Mi ingreso al Partido Mexicano de los Trabajadores.
A Heriberto Meza Campusano, in memoriam.
Raúl Río Valle Uribe
Debe haber sido un día de julio de 1984 cuando llegue a la oficina del Comité Nacional del Partido Mexicano de los Trabajadores en Bucareli 20, enfrente del periódico Excélsior de la ciudad de México, subí hasta el sexto piso y en la entrada estaban platicando quienes después me enteré se llamaban Julio Cesar García y Luz María Aguilar, a ésta última todos la conocen hasta la fecha como Luchita.
-¿Qué se le ofrece compañero? Me abordo Luchita.
-Vengo a afiliarme al partido, le respondí.
-¿Ya conoces los estatutos y el programa del partido? Me pregunto Julio Cesar.
-Ya los conozco, le respondí tímidamente recordando que en 1976 en ese mismo lugar había dicho que sí y me volví “sospechoso” para Mario García “El Lobo”, quien me impidió entrar al partido, en mi primer intento de militancia ceceachera, enviándome a direcciones falsas en tres ocasiones, para no integrarme a un comité de base del Delegacional Gustavo A Madero del PMT. ¡Otra vez me dije para mis adentros!
-¿Y ya has leído Insurgencia Popular la revista del partido?
-Pensé: Caray, la misma película con diferentes actores. Sí ya la conozco le respondí.
-Ah, entonces déjame explicarte lo que es el partido, dijo Julio Cesar, frotándose las manos.
-Compañero, ya conozco la teoría, le comente, lo que quiero es seguir aplicando la práctica. Quiero afiliarme al PMT.
-Oh, contesto, tomando su barbilla con su mano derecha y apoyando su codo sobre el puño de su mano izquierda. Entonces, a ver, déjame ver, ¿Qué no eres tú de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria?
-Sí, le conteste, era yo de la ACNR y soy de los que firmaron el convenio por parte de la Coordinadora de Regionales con el Comité Nacional del PMT, para promover el ingreso individual de nuestros compañeros.
-Casi se va de espaldas Julio Cesar, se enderezo y dijo: ¡Es que eres el primero en llegar! Yo creía que… no iban a llegar.
-Alce un poco la voz y dije: Compañero al mal paso darle prisa, deberías entender que estoy dando mi paso de la revolución a la reforma, le dije bromeando. Y seguramente no me entendió.
-El volvió a preguntar titubeante: ¿Pero de dónde eres? ¿Qué responsabilidad tienes? ¿Qué trabajo político haces?
-Soy del Distrito Federal, ahorita voy a vivir en el Estado de México, en Ecatepec. Era yo Responsable Político de la ACNR en el Regional Sierra Norte de Puebla y Centro de Veracruz, somos un equipo que hace trabajo campesino en una organización que se llama Unión Popular Revolucionaria y antes éramos de la Unión Campesina Independiente.
-¡Qué casualidad compañero! dijo con entusiasmo: Yo soy Julio Cesar García expresidente del Comité Estatal del PMT en el Estado de México y auxiliar de la Secretaria de Relaciones Campesinas del Comité Nacional, de la cual es responsable el compañero Heriberto Meza Campusano. ¿No quieres pasar a saludarlo? Ahorita está en su oficina, ahí te afiliamos.
-Bueno, le dije, y lo seguí por el pasillo. Antes de entrar se voltio y casi al oído me pregunto: ¿Eres guerrillero? Respire profundo y le dije: No, soy responsable del trabajo político, aunque los compañeros practican la autodefensa desde hace algunos años, tal vez te hayas enterado que en la sierra norte de Puebla Antorcha Campesina ha matado a muchos campesinos.
-Sí, contesto, abrió la puerta y entramos.
-¡Beto! Te presento al compañero… miro su tarjeta y agregó: Raúl Río Valle, es de los de la ACNR y hace trabajo campesino, lo invite para que platique contigo.
-Mucho gusto compa, Heriberto Meza Campusano para servirle, dijo levantándose del sillón y extendiendo su mano para estrechar la mía.
-El gusto es mío compañero, me dicen que ustedes son los que hacen el trabajo campesino del PMT. Yo vengo a afiliarme, era de la ACNR y hago trabajo campesino.
-Pues siéntese pues, vamos a platicar. Le presento a la compañera Mirna y al compañero Héctor Bautista, los dos son también auxiliares de Relaciones Campesinas, Héctor acaba de terminar la carrera de ingeniero agrónomo y entro a estudiar una maestría en economía al poli, es de Neza, me confió.
-Mucho gusto, salude a Mirna y a Héctor, quienes se levantaron y se salieron. Para dejarnos platicar a gusto, según dijeron. Se quedó Julio Cesar y empezamos la plática.
-Soy Heriberto Meza Campusano, sinaloense, economista y profesor investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Ahorita trabajo en la representación de la UAS en la ciudad de México. Milito en el PMT desde hace varios años y acepte ser Secretario de Relaciones Campesinas del Comité Nacional del PMT. Me propusieron unos compas de Sinaloa que ya conocerás: Renato Palacios, Jaime Palacios y el zurdo Ríos. Me nombraron en la Tercera Asamblea Nacional Extraordinaria del PMT que aprobó la construcción de una Asociación Nacional Campesina.
-Sí, conozco el documento ya lo leí, le dije. También establece la necesidad de nacionalizar la revolución, o como decía José Revueltas nacionalizar la teoría revolucionaria, que lo entiendo como enraizar en la historia de México, tal como lo dice en su Ensayo sobre un proletariado sin cabeza… Mmmrrrr, carraspeo. Ahí empecé a entender que a los pemetistas no les gustaba la teoría, eran puro activismo. Pase a lo nuestro y le dije: Estoy haciendo un documento sobre la necesidad de hacer una Organización Nacional Campesina, hemos estado cerca de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala y la forma de organización “coordinadora” no es suficiente tiene muchas limitaciones, cada quien hace lo que quiere, o casi. Hay que centralizar las luchas.
-Heriberto se reacomodó en su sillón y me dijo: Porque no colaboras conmigo como auxiliar, haces el documento y construimos la ANAC.
-Que fácil, pensé yo. Y solté a bocajarro: Te puedo ayudar por las tardes, ando buscando trabajo, hace seis meses nació mi hijo León Felipe y ahorita voy regresando. ¿Qué quieres que haga?
-Que revises y ordenes libros y documentos, hagas el documento sobre la ANAC y revises y pongas en orden los expedientes agrarios.
-Le dije que sí, cuando sonó la puerta y apareció otro cuate que tanto Julio como Heriberto saludaron efusivamente. Y me lo presentaron: Es Uzzias Martínez, exsecretario de Organización del Comité Estatal del Estado de México y auxiliar de Pepe Álvarez Icaza Secretario de Organización del Comité Nacional. Mucho gusto, alcance a decir y a despedirme: Entonces así quedamos, nos vemos por las tardes. No te vayas te invitamos a comer, dijo Heriberto. Les dije que no podía porque Lourdes Castañeda y Ernesto Pablo Alejo, compañeros de la ACNR, me esperaban afuera del metro Juárez porque no me quisieron acompañar pues consideraban “reformista” afiliarse al PMT. Me dijeron que estaba bien.
-Pero Heriberto pregunto: ¿Oye compa por qué se salieron de la ACNR?
-Porque dicen que somos reformistas, solté de inmediato. En la Conferencia de Táctica de la ACNR, Juan Angulo, Axel Didriksson y Enrique Laviada presentaron un documento y tuvieron que salir viendo a los cívicos guerrerenses y a unos cuatitos de Jalisco y otros estados de frente y caminando hacia atrás, pues no les gusto lo que ahí decía, que la ACNR debía utilizar, como organización revolucionaria tipo partido que es, todas las formas de lucha… incluida la electoral. Estas tres palabras nos costaron la salida.
-Está bien, dijo Heriberto, pero diles a tus compas que los invito a que se integren al equipo, vamos hacer un trabajo chingón.
Salí casi corriendo, ni por aquí me pasó que había conocido a Heriberto, a Héctor y a Uzzias que en los siguientes años estarían presentes de manera importante en mi vida profesional y militante. Cuando llegué con Lulú y con Ernesto no podían creer lo que les conté, aceptaron no sólo afiliarse sino integrarse al equipo de trabajo campesino.
A fines de agosto llegue a la oficina de Bucareli al medio día, había sesión del Comité Nacional, quería entregarle el documento sobre la estrategia de construcción de la ANAC a Heriberto, la oficina ya estaba en orden. Ya había encontrado un trabajo muy mal pagado pero bueno… iba a decirle a Heriberto que ya ni en las tardes le iba a poder ayudar. Estaba con Uzzias cuando el Beto, ya le decía así, medio agitado salió de la sesión y me dijo: El Comité Nacional ya acepto profesionalizarte a ti pero empiezas en octubre, El Águila (así le decía a Ernesto Pablo Alejo) y Lulú, entran después. Pero necesito que al rato, a las cuatro, salgas para Aguascalientes para promover la asamblea popular que integrará el Comité Estatal y el Municipal, a las nueve te espera una brigada que salió en la mañana. Apenas te da tiempo de ir a tu casa por tus cosas, yo los alcanzo el viernes por la noche. Pasa ahorita con el tesorero Martín Roque por tus viáticos. ¿Cómo vez? ¡Por fin me pregunto! Está bien, dije yo totalmente sorprendido pues nunca me había dicho nada, ya me voy, alcance a decir. Ni el documento le entregue, hasta después que regresamos. Ya en la casa muy de prisa también le dije a Silvia, mi compañera: Me voy a Aguascalientes regreso el domingo en la noche, era miércoles. Y al trabajo no vas a ir, me pregunto. Ya me profesionalizaron en el PMT le dije mientras juntaba mi ropa. Qué es eso de profesionalización me interrogo. Pues no se bien pero entiendo que me van a dar un poco de dinero, para hacer la organización que hemos venido pensando. Ah, está bien me dijo, no muy convencida, y salí corriendo rumbo a la central del norte.
En octubre me comisionaron a salir en una larga gira por Nayarit, Sinaloa, Sonora y Baja California, acompañando a Uzzias, Alicia Salmerón y Araceli Dorantes, Secretarias del Comité Nacional, regresamos la primera semana de diciembre. Unos días después de regresar del norte, acompañe a Heriberto a Guanajuato. 1985 arranco con la primera participación electoral del PMT que al final resultó un fiasco, apenas alcanzamos a mantener el registro. Todo el equipo salió a campaña, menos yo.
Con los expedientes agrarios ya ordenados por estado y región empecé a llamar a los dirigentes, empezando por Don Ovidio de la Rosa, viejo cardenista de la región del Soconusco en Chiapas. Todos preguntaron emocionados si ahora si se les iba a atender pues según me dijeron algunos, desde que se había ido Gustavo Gordillo se había abandonado su gestión, les dije a todos que sí. Y organice reuniones regionales para después de la elección de julio en Chiapas, Oaxaca, Hidalgo, Guanajuato, Puebla, Veracruz y Coahuila. Cuando el equipo llego les informe y se alegraron. Y se incorporó el trabajo del Estado de México, Distrito Federal, Sinaloa y Chihuahua. Y seguíamos creciendo.
En esas estábamos cuando llego el terremoto de 1985, el viejo edificio de Bucareli 20 colapsó igual que otros de la zona. Nuestro tesoro, los expedientes agrarios de Relaciones Campesinas, estuvimos a punto de perderlos. No fue así porque Ernesto y yo, fuimos a explorar la posibilidad de rescatarlos y con dificultad y riesgo se pudo sacarlos a la calle. Cuando fuimos con Beto a decirle que necesitábamos un auto, se escandalizo por el hecho, lo mismo hicieron otros miembros del Comité Nacional, cuando les bajo la adrenalina por lo que les contamos alguien pregunto: ¿Podemos rescatar los archivos de las otras secretarias? Dijimos que sí y con otros dos compas fuimos con la encomienda de sacar los archivos de organización y presidencia lo cual hicimos y de pilón sacamos la vieja puerta de la Presidencia, donde Heberto Castillo tenía dibujado el Zapata que aparece en la portada uno de sus libros.
Nuestro archivo lo trasladamos a la Cámara de Diputados en San Lázaro al cubículo del diputado del Estado de México José Luis Díaz Moll ya vinculado plenamente, invitado por el Beto, al proyecto de la ANAC. Desde ahí despachamos Díaz Moll, Heriberto, Ernesto, Lulú y yo. Hasta que se establecieron las nuevas oficinas del partido en la calle Primero de Mayo, en la colonia San Pedro de los Pinos. El archivo era importante porque estaba “vivo”, llamabas y respondía el líder con un grupo y/o grupos organizados y en lucha. Se construyó con el paso de Cesar del Ángel, Gustavo Gordillo y muchos líderes agrarios que se acercaron a Heberto en el proceso de construcción del PMT. Solo había que inyectarle sangre para que caminara. Y no caminó, corrió.
A mediados de 1986, realizamos la Asamblea Nacional para la formación de la Asociación Nacional Campesina en el Auditorio principal del Centro Médico Nacional en la ciudad de México. Invitamos a varias organizaciones, pero con los dirigentes del Partido Revolucionario de los Trabajadores y el Partido de la Revolución Socialista acordamos integrar la Comisión Promotora de Unidad Campesina en la que estábamos Alejandro Gascón Mercado y Luis Javier Valero Flores por el PRS, Margarito Montes Parra y Alfonso Rodríguez Chanes por el PRT y Heriberto Meza Campusano y Raúl Río Valle Uribe por el PMT. En la cual acordamos construir una organización principalmente campesina y popular no como coordinadora, no como federación sino tipo central de trabajadores.
El 20 de noviembre de 1986 estábamos realizando el Congreso Constitutivo de la que denominamos, después de mucho debate como se acostumbraba en aquel tiempo, Unión General Obrera, Campesina y Popular, UGOCP, en el Cine Opera, donde también tres años después, en 1989, estaríamos Heriberto y yo en el I Congreso del PRD.
En poco más de dos años de intensa actividad logramos avances extraordinarios en materia organizativa, en un ambiente propicio para ello, después del terremoto de 1985, México y particularmente la ciudad de México ya era un hervidero social y político.
Cuando se regresó el Beto a Culiacán a fines de 1986 me dijo: Cuando tú, el Águila y Lulú llegaron al PMT, yo ya estaba a punto de regresarme a Culiacán, no había con quién hacer trabajo campesino. No me equivoqué, hicimos un trabajo chingón, ¿qué no? Y contigo compa, tengo una coincidencia que nunca te he dicho: Yo también soy vallejista (por Demetrio Vallejo), no hebertista (por Heberto Castillo).
En septiembre de 1987 llegué a Culiacán a trabajar en la UAS invitado por el Beto Meza, me incorpore a la Escuela de Contabilidad y Administración y a la Facultad de Derecho, en donde estaba la carrera de Sociología. En Sinaloa me toco la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas y la fundación del PRD.
En el PRD Heriberto, desde el principio, nunca se sintió totalmente a gusto, nunca dejo de añorar su militancia pemetista. La última vez que lo vi fue en enero de 1994, sorprendidos por la irrupción neozapatista, cuando me despedí de él para regresarme de Culiacán a la ciudad de México. En el 2009 él fue candidato a diputado federal por los Partidos del Trabajo y Convergencia en Sinaloa. Y yo candidato a diputado local por el Partido Convergencia en el Estado de México. Ambos rompimos con el PRD, volvimos a coincidir a pesar del tiempo y la distancia.
Se abrió un nuevo ciclo de recomposición de la izquierda que él ya no verá. Y a los que seguimos temporalmente en el camino quién sabe a dónde nos llevará.
Esta es la imagen que guardo del Beto Meza, fallecido el viernes 30 de julio. Enorme compañero y amigo de gran corazón y pasión. Que descanse en paz.
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