Don Raúl Vera entrevistado por René Zúñiga en el 2010
El trabajo le da sentido a la vida humana
Homilía de
Fray Raúl Vera López, O. P.
Quinto día
del Novenario del Santo Cristo de la Capilla
Catedral de
Santiago Apóstol,
Saltillo,
Coahuila
31 de julio
del 2013
Cuando el Señor Jesús dice al
final de la parábola (Mt. 20, 1-16) los
últimos serán primeros y los primeros últimos, sin duda se refiere a la
llegada de los paganos a la fe; dice que las prostitutas y los publicanos se
adelantarán en el reino de los cielos; los que ostentaban en aquel tiempo los
primeros lugares entre los judíos eran los sacerdotes y los fariseos, estos
últimos cultivaban la ley; es decir, primero llegarán al reino las personas que
tienen sentido común, las personas que se han formado un concepto humano de la
existencia según el proyecto de Dios.
El joven que
desea cambiar
Esta parábola también tiene que
ver con la parte anterior a esta cita del evangelio y que trata sobre el joven
rico (Mt. 19, 16-30); el joven tenía muchos bienes y le preguntó al Señor ¿qué tengo que hacer para entrar a la vida
eterna?, el Señor le dijo: anda ve, vende
todo lo que tienes, dáselo a los pobres y vente a predicar el Reino de Dios;
no siempre son así las cosas de que quienes quieran entrar al Reino de Dios
deben vender y/o regalar todo y después se acerquen, no; Jesús está con un
joven donde su riqueza era fruto de la mentalidad de “el que tiene más saliva, come mas pinole”; era un sistema económico
como el establecido hoy donde unos cuantos ganan a costa de los miles. Es el
caso de los trabajadores que no les favorece la Ley Federal del Trabajo porque se
les niegan prestaciones a las que tienen derecho, se les niega un contrato donde
la jornada laboral ya no son las ocho horas establecidas, sino horas que el
patrón decida, a veces hasta 14 ó 16 sin recibir pago por las extras. Esto
obstaculiza la presencia de la persona en su familia, merma la educación de los
hijos y se ausenta el descanso debido; un trabajador después de 14 horas de
trabajo corre mas riesgo de tener accidentes, cometer imprudencias y desgastarse;
hoy existe esta mentalidad contraria al plan de Dios; esa era la mentalidad del
joven rico, por eso Jesús le dijo que se deshiciera de sus bienes y regresara a
predicar el Reino desde otra modalidad, desde otro sistema en el que se tuviera
un acceso debido a una vida con dignidad, donde existiera un equilibro, una
estructura justa porque sus papás habían vivido en un sistema inhumano ante
Dios, y le pregunta ¿quieres entrar en la
vida eterna? deja eso que es producto de muchas injusticias estructurales y ven
anuncia el Reino en donde verdaderamente todos tengan derechos. Esta
parábola muestra la generosidad de Dios.
Ganar más,
ganar todo
Otro punto importante en esta
parábola es sobre los que llegan a última hora porque no tienen trabajo, nadie los
contrata y ese es un problema hoy, la desocupación de los trabajadores o el “paro”
como le llaman en España, cuando la gente está sin trabajo. ¿A qué se debe esto?
Se debe a que hoy se hace el dinero del dinero, se ha perdido el verdadero sentido
del significado del dinero que representa los bienes necesarios a la vida que se
puede adquirir, producto de un trabajo, este equilibrio entre el trabajo y la
adquisición, mediante el dé los bienes necesarios al sustento de la vida de
todo ciudadano y quienes depende de él, es lo que regula la economía dentro de
un sistema social.
El dinero que se gana mediante el trabajo
para elaborar los recursos que la tierra nos ofrece, y transformarlos en bienes
de servicio, es un proceso necesario para sustentar la vida humana sobre el
planeta. El trabajador debe tener un salario digno para cubrir necesidades
elementales de él y su familia como una casa, todos los servicios que una
vivienda requiere, manutención de los alimentos, la educación, la salud de toda
la familia, el vestido, etcétera, porque según la ley en nuestro país los
trabajadores deben recibir un salario suficiente para mantener cuatro
familiares con todo lo que necesitan como seres humanos, para que se tenga
tranquilidad, tiempo de descanso y poder vivir como Dios ha dispuesto que
vivamos los seres humanos.
Desgraciadamente este sentido del
trabajo se ha perdido; ese afán de darle un valor al dinero en orden a la
ganancia del que produce y del que vende las cosas y no para proporcionar todos
los enseres que le sean necesarios para una vida digna, ha hecho perder el
sentido que tiene el trabajo; a este afán de ganancia se le llama tener competitividad.
Consiste en que el empresario gane mucho para derrotar y destruir al productor
y vendedor que tiene enfrente. El empresario se tiene que hacer rico, y para lograr
eso no importa que exprima al trabajador y lo arruine al disminuir las
prestaciones laborales, exigirle horas extras por encima de las 8 establecidas,
y que esas ya no se les paguen al doble del salario; el patrón tiene que acumular
dinero; la ley del libre comercio es ganar para que sea productiva la empresa;
todo esto lo fomenta la codicia, el poder que se adquiere sobre el desprecio de
la vida humana.
Sistema
injusto
Esta Parábola de los Trabajadores
de la Viña de Mateo (Mt 20,1-16) está contextualizada en la invitación que
Jesús hace al joven rico para que lo siga y se venga a predicar el Reino, pero
le pide que venda todos sus bienes y el producto de la venta lo entregue a los
pobres (Cf. Mt 19,16-22); le pide que se salga del sistema de estructura de injusticia que ha
permitido a su familia acumular lo que él recibió de ella en herencia. Es el sistema estructural que le ha
permitido tener una fortuna. Esta articulación de la sociedad que favorece a unos
cuantos no es lo que Dios quiere; Jesús le invita a salirse de ahí
deshaciéndose de un dinero tan contaminado de injusticias y que empiece a
anunciar el Reino de la justicia.
Actualmente tenemos un sistema
económico donde lo que debe de ganar el que produce verdaderamente sea de
acuerdo al que le produce, no piensa en satisfacer una necesidad real que sirva
al sustento de la vida de quien va a comprar lo que produce. Las necesidades
del que necesita el bien que le va a comprar a quien lo fabricó, no son el
principal objetivo de quien fabrica los bienes, su principal objeto es ganar
mucho de sus productos, por eso les pone un precio alto, no le interesa si ese
bien es indispensable a la vida del prójimo, no le importa, incluso tirarlo,
con tal de que el precio sea muy alto, porque su interés principal no es servir
a la vida de las y los demás, sino ganar. El precio debe tener un equilibrio
entre lo justo que debe ganar quien lo produjo, y la necesidad a satisfacer en
quien lo necesita comprar. No, hoy el interés de la persona que necesita un
determinado bien para satisfacer su salud, su alimentación, su educación, etc.,
no es lo principal para el fabricante, sino la ganancia. Esto también afecta al
salario, porque el fabricante ansioso de ganar, hace que el Estado asigne
salarios miserables que nada tienen que ver con el costo de la vida. De modo
que la codicia es lo que impera en el sistema de mercado actual, no importa el
ser humano y la satisfacción de un nivel de vida digna para las personas.
Tampoco interesa crear fuentes de
trabajo con salario digno, de manera que la competencia del mercado laboral
obligue al empresario a pagar bien para sostener en buen nivel de producción su
empresa. No, él invierte su dinero en la bolsa que le produce muchas ganancias.
Ese dinero, ganado en la especulación, que es un dinero hecho del dinero, no
tiene nada que ver con los obreros y su trabajo, ni el respeto a las leyes
laborales, ni con la obligación de mantener unas justas relaciones con el
trabajador por medio de un sindicato fuerte, pues ahora el empleo se contrata
por empresas subrogadas que le permiten al dueño de la fábrica no preocuparse
de pensiones, ni de derechos sindicales, etcétera. Eso ya no interesa, los
empresarios y financieros tienen a su servicio a la clase política y tienen
asegurada a la mano de obra cautiva en un sistema moderno de esclavitud para
que el empresario gane mucho. Por eso México es un país donde poco menos de la
mitad de los mexicanos, 53 millones viven en pobreza, lo que quiere decir que
no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas, y de esos 53 millones un 80%
viven en pobreza extrema es decir, en condiciones infrahumanas ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando?
La tierra es
de todos
Cristo nos muestra la magnanimidad
de Dios en la parábola de los trabajadores de la viña (cita arriba mencionada).
Para Dios, en esta tierra todos tienen derecho a una vida digna. En la Parábola
aludida la viña es el mundo y el dueño es Dios. La tierra es para que se viva
dignamente y así lo hace ver a través del dueño de la viña que sale a contratar personal a diferentes horas
del día: a las 6:00 de la mañana y a las 9:00 de la mañana; a las 12:00 del
mediodía y a las 3:00 de la tarde; finalmente, a las 5:00 de la tarde; el
horario es de seis a seis y a quienes invita, al final del día les paga la
misma cantidad que ganan los que estuvieron todo o casi todo el día, les paga a
todos por igual sin importar la hora en que se contrató. Esto significa que Dios
quiere la vida plena para todos sus hijos. Igual podemos ver en la parábola del
hijo pródigo; al hijo pródigo, su Padre, que es el dueño de la hacienda, no le
reclama todo lo que se gastó de mala manera, lo que le interesa es que regrese
a casa; lo que representa la casa es el Reino, ahí hay vida digna para todos,
los empleados son servidores del Señor de la hacienda y colaboran con él
participando con su trabajo a la vida digna que todos disfrutan ahí; mientras
que el hijo mayor no disfrutaba esa vida pues era codicioso y estaba esperando
que se muriera el papá para heredar todo y darse una vida de lujo; en cambio,
el hijo pródigo viene con otro espíritu a participar de la vida que su padre
proporciona a todos los que viven ahí, incluso ya no quiere heredar, le basta
ser un empleado más pues los servidores de la casa son los que están en la
dinámica del Reino y entienden al Padre, Señor de la casa, son los que entienden
que se debe compartir todo de manera digna, esos son los otros obreros del Reino.
En ellos y la vida digna que viven junto al Padre piensa el hijo pródigo para
regresar a la casa paterna. Él ya sabe distinguir entre un sistema injusto y el
espacio digno que encuentra en la casa de su Padre, aún cuando sea sólo un
obrero más de la hacienda. En esa parábola Cristo enseña que Dios quiere la
vida plena para todos los hombres y las mujeres que viven en la tierra.
A trabajar
por un mundo justo
Por eso los cristianos tenemos que
trabajar para la construcción de un mundo justo y lograr una vida plena para
todas y todos; nuestro criterios deben cambiar, nuestra perspectiva debe
cambiar si queremos construir un mundo donde Dios reine y los resultados de ese
reinado de Dios en la historia nos lleven a vivir el amor y la paz; tenemos que
recuperar el equilibro de la sociedad; reconstruir el mundo justo que Dios nos
pide. Tenemos que anunciar y provocar con nuestra presencia activa en la
sociedad las estructuras justas que las instituciones políticas deben construir. Lo mismo debemos
promover en cuanto a las estructuras económicas que deben formar los sistemas
financieros, los sistemas empresariales, los sistemas bancarios y todo lo que
se maneja en cuanto a los recursos materiales de la tierra, representados por
el dinero. Tenemos que luchar porque todas y todos tengan un trabajo digno; que
desparezcan estos desajustes y las estructuras que producen inequidad. Debemos
impulsar el cambio del sistema económico que produce desigualdad, que produce las
ganancias jugosas para unos cuantos y el salario miserable que no sirve a nadie
para vivir.
Nosotros como cristianos no sólo
nos toca venir al templo, sino también darle importancia a la misericordia; ayer
veíamos el caso de los migrantes, antier el de los presos y hoy vemos el caso
de las trabajadoras y los trabajadores, el de los desocupados; las estructuras
laborales injustas donde se explota a la gente, sistema que ha sido creado a propósito,
no es una casualidad; el sistema está creado para que se multiplique la
ganancia para unos cuantos, para que seamos esclavos; vemos la desocupación
enorme que hay cuando la mitad de todos los mexicanos y las mexicanas que está
en edad productiva están en el trabajo informal, es decir, inventan sus
empleos. ¿Con qué cara nos presumen los políticos que son los sacrificados y nuestros
servidores si vemos los signos que sus gobiernos producen? No podemos quedarnos
en la propaganda del cambio, nuestros criterios cristianos tienen que ajustarse
al Evangelio de Jesús, como hoy lo estamos escuchando.
Hoy lo dice San Pablo, una persona
que tiene trabajo es una persona digna, una persona que no tiene trabajo es una
persona que se enferma, que vive todos los días angustiada, que se siente mal.
El trabajo le da sentido a la vida humana. Cristo nos dice en el evangelio de
San Juan: Mi Padre y yo siempre
trabajamos, y yo no hago sino lo que veo que hace mi Padre; por eso siempre
hay que estar al pendiente de los y las demás, de nuestros semejantes, no podemos
ser egoístas; necesitamos ser menos codiciosos y menos encerrados en un mundo
materializado.
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