Militares entraron de forma violenta al hospital donde el mandatario de Ecuador estaba retenido por policías sublevados; reportan medios varios heridos. Correa se traslada al palacio de gobierno para saludar a seguidores.
Afp y Dpa
Quito. El Ejército de Ecuador rescató esta noche, en medio de una lluvia de disparos, al presidente Rafael Correa del hospital donde se encontraba retenido por policías sublevados.
Según medios de comunicación, al menos 500 militares participan en el operativo y varios uniformados resultaron heridos.
El mandatario ecuatoriano fue retirado en varios vehículos, mientras los militares intercambiaban disparos con los policías amotinados. De inmediato, el presidente Correa, quien permaneció horas recluido en el hospital tras ser agredido por policías, llegó al palacio de gobierno y salió al balcón del edificio a saludar a cientos de seguidores.
En sus primeras palabras ante la multitud, a la que agradeció el apoyo mostrado en esta larga jornada, el presidente de Ecuador expresó que “cómo pueden llamarse policías quienes actuaron así”.
Lamentó que se haya derramado “sangre de hermanos ecuatorianos inútilmente” en el operativo, por lo que pidió guardar un minuto de silencio mientras sus seguidores coreaban “Lucio asesino”, culpando al ex presidente Lucio Gutiérrez de la crisis de este jueves.
Rafael Correa dijo que el ex mandatario Lucio Gutiérrez estuvo involucrado en una conspiración policial que hizo tambalear su gobierno. “Ahí estaba la gente de Lucio Gutiérrez, infiltrados. Azuzando a la violencia... cuanta irresponsabilidad”.
Imágenes de televisión mostraron el jueves a un policía caer durante la operación de rescate del presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien fue liberado de un hospital, rodeado por policías que protagonizaron una violenta protesta por un recorte de sus ingresos.
Según medios de comunicación, al menos 500 militares participan en el operativo y varios uniformados resultaron heridos.
El mandatario ecuatoriano fue retirado en varios vehículos, mientras los militares intercambiaban disparos con los policías amotinados. De inmediato, el presidente Correa, quien permaneció horas recluido en el hospital tras ser agredido por policías, llegó al palacio de gobierno y salió al balcón del edificio a saludar a cientos de seguidores.
En sus primeras palabras ante la multitud, a la que agradeció el apoyo mostrado en esta larga jornada, el presidente de Ecuador expresó que “cómo pueden llamarse policías quienes actuaron así”.
Lamentó que se haya derramado “sangre de hermanos ecuatorianos inútilmente” en el operativo, por lo que pidió guardar un minuto de silencio mientras sus seguidores coreaban “Lucio asesino”, culpando al ex presidente Lucio Gutiérrez de la crisis de este jueves.
Rafael Correa dijo que el ex mandatario Lucio Gutiérrez estuvo involucrado en una conspiración policial que hizo tambalear su gobierno. “Ahí estaba la gente de Lucio Gutiérrez, infiltrados. Azuzando a la violencia... cuanta irresponsabilidad”.
Imágenes de televisión mostraron el jueves a un policía caer durante la operación de rescate del presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien fue liberado de un hospital, rodeado por policías que protagonizaron una violenta protesta por un recorte de sus ingresos.
Horas antes y después de declarar el estado de excepción, el presidente Rafael Correa aseguró que sigue gobernando Ecuador desde el hospital donde dijo estar secuestrado por policías sublevados, en declaraciones a la televisión pública, las primeras tras cinco horas y media de ausencia en los medios.
"El presidente está gobernando a la nación desde el hospital", dijo Correa en una entrevista con el canal ECTV, en la que además dijo estar "secuestrado".
"Yo salgo de aquí como presidente o como cadáver, pero no voy a perder mi dignidad", advirtió.
El mandatario acusó a los agentes en rebeldía de no permitirle salir del hospital de Quito al que acudió este jueves tras ser agredido con gas lacrimógeno en un cuartel, donde confrontó a los amotinados.
"Obviamente eso es secuestro, tener secuestrado al presidente", sentenció.
Por su parte, el ministro de Seguridad, Miguel Carvajal, informó que "de acuerdo a una evaluación preliminar", la insubordinación ha dejado un muerto y varios heridos, cuyo número no precisó, aunque la Cruz Roja reportó que ha atendido en Quito a 50 personas por impacto de perdigones o bombas lacrimógenas.
En rueda de prensa, Carvajal señaló que el gobierno dialogará con los insubordinados "apenas depongan la medida de fuerza", que consiste en mantener acordonado el Hospital de la Policía, donde está internado desde esta mañana el presidente Rafael Correa.
Según la agencia oficial Andes, Correa se reunió ya con delegados de policías en rebelión por una ley que reducirá los beneficios económicos de los miembros de la fuerza pública.
Agregó que los uniformados, acompañados de un abogado, mantenían el encuentro con el mandatario en una habitación del hospital de la Policía en Quito, donde está asilado tras ser agredido por los manifestantes cuando acudió a un cuartel vecino para tratar de sofocar la sublevación.
Miembros de la Policía y de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) se rebelaron por la ley gubernamental aprobada el miércoles por el Legislativo (dominado por el oficialismo), la cual quitará reconocimientos económicos a los agentes.
Horas antes, el presidente Correa denunció que su gobierno es víctima de un "intento de golpe de Estado" por parte de sectores opositores y de las Fuerzas Armadas cercanas al ex mandatario Lucio Gutiérrez.
"Es un intento de golpe de Estado de la oposición y son ciertos grupos enquistados en Fuerzas Armadas y Policía que siempre estuvieron, básicamente grupos de Sociedad Patriótica (el partido de Gutiérrez)", dijo Correa a la radio pública desde un hospital donde recibe atención médica.
"Es clarísimo de dónde viene este intento desestabilizador", añadió el mandatario, recordando que en su discurso este jueves ante policías que tomaron el principal regimiento de Quito, los manifestantes aludieron en sus arengas a Gutiérrez, derrocado por una revuelta popular en abril de 2005.
El mandatario hizo un llamado a la calma y a poner fin a una revuelta de policías y militares, poco antes de denunciar que los uniformados estaban tratando de entrar en su habitación en el hospital de Quito en el que estaba refugiado.
"Hago un llamado a la calma, terminemos pronto con esto y sancionemos a los malos elementos", dijo Correa desde el hospital a la televisión ecuatoriana.
"Están tratando de introducirse aquí, a mi habitación, por medio de los techos estos policías en rebelión", declaró el presidente.
"Si algo me pasa, la responsabilidad es de ellos. Yo solo quiero decirles que mi amor por la patria es infinito y que donde esté siempre amaré a mi familia", agregó.
Ante la situación, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó cerrar la frontera con Ecuador como una medida de respaldo al presidente Correa.
El mandatario colombiano reveló antes de viajar a Buenos Aires para participar a una reunión extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que tomó la medida conjuntamente con su homólogo peruano Alan García.
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