Saturday, March 22, 2008

El Partido de la Revolución Democrática

René Zúñiga



Los males del Partido de la Revolución Democrática son conocidos por todos quienes hemos militado, representado a la institución y ocupado puestos en las diferentes instancias de dirección. A 19 años de su fundación los males de inicio se potenciaron ya que se nombraron comités promotores en todos los estados, claro, algunos de quienes éramos cuadros de dirección del Partido Mexicano Socialista -quién cedió su registro para su constitución -, nos hicimos a un lado para actuar consecuentemente con un proyecto que sería la síntesis de los movimientos sociales en el país, no necesariamente todos de izquierda, pero muchos otros, los más, inmediatamente se pusieron a las órdenes de los nuevos dirigentes promotores en los estados para agarrar hueso, claro, todos ellos, con o sin merecimientos, fueron nombrados de dedazo, al igual que los cuadros promotores dirigentes.

El mismo Partido Mexicano Socialista fue resultado de una fusión de partidos y organizaciones, entre ellas el Partido Socialista Unificado de México y el Partido Mexicano de los Trabajadores, de donde provengo y a lo largo de mi participación política he visto como demócratas convencidos, exguerrilleros, reformistas, llamados así, o también Heberturos - en alusión a Heberto Castillo Martínez, auténtico luchador social -, se han puesto la camiseta de las alianzas coyunturales para no quedar en la orfandad política.

La circunstancia descrita generó intensas luchas de interés de los grupos o partidos que formaron primero el PMS y después al PRD, buscándose mecanismos que reglamentaran la participación de los grupos y surgieron las corrientes. Pareciera algo muy sencillo, pero en realidad realizar un análisis a fondo deberá ser una tarea de quienes han tenido la experiencia de la formación de las élites de la izquierda electoral. No debemos olvidar que el recientemente fallecido Dr. Samuel del Villar y la Sra. Teresa Juárez de Castillo –viuda de Heberto Castillo-, formaron parte de una comisión nombrada exprofeso para diagnosticar la situación del Partido de la Revolución Democrática y este documento se presentó en un Congreso Nacional, siendo conocido desde antes del Congreso por la militancia y comentado por el Consejo Nacional. Durante el desarrollo del congreso ninguna corriente hizo suya las posturas comentadas, menos aún propuestas para incluir en el debate el papel de las corrientes y su peso específico en la vida diaria de la institución, debido principalmente, a que en el citado análisis quienes salían muy mal libradas eran precisamente las corrientes, al tener acotado al partido para beneficio propio, exigiendo cuotas de poder, tomando decisiones para su beneficio y al margen de las estructuras institucionales. Cabe mencionarse que el único que hizo mención y exigió se le diera espacio a la discusión del análisis fue el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, sin tener respuesta a su petición. Poco tiempo después, cuando realizó una visita a Monterrey, un grupo de compañeros acudimos a visitarlo para comentar su propuesta y manifestarle nuestra postura crítica a la situación del partido, sin embargo, nuestro asombro no tuvo límite, ya que el Ingeniero solamente recibió el saludo y sin dar oportunidad a comentar nada de lo que queríamos exponer, se despidió del grupo por problemas de agenda tenía poco tiempo y no podía abordar temas que distrajeran su tiempo.

Evidentemente poco le importó al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano los crecientes problemas del partido, haciendo guardias de honor, recibiendo invitaciones en algunas partes del mundo, atendiendo las quejas por el gris desempeño de su hijo Lázaro en Michoacán: aceptando una invitación de Chente Fox para encabezar las celebraciones del bicentenario y apenas el día de ayer solicitando que se anulen las elecciones internas del partido para renovar la dirigencia en todos sus niveles, cuando se tiene la experiencia de los conflictos que genera Jesús Ortega y los cuadros dirigentes de la corriente más perniciosa del partido: Los Chuchos. Aunque desde mi muy particular punto de vista, no hay corriente que pueda salir bien librada. Con esta contienda el chucho llega a la cuarta búsqueda de la presidencia del partido y, como en las anteriores, todo indica que nuevamente se quedó en la orilla.

Pero en el fondo nada le importa a Jesús, ya que siempre de las derrotas ha obtenido avances para construir una poderosa corriente que tiene numerosos diputados, senadores, regidores, diputados locales, direcciones estatales en su poder y que lo acercan a las redes del primer círculo del poder en México y que es lo que busca realmente ese izquierdoso moderno y moderado, que rechaza a los violentos y a los renegados.

En las elecciones del pasado domingo se evidenció que la descomposición en el partido requiere de medidas de fondo, hubo de todo: urnas embarazadas, carrusel, voto corporativo, inducción al voto. Las estructuras determinaron donde abrir casillas y donde no, se permitió el registro de militantes sujetos a proceso en la Comisión Nacional de Garantías y Vigilancia, como acá en Monterrey; así que no vengamos con actitudes de asombro o debido a que tenemos acceso a los medios, digamos que el proceso deba anularse, cuando lo sucedido era una realidad, no un presagio y las reglas del juego electoral ampliamente conocidas por los contendientes, que no por la base. Los estatutos son claros, si hay elementos, la elección deberá limpiarse y tomar medidas que erradiquen para siempre las prácticas que siempre combatimos y que ahora muchos compañeros naturalizaron como propias en el PRD.

En una nota aparecida el día de hoy en El Norte, dice que el fundador y líder moral ( ¿? ), Cuauhtémoc Cárdenas pide anular la elección para la renovación de la dirigencia perredista, lo cual no deja de sorprendernos, cuando él mismo ha sido parte del cochinero y lo toleró por así convenir a sus intereses. El cambio lo debe dar una militancia participativa y consciente, por que si el cambio se genera desde arriba, volverán los artífices de que el partido se haya anquilosado y se le identifique en muchas partes como el tricolor del siglo 21.

Finalmente debo decir que el Ing. Cuauhtémoc efectivamente fue fundador del Partido de la Revolución Democrática, como muchos miles de mexicanos, pero que sea el líder moral del perredismo es inexacto, un apellido ilustre no da para tanto.

1 comment:

Anonymous said...

Hola, mi nombre es San Judas Cuauhtemoc. ¿Habría manera de hablar con mi padre?

MS: Ah, pos que gran casualidad. Vera, al general Lázaro Cárdenas lo tengo en su propia celda con todo y aigre incondicionado y ayer precisamente estábamos libando y me pregunto si usted vendría a visitarlo una vez que abriéramos Infiernotitlan.

San Judas Cuauhtemoc: Ah si ¿y se podrá?

MS: Pos yo creo que no, porque el general me preguntaba para pedirme que por favor no dejara que lo visitara usted, y que le dijera que se avergonzaba de haberlo engendrado, y que sospecharía que doña Amalia le puso los cuernos con el lechero si no tuviera oste las mismas orejotas y boca que el general. Ah, y también me pidió que le dijera que usted, el líder moral de la izquierda, ni es líder, ni es moral, ni es de izquierda, sino un infeliz traidor a la patria y poco hombre. Ansina que olvídese, que su apa no quiere saber ya nada de oste. Délo por muerto, como quien dice.