Cada vez somos más los que creemos que otro mundo es posible ! Las formas de comunicación son importantes en estos aciagos tiempos. Hagamos del ingenio y de la inteligencia un instrumento de lucha para construir un mundo nuevo.
Saturday, December 08, 2007
Hauptbahnhof, Estación Central
Panorámica de la estación de Hauptbahnhof. Foto: fotowahn.com
Grupo Ataxia*
Situada en el centro de la capital, a escasos metros del histórico Reichstag, la Hauptbahnhof es hoy la estación en cruz más grande de toda Europa, y una de las más bellas del mundo según las autoridades de la empresa ferroviaria. Casi once años de trabajo, medio kilómetro de techos acristalados y tanto hormigón como para construir sesenta y cinco kilómetros de autopista conforman su estructura, y aunque no se dieron datos concretos acerca del gasto insumido por las obras, los expertos estiman que los costos de la construcción rondarían los setecientos millones de euros. Un hecho inesperado ensombreció la fiesta de inauguración en mayo de 2006, donde se habían reunido medio millón de personas. Cuando se producía la desconcentración por las calles laterales, un joven de diecisiete años corrió descontrolado entre el público hiriendo a treinta y cinco personas con un cuchillo. Por si fuera poco, ocho meses más tarde, las ráfagas furiosas de Cirio, el huracán que azotó Berlín en enero pasado, le aflojó una columna de varias toneladas, así que las miles de personas que se habían refugiado allí tuvieron que ser evacuadas.
Este escenario de catástrofe es el trasfondo de Nosotros, los chicos de la Estación Central , una obra escrita por el autor Jörg Albrecht, con base en los relatos de los actores, cuatro alumnos de la Universidad de las Artes ( udk ) y el director de la puesta, Stefan Klewar, también de la udk . La Hauptbahnhof es para los actores un símbolo del futuro, un centro ubicado en medio de la nada, como el ángel extraviado de Win Wenders. Ninguno de ellos es berlinés, ni el director Stefan Klewar ni el autor Jörg Albrecht. Todos proceden de diferentes lugares de Alemania Occidental, comparten en escena la pérdida de sus perfiles de origen y al mismo tiempo la fascinación por lo nuevo. El control social se diluye en los contornos de una metrópoli en plena expansión, pero también la comunicación y los espacios de refugio.
“Bombardier te da la bienvenida”: el nombre de la empresa francesa constructora de trenes, estampado en letras gigantescas en la Hauptbahnhof, y que se parece demasiado a “bombardear”, da pie para una escalada de ciencia ficción en la pieza. Columnas que se descuelgan, vidrios que estallan, mampostería que se derrumba. El individuo perdido en las construcciones modernas, el drama de la vida desgajada y fragmentaria, como diría Richard Sennett, el oráculo de las ciudades modernas. Monstruos en danza en el bazar de almas.
La pieza, definida por su autor como un “documental de ciencia ficción”, participó en el maratón de teatro independiente de Berlín en las instalaciones de hau , con varios escenarios simultáneos, que en febrero pasado convocó a más doscientos grupos de la escena de la ciudad. La pieza se estrenó en el foyer del teatro, con el público de pie, y en entarimados que hacían de los espectadores parte de la escenografía. La obra fue elegida para el proyecto Una juventud en Alemania, del Teatro Maximo Gorki de Berlín, una forma de explorar los espacios en la ciudad. “La pregunta en torno al lugar cobra un significado especial para hablar de nuestras búsquedas y nuestras vidas”, dice el joven director Stefan Klewar.
La obra tiene un referente literario directo: Cristina F., los chicos de la Estación del Zoo , autobiografía publicada en 1980 por los autores Kai Hermann y Horst Rieck. Se trata del testimonio de Cristina f. (llevado al cine en 1981 con la dirección de Ulrich Edel y el apoyo de David Bowie), una joven que vive en la estación de trenes de la parte occidental de la ciudad y es pasto de las drogas y el robo para saciar su dependencia. Esta es historia antigua, pleistoceno, y lo que vale ahora es la modernidad; sin embargo la propuesta de Nosotros, los chicos... pone en tela de juicio el lugar de la comunicación de las personas en este mundo moderno. Hoy, la Hauptbahnhof, con sus estructuras metálicas, su imponencia de cristal y su impersonalidad es el espacio paradigmático para escenificar el “no lugar” de los jóvenes en las construcciones postmodernas, el paradigma de una identidad ausente, reemplazada por los cristales y fierros de una arquitectura del desamparo.
*Anna Graenzer, Janna Horstmann, Nils Kahnwald, Silvia Medina. Autor: Jörg Albrecht. Escenografía: Ben Baur. Dirección: Stefan Klewar. Asistente: Marc Eberhard.
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