Denuncian indígenas que se dieron más concesiones a firma canadiense en el área protegida
Angélica Encisco L./ La
Jornada
El gobierno federal entregó nuevas concesiones a empresas
mineras para la explotación del subsuelo en territorio sagrado del pueblo
huichol, con lo que no sólo viola sus derechos culturales sobre ese lugar, sino
decretos y leyes, señalaron representantes de comunidades que desde ayer están
en la ciudad de México para demandar respeto a esa zona sagrada.
Decenas de hombres y mujeres dejaron las fiestas de la
cosecha y desde la sierra desértica de Jalisco y Nayarit salieron para difundir
su demanda de cancelación de la explotación minera en Real de Catorce, San Luis
Potosí, donde se localiza Wirikuta, una de sus zonas sagradas.
Además de la concesión que el gobierno federal otorgó en
2009 a la compañía canadiense First Majestic, ha entregado otras y hay al menos
30 proyectos mineros en la región desértica que se extiende desde Real de
Catorce, San Luis Potosí, donde se ubica Wirikuta, hasta municipios aledaños
que también forman parte del territorio sagrado, señaló Carlos Chávez, de la
Asociación Jalisciense de Apoyo a los Pueblos Indígenas.
First Majestic posee 22 concesiones mineras a través de su
filial Real Bonanza, y de las 6 mil 326 hectáreas que abarcan, 70 por ciento
está dentro de Wirikuta. Además en el pleno corazón de este territorio, en el
área de El Bernalejo, comunidad Las Margaritas, el gobierno otorgó otras dos
concesiones mineras a la canadiense West Timmings Minning.
En conferencia de prensa Santos de la Cruz, uno de los
representantes del pueblo wixarika, dijo: El Estado Mexicano está asesinando y
secuestrando nuestros territorio sagrado. Quieren acabarnos, asesinar a nuestra
madre tierra. Traemos ese mensaje para que considere y cumpla su palabra como
lo ha planteado en la ley.
La zona es un área natural protegida estatal desde 2001, por
lo que está prohibida la actividad extractiva, que desde 1988 está incorporada
en la red mundial de sitios sagrados naturales por la Unesco y el 28 de abril
de 2008 el presidente Felipe Calderón –vestido con la ropa del pueblo huichol–
fue testigo del pacto Huauxa Manaka para la preservación y el desarrollo de la
cultura wixarika, suscrito por los gobernadores de San Luis Potosí, Durango,
Jalisco, Nayarit y Zacatecas.
De la Cruz señaló que pese a esos pactos y convenios
firmados están acabando con nuestra propia vida y corazón. Exigimos respeto. No
sólo en Wirikuta sino en todo el territorio sagrado. El Estado, agregó,
violenta el derecho humano. Queremos vida, queremos existir.
La demanda, dijo, es el retiro de esas concesiones; estamos
aquí no por gusto, sino porque existe la necesidad y urgencia de que aprendan a
respetar al pueblo indígena. Llamó al gobierno a que considere esto, así como
se ha vestido con el traje wixarika, que respeten el sitio sagrado, y se pongan
la camiseta para retirar esas concesiones.
Esta región es rica en biodiversidad y concentra la mayor
presencia de cactáceas endémica –sólo allí se localizan–, las cuales están
amenazadas. Se trata de .3 por ciento del desierto chihuahuense que alberga la
mitad de la población de flora de este tipo y 80 por ciento de especies de
aves, explicó Humberto Fernández, de Conservación Humana. Es una isla de
vegetación en medio del desierto y allí se encuentra la huella más antigua del
hombre en el continente, afirmó.
A la conferencia asistieron unos 120 habitantes de las
comunidades San Sebastián Teponahuaxtlán, Tuxpan de Bolaños, y Santa Catarina
de Jalisco, entre otras, así como los actores Daniel Giménez Cacho y Patricia
Llaca, que apoyan este movimiento.
Por la tarde, acudieron a ciudad universitaria y fueron
recibidos por un grupo de académicos y recorrieron algunas facultades. Una
comisión acudió a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
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