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Redaccíón.
El pasado 19 de febrero alrededor de las 15:40 hrs. Jesús y Daniel se encontraban paseando y decidieron sentarse en una banca del parque fundidora para platicar de situaciones concernientes a su relación. Al finalizar la charla, se dieron un beso en la boca, enseguida uno de los guardias del parque se acercó a ellos solicitándoles que se retiraran del lugar, ya que en el parque no estaban permitidas las “faltas a la moral” y les dijo que les acompañaría hasta la puerta para asegurarse que se retirarían del lugar.
El pasado 19 de febrero alrededor de las 15:40 hrs. Jesús y Daniel se encontraban paseando y decidieron sentarse en una banca del parque fundidora para platicar de situaciones concernientes a su relación. Al finalizar la charla, se dieron un beso en la boca, enseguida uno de los guardias del parque se acercó a ellos solicitándoles que se retiraran del lugar, ya que en el parque no estaban permitidas las “faltas a la moral” y les dijo que les acompañaría hasta la puerta para asegurarse que se retirarían del lugar.
Al llegar a la puerta, los jóvenes se percataron que ya no los acompaña el guardia, así que solicitaron a otro guardia que se encontraba en la caseta de salida, información sobre el reglamento y sobre el porqué habían sido retirados del parque. En respuesta acudió quien se presentó como el encargado del área, quien ante las preguntas de estos jóvenes únicamente respondió que este era un parque “Federal”. Al insistir los jóvenes, respondió que no tenía porqué dar explicaciones, y si los había sacado era por faltas a la moral, recalcando que en el parque había familias y que por eso no podían andar besándose; enseguida se dirigió al otro guardia diciendo: “háblale a una patrulla federal para que se los lleve, se están poniendo locos”.
Los jóvenes insistieron en preguntar sobre qué o quién definía el criterio para faltas a la moral, a lo que el encargado de área respondió: “que te lo expliquen los policías que se los van a llevar y que los van a subir”. Finalmente, el guardia de la puerta les recomendó que mejor ya se fueran para que ya no hubiera mas “problemas”. Durante todo el tiempo y aunque se les pidió que se identificaran, pero los guardias nunca accedieron a dar esta información y mucho menos se mostraron dispuestos a dialogar o a explicar el porqué de estas situaciones.
Este acto de discriminación no es aislado. Ésta misma pareja ya ha recibido anteriormente amenazas e intento de extorsión por demostrar sus afectos de manera pública en agosto del 2012, cuando un miembro de la policía estatal les dijo que los arrestaría por la misma causa que en el parque fundidora (faltas a la moral), incluso les dijo que le si le daban dinero así se podían arreglar para que ya nadie los molestara, refiriéndose a los demás policías.
Para Jesús, estas situaciones le generan indignación, coraje e impotencia: “por un momento pensé dejarlo pasar, sin embargo, no puedo permitir que esto siga sucediendo. Ya nos ha pasado muchas veces, si voy al parque fundidora nos discriminan, si voy a la Macroplaza nos quieren extorsionar, si demuestro afecto a mi pareja con un beso o por tomarlo de la mano siempre hay una represalia, es injusto que se nos trate de esta forma y nos discriminen por simple hecho de tener una relación con alguien de tu mismo sexo” comentó Jesús.
Jesús y Daniel acudirán a la Comisión Estatal de Derechos Humanos a presentar la queja, ya que actualmente en Nuevo León es el único recurso que se tiene, ya que no existe una legislación que penalice la discriminación, con esto sigue abierta la posibilidad a que violenten los derechos de las personas constantemente.
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