Karla Lara: Cuando el feminismo se vuelve canción
“LOS CAMINOS DE LA VIDA ”
Ya estamos despidiendo a Karla. Llegó a esta tierra guevariada del sur del mundo, precisamente el 8 de octubre, y desde entonces no pudo evadir la fuerza simbólica de cada encuentro.
No llegó sola. Vino cargando las muchas y múltiples voces de la resistencia hondureña. De las mujeres del pueblo que con sus manos gastadas empujan a policías torturadores. “Nos tienen miedo porque no tenemos miedo”, cantan ellas como un himno… para espantar al miedo… el que de todos modos está, aunque nos demos abrazos para sostenerle la mirada y no retroceder.
Trae Karla en su mochila las palabras de Pascualita y de las mujeres lencas, su espiritualidad combativa, su experiencia de más de quinientos años. Trae las voces, los folletos, los pañuelos, las muchas cartas de identidad de las Feministas en Resistencia, que han levantado la dignidad del proyecto emancipatorio como bandera… marchando junto a todos los ofendidos y ofendidas.
No llegó sola Karla este 8 de octubre. Trae en su mochila las poesías de Amanda, de Juana. Trae la memoria intacta de Vanessa, de Manuel, de Isis, de las mártires y los mártires de estas jornadas duras de enfrentamiento a la dictadura.
La esperábamos varias mujeres en “un pedazo de barrio, allá en Pompeya”, en el galpón en el que desde Pañuelos en Rebeldía tejemos y destejemos sueños en los procesos de educación popular, de pedagogía libertaria, feminista, socialista, que realizamos día a día. Desde aquel espacio tan porteño, tan atrapado en tangos que cantamos para recibirla en un coro desafinado, partió nuestro micro hacia el Encuentro de Mujeres de Paraná.
Conocí –supuestamente- a Karla cuando una delegación de Feministas Inconvenientes visitamos Honduras este 8 de marzo, para compartir e intercambiar experiencias con las compañeras. A poco de hablar nos fuimos reconociendo en otros territorios, en otras batallas, en otros sueños que habíamos compartido en las muchas vidas que vivimos.
Llegó a Argentina invitada por Feministas Inconvenientes, para participar de la mesa de Feministas Latinoamericanas en Resistencia, un espacio que en los últimos tres años viene autoconvocándose en el marco de los Encuentros Nacionales de Mujeres. En estas mesas, lo “nacional” va mirándose en el espejo latinoamericano, e intentamos avanzar en la descolonización de nuestros cuerpos, de nuestros territorios, de nuestras sexualidades, y sacudirnos o saltar las muchas fronteras impuestas, intentando ser parte de un feminismo mestizo, diverso, plural, comprometido, popular.
En la primera jornada del Encuentro, Karla participó en programas de radio, diálogos, entrevistas con la prensa, y en el Festival organizado por la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, junto con Itati Barrionuevo, las Condenadas al Éxito y Actitud María Marta.
La misma actuación de Karla fue “armándose” a pura solidaridad. Luciana, una compañera que había llegado desde Córdoba… ¡en bicicleta! prestó su guitarra. Anahí la acompañó en un par de canciones con su charango. Silvia Palumbo la acompañó con su tambor. Lili Daunes con la poesía. La enredadera feminista se iba armando para que en la noche todo funcionara… no como un reloj, sino en el bello caos de cuerpos y energía reunidos para exigir… el derecho a decidir, precisamente, sobre nuestros cuerpos.
El cierre del Festival “A cantar y a bailar por el aborto legal”, con un escenario compartido por Actitud María Marta y Karla fue espectacular…
“Los caminos de la vida, no son como yo pensaba, no son como imaginaba, no son como los creía”… Ahí Karla se atrevió a rapear incluso, invitándonos a ser parte de una “revolución en la que las mujeres no seamos las secretarias, las cocineras, las invisibles de siempre … una revolución que las feministas hacen, y la hacen también con canción”.
En ese momento mágico en la plaza “del bombero”, entre sombras y luces, colores y cuerpos danzantes, con una brisita de libertad acariciando nuestras luchas, me reuní con muchos recuerdos. El 8 de marzo en la plaza de Tegucigalpa, enfrentando junto a las Feministas en Resistencia al acto organizado por las golpistas… y Karla gritando desde el escenario a los artistas que hacían de coro a la dictadura. Recordé las jornadas de emoción y reflexión vividas en La Esperanza , en el Segundo Encuentro por la Refundación de Honduras, y Karla junto a Sandra Morán, cantando a las y los mártires de la resistencia, en un canto que nos envolvió por completo y los dejó vibrando entre nosotras y nosotros. Recordé tantas historias vividas por tantas mujeres en nuestro continente. Recordé las palabras de Emma Goldman: “si no puedo bailar, tu revolución no me interesa”.
Todas bailamos y cantamos esa noche, entre luchas y sombras, en un río de energía que nos ayuda todavía a dibujar una sonrisa en nuestra marcha, ya que “los caminos de la vida”, como dice la canción “son muy difícil de andarlos, difícil de caminarlos”, pero cantando y bailando colectivamente se vuelve más sencillo recorrerlos.
El domingo 9 de octubre en la Plaza Primero de Mayo, se realizó el diálogo de las Feministas Latinoamericanas en Resistencia. Rocío Claro y María Clara Plata de Colombia, Florencia Baeza de Paraguay, Adriana Leiva de Brasil, Milexa Marchan e Irma Pacheco de Venezuela, Karla Lara de Honduras, fueron las compañeras latinoamericanas que intervinieron en la mesa en la que Liliana Daunes leyó el documento elaborado por las organizaciones convocantes. Las Condenadas al Éxito y Karla, agregaron también canción al feminismo rebelde del continente.
Pero como no todo es armonía, las voces de las compañeras latinoamericanas tuvieron que ser escuchadas con atención, ya que al lado mismo de este espacio –que había sido convocado previamente-, se desarrollaban asambleas de mujeres de algunos partidos políticos de las izquierdas, que insistían en cambiar el carácter del encuentro nacional de mujeres, sustituyendo los mecanismos de consenso por los de votación. El consenso está en la historia del feminismo, como la búsqueda de interactuar en el diálogo y avanzar colectivamente. En esta metodología que invita a buscar acuerdos más que a acentuar los desencuentros, está una de las claves de su fuerza emancipatoria. Sin embargo, las compañeras de algunas izquierdas prefirieron el camino de la confrontación, de generar mayorías y minorías, de multiplicar la fragmentación. Taparse la voz cuando el espacio es grande, cuando las plazas son muchas, y cuando se buscan al parecer algunos objetivos similares, no parece ser el mejor de “los caminos de la vida” que podemos elegir. Por eso en la intervención Karla planteó, junto con las demandas de las Feministas en Resistencia de Honduras, junto a la necesidad de incrementar la solidaridad internacionalista, el desafío de que las feministas aprendamos a escucharnos entre nosotras.
En la noche del domingo, la impresionante marcha de más de 30.000 mujeres, fue nuevamente una fiesta, y un ejercicio de interpelación masiva y colectiva al patriarcado. La extensa bandera de solidaridad con la Resistencia Hondureña de las Feministas Latinoamericanas, hizo todo el recorrido de la caminata, acompañando los cantos y otra vez las danzas. Exigiendo aborto legal, nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, ejerciendo la sexualidad con libertad, amarrando solidaridades, inventando creativas consignas, pintando la ciudad de los muchos colores que nos en-cantan.
Luego del Encuentro Nacional de Mujeres de Paraná, siguieron las actividades en Buenos Aires: un Seminario de Feministas Latinoamericanas en Resistencia, realizado en el local de la Asociación de Trabajadores del Estado, un encuentro de Feministas Latinoamericanas con Movimientos Sociales de Argentina, realizado en el local del Movimiento de Ocupantes e Inquilinos, y un concierto de trovadores y trovadoras en solidaridad con Honduras, realizado en la fábrica recuperada IMPA.
Otra vez “los caminos de la vida” ataron los cabos de la fiesta solidaria, y el mensaje a la Resistencia Hondureña fue dado por el canto de la trova: Gabo Sequeira, Paula Ferré, Alejandra Rabinovich, Nicolás Falcoff, Humberto del Monte Mar, José Luis Pascual, Guadalupe Echeverría, Guaia Mestiza (Colombia) y Dame pa matala (Venezuela), junto a Karla, cantando por Honduras, y cumpliendo el ritual de la magia solidaria.
“Si tocan a uno tocan a todos”, dijeron algunos años atrás los obreros y obreras sin patrones, que inventaron lugares paradigmáticos de la cultura de resistencia como el IMPA o Zanon. Y el “todos” ahora es Honduras, es Colombia, es cada lugar del mundo en el que una mujer o un hombre sufren un dolor, una ofensa, una injusticia.
Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, fue quien dio el mensaje de los argentinos y argentinas dispuestos a acompañar a la resistencia hondureña en cada una de sus batallas contra el golpismo y su cría de lobos.
La gira terminó en Córdoba, en el Festival Voces en Resistencia, donde participaron también Cimífugas y Seis para el Quinteto. El encuentro, organizado por la Red Nosotras en el Mundo y por las Histéricas, las Mufas y las Otras, se realizó en la Casa del Arte. Sobre esta parte del viaje no puedo hacer la crónica, porque no estuve… Aunque de alguna manera compartí también la emoción, ya que el mismo fue transmitido en vivo, por la Red Nosotras en el Mundo y por la Radio Internacional Feminista, al igual que muchos de los otros momentos (Mesa Latinoamericana de Feministas en Resistencia, Festival por el Derecho al Aborto, etc.).
Así se pasaron los días, las horas, los minutos. Llorando, riendo, descubriendo, cantando, bailando, compartiendo, pensando, caminando, corriendo.
Cada tanto, Karla se perdía… y salíamos todas a buscarla, intentando con dificultad cuidar de su seguridad/la nuestra. Karla había quedado charlando con alguna compañera, cantando en algún sitio, gritando a la policía, mirando las pintadas en la pared, o simplemente mirando a la luna…
Fueron muchos los encuentros ya que muchas veces se perdía. Pero eso renovaba la alegría. ¡Acá está! avisaba alguna compa y todas celebrábamos la posibilidad de seguir inventando el rumbo a cada paso.
Esta crónica despedida es entonces un mensaje para nosotras mismas. Los caminos de la vida, los que andamos las feministas rebeldes, insumisas, descarriadas, desbordadas, inconvenientes, se hacen más placenteros y bellos cuando los hacemos cantando y bailando.
No siempre podemos, no siempre sabemos cómo hacerlo. Pero hay compañeras que van abriendo la brecha. Karla es una de ellas. Y contamos con su aporte, no sólo para que siga creciendo la solidaridad con la resistencia hondureña, sino también para hacer un feminismo más habitable, más alegre, más profundo, más revolucionario.
En esa dirección, Karla… ¡no te pierdas!
– Octubre 2010
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