Un operativo de “saturación” explicó el policía. Ante nuestra cara de interrogante: Eso es un operativo de limpieza, limpiamos la basura, y esa resistencia que estaba ahí adentro, (Por supuesto se refieren a la huelga de hambre que mantenían trabajadores universitarios por despidos). Policías antimotines parecen dirigir la operación, son los mayores y los que no hablan más que por sus aparatos de comunicación reglamentarios. Hay muchos efectivos jovencitos, que se van de la lengua ante dos mujeres " indefensas", apostados en los portones y en las rejas. Pero ustedes son pocos, verdad, les decimos. No, allá adentro hay más. Somos muchos. Y cuándo podemos venir a clase, fingimos. Ah, pues eso depende de la rectora, dicen que va a estar una semana mientras se limpia, otros nos dicen que un par de días y otros que nos informemos en la televisión que ahí la rectora dirá.
Claramente, los policías saben que la rectora es quien los llamó. La señora rectora, socióloga y otrora observadora contra la violencia, una mujer por cierto, vergüenza para nuestro género, y al tiempo prueba fehaciente que lo que une a las mujeres no son sus órganos genitales sino sus propuestas de mundo a partir de un cuerpo histórico, para aquellas que aún piensan, y espero sean pocas, que ubicar mujeres en el poder, sólo por ser mujeres, es lo más importante. Hoy, ella juega de pieza clave al lado del golpismo universitario instalado a gusto con su corte de maestros y maestras iguales a ella; grandes doctores, filósofos latinoamericanistas, cientistas, que a saber cuál ciencia hacen, dónde y para qué: la crema y nata de la intelectualidad hondureña que se debate entre justificar el golpe o hacerse pendejo para no perderse las ganancias que reporta ante la cooperación internacional un “objetivo” análisis de situación. Pocos y pocas docentes son las que tienen palabra y hacer disidente reflexivo. Demasiada la indiferencia o la desesperanza de a diario que ya se instaló entre la flamante academia que luce sus prestaciones laborales ante un pueblo cada día más hambriento y más encachimbado.
El domingo atardece con esa luz tan hermosa de Tegucigalpa sobre los campos verdecitos de la U.
Se siente la tensión para mañana.
En las instalaciones de Televicentro hay una gran cantidad de policías. Ante las cámaras, el señor Álvarez, ministro de seguridad, expone la legalidad del desalojo que él denomina pacífico, mientras por la mañana, en la radio reportaron personas golpeadas. Nos recuerda que nadie está por encima de la ley, y que han recuperado el alma máter para el pueblo hondureño. Y en la pantalla muestran la lista de los 22 terroristas que tienen orden de captura, o sea toda la junta directiva del SITRAUNAH. Afirma que no se ha violado la autonomía pues había orden judicial, y todo se ha hecho conforme ley; el fiscal asiente, y en las imágenes aparecen las tanquetas, los soldados, la policía, la cruz roja, la prensa acreditada y los bomberos; todo el carnaval de la repre, sólo faltó el colorido desfile de aviones militares, porque hubo también helicópteros.
Mañana, los y las estudiantes iniciarían su periodo escolar. Pero otros jóvenes uniformados van a impedir su entrada, hicieron la toma en domingo, porque las piedras ya son parte de los temores cotidianos de la policía cuando de universidad se trata, saben que ahí el gential de gente es arrecha. El estudiantado no hubiera permitido la entrada de los chepos, aunque tuvieran que demoler el auditorio central, lo cual causa indignación a los de la tele que tienen sus hijos en escuelas con cuya mensualidad podría vivir requetebién una familia popular hondureña, y poseen una especial fruición por el orden y la belleza jardinera de este país que riega con sangre humilde su historia contemporánea.
En la misma t.v. un líder sindical dice que estaba por resolverse el conflicto laboral universitario y que esta toma ha sido una sorpresa. En la radio de la resistencia se escuchan las muestras de la solidaridad hacia el sindicato universitario, y con el, a toda la clase trabajadora.
Se alienta el espíritu insurrecto. Mañana empieza una semana árdua. El paro cívico se sostiene para el día martes, todos de pie, todas a marchar. Pero falta ver qué pasara mañana cuando los estudiantes y las estudiantes vean su casa tomada por quiénes para referirse a la ocupación, dicen saturación. Ilustrado tecnicismo de la violencia golpista, pero como bien sabemos al estudiantado unioversitario autónomo no se le da atol con el dedo.
Melissa Cardoza,
Tegucigolpe, Honduras, al 5 de septiembre del 2010
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