Las historias no son como las cuentan, estas son habitadas por hechos, rostros, recuerdos que ha veces se confunden, pareciera que las vidas ajenas, a veces son las propias y así un fenómeno como el de Álex que apenas el pasado miércoles se desplazaba por el Golfo de México frente a las costas del vecino estado de Tamaulipas, pronto se enfiló tierra adentro y alcanzó las montañas, conocidas como la Sierra Madre Oriental que tiene1.350 kilómetros de longitud y que se extiende desde el sur del Río Bravo y corre paralela al Golfo de México hasta unirse con el eje neovolcánico, el cual divide a América del Norte de la América Central, pero que cubre una importante parte de los municipios que conforman el Área Metropolitana de Monterrey y que los cauces naturales desembocan justamente en el Río Santa Catarina que también cruza la Sultana del Norte.
Se escuchó de manera insistente el miércoles, mientras la ciudad en las horas pico era el caos cotidiano de los días hábiles y los automovilistas en plena histeria deseaban llegar a casa, Muchos consideraron la alerta y esto evitó la pérdida de vidas humanas, sin embargo, los 280 mm de agua recibidos cuando el Gilberto se duplicaron con gran facilidad y en diversos sectores, como en La Estanzuela, se elevaron a más de 800, una captación parecida a la ocurrida en 1909, así que estos eventos en la memoria colectiva de los regios está presente, pero no así en la voracidad de los fraccionadores quienes todo terreno es sinónimo de negocio fácil y terrenos cerca de los lechos de los ríos y de los cauces naturales, son sinónimo de hacerse de un patrimonio de migrantes que llegan a la gran urbe en busca de oportunidades y que finalmente al lograr un pequeño terreno, las instancias gubernamentales entran para convertirlos en botín electoral.
La colonia 25 de Noviembre, conocida también como “ El Realito ” es uno de esos sitios que crecen sin control y son altamente rentables en tiempos electorales, pero nunca les han construido infraestructura para evitar que los fenómenos naturales les afecten. Al llegar a la colonia es claro el desnivel que se tiene, es un auténtico pozo. En cálculos conservadores, hay partes que se alcanzan más de veinte metros, así, es fácil entender como el agua arrasó con vehículos, casuchas y anegó las casas ubicadas en la calle Antonio Flores, donde en las viviendas el agua llegó hasta un metro sesenta y acabó con el patrimonio de sus propietarios, como en el caso de la señora Antonia Hernández García, originaria de Acámbaro, Gto., pero con 40 años en el estado y con 32 en la Colonia 25 de Noviembre. Narra, entre sollozos, que le tocó vivir la tragedia del huracán Gilberto, donde perdió todo. Amablemente me da el paso a su modesta casa, construida en un sólo nivel en sesenta metros aproximadamente, donde se observan los muebles destruidos, sala, camas, colchones; aparatos eléctricos. Un microondas con el plato enlodado ya que, en su caso, el agua subió a más de metro y medio, pero con oleaje, dejando a su paso por la vivienda desolación y destrucción. A pregunta expresa de quién reporta, contesta con una voz que se quiebra, con ojos anegados por las lágrimas y dice: A mis sesenta y nueve años no se que me espera de la vida, lo perdí todo – y lleva sus manos a la cabeza -, como si quisiera despertar de un mal sueño y concluye: sólo queda señor…empezar de nuevo.
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