Revista Pantagruélica en A Romper el Cerco Informativo !

Xavier AraizaMay 10, 2010 at 12:22pm Asunto: LA NÁUSEA / Xavier Araiza Lee el siguiente y otros textos en http://www.facebook.com/l/e8894;www.revistapantagruelica.com No es la Náusea que describe Jean-Paul Sartre en su célebre novela donde el personaje-historiador Antoine Roquentin se enfrenta con la angustia existencial: el delirio, el acoso de la locura y la amenaza siniestra de la nada: se trata de la Náusea que flota en nuestro tiempo y se introduce en los pliegues del ser, en la psiquis y las fantasías, en los discursos y laberintos de las instituciones que ha construido el capitalismo hoy en la inercia de su derrumbe como castillo de arena. En la sociedad de la globalización neoliberal donde todo se mercadea, todo se falsifica en nombre de una democracia vacía y unos valores en decadencia, un nuevo fantasma recorre el mundo, asustando a los señores del dinero, a sus aliados y sus apologistas. El fantasma por los momios tan temido abre nuevos caminos para la rebelión de los condenados de la tierra. Lo decía el profeta Marx en su famoso Manifiesto: todo lo sólido se desvanece en el aire... Pero, demos un vistazo al derrumbe desde lo global a lo local: el poder del Imperio entra tal vez en su hora postrera, su economía se tambalea, en Irak sufre ya otra derrota peor aún que la sufrida en Vietnam; el Vaticano enseña los dientes y contradice flagrantemente las enseñanzas del fundador de la religión que lleva su nombre, se mortifica con la crisis geopolítica en torno a la globalización neoliberal que el papado del polaco Juan Pablo II ayudó a construir durante los últimos años de la Guerra Fría. En México algunos curas católicos no cantan mal las rancheras en asuntos de pederastia y cuando se trata de vejar y violar niños y niñas, compiten con el Gober Precioso (¿por qué no lo echaron los priistas-panistas del gobierno de Puebla?). El público sensible que ha seguido la información de los actos y los juicios del gobernante poblano y sus amigos, siente un hervor de sangre, un golpe en el estomago, ganas de vomitar. Entre tanto el escándalo de los sacerdotes pederastas cunde por todo el planeta y Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, es el campeón en la competencia. Tratándose del juego democrático y el respeto por la diferencia, hemos visto las acciones de la Santa Alianza de los Barones del dinero, los políticos del sistema, la burocracia del clero, los intelectuales orgánicos y los señores de las grandes empresas del entretenimiento y la desinformación masiva. En el sacrosanto nombre del mercado, la democracia, la fe y una falsa libertad de expresión que no se creen ni los chicos de escuela, se hacen transacciones económicas fraudulentas, se miente a sabiendas, se manipula, se organizan elecciones tramposas. El sistema capitalista pierde así rápidamente sus bases de cohesión social, consenso ideológico y control político. En Nuevo León, otrora modelo de acumulación y desarrollo capitalista en latinoamérica, el derrumbe se hace evidente. El poder político ha mantenido y magnificado mitos y valores donde empresarios, políticos derechistas (PRI-PAN y lacayos de partiditos venales), orden eclesiástico, instituciones educativas conservadoras y empresas mediáticas, han operado cohesionadas y sin grandes contradicciones. Eso se acabó. Hoy se ven las costuras de un ideología derechista en declive y los ayer intocables reyes y reinas regiomontanos que salen retratados en la revista Chic, van desnudos y los plebeyos se divierten, ríen y subvierten el orden como en los carnavales del medioevo. La oligarquía batalla para edificar su exclusivo Valle de Reyes, el túnel del Cerro de la Silla y el nuevo estadio de futbol; los dóciles empleados en sus empresas se rebelan, el hartazgo y la rabia de los ciudadanos aumenta. Se trata de un asunto global-nacional, pero en el reino del cabrito la cerveza la carne asada el Cerro de la Silla, crece desmesuradamente el desasosiego, la angustia, el terror que en los últimos años han producido los cárteles del narcotráfico que noche tras noche y a pleno sol nos anuncian que "hay un olor a tumbas frescas patrullando las calles"-como dice en su poema mi amigo Rogelio Flores de la Luz. Los ciudadanos intuyen, preguntan: ¿Hay personajes prominentes de la empresa y la política vinculados a los cárteles en guerra por el territorio y el mercado? ¿Hay alianzas políticas inconfesables y personajes innombrables? En este panorama desolador que pone en alta tensión a los ciudadanos, las formas de representación y los movimientos sociales, hay sin embargo una apuesta por la creación, por la justicia y la libertad, por la convivencia social democrática. Como sucede en los individuos, sucede también en las sociedades: las grandes crisis ponen en juego el combate de Eros contra Thánatos, el instinto vital contra la pulsión de muerte. En la crisis terminal del capitalismo que pone en riesgo la vida en el planeta, hay fuerzas que luchan por un mundo distinto, una manera de distribuir la riqueza social, de proteger la naturaleza y organizar un nuevo pacto fundado no en la ganancia y la acumulación de dinero a toda costa, sino en un tipo de socialismo libertario y democrático, que combine formas privadas y justas de propiedad con formas de propiedad pública que generen y protejan el trabajo, la alimentación, la salud, el entorno natural, la educación, la ciencia y la cultura. Esa es la utopía necesaria, el mundo posible. Lo demás es el suicidio colectivo: la decadencia de las ciudades, la muerte lenta de los individuos, la guerra social: el mundo que Stanley Kubrick retrató magistralmente en su película La Naranja Mecánica. Mientras esa utopía de mundo se hace realidad, crece y se expande, a veces imperceptible, a veces abiertamente, un nauseabundo olor a podrido que nos asfixia, una sensación de delirio colectivo fomentado por unos poderes que colapsan y en la caída arrastran a las sociedades al borde del precipicio. Es la Náusea.