto unitario que hiciera frente a los sectores subalternos reaccionarios, que nace el Partido de la Revolución como aglutinador de las fuerzas sociales surgidas y simpatizantes de los ideales del movimiento armado de 1910, de donde nace también toda una serie de discursos que proclaman la justicia social, el bienestar para la familia y la seguridad para todos los mexicanos.
El partido político que une y controla a los grupos revolucionarios diversos, necesitó de un bagaje ideológico para dar forma al discurso que legitimara a los gobiernos encabezados por ese instituto producto de la Revolución y de los revolucionarios. Nace así, el discurso de la Revolución como parte de la ideología dominante de la clase en el poder y los medios de comunicación juegan un papel importante para difundirlos como legitimantes del sistema social que surgió.
Por ello es que en la formación de este discurso ideológico de la Revolución, se encuentra el legado de los intelectuales del Ateneo, de los denominados siete Sabios, de la generación de 1915, las tesis de Vasconcelos y del maestro Lombardo que los medios de la época difundían entre los mexicanos, creando una ideología, una mentalidad que normara la actitud de la población hacia las nacientes élites que gobernaban.
La prensa documenta que partido y discurso son la forma de organización de los actores que antes se enfrentaron por la toma del poder y de posiciones dentro del gobierno de la Revolución, fue una manera de lograr ampliar su influencia en la toma de decisiones del grupo gobernante, conocido después, gracias a los medios, como familia revolucionaria.
Vemos entonces que el modelo de sustitución de importaciones propio del desarrollismo reformista (7), generó una expansión de las clases medias urbanas y transformó a los países rurales en países de ciudades medias con alto crecimiento demográfico. Dio pie también a un Estado basado en el clientelismo, con programas populistas que se legitimaron a través del tiempo y su difusión.
Esto generó una nueva composición de los actores dominantes y subalternos de la sociedad mexicana que fueron manifestándose en la recomposición de la clase política y en los diversos movimientos como el médico, ferrocarrilero, estudiantil y magisterial, principalmente y de los cuales los medios dieron cuenta con ciertos matices, como lo hicieron después con la llegada de los movimientos democratizadores de la clase política tradicional que se vio fracturada con la pérdida de lealtad entre sus miembros, producto esto de las nuevas formas de organización propia de las políticas neoliberales que en la búsqueda de mayor libertad económica, crean la coyuntura de mayor competencia política y la posibilidad de un tránsito a la democracia de manera pacífica.
De 1940 a la fecha, el Discurso de la Revolución tuvo en los medios de comunicación a sus principales voceros ante los diversos sectores sociales que en su momento lo acogieron como el que dictaba las normas de la conducta política de los actores sociales y de los ciudadanos que se sentían cobijados por los regímenes revolucionarios.
Pero parece que nunca nos dimos cuenta que la magia de la política mexicana logra con la ayuda de los medios de comunicación "... que en sólo 8 meses un hombre pase de la indigencia política más cabal a tener un poder casi absoluto sobre un país, una Nación y un Estado..."(8), como sucede con la elección sexenal de nuestro gobernante.
Es cuando los medios hacen que el presidente en turno se presente como el árbitro supremo de la sociedad y esto se proclama a los cuatro vientos como una verdad a "... cuya representatividad todos los grupos someten sus diferencias y por cuyo conducto legitiman sus intereses..."(9), se rinde el culto a la personalidad y "... se utilizan formas tradicionales de relación personal, el compadrazgo y el servilismo, como formas de dependencia y control..."(10).
Es cuando el presidente se convierte en una institución y su poder, en el poder institucional de la Revolución que lo llevó a ese sitio, donde tiene como gobernante su interpretación de los ideales de ese movimiento armado y su forma de justificarlos ante la sociedad en cada una de las acciones que su gobierno emprende y que difunde a través de los medios.
Vemos entonces que los medios de comunicación, forman parte también de la superestructura del Estado para ayudar a la legitimación del Discurso de la Revolución a través de los años, hasta llegar a los sexenios neoliberales que han llevado al país a esta situación de polarización de clases, donde se han revivido circunstancias similares a las del porfiriato, a pesar de estar a un siglo de distancias y en contextos distintos.
No olvidemos que el discurso dominante opera como una forma de hacer común la dominación de clase en todos los estratos de la sociedad y sobre todo, si el discurso es el del Presidente de la República, el cual lo utiliza como un medio de justificar sus acciones, obtener el consenso social y la autoridad para hacer sentir su poder ante los demás.
De ahí se afirma que "el discurso presidencial... está en la condición privilegiada de hablante de la que goza en un sistema presidencial... (donde) hay críticas que sólo el Presidente puede formular... además, el discurso presidencial tiene necesidad de presentarse como universal frente al conjunto de la sociedad..."(11). Y es el discurso presidencial el que jerarquizan los medios de comunicación, por así convenir, como el principal de sus notas, dándole a la voz del Presidente, como en la era de los aztecas, la resonancia de la voz del Tlatoani, a través del cual los dioses hacen saber sus designios a la sociedad dominada, en este caso, por un sistema presidencial, planeado como la forma de terminar el poder de los caudillos de la Revolución, pero asegurando la legitimidad de los gobiernos emanados de ella.
LA DEMOCRACIA DIFUNDIDA POR LOS MEDIOS
Si nos trasladamos a los 30 y leemos la crónica periodística de la época, vemos que los medios de comunicación preparaban la llegada del "Presidente Caballero" (12) al poder en una etapa de gran efervescencia revolucionaria entre los grupos que se disputaban la conducción de la Revolución, difundiendo a la nación la convocatoria a una nueva asamblea nacional constituyente del Partido de la Revolución que, después de 9 años de creado, cambiaba su nombre de Partido Nacional Revolucionario (PNR) a Partido de la Revolución Mexicana(PRM). Había que fijar ese concepto entre la población a través de su constante difusión.
El 31 de marzo de 1938, el escenario lucía así: "...una gran decoración alusiva representando a los obreros, campesinos y militares... en la Revolución, y a los lados grandes banderas: la enseña nacional y la rojinegra del proletariado..."(13).
La reseña periodística nos dice que cada sector ocupó las butacas que le fueron seleccionadas de manera anticipada: los obreros, campesinos, militares y el populacho, a quienes se les entregó de antemano la declaración de principios, el programa y los estatutos del nuevo partido del que ya formaban parte y donde se establecía la necesidad de lograr una "... democracia funcional... (que) reconoce la existencia de la lucha de clases..."(14).
Pero no era todo, el lenguaje constituido por palabras y significados distintos jugaba un papel importante en la conformación del discurso de los distintos sectores y se daba por hecho que el destino de nuestro país dependía del "... programa de la Revolución..." (15).
Ya como precandidato del Partido de la Revolución como hasta ahora se ha denominado al que detenta el poder desde 1929, Manuel Avila Camacho, el último general Presidente que borró de la Constitución la frase que preconizaba la educación socialista en México, declaraba que la Revolución estaba en marcha en la búsqueda de mejoras económicas para la población a través de la justicia econ¢mica de acuerdo a la riqueza potencial de nuestra patria, a lo que la prensa hacía eco.
Lo importante leíamos, era fortalecer económicamente al país para poder vivir en plenitud a la Revolución con la aplicación de normas de justicia social. El Estado Mexicano se constituía así en el árbitro de la lucha de clases y en el garante de la armonía entre los distintos sectores sociales, quienes debían sacrificar sus intereses en aras de la unidad nacional y la construcción de un nuevo modelo de país bajo el mismo sistema social: un capitalismo a xico dentro de la ideología revolucionaria..."(16).
Y así lo hizo por diversos medios, porque esa era la mejor forma de darle contenido a los gobiernos emanados de la Revolución, construyendo un discurso que sirviera para dar legitimidad a las acciones emprendidas por los gobernantes y contar para ello con el consenso social de los sectores que se acogían a los beneficios del sistema, del cual no sabíamos si era democrático o no, pero al cual la sociedad se cobijaba.
El 18 de enero de 1946, se declaró oficialmente desaparecido el Partido de la Revolución Mexicana, surgiendo en su lugar el PRI con la finalidad de continuar la búsqueda de "... convertir en realidades elocuentes el programa social, económico y político que se trazó la Revolución Mexicana..."(17) con su lema de "democracia y justicia social".
Institucionalizada ya la Revolución, Miguel Alemán Valdez reafirma el concepto de la Revolución del cual se parte y hacía el cual se va en cuanto a sus principios e ideales y cuyo cumplimiento se va postergando de manera sexenal en la medida en que crecen y se desarrollan nuevas necesidades sociales de la población mexicana.
Al respecto, el líder del PRI, Rodolfo Sánchez Taboada advertía por medio de la prensa que en su partido "... (sólo) aceptaremos a todo aquel que... acate las leyes, el programa y los principios de la Revolución" (18).
Pero a cual Revolución se refería si la corriente Henriquista proclamaba ya la agonía del PRI, el otrora pujante y vigoroso partido revolucionario que "... lejos de mostrarnos fuerza y virilidad... nos revelan la euforia precursora de la muerte y el pánico de los enfermeros de que vaya a imputarse a ellos la defunción del incurable PRI" (19).
En esos momentos, los medios mostraban su simpatía por cierta difusión distinta a la institucional pero sin salirse de las normas, por ello publicaban afirmaciones como la de que el PRI ni era partido ni era revolucionario, puesto que lejos de cumplir con los ideales de la Revolución estaba al servicio de una camarilla, misma que a través de la coptación o de la represión en su caso, acababan con sus opositores, al viejo estilo del porfirismo.
Sólo que la incidencia ante la opinión pública de los medios impresos era tan poca como aún lo es en la actualidad, por lo que este tipo de declaraciones no llegaba a la población poco instruida en la lectura de medios, como hasta la fecha, toda vez que la población generalmente norma su criterio con base en los programas radiofónicos en un primer momento y después televisivos que les dictan normas de conductas y comportamiento.
Esas eran las primeras críticas públicas al discurso de la Revolución y sus ideales a cumplir como metas de gobierno, ya que denunciaba la existencia de una nueva dictadura, la del Presidente, al considerar que "... la Revoluci¢n ha sido falseada y por todas partes ha cundido la corrupción..." (20).
Pese a ello, la disputa por la representatividad de la Revolución cuando menos en el discurso, era el centro de la lucha política de las distintas facciones que buscaban la paternidad del termino y para ello se valían de los medios de comunicación.
Adolfo Ruiz Cortinez, ya como Presidente electo declararía que el propósito de su gobierno sería el de que todos los mexicanos disfrutaran de los logros de la Revolución en materia de paz, trabajo y justicia.
Esto porque "... para la Revolución... la patria es una, donde caben y deben caber todos los mexicanos, sin distinci¢n de credos religiosos o políticos, de condición social y económica y de la actividad a que se dediquen..."(21).
Aunque el triunfo electoral de Ruiz Cortinez fue cuestionado por los Henriquistas, el discurso de la Revolución que los medios recogían sirvió para proclamar que los programas y las conquistas revolucionarias se cumplirían, ya que quienes se oponen están en contra de este proceso y de estas conquistas con lo que se ganan el repudio del pueblo revolucionario o educado bajo ese discurso que dio forma a la cultura política del régimen.
Entonces, lo que los gobiernos de la Revolución buscan es consolidar y hacer realidad las conquistas del movimiento armado, expresado en acciones gubernamentales que son justificadas como demandas por cumplir y que se hacen realidad de acuerdo a la interpretaci¢n que hace el gobernante en turno.
Con López Mateos, el discurso de la Revolución fue más prolífico que en los anteriores y de ello documenta la prensa de la época.
Fiel a su posición de árbitro de la sociedad, pero simpatizante de ciertos sectores sociales, López Mateos termina con los diversos movimientos de trabajadores y habla de la determinación patriótica de los empresarios progresistas que, afirma, están dentro de los planes que postula el gobierno de la Revolución.
Considera que consolidado en el poder, el pueblo al votar por el PRI lo que hace es apoyar a los gobiernos que seguirán alentando los postulados y programas de la Revolución, esa era la percepción democrática que a través de los medios el sistema imponía a la población.
Por ello, el discurso hace deslizar a la Revolución por todos lados y en todas partes, como si tratara del Dios que la Iglesia predica nos cuida a todos, porque en cualquier lugar que estemos se encuentra. Igual el discurso de la Revolución como legitimante del sistema estaba presente.
Como cada 6 años, previos al destape del candidato presidencial, el dirigente en turno del PRI, calificaba como militante de la Revolución al presidente de México en turno y a los integrantes de este instituto como fieles a dicho movimiento y no sólo eso, sino que las acciones de dicho partido las presentaba orientadas por los postulados de la Revolución Mexicana, cuyos principios, se reiteraba constantemente en los medios, se encuentran ya arraigados en la conciencia nacional.
La lucha ideológica que se libraba en los medios era en funci¢n de la vigencia o no de la Revolución, del cumplimiento de los principios e ideales que la generaron.
Pero quienes criticaban a la Revolución, eran de inmediato calificados por los apólogos del movimiento armado como integrantes de los sectores contrarrevolucionarios que buscan desprestigiarla y atacan "... a sus organismos más genuinos por su fracaso..." (22).
La lucha de las ideas para legitimar a un sistema político, hace que ciertos conceptos como es el caso de "la Revolución", sean siempre reiterados para convertirlos en verdades sociales que tengan el consenso de la mayoría de la población de un país.
El término de la Revolución Mexicana, ha sido sin duda durante más de siete décadas, el más utilizado para convalidar las acciones de los gobiernos que surgieron de ese movimiento armado y para ello los medios han prestados gran servicio al sistema.
En términos cuantitativos, fue López Mateos, quien más utilizó el concepto de Revolución, pero cada presidente de acuerdo a las circunstancias sociales de su momento histórico, cualitativamente lo reiteraron como forma de legitimar sus acciones en contra de aquellos elementos que calificados de contrarios al regimen de la Revolución, sufrieron las consecuencias de no alinearse al carro y a las conductas de la familia revolucionaria.
Con la ayuda de los medios, la Revoluci¢n adaptaba sus principios.
Así, con el fin del desarrollo estabilizador, el Discurso de la Revolución se fue "adaptando" a las nuevas circunstancias de desarrollo de la sociedad mexicana, hasta la llegada de un nuevo modelo basado en promoción de las exportaciones y mayores inversiones extranjeras.
En 1969, el PRI reiteraba que la "fuerza legítima de la Revolución" se impondría de nuevo para que los mexicanos tuvieran en el Presidente Luis Echeverría Alvarez a un continuador del proceso revolucionario iniciado en 1910 y que a casi 60 años de ello, mediante el voto por la Revolución y sus gobiernos de los mexicanos, los mantenía en el poder.
Las definiciones e interpretaciones, como en cada época, continuaban validando y legitimando al sistema a través de su partido considerado como "fuerza legítima de la Revolución", "abanderado de los campesinos, obreros, clase media, vendedores y empleados", instituto político "continuador de la ruta de la Constitución" y "de su programa revolucionario", como podía leerse en la prensa escrita de ese momento (23).
Incluso, en un amago de prepotencia ideológica, el líder en turno del PRI, Alfonso Martínez Domínguez, declaró que no existía "...la remota posibilidad de que el PRI pueda algun día ser derrotado por fuerzas democráticas distintas a las instituciones revolucionarias, porque... el PRI es un partido mayoritario con una ideología y un programa bien definido, arraigado en la conciencia popular" (24) y la prensa convalidaba estos asertos.
Cuando se habló de la posibilidad de que nuevamente un secretario de Gobernación se convirtiera en el candidato de la Revolución, la prensa comenzó la apología del perfil del pr¢ximo Presidente, halagando sobre todo aquellas acciones que mostraban su actuación revolucionaria y su apego a los principios de la Revolución Mexicana. El ritual se repetía, nuevamente la Revolución se "adaptaba" a las necesidades de los integrantes de la familia revolucionaria.
Como cada seis años, se difundía un balance de los logros de la Revolución, de las metas a alcanzar considerando que la mexicana es una revolución cuya conclusión se busca lograr cada sexenio, según los conceptos de Díaz Ordaz, por lo que nuevamente había que reinterpretar el concepto.
La Revolución no había terminado, sus demandas esenciales simplemente se postergaban sexenalmente y así se reconocía y los mexicanos educados con la cultura de la Revolución, así lo creíamos.
Las frases se repetían: "...la Revolución continúa con todo vigor su marcha ascendente...", "... en estos momentos están las fuerzas revolucionarias del país más unidas...","... que no se detenga la marcha hacia el cumplimiento de los ideales mejores de la Independencia, de la Reforma y de la Revolución" (25), leíamos en la prensa.
Ante la "obra revolucionaria" del Presidente saliente, se planteaban las acciones de lo que sería la continuación del proceso revolucionario a realizar por el Presidente entrante.
Para 1976, la prensa documentaba ya la lucha de los técnicos contra los políticos que se expresaba en las esferas gubernamentales. La disputa del discurso de la Revolución y su forma de concebirla se veía de nuevo.
Con la candidatura del secretario de Hacienda, José López Portillo, se terminaba el camino de los políticos como dirigente de los gobiernos revolucionarios y se abría una brecha por la que los técnicos comenzarían a colocarse para lograr en el siguiente sexenio, su deseo de acceder al manejo del Discurso de la Revolución y de la administración pública de cuyo modelo, los medios servían para legitimarlo.
Pero la prensa de entonces, destacaba ya la preocupación del líder en turno del PRI, Jesús Reyes Heroles, de que "... en el seno de los gobiernos revolucionarios se incuban realidades contrarrevolucionarias..." (26), y eran tales que un sobrino del apóstol Madero, Pablo Emilio Madero, destacó que el PAN era el partido que más fielmente interpretaba los ideales de la Revolución Mexicana.
Inclusive algunos grupos del Partido de la Revolución hablaban ya de desviaciones, interrupciones y traiciones al movimiento armado, de parte de algunos que desde el poder decían seguir sus principios para bien de la Nación.
La disputa del Discurso de la Revolución se hacía más abierta en los medios de comunicación, aún cuando la apología de los logros de esta continuaba siendo la norma general, sólo que ahora se cuestionaba la figura de los revolucionarios y su verdadera convicción.
La prensa de 1980 hablaba ya del avance de la tecnocracia que poco a poco tenía dominio de la escena política nacional al grado que los tecnócratas habían hecho a un lado a los políticos en el aparato gubernamental.
Ese año, documentan los medios, el aniversario de la Revolución Mexicana tuvo como orador a un técnico, Miguel de la Madrid Hurtado, secretario de Programación y Presupuesto, quien aseguró que la administración pública "se seguirá supeditando a los fines de la política, vigilando la probidad revolucionaria..."(27).
Considerado entonces, como uno de los aspirantes presidenciales más técnicos y más ubicado a la derecha, Miguel de la Madrid, comenzó a apropiarse del Discurso de la Revolución, para adaptarlo a las circunstancias históricas que le tocó vivir de manera que las acciones que emprendiera tuvieran la legitimidad necesaria.
Ya como candidato del PRI y dueño del Discurso de la Revolución, MMH denominó a su campaña: "... la campaña de la Revolución, para la Revolución Mexicana... (de) esta nueva etapa de la Revolución"(28).
Así las cosas, las políticas neoliberales entrarían por la puerta grande a México en tanto que los grupos opositores se recomponían y demandaban la necesidad de una nueva Revolución, al considerar que la de 1910, no había arribado al logro de sus ideales.
Fueron publicitándose nuevas frases dentro del Discurso de la Revolución: "planeación democrática", "desarrollo nacionalista", ya que "los gobiernos de la Revolución se justifican sólo en la medida en que promueven la justicia social sobre bases firmes..." (29).
Pero ante la opinión pública cansada de la fraseología que los medios difundían, la fuerza legitimadora del Discurso de la Revolución seguía su marcha descendente y la clase política lo percibía en los resultados electorales y en la creciente marginalidad de las familias, con la puesta en marcha de las políticas neoliberales que iban polarizando a las clases sociales, lo que se documentaba en la prensa, donde también ocurrían cambios debido a la creciente competencia entre las editoras.
A raíz de estas contradicciones entre Revolución y sus metas a cumplir como postulados elementales, la división dentro de la clase política comienza a sentirse con el nacimiento de la Corriente Democrática al interior del PRI, cuyas denuncias en un primer momento sólo algunos medios comenzaron a difundir, la cual demandó que se retomaran los ideales del movimiento armado.
Pero esta no era la única traición a los ideales de la Revolución. El discurso del líder del PRI en turno, Jorge de la Vega, difundido profusamente en los medios, fue considerado por los democratizadores como presagio de una etapa de autoritarismo y de intolerancia contraria a los ideales de la Revolución Mexicana.
Ahora, los contrarrevolucionarios eran los que decían defender y gobernar bajo los postulados del movimiento armado de 1910, no los que estaban afuera del Partido de la Revolución sino los que estaban adentro del PRI, de acuerdo al manejo informativo que los medios daban ahora a estos disensos internos. Pero tuvieron que pasar varias décadas para que los calificativos de ser elementos de la reacción que los de adentro lanzaban en contra de los que se les oponían, ahora fueran al contrario.
La familia revolucionaria envuelta en una lucha entre políticos y técnicos, se desquebrajaba para dar paso a una nueva corriente revitalizadora del Discurso de la Revolución que continuara la búsqueda de la realización de los ideales que llevaron a la lucha a miles de mexicanos en 1910: justicia social y sufragio efectivo.
En una clara alusión a la forma en que el régimen se había legitimado, el Presidente Miguel de la Madrid, afirmó en una gira por Michoacán que "... en política no se puede vivir ya de prestado de la historia"(30), aludiendo a la Corriente Democrática del PRI que retomaba los postulados de la Revolución; de esa historia de la cual habían venido viviendo los regímenes emanados de ella, de esa historia de la que se aludía para legitimar al propio gobierno de MMH y que este parecía olvidar ante las circunstancias políticas que se dieron al fin de su sexenio.
Si ya no se iba a vivir prestado de la historia, de que iban a vivir entonces los gobiernos de la Revolución, si su tesis legitimante ya no era vigente en 1987, como lo recogía la prensa del país, misma que retomando las voces críticas del PRI, decía que la finalidad última de estos, era "...recuperar el proyecto nacionalista de la Revolución Mexicana..." (31), dando entender que este ya se había perdido en los gobiernos revolucionarios de los que formaban parte.
El mismo Discurso de la Revolución era puesto en entredicho por lo no realizado por los gobiernos que lo utilizaron como su legitimante social. Nacía un nuevo Discurso de la Revolución en los medios que prometía, ahora sí, recobrar la senda que llevara al país al cumplimiento de las metas, ideales y postulados no logrados.
La democracia a la mexicana y sus frases que los medios difundían se fue recomponiendo con la nueva élite que buscaba moldear la actitud de la población hacia las instituciones, ya que según palabras de Carlos Salinas ellos eran los integrantes de una nueva generación, "... la de la renovación nacional, la que está modernizando a México..." y para ello como candidato llamó a participar en su "...moderna campaña de la Revolución..." (32) para buscar la realización de los mismos ideales que sexenio tras sexenio se "adaptaban" a las circunstancias históricas del gobernante en turno.
Carlos Salinas, prometió entonces, la modernización del lenguaje como dándose cuenta de que ya no se ajustaba al tiempo en que le tocó ser candidato de la Revolución, de una Revolución cuestionada y de la que dijo continuaría para erradicar la pobreza extrema y ahora sí, asegurar la justicia social para todos los mexicanos.
"Nuestro camino para el cambio será la modernización nacionalista, democrática y popular. Será una modernización nacionalista, porque reafirma los valores fundamentales que nos dan identidad como mexicanos; porque abre una nueva etapa al proyecto de la Revolución...', ya que "el propósito medular de la Revolución Mexicana, que es la justicia social, no ha sido alcanzado..." (33), reconociendo que no obstante los gobiernos revolucionarios, pobreza y desigualdad seguían vigentes en el país.
Un nuevo discurso nacía, el del Banco Mundial que llamaba a la reforma del Estado a través de una redefinición de sus funciones para poder combatir la pobreza extrema, la corrupción y sentar las bases para una mejor gobernabilidad que alejara de los países las luchas civiles a través de una mayor participación ciudadana en las decisiones gubernamentales y una mayor competencia política institucional que permitiera a la vez, a las fuerzas del mercado, promover la competencia económica con la globalización de los mercados (34).
Ante la globalización económica que las fuerzas del mercado iban imponiendo, los medios de comunicación difundían que la modernización nacionalista y popular era el camino a seguir para "...hacer realidad a la Revolución... (que) se propuso crear un Estado fuerte", sólo que "nuestra Nación ha vivido al amparo de numerosas reformas emprendidas en nombre de la Revolución... (pero) la mayoría de las reformas de nuestra Revolución han agotado sus efectos y no son ya la garantía del nuevo desarrollo que exige el país. Debemos por ello, introducir cambios en el Estado... y crear nuevos modelos de participación y de relación política" (35), afirmaba Salinas de Gortari.
Justificaba la ejecución de la propuesta del Banco Mundial de privatizar paraestatales, parodiando a la Revolución: "un estado que no atienda al pueblo por estar ocupado administrando empresas no es justo ni es revolucionario... La privatización no deposita en manos ajenas al Estado la conducción del desarrollo; por el contrario, el Estado dispone ahora de recursos..." pero reconoce que "... más de un millón de habitantes...viven en condiciones incompatibles con el mandato de justicia de la Revolución Mexicana..." (36).
Y ante los mexicanos que han dejado de creer en la Revolución, en su gobierno y en el discurso que lo legitimaba, CSG lo justifica como producto de una mala percepción del mexicano debido a una ausencia de cambio prolongada durante sexenios, para lo que propone modernizar, sinónimo de adaptar, a su manera a la Revolución, su discurso y sus acciones.
Más que hablar de logros, el Discurso de la Revolución del segundo sexenio neoliberal, fue la de reconocer los rezagos y el incumplimiento de los postulados del movimiento armado.
Y le dio un nombre a su reforma de la Revolución que la prensa documentó; modernizando el lenguaje: liberalismo social no neoliberalismo, aún cuando las acciones son las propuestas por los organismos financieros internacionales.
Nuevas interpretaciones tenía el gobernante para aludirla: "La Revolución Mexicana no fue una sola; han existido dentro de ella varias concepciones y, por eso, varias expresiones de la misma Revolución; cada una en su tiempo y en su momento, tuvo su oportunidad y ejerció su respoel propio sistema había logrado con la ayuda de los medios de comunicación. Era necesario un nuevo vocabulario que reemplazara al viejo y que justificara los rezagos del movimiento revolucionario que se transformaban en derrotas electorales para los candidatos del otrora Partido de la Revolución.
Poco a poco, la Revolución se adapta hasta en los momentos de crisis sistémica con la aparición de nuevos términos que buscaban su nueva legitimación social. Quienes criticaron a los gobiernos surgidos de ella, también hacen uso del Discurso de la Revolución como legitimante de su actividad política, considerando que este discurso ideológico forma parte de la cultura nacional y de la conciencia del pueblo mexicano, por lo que se justifica su utilización como una forma de ganar consenso social que les permita arribar al poder con una concepción de reforma y búsqueda de los caminos que lleven al logro de las metas hasta ahora incumplidas de la Revolución.
El fin del discurso oficial de la Revolución sumió así al sistema político mexicano en una crisis de credibilidad.
Aún cuando diversos estudios señalan que la marginación y pobreza siempre han existido en nuestra nación, ahora notamos que se ha modificado la expresión de esta desigualdad social y la percepción que la propia poblaci¢n tiene de ella.
En este sentido el Discurso de la Revolución ha perdido legitimidad en los medios y ante la sociedad, como forma para dar validez a las acciones de los gobiernos emanados de ese movimiento armado y cuyas proclamas de alcanzar mejores niveles de vida han quedado rebasados por la realidad social que se vive.
En su momento el discurso fue legitimante al incrementarse los niveles de educación, empleo y salud de los mexicanos y de ello daba cuenta la prensa, pero las nuevas políticas económicas han incrementado la marginación y pobreza, decreciendo así las expectativas de bienestar para las familias.
En el pasado reciente hubo movilidad social y el Discurso de la Revolución era aglutinador de los sectores sociales, pero al desgastarse han surgido discursos heterogéneos antagónicos en lo económico y político al discurso que fue sustento fundamental del sistema político mexicano.
El reflejo del Discurso de la Revolución en la vida cotidiana y en las corrientes culturales que lo tuvieron como sostén ha ido desapareciendo con el proceso de transformación del país de 1982 a la fecha y la llegada de las políticas neoliberales.
Con esto, se reafirma que la legitimidad de un sistema político está en función del discurso que le da sustento moral y jurídico a la acción de los gobiernos, el cual se difunde de manera masiva a través de los medios, para normar la actitud de los sectores ante las instituciones y sus élites que las dirigen.
Un análisis del discurso de los sectores dominantes difundidos en la prensa, nos indica que este acude "... a una cierta sutileza constructiva, necesaria en la lucha política... a formas encubiertas del autoritarismo en relación con sus oyentes, adversarios o seguidores..." (38), llevando consigo un importante efecto ideológico en su contenido.
Es así como el discurso dominante opera como una estrategia de dominación al imponer al conjunto de las clases de la sociedad un "... modo de interacción socioverbal como uno de los mecanismos de reproducción de las relaciones de clase..." (39), mismo que se reproduce como cultura general de la Nación a la cual los individuos deben acogerse como norma a seguir, denominándose a esta ideología homogenizadora del consenso social, la "conciencia nacional".
Es en este rubro donde el discurso presidencial, adopta diversas formas de manipulación de los oyentes toda vez que es el único que "... está en la condición privilegiada de hablante de la que goza en un sistema presidencialista"(40).
Pero al abrirse una enorme brecha entre discurso y realidad social imperante en México, la universalidad del discurso se fue perdiendo y con ello su credibilidad ante la población como argumento central de legitimación de las acciones de gobierno del sistema político surgido de la Revolución.
Por ello es que el Discurso de la Revolución ha desaparecido de los actos oficiales ante la insatisfacción de las demandas sociales de mejores niveles de vida y seguridad para las familias que fueron la esencia de las políticas de justicia social comprometidas por la Revolución.
De ahí que la legitimidad del sistema político de la Revolución ha sido cuestionada en las urnas por la población, quien ha dejado de ser ya el sustento político-electoral del denominado Partido de la Revolución como se le conoció al PRI.
El discurso político como una forma de dominación de clase ha cambiado y los grupos de la clase dominante tradicional se disputan ahora la titularidad del nuevo discurso ante los medios de comunicación.
El discurso presidencial como aglutinador de la clase política dominante se ha fracturado, dando paso a nuevos grupos políticos que buscan ser los predominantes en el manejo del nuevo discurso basado en aquellas cosas que la Revolución no ha cumplido, pero que abren la expectativa de lograrse bajo nuevas formas de hacer política.
El discurso se desgasta de acuerdo a las épocas y contextos sociales de cada generación, de manera que lo que ayer sirvió como aglutinador de las masas y de legitimación de un sistema, deja de serlo si no se renuevan las expectativas de justicia social, de acuerdo a las nuevas necesidades de la sociedad.
Ahora, pese a que ha habido cambios de gobernantes en municipios y gubernaturas del país, estos aún no hacen posible que se reflejen las bondades de la Revolución Mexicana y menos los cambios estructurales, sólo ha habido cambios de partidos. Los tipos de conducta socialmente adquiridos y que se trasmiten con igual carácter por medio de símbolos para conformar el patrimonio intelectual y material de un pueblo, siguen siendo los de la cultura dominante del sistema político mexicano y, aunque ya muestran algunas variantes, estas no son aún los suficientes como para hablar de un cambio en la cultura política, donde aún predominan las inercias sistémicas.
El Discurso de la Revolución que dio identidad a los actores: Presidente de la República y gobierno, así como a los sectores subalternos de la sociedad mexicana, está desapareciendo de los medios de comunicación y con ello la identidad de los propios actores que configuran nuevos rostros aún confusos, en una transición política realizada por la clase dominante tradicional que se recompone y cambia su discurso.
Si damos como cierto lo dicho por destacado politólogo mexicano (41) de que la democracia exige y se sostiene con una pluralidad de ojos, de ideas y de voces, donde desde la multiplicidad de puntos de vista la verdad política se discute y la democracia no se funda en el monopolio del saber, sino en la diversidad de opiniones.
Es claro entonces que la pluralidad política que actualmente se vive en el país demanda de los medios de comunicación y de los periodistas, pluralidad y compromiso con la sociedad, a la que se deben los medios de comunicación, para hacer realidad la tesis que sostenía el maestro Leduc de que sólo con una prensa independiente de cualquier compromiso grupal o faccioso, era posible dar vida a una sociedad con poder réplica frente a los poderes.
En ese sentido, la relación de los medios de comunicación como una de las instituciones de la democracia, con respecto a las demás instituciones del Estado, debe ser clara y transparente, profesional para terminar con el manejo discrecional de la información que sirve para manipular a la opinión pública en un sentido o en otro.
No olvidemos que el derecho a la información que consagra la Constitución y la libertad de prensa son conceptos que están sujetos al interés político o económico de los periodistas y de los dueños de los medios de comunicación, de sus relaciones de alianza, su dependencia a alguna institución o al "poder invisible", o bien, del incumplimiento por parte de los editores del pago del salario mínimo profesional que establece la ley para los trabajadores de los diversos medios, que al no cubrirse promueve y propicia la corrupción del gremio periodístico.
Hay que terminar con la venta de protección que algunos medios ejercen a cambio de privilegios de diverso tipo, también con el tráfico de influencia y el compadrazgo que la cultura política ha establecido entre gobierno y medios, para dar paso a una relación profesional, respetuosa y cordial entre medios e instituciones, sin confundir nunca la actividad profesional del periodismo con la simpatía política que los periodistas como ciudadanos tenemos por alguna corriente de pensamiento en lo particular.
En México, más que restricciones de los poderes a la prensa, existe la autocensura que los medios de comunicación realizan de acuerdo a sus compromisos que tienen con el poder, misma que debe terminar. Debemos acabar con esa cultura de compra de conciencia por publicidad que por inercia se sigue practicando, para dar paso a un periodismo profesional, serio, respetable y comprometido con la sociedad en su conjunto.
Para ello debe derogarse la Ley de Imprenta de 1917 y dar paso a una nueva normatividad que oblige al Estado a cumplir con el derecho a la información que como ciudadanos tenemos todos, a través de una Ley Federal de Comunicación Social que norme la relación entre las instituciones públicas y los medios de comunicación.
A quienes la falta de esta normatividad los ha beneficiado, es obvio que se oponen a dicha reglamentación que terminaría con parte del "poder invisible" que ejercen en la sociedad, olvidando tal vez el perfil que un presidente de México hizo de los periodistas al calificarlos de "mendigos, embuteros y agazapados chingaqueditos a los que sabemos como aceitarles el hocico"(42). Olvidando también que todos los derechos de los mexicanos están debidamente reglamentados, como el derecho al empleo y su Ley Federal del Trabajo.
Es claro entonces que para que haya una buena relación entre pares, deben existir normas que la convaliden y le den vigencia, porque en el mundo actual de la revolución de las comunicaciones de masas, como advertía Sartori (43), se ha dado paso a un mundo horizontal donde el estado nacional se va perdiendo para generar sistemas sociales trasnacionales que van destruyendo los nichos y las barreras de la historia y las tradiciones culturales a pasos agigantados.
Y es este centralismo de la imagen que los medios manejan, la que puede excitar y manipular a las masas, sin que exista nadie quien controle la revolución de las comunicaciones ahora globalizadas.
Por ello, las relaciones entre las instituciones para la democracia no pueden estar sujetas al carácter de una persona, al interés de un grupo o a las necesidades de uno o la conveniencia del otro.
Los medios de comunicación que se deben a la sociedad, deben estar al servicio de la sociedad en su conjunto y no de algún grupo en lo particular para servir a la simulación y manipulación de la opinión pública.
La democratización de las instituciones que dan vida a la nación dependen de la democratización de los medios de comunicación que permitan forjar una cultura política pluralista, tolerante, con una estructura de pensamiento distinto al pasado autoritario del México y dar paso a un México más acorde con los nuevos vientos democráticos que nos permita encontrar en una fase posterior, una participación ciudadana creciente que logre conjuntar los avances políticos y económicos para lograr justicia social en la democracia.
La democracia pasa por los medios de comunicación.
Bibliografía(1) BOBBIO Norberto, EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA, Fondo de Cultura Económica, México, 1986, pp. 22-24.
(2) NOHLEN, Dieter, DEMOCRACIA, TRANSICION Y GOBERNABILIDAD EN AMERICA LATINA, IFE, México 1996, pp. 31.
(3) SARTORI, Giovanni, LA POLITICA, LOGICA Y METODO EN LAS CIENCIAS SOCIALES, Fondo de Cultura Económica, México, 1995, pp. 319-331.
(4) CORDOVA Arnaldo, LA IDEOLOGIA DE LA REVOLUCION MEXICANA, Ediciones Era, México 1985, pp. 15-37.
(5) M. OLSON, LA LOGICA DE LA ACCION COLECTIVA, Limusa, México 1992, pp. 5-75.
(6) CORDOVA Arnaldo, LA FORMACION DEL PODER POLITICO EN MEXICO, Serie Popular Era, México 1974, pp. 12-69.
(7) M. OLSON, LA LOGICA..., Op Cit. pp. 73.
(8) COSIO VILLEGAS, Daniel, EL SISTEMA POLITICO MEXICANO, Cuadernos de Joaquín Mortiz, México 1973, pp. 15-67.
(9) CORDOVA Arnaldo, LA FORMACION... Op Cit. pp. 56.
(10) Ibíd.
(11) COSIO VILLEGAS, Daniel, EL SISTEMA... Op Cit., pp. 67.
(12) KRAUZE, Enrique, LA PRESIDENCIA IMPERIAL, Turquets Editores, México 1997, pp. 31.
(13) EL UNIVERSAL, SUCESIONES, DESTAPES Y ELECCIONES PRESIDENCIALES, Tomo I, Compañía Periodística Nacional, México 1993, pp. 1-4.
(14) Ibid. pp 4
(15) Ibid. pp. 6
(16) Ibid. pp. 32
(17) Ibid. pp. 71
(18) Ibid, Tomo II, pp. 87
(19) Ibid. pp. 94
(20) Ibid. pp. 96
(21) Ibid. pp. 117
(22) Ibid. pp. 193
(23) Ibid, Tomo III, pp. 1
(24) Ibid. pp. 8
(25) Ibid. pp. 34-35
(26) Ibid. pp. 72
(27) Ibid. pp. 113
(28) Ibid. pp. 128
(29) Ibid. pp. 145
(30) Ibid. pp. 170
(31) Ibid. pp. 184
(32) Ibíd. pp. 200
(33) LA JORNADA, SUPLEMENTO, 2 diciembre de 1988, Toma de protesta de Carlos Salinas de Gortari, pp. 2 y 5.
(34) BANCO MUNDIAL, INFORME SOBRE EL DESARROLLO MUNDIAL 1997, Versión traducida al español, México 1998, pp. 1-261.
(35) SALINAS DE GORTARI, Carlos, PRIMER INFORME DE GOBIERNO 1989, Presidencia de la República, México 1994, pp. 2-3.
(36) Ibíd. pp. 4 y 13.
(37) SALINAS DE GORTARI, Carlos, QUINTO INFORME DE GOBIERNO 1993, Presidencia de la República, México 1994, pp. 72.
(38) CARBO, Teresa, DISCURSO POLITICO: LECTURA Y ANALISIS, Cuadernos de la Casa Chata, Sep Cultura, México 1984, pp. 22-42.
(39) Ibíd.
(40) Ibíd.
(41) SILVA-HERZOG, Jesús, ESFERAS DE LA DEMOCRACIA, IFE, Cuadernos de Divulgación de la cultura democrática, México 1996, pp. 51-52.
(42) KRAUZE, Enrique, LA PRESIDENCIA... Op Cit. pp. 332-333.
(43) SARTORI, Giovanni, LA POLITICA... Op Cit. pp. 322-324.
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