Wednesday, July 06, 2011

Emilia, la perra.

Ricardo M Marcenaro

  • Le tiró un tarascón directo a la trompa. Así son los hijos. Rayan las uñas contra el piso de madera, escándalo, risas, retos en falso.

    Un beso tras el otro y en los labios en trompeta, vibró mucho, mucho tiempo, demasiado, inquietud, cosquillas que terminan ardiendo. Siempre hay que decir basta.

    Salió de su nido en la cama, invierno duro, remolinos de frazadas, techo de plumón, chaleco rosa acolchado hecho por su madre, a los brazos de papá, que no estaba ofendido.

    Las tazas humean, el vapor vuela en baile por dentro de la pantalla, inundándose de luz, madrugada, silencio, mientras escribo el amor calienta la cama y espera su magia sencilla, yo, una persona que ama a otra.

    Conjurada, hecha un bollo, hechizada de aroma umbilical, cosida al pecho, asegurada, íntima de una felicidad que no es sola, Emilia, la perra.

    Ricardo Marcenaro
    6 de Julio de 2011
    Aunque parezca increíble.

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