de Gustavo Esteva ,2 JUL 07
Este cuaderno se hizo para los ciudadanos que se sienten confundidos, desencantados, desesperados, frustrados, enojados, aterrados o todo eso junto." Así empieza el Cuaderno para el ciudadano en apuros, escrito y editado por Calentamiento Global A. E., que "es una agrupación espontánea de ciudadanos para reflexionar sobre las altas temperaturas de la atmósfera terrestre, política, social, sicológica y cultural. Sube el termómetro, pero también se caldean las voluntades, bullen los ánimos y se encienden las ideas... Es preciso hacer algo".
El Cuaderno se presentó el miércoles pasado en Oaxaca ante un grupo entusiasta de ciudadanos en apuros, que esa noche los tejieron con mezcal mientras escuchaban el son de la barricada y otras creaciones de los Tapacaminos.
Oaxaca no sólo arde internamente, como dijo hace unas semanas el ministro Góngora de la Suprema Corte. Hierve de preocupación. Saben que la Secretaría de Gobernación ha desertado de sus funciones; considera que "ha cumplido a plenitud los compromisos adquiridos" y que "toca al gobernador Ruiz resolver el conflicto a tiempo para que no se reactive" (La Jornada, 20/6/07). Y conocen bien los usos y costumbres de Ulises Ruiz, a quien sus aliados del Comité Directivo Estatal del PAN exigieron apenas el viernes "asumir su responsabilidad y dejar de promover la violencia y el enfrentamiento".
Mientras la Corte estudia cómo y cuándo nombrará su comisión, Oaxaca arde y hierve. El recién creado Consejo Ciudadano para el Progreso anunció hace una semana que el 30 de junio un grupo de ciudadanos desalojaría "pacíficamente" el plantón que mantienen en el zócalo la sección 22 del sindicato de maestros y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
El jueves una estación local de radio recogió la declaración de un miembro de una organización de comerciantes que iba a tomar parte en el desaguisado. El tianguista estaba incómodo por el hecho de que a su familia de cinco miembros le estaban cobrando 3 mil pesos por cada uno, en vez de considerarlos como un solo comercio. La cantidad le parecía excesiva. El dinero iba a emplearse para traer de Puebla a unos golpeadores que los apoyaran en el "desalojo pacífico".
La amenaza no se cumplió. La presidenta del Consejo anunció el viernes la suspensión del acto, porque Ulises Ruiz les había pedido tener paciencia.
Oaxaca arde y hierve de tensiones y de preocupación, pero también de ideas y de iniciativas... Mientras el Consejo organizaba sus acciones "pacíficas", un grupo de organizaciones y militantes de la APPO se encontraba en el taller La resistencia civil no violenta: estrategias, tácticas y filosofía. Trataban de derivar las lecciones pertinentes de las experiencias del último año y aprestarse a lo que sigue, construyendo juntos instrumentos de reflexión y acción para continuar su lucha.
Ayer domingo se puso en marcha una modalidad contemporánea de la Guelaguetza, el complejo sistema de intercambio de bienes y servicios que el gobierno y la industria turística han convertido en un espectáculo folclórico que en estos días será nuevo motivo de conflicto. Un grupo de prosumidores (productores y consumidores) empezó el intercambio de productos, saberes y servicios por medio de "facilitadores", billetes creados por ellos mismos que operan como medio de intercambio. Emplean así sus capacidades y destrezas para atender en forma autónoma sus necesidades. Lo que logran colocar en el mercado en crisis no les alcanza para comprar lo que les hace falta, pero han sacado fuerzas de flaqueza por un camino que podrá darles un buen grado de autosuficiencia.
Como dice el Cuaderno para el ciudadano en apuros, "es posible cambiar el orden de las cosas y nuestro lugar en el mundo. Basta mover los muebles de la casa para que ésta empiece a ser otra. Basta sembrar un árbol para que brote un jardín. La acción es un arma muy poderosa: contra el abuso, contra la apatía, contra el agravio. Hay que actuar ahora. Hay que actuar sin perder el aliento".
Eso están haciendo oaxaqueños y oaxaqueñas, con paso firme, en su búsqueda. "A veces", dice el Cuaderno, "parece que hemos perdido el norte. No sabemos más de qué lado sale el sol y por dónde se oculta. El estruendo y la violencia barren los cuatro puntos cardinales. Pero hay que buscar en medio de la bruma. Combatir la brutalidad en cualquiera de sus formas obliga a una búsqueda continua de ideas, de razones, de tácticas. Lo único que no pueden destruir las botas y las balas es la convicción de que el mundo debe ser diferente. No perdamos esa brújula".
gustavoesteva@gmail.com
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