Nuestra solidaridad total con Don Raúl Vera López, obispo comprometido con su comunidad !!!

CARTA DE LOS SACERDOTES A LA COMUNIDAD SALTILLENSE

Frente a la confusión que ha generado en un sector de la feligresía y de la sociedad algunas opiniones vertidas contra nuestro Obispo, Fray Raúl Vera López, y que han sido propalados, de manera acrítica, por algunos medios de comunicación local, los sacerdotes de esta Diócesis, que aquí vivimos, que aquí estamos y que hemos puesto nuestra vida al servicio de esta porción de la Iglesia de Saltillo, declaramos:

1.       Que el Obispo, nuestro Obispo, por su ministerio episcopal, es un hombre consagrado al servicio de la verdad, de la justicia y de la paz, llamado a ejercer su carisma profético no solo al interior de nuestra Iglesia diocesana, sino donde quiera que la Iglesia lo llame y en los espacios donde se requiera poner de manifiesto los valores del Reino.

2.       Que esta Iglesia diocesana se rige por un Plan Pastoral, con objetivos, criterios y procedimientos asumidos eclesialmente por todos, y no por caprichos veleidosos personales. En la Iglesia, todos nos debemos a todos, nadie camina por su cuenta ni de espaldas a los demás, sea cual sea su vocación y tarea al servicio de la misma.

3.       Que los sacerdotes somos los primeros responsables de la atención pastoral de nuestras comunidades, pero no lo únicos. Los laicos y laicas, por su propia vocación bautismal, son también partícipes de la tarea evangelizadora, no como pasivos destinatarios, sino como sujetos activos de la construcción comunitaria.

4.       Que, en el origen de nuestro ministerio recibido del Obispo, está la adhesión cordial y la obediencia libre a su persona como representante de Cristo, y que la libertad de conciencia no debe confundirse con el revanchismo ni con actitudes que nos hagan parecer como intocables.

5.       Que, finalmente, las diferencias de criterio y de acción pastoral se resuelven por la vía del diálogo y en espíritu de comunión,  no  por la confrontación o la descalificación del otro, ni mucho menos por la instrumentalización de los fieles cristianos.

Los sacerdotes de esta ciudad creemos que nuestro ambiente social está suficientemente viciado por el encono y la agresividad, como para atizarle más leña al fuego desde un espacio religioso que debiera ser impulsor de la paz y de la convivencia fraterna. Por todo ello y por lo que a nosotros compete, pedimos una disculpa a la feligresía católica y a la sociedad saltillense que merece todo nuestro respeto y servicio ejemplar.

A nombre de todos los sacerdotes de la ciudad, firmamos:

P. GERARDO ESCAREÑO                                                                             P. JOSÉ GUADALUPE TISCAREÑO

VICARIO GENERAL                                                                                                        SECRETARIO CANCILLER

Saltillo, Coah., a 1 de junio de 2013.