Alimentos del desierto
Marco Buenrostro y Cristina Barros
En las llamadas zonas áridas y semiáridas, o en el
semidesierto mexicano, prosperan un sinnúmero de plantas que con sabiduría y
trabajo son aprovechadas por los habitantes de esas áreas.
Cada región cuenta con especies que forman parte del
repertorio de ingredientes que se utilizan en la cocina. Una somera relación de
estas plantas y sus usos nos permiten imaginar parte del desarrollo de la
cocina en esas comunidades.
Podemos encontrar árboles como el mezquite y el guamúchil,
yucas, palmas, pitayos, diversos magueyes y nopales. En Sonora los mayos
aprovechan varias plantas desérticas como el etcho, cuyos frutos se comen
maduros, el jito que se aprovecha cuando está tierno, y la saya, de la que
comen la raíz cruda o cocida; esta planta también es de Arizona y Nuevo México.
Del jacube se usan los tallos que se cortan en rebanadas
transversales; por la forma que resulta de este corte, se conocen también como
crucetas; son un alimento muy gustado en Tamaulipas y en el norte de Veracruz.
Se hacen al vapor o se guisan con distintos chile.
Recordemos la biznaga, planta muy amenazada, de la que se
utilizan sus frutos y también su carne para preparar el acitrón; para seguirlo
degustando habría que tener un plan integral para su protección. El garambullo
también está disminuyendo, sobre todo por la urbanización no planeada. Está
presente en el norte de México y en una región del centro que abarca Querétaro,
San Luis Potosí e Hidalgo. Sus flores se convierten en pequeños frutos durante
junio y se comen frescos o en mermeladas.
Otra cactácea de frutos comestibles en la jiotilla,
chiotilla o quiotilla que se distribuye en los estados de Oaxaca, Guerrero,
Puebla y Michoacán. Se ofrecen durante junio y julio en los mercados
regionales. Son sabrosos y frescos, aunque también se hacen en mermelada para
su mejor conservación, y se prepara un vino.
El chamal es una planta de la familia de las cicadáceas de
20 centímetros a un metro de altura. Sus hojas tienen forma de helecho y en el
centro crece una especie de mazorca cuyos granos se muelen para preparar
tamales, panes y tortillas desde épocas lejanas. Prosperan especialmente en el
estado de San Luis Potosí y el norte de Querétaro; en nuevo León y Tamaulipas.
Las semillas del chamal tuvieron mayor importancia que el
maíz para los grupos de recolectores cazadores de esas zonas. Siguen siendo un
alimento gustado que se come sobre todo cuando escasea nuestro cereal básico.
Par mayor información puede consultarse el blog de Rumbo a la Sierra Madre
Oriental AC.
marcri44@yahoo.com.mx
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