Tuesday, September 18, 2007

Blogósfera


René Zúñiga



En el Zócalo

Cada quién ve la función según su muy particular perspectiva del mundo, para algunos el Zócalo fue un campo de experimentación de estrategias, para otros: la mejor evidencia de que hay dos Méxicos pero están en uno –parodiando a Eluard -, otros más simplemente un buen pretexto para salir del tedio, olvidarse de los adeudos cotidianos y de las presiones del trabajo para caminar con la novia, la esposa; los hijos, la amante: con los amigos.
Un Zócalo dividido por una valla y resguardada por el Estado Mayor Presidencial, solamente a unos pasos, personalmente altamente calificado para detener disturbios, rijosos o renegados. Casi un tercio de la plaza mayor cercada, esperando que llegara el presidente y arengar a los héroes a distancia, lejos de la rueda de la fortuna, paradójicamente, de las carpas instaladas por los aguerridos organizadores del Grito de los Libres, más adelante otro templete bajo el águila republicana con cientos de bocinas, espacios reservada para invitados y la presa alternativa, a sólo unos pasitos los invitados del templete, destaca por su pequeña figura física y por su enorme consecuencia Rosario Ibarra, que esperan se silencien las bocinas de enfrente, las colocadas por Ocesa para que Marianita Seoane muestre sus plasticidades y logre en pocos minutos extasiar al respetable. Una vez que el silencio se hizo, inició el festejo de los libres, Jesusa, como siempre, incansable, organizando, presentando, arengando.
Pues todo lo que apareció en la prensa ha motivado enojos. Algunos se preguntan: ¡ Quién negoció, quién fue, queremos su cabeza ! otros más: ya saben, fue el *Froylán, ese cuate nunca me ha dado buena espina ( ni mala ), así nadie valora, o muy pocos, que en una situación de excepción, alguien tuvo la responsabilidad suficiente para no exponer a la gente. Así hubo dos gritos, en el primero los de enfrente y con cerco paramilitar callaron sus bocinas, mientras duró la ceremonia del Grito de los Libres, una vez agotadas las gargantas, himno nacional y todo, vino la sugerencia de que se desalojara la plancha del zócalo, hubo miles que se retiraron, otros se quedaron para ver como llegaba gente organizada del estado de México a la fiesta patria de la plaza más grande del país.

*www.lopezobrador.org.mx

Martha y Vicentico


No se acostumbran a vivir en la oscuridad del anonimato, ya se les ocurre una estrategia mediática para aparecer con todo su esplendor, disfrutando las comodidades del rancho, mismo que fue reparado y acondicionado a costo del erario, sin que olvidemos que Vicentillo tiene una jugosa pensión que cobra puntualmente, además de los ingresos que tiene producto de sus charlas “magistrales ”, que según los enterados son en moneda americana ( ! ).


En Nuevo León las quejas aumentan


Y es por que las fuerzas federales que andan como Pedro por su casa, no solamente detienen peligrosisimas bandas de secuestradores, sino que se equivocan de domicilio para efectuar sus cateos, sin embargo, no soportan la tentación y arrean con lo que es de cierto valor y se les atraviesa. La gente afectada anda como alma en pena buscando quién los pueda orientar para recuperar sus objetos personales, ya que ni disculpas han recibido por los sustos, ya que llegan las fuerzas policíacas y armas en mano de alto poder, amagan a quien se encuentre cerca o dentro de los domicilios cateados, aunque se equivoquen, total, quién detiene los abusos: nadie, absolutamente nadie.

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