Hacemos un llamado patriótico, con todo el sentir bolivariano crecido en nuestros corazones y todo el conocimiento adquirido en esta larga batalla, para unirnos más en la construcción de una Venezuela profundamente libre, independiente y soberana, y una Patria Grande plena de dignidad y grande por su generosidad. Debemos reflexionar más para percatarnos de que mientras empleamos demasiado tiempo en las rivalidades internas y en enfrentar las amenazas de las ambiciones personales, el adversario de clase de adentro y de afuera continúa –por todos sus condenables medios y recursos- profundizando su estrategia y su acción para derrotar a la Revolución Bolivariana, en la cual, el foco de atención es el Comandante Hugo Chávez, nuestro indiscutido líder, quien abrió el camino de esperanzas al pueblo venezolano y alumbró a todos los pueblos del mundo, para poder construirse el sistema social, económico y político más acorde a los intereses y necesidades del pueblo.
Debemos hacer un esfuerzo mayor y el sacrificio necesario, en tiempo y dedicación, para comprender –dentro de toda esta necesaria revisión- que las revoluciones socialistas victoriosas pasan por etapas de fuertes enfrentamientos ideológicos y hasta de conflictos armados cuando los pueblos no logran consolidar la cohesión en torno al Programa revolucionario y entonces comienza a proliferar la anarquía en el movimiento revolucionario alentada por las fuerzas contrarrevolucionarias del gran capital nacional y transnacional con publicidad, campañas promocionales de falsedades y de valores individualistas, y hasta sabotajes de baja intensidad, tendientes a alentar la frustración, el desencanto y hasta el stress que vaya minando las conductas revolucionarias y deteniendo las actitudes patrióticas y socialistas.
Condenamos la guerra y debemos ser consecuentes con esa condena. Debemos evitar a toda costa que se creen en Venezuela las condiciones para ello. Ningún venezolano patriota va a dejar arrebatarse los logros alcanzados y la mejor defensa para mantenerlos es la unidad de acción en torno a ellos, evitando la inamovilidad o la inoperancia en los movimientos sociales y políticos bolivarianos. Rechazar y echar a un lado a las voces agoreras -si no comprenden este crucial momento de la Patria, es una necesidad y una posibilidad. Escuchar y estudiar a las mentes lúcidas, en todos los escenarios (políticos, sociales, culturales, deportivos, legales) y aplicar sus planteamientos de rigurosos principios éticos bolivarianos, que son, en esencia, revolucionarios, es una actitud dialéctica imprescindible.
Tenemos un claro Programa en el Proyecto Nacional "Simón Bolívar" y tenemos resultados concretos de inmensos logros sociales, económicos y políticos en los últimos ocho años, reseñados en el Informe Presidencial del Comandante Chávez a la Asamblea Nacional. Todos en Venezuela sabemos que todo eso es cierto y por ello debemos evitar que los contrarrevolucionarios nos "secuestren" los sueños. Los amigos de todo el mundo –que no están infestado del virus globovisionario ni contagiados con el maligno tumor de las ambiciones de cargos ni de poder personal- nos recuerdan a diario las esperanzas que ellos también tienen en todo lo que hemos logrado con la Revolución Bolivariana bajo el liderazgo del Comandante Chávez.
Hay hijos de Venezuela que no pueden disfrutar de esos sueños bolivarianos porque ellos tienen otros, alentados desde el norte "revuelto y brutal que nos desprecia". Estos "sietemesinos" tratan de provocar una guerra civil en nuestra Nación –entre la gran mayoría patriótica y la minoría proimperialista- tratando de reducir al máximo nuestro optimismo con constantes programas televisivos y campañas noticiosas dirigidas a bajar los ánimos revolucionarios hasta un nivel en que les permita imponer un patrón violento de cambios contrarrevolucionarios.
Hay que detectar y contrarrestar a seudorrevolucionarios y a compatriotas ingenuos temerosos que con actitudes pesimistas tratan de imponer agendas de trabajo, inadecuadas para levantar la autoestima revolucionaria y dirigidas a reducir los niveles de entusiasmo y de reconocimiento de los éxitos alcanzados por los bolivarianos venezolanos y por su líder, que juntos, con aciertos y desaciertos, han logrado hacer brillar a nuestra Patria por todos los rincones de Venezuela y del mundo.
Ya derribamos un gran obstáculo en abril del 2002, vencimos las amenazas y sabotajes del 2003, derrotamos las patrañas imperiales contra nuestro líder en el 2004, avanzamos bastante con las misiones y proyectos populares en el 2005 y 2006 hasta alcanzar 7 millones de votos. Nos enfrascamos en sacar adelante nuevas ideas y viejos proyectos en el 2007 sin muchas condiciones creadas y la mayoría del pueblo no comprendió. Es hora de estudiar más, de volver a sacar nuevas fuerzas, de insistir por todas partes en hacer realidad el bello sueño de la Patria Grande, de volver a retomar las claves de éxito con que hemos hecho temblar en más de una ocasión al imperialismo yanqui. "Los flojos respeten, los grandes adelante", exclamaba José Martí cuando se le venía arriba la fuerza del coloniaje imperial y se agudizaban las querellas internas.
Hoy debemos reconocer, muy ágilmente, porque la Nación lo exige, después que se expresó la voluntad popular el dos de diciembre, donde se observó una reiterada mayoría del pueblo rechazando las opciones guerreristas y a las viejas élites oligárquicas, y también a los destructores internos, cómo en pocas semanas vamos avanzando aunque con cierta cautela revolucionaria. Es verdad, y también es verdad que van despertándose los movimientos sociales y políticos bolivarianos que son parte de esas claves de nuestros éxitos anteriores pues desde diversas "trincheras de combate", con diferentes ritmos de acción, con una variada creatividad y con diversos instrumentos de lucha evitaron que el poderoso adversario de clase –muy diverso y metamorfoseado– concentrara su diabólico fuego contrarrevolucionario sobre un único blanco, pero fundamentalmente, esa diversidad revolucionaria o polo patriótico posibilitó que la voz del pueblo revolucionario, guiado por el coraje e ideas bolivarianas del Comandante Chávez, se expresara oportuna, genuina y totalmente ante cada intento contrarrevolucionario. Nuestro futuro PSUV deberá tener muy en cuenta esta clave al concebir la red que debe ser legitimada y en la cual se debe apoyar.
Nuestros pueblos no permitirán, bajo ningún concepto, que el imperialismo yanqui vuelva a dominar nuestros recursos y nuestros destinos como lo hicieron durante los gobiernos anteriores. Nuestros pueblos seguirán construyendo las nuevas sociedades, e impulsando el liderazgo del Comandante Chávez quien como todo líder revolucionario verdadero, siempre sabrá convertir cualquier revés en victoria.
¡Hagamos un gran homenaje al Che en su 80 Aniversario!
¡Hasta la Victoria Siempre!
Ernesto Wong Maestre
El Profesor Ernesto Wong Maestre es integrante del Batallón de Comunidades Hermanas Residentes en Venezuela
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