Ofrenda de Día de Muertos por los caídos y contra la ocupación
Oaxaca, Oax., 31 de octubre. La memoria de los muertos circundará en la oscuridad a los agentes federales en vigilia. En la madrugada de los angelitos -mañana será Todos Santos-, decenas de artistas plásticos y maestros terminarán cinco tapetes monumentales para rodear con esas ofrendas a la Policía Federal Preventiva y recordar a los difuntos del movimiento social. Catorce desde mayo.
Y en anticipo, al atardecer un grupo de mujeres deshojó flores tiernas de cempasúchil frente a los federales apostados en la esquina de Alcalá y Morelos, y escribió en el piso la leyenda "no más muertos". Son pétalos menuditos, y María Pérez, que los desgranaba, explicó:
"Son flores de muerto para los angelitos. Y como la mayoría de policías que vienen son niños, véales la cara. El domingo tenían una cara de temor esas pobres criaturas. ¡Los mandaron al matadero!"
-Los niños no pelean -objetó su hijo, con un ramo de flores ya desnudas en la mano.
-Pero sí saben luchar para defender a su pueblo.
Ahí, frente a los policías que ni se inmutaron por una pequeña concentración en la cual les gritan de todo, artistas plásticos desplegaron un petate con el mensaje "nuestros muertos no se olvidan. ¡Malditos asesinos!"
Andrés Contreras, que se hace llamar El Juglar de los Caminos, les recetó sus coplas y éstas hicieron más que los gases lacrimógenos y los toletes. Porque a unos pasos de donde se ha sellado el zócalo, a partir de las siete como toque de queda, les machacó que uno de ellos se desmayó el domingo en Etla, y eso que no había comenzado el operativo de ocupación.
"Y no crean que es -punzó--porque se la pasan masturbándose, es por hambre".
La verbena para recordar a los muertos se convirtió, además, en atractivo para turistas extranjeros, que se llevaron de recuerdo una tarde de víspera de muertos con un Zócalo convertido en cuartel.
El imaginario popular no tiene límite. Más allá, sobre Alcalá, una veintena de jóvenes artistas aplanó arena sobre el empedrado y, a partir del diseño previo, comenzaron a pulir uno de los cuatro tapetes monumentales de muertos que serán al amanecer un símbolo más de la lucha, pero también un grito de reproche a la ocupación.
Los tapetes de arena forman parte de la tradición de festejar a los difuntos. Y son todo un arte: después de moldear las figuras sobre la arena húmeda, se cubren con un baño de cal, que se solidifica y comienza entonces el proceso de pigmentación y realce del trabajo con flores. Se trata de diseñar un portal para dar la bienvenida a las almas.
Este año la alegoría es distinta, porque se enmarcará en el proceso de pugna popular por la caída del gobernador Ulises Ruiz Ortiz. "La APPO convocó a los artistas a diseñar cinco tapetes, en memoria de los compañeros caídos, en repudio a la presencia de la PFP", explicó Mario Guzmán. Pero además los maestros que son origen del movimiento, recorrerán las calles para contribuir con sus propios tapetes en las calles que rodean al zócalo, donde reina la policía preventiva. Será pues, "un cerco de tapetes a la policía", dijo Guzmán.
Y en esas ofrendas se colocarán fotografías de los maestros y brigadistas asesinados. La APPO colocó ya una ofrenda de muertos en el atrio de Santo Domingo, y está dedicada al camarógrafo Bradley Roland Will, asesinado apenas el viernes en una balacera.
Ahí está su fotografía y un tapete especial dedicado a su memoria, que resume: "Descansen en paz nuestros hermanos caídos en la lucha oaxaqueña. Así sea".
Enrique Méndez y Gustavo Castillo, enviados
Octavio Vélez, corresponsal/ La Jornada
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