Tengo ante mí dos documentos, uno de ellos es una carta de una época que aunque usted no lo crea, o no lo recuerde, existió. Una época en que el presidente Vicente Fox y el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, se trataban con franco respeto y colaboración. Leo textualmente: "franco respeto y colaboración".
Voy a leer un párrafo de esta carta, dice:
"Ciudadano Jacobo Zabludovsky. Presente. Estimado Jacobo:
En un marco de franco respeto y colaboración he acordado con el jefe de Gobierno del Distrito Federal sumar esfuerzos para procurar la protección, restauración, rescate y revitalización del Centro Histórico."
Me salto un párrafo, y dice: "Es por ello que me es grato invitar a usted a formar parte de este consejo consultivo que se instalará el 14 de agosto del año en curso", etcétera, atentamente, Vicente Fox Quesada, presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Este es uno de los documentos. El otro es una invitación y dice:
"El presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Vicente Fox Quesada, y el jefe de Gobierno del Distrito Federal, licenciado Andrés Manuel López Obrador, se complacen en invitar a usted a la instalación del Consejo Consultivo del Centro Histórico de la ciudad de México el próximo 14 de agosto del presente año -es 2001- a las 12 horas en el salón de la Tesorería de Palacio Nacional, ciudad de México", etcétera.
Estos dos documentos los tengo muy presentes, no es que ahora los recuerde. Estoy muy orgulloso de esta invitación, de aquellas épocas que parecen de cuentos de hadas, en que el Presidente y el jefe de Gobierno coincidían, y como dice la carta, en un marco de "franco respeto y colaboración", etcétera.
Durante estos tres años y medio que he pertenecido al Consejo Consultivo del Centro Histórico de la ciudad de México, en el que tengo el honor de estar junto al cardenal Norberto Rivera, junto al ingeniero Carlos Slim y el historiador Guillermo Tovar y de Teresa. Somos cuatro los miembros dentro del Consejo Consultivo.
Durante estos tres años y pico he trabajado, pues, con toda la intensidad lo mejor posible. Pero ha sido el jefe de Gobierno el que ha estado con nosotros en numerosas juntas, recuerdo que cuando fui nombrado y acepté el honor de trabajar por mi ciudad sin ninguna remuneración y nada a cambio más que la satisfacción, hicimos un recorrido el jefe de Gobierno y yo por aquella ciudad de hace apenas tres años y medio, tampoco estoy hablando de una ciudad en la que se paseaba Hernán Cortés. ¡No!, hace tres años y medio, apenas.
Y era una ciudad abandonada, insegura, descuidada, deshabitada, y la hemos cambiado. Claro, me adorno diciendo que yo también. He sido como la mosca en el arado, pero ahí he estado cada mes que tenemos nuestra reunión y cada vez que ha sido necesario, y he visto con una enorme satisfacción cómo cambió el Centro Histórico de la ciudad de México.
Mi ciudad es el Centro Histórico, ahí viví hasta a los 23 o 24 años, ahí aprendí a caminar, hablar, ahí aprendí el Himno, ahí aprendí a escribir. A veces me preguntan: ¿tú conoces el Centro Histórico, calle por calle?, les digo: no, conozco el Centro Histórico casa por casa, y he visto cómo ha cambiado. Después del nombramiento, el señor Presidente de la República, lógicamente, se ha dedicado a los enormes problemas nacionales del país y en la ciudad de México los trabajos los ha encabezado el jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, con él hemos participado en numerosas juntas, el cardenal Norberto Rivera, el historiador Guillermo Tovar y de Teresa y el ingeniero Carlos Slim.
Hoy, el Centro Histórico de la ciudad de México es otro. Aunque mucha gente no se dé cuenta, porque no hay ninguna obra espectacular, porque no se trató de apantallar, se trató de hacerlo hermoso, y sobre todo, de rehabilitarlo; que volviera a ser habitación-nocturna y no solamente sitio de trabajo al que llegan miles de personas en la mañana y de donde se van en las noches, ya se va logrando.
Para que usted sepa, por si no sabe o no lo recuerda, hemos logrado sustituir todo el drenaje que llevaba más de 100 años lleno de agujeros, hemos sustituido toda la tubería de agua potable en el Centro Histórico, hemos logrado ocultar bajo el pavimento todos los cables que colgaban de poste en poste, como una gran telaraña sobre la ciudad antigua. Ahora, por debajo van los cables de luz, teléfono y otros de comunicación moderna, hemos logrado sustituir los viejos muebles urbanos por un mueble urbano adecuado a la ciudad.
Usted observará que los postes de donde cuelgan las luminarias son todos iguales, antes eran muy distintos; en cada lugar había de distintas épocas. Hemos puesto más muebles urbanos como las papeleras, hemos hablado con la Unión de Voceadores de México para sustituir y reacomodar en lugares lógicos los kioscos de los periódicos.
Hemos estimulado la construcción de edificios de no más de cuatro pisos, porque como no necesitan elevador salen más baratos en su construcción y en su mantenimiento, y entonces las rentas son adecuadas para los trabajadores de la industria de la confección que emplea una enorme cantidad de mano de obra y que está por el rumbo de 20 de Noviembre, San Miguel, Fray Servando. Hemos logrado reacomodar a muchos maestros que venían en las mañanas de ciudad Nezahualcóyotl y volvían en las noches, dos o tres horas en vehículos. Estamos estimulando otras inversiones; ahora hay un gran hotel en la avenida Juárez, donde hasta hace poco estaban las ruinas del hotel Del Prado.
En avenida Juárez se rehabilitó toda esa parte norte que estaba abandonada desde 1985, donde estaba el teatro Alameda y otras instalaciones, ahora está funcionado ahí el Tribunal Superior de Justicia, inaugurado hace unos cuantos días; pronto estará funcionando la Secretaría de Relaciones Exteriores ahí, frente al Hemiciclo a Juárez.
Se ha rehabilitado el Centro Histórico, ahora ya no da miedo ir, han renacido cafés de chinos, fondas, lugares para la gente que vivía ahí y que empieza a vivir de nuevo, hay espectáculos públicos que atraen a familias enteras durante todas las épocas del año, y ahora que ya no ocupa usted, señor López Obrador, su despacho de jefe de Gobierno, déjeme darle las gracias. Aunque para mí no fue una sorpresa. Hace dos semanas, y está en una grabación, lo dije en este programa cuando comentaba con Enrique Gálvan Ochoa lo que iba a pasar.
Escuchemos la grabación de hace dos semanas: "Enrique, antes de que te vayas, y ahora que nadie nos escucha y que podemos platicar tú y yo, tú sabes que nuestra profesión de periodistas es para decir lo que pasó o lo que está pasando, pero no lo que va a pasar. Sin embargo, por esta única ocasión quisiera expresarte mi seguridad de que va a ser desaforado López Obrador, porque es el último retén antes de Los Pinos y este último retén no lo van a levantar, es decir, no lo van a dejar pasar. Están haciendo como que están divididos porque, pues claro, no hay aplanadora, pero ya empezó una sutil campaña de desprestigio que se intensificará en el momento del desafuero y probablemente se acumulará a la de El Encino otras acusaciones. Puedo equivocarme, acepto el riesgo de la equivocación. Sin embargo, en el último retén no van a levantar la pluma para que no pasen los vehículos. El último retén".
Eso es lo que dije el 25 de marzo hace apenas dos semanas.
Hoy reitero, cuando usted señor López Obrador ya no ocupa su despacho en el Zócalo de la ciudad de México, este habitante de la ciudad de México que nació y vivió en el Centro Histórico prácticamente toda su vida, hasta antes de casarse, le da las gracias, ha sido usted un gran gobernante.
No comments:
Post a Comment