Mancera-Batres: quiniela para el GDF
Jaime Avilés
Hoy arrancan y mañana terminan las encuestas que medirán las
simpatías cosechadas en la capital del país por los exponentes de la vertiente
política que desde 1997 gobierna el Distrito Federal. Los punteros son el ex
procurador Miguel Ángel Mancera, la presidenta de la Asamblea Legislativa del
Distrito Federal, Alejandra Barrales, y el ex secretario de Desarrollo Social
Martí Batres Guadarrama.
En la lisa figuran también el ex secretario de Seguridad
Pública, Joel Ortega Cuevas, y el diputado federal Gerardo Fernández Noroña,
pero sus posibilidades son nulas. Todo sugiere, sin embargo, que estos cinco
finalistas podrían formar el núcleo del próximo Gobierno del Distrito Federal,
(GDF) si alcanzan los acuerdos necesarios y aplican restricciones indispensables.
Mancera recibió en fecha reciente un guiño de Andrés Manuel
López Obrador, que puede ser decisivo para su postulación como candidato. No
olvidemos que al inicio del sexenio de Ebrard, Mancera fue un subprocurador de
clara identificación obradorista y con esa fuerza desplazó a su antecesor,
Rodolfo Félix Cárdenas, un abogado ligado al tenebroso despacho de Morales
Lechuga y a la mafia salinista de Carlos Ahumada.
Pero después de ser ascendido, y como no podía de ser de otro
modo, Mancera se convirtió en el procurador de Ebrard, un cargo desde el cual
protegió por consigna a la rectora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de
México, Esther Orozco, de las denuncias penales que contra ella interpuso el
sindicato de trabajadores de esa institución, por la retención ilegal de las
cuotas de sus agremiados.
Por otra parte, para congraciarse con la derecha de Estados
Unidos, Mancera propuso crear un banco de datos alimentado con las huellas
digitales y el retrato de la pupila de los extranjeros residentes en el
Distrito Federal, por si entre éstos –no lo dijo así, pero se infiere– hubiese
células terroristas islámicas o cosa por el estilo. Algo que francamente apesta
a racismo.
Barrales mantuvo una sana distancia entre Ebrard y López
Obrador, gracias a la cual apostó hábilmente a ser la candidata de ambos. Iba
muy bien pero esta semana sufrió la mordedura de un alacrán, cuando el senador
Carlos Navarrete –que en 2006 llegó al Poder Legislativo con los votos de la
izquierda y se dedicó a hacer política en favor de la derecha, traicionando a
sus electores–, declinó en favor de la ex secretaria general del sindicato de
sobrecargos de aviación. Y ahuyentó a quienes veían en ella una opción
renovadora.
Y es que ahora, si Barrales ganara las elecciones de julio
para recoger en diciembre la estafeta de Ebrard, tendría que nombrar a
Navarrete secretario de Gobierno, y detrás de éste se colarían los Chuchos en
los puestos clave, y los delegados más corruptos, como el de Tlalpan, Higinio
Chávez, gozarían de plena impunidad para seguir medrando contra los ciudadanos
indefensos y en provecho de los magnates abusivos, como Jorge Talavera, el que
construyó una gasolinera casi dentro de un conjunto residencial en Insurgentes
Sur, violando todas las leyes, pero con apoyo de la autoridad perredista.
En otras palabras: si cualquiera de los cinco suspirantes al
GDF fuera en coalición con los chuchos, la hegemonía del PRD en la capital del
país estaría claramente en riesgo y, como no existe, aquí entre nos, la cultura
del voto diferenciado, un error estratégico de tal envergadura podría quitarle
decenas de miles de votos chilangos a López Obrador.
En vísperas de las encuestas de este fin de semana, Paco
Ignacio Taibo II, el escritor mexicano más leído dentro y fuera del país, lanzó
junto con otros hombres y mujeres de letras una convocatoria para formar Morena
Cultura, una agrupación a la que están llamados a incorporarse todos los
creadores artísticos que simpatizan con el nuevo proyecto de nación de Andrés
Manuel.
Pintores, escultores, diseñadores, escenógrafos, dramaturgos,
iluminadores, músicos, fotógrafos, vestuaristas, maquillistas, directores de
teatro, cineastas, actores, actrices, improluchadoras, ceramistas, novelistas,
cuentistas, ensayistas, guionistas, coreógrafos, museógrafos, curadores,
danzantes, editores, intervencionistas urbanos, pintafuentes, videoastas,
documentalistas, bailaoras de flamenco, concheros y un triple etcétera,
etcétera, etcétera...
La idea es que acepten integrarse en una estructura nacional
para actuar a lo largo y a lo ancho de este país, donde ante el derrumbe
inexorable de Peña Nieto, la televisión infla a la responsable de la supresión
de la lógica, la ética y la filosofía en las escuelas de educación media
superior, Josefina Vázquez Mota, para convertirla en la nueva esperanza de
cambio de las masas.
(Oh, sí, como estamos hartos del PAN, de Calderón y sus 80
mil muertos, del cierre de Luz y Fuerza, de la quiebra de Mexicana en provecho
de Televisa, y de la entrega del petróleo a Estados Unidos y a España, queremos
que llegue al poder Vázquez Mota para que prosiga la guerra de Calderón –de la
que ya se declaró fan–, continúen los abusos de la Comisión Federal de
Electricidad, de Aeroméxico, Interjet y Volaris, y esta pesadilla que nos
impusieron en 1982 se prolongue hasta 2018. ¡Oh, sí: cuánto ansiamos esto!)
La iniciativa planteada por Taibo II, que de correr con
suerte desembocará en una reunión de creadores el 17 de febrero en Morelia,
guarda una doble relación con las aspiraciones de Martí Batres al GDF: Taibo y
algunos coautores del proyecto Morena Cultura son los mismos que lo acompañaron
a registrarse como precandidato, para que de tal suerte aparezca en las
encuestas de hoy y de mañana.
No fue una coincidencia: en su proyecto de 50 puntos para la
cuarta transformación del Distrito Federal, Batres sostiene que esta ciudad,
por motivos ecológicos entre otros, nunca volverá a ser el centro industrial
del país. Nuestro aire, nuestro suelo, nuestra agua y nuestro hacinamiento ya
no admiten más fábricas. Esta es ya una ciudad posindustrial y debemos explotar
las ventajas que ello implica, resume.
A saber, transformarla en el mayor centro cultural de América
Latina, no solamente en lugar de acogida de los mejores espectáculos musicales
y artísticos del mundo, sino en una urbe donde se multipliquen los espacios
escénicos –no puede ser que a 21 años de la fundación de El Hábito, ese lugar,
ahora llamado El Vicio, sea el único donde se puede hacer cabaret–, y con ellos
florezcan los talleres para formar nuevos creadores, en el marco de un boom de
la gastronomía, con salas de cine a precios populares, programas de fomento a
la lectura y de nuevo etcétera, etcétera, etcétera...
He aquí una quiniela a propósito de las encuestas de hoy y
mañana: ganará Mancera y en segundo lugar quedará Batres. Si hay acuerdo entre
ambos, Batres, como secretario de Gobierno del GDF, y Taibo, como secretario de
Cultura, podrían impulsar el desarrollo de la ciudad posindustrial y hacer del
Distrito Federal una mezcla de Nueva York y París en términos de recreación
artística, pero también un emporio de orquestas sinfónicas, creadas como en
Venezuela en los barrios más pobres, para alejar a niños y adolescentes de la
delincuencia y las drogas, y mostrarles de la vida una perspectiva más feliz.
PD: En cuanto a la relación Peña Nieto-Sariñana-Tv
Azteca-Estudios Churubusco, destapada por los tres Desfiladeros anteriores,
sólo se oye, de parte de los implicados, un estruendoso silencio. Ergo, si
callan, otorgan.
jamastu@gmail.com - http://twitter.com/@emiajseliva
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