Excelente texto de Juan Castro Soto. Una muy buena reflexión teórico-práctica, considerando especialmente las enseñanzas de Gramsci. Lo que falta quizá sea cómo combinar las luchas clandestinas y a La Otra Campaña y a La Otra Obrera con otros movimientos y organizaciones, como integrar y desarrollar el poder popular, paso a paso, desde ahora, hasta lograr una organización social tal que tenga la posibilidad de deshacerse de las pseudoinstituciones actuales para conformar una nueva constitución en la que todo el pueblo sea el diseñador y realizador. Conversemos, articulemos y organicemos los esfuerzos hoy todavía muy dispersos.
Saludos cordiales
Marco Eduardo Murueta
Compañer@s, les comparto algunas aportaciones a título personal para el Programa Nacional de Lucha, alimentadas por las discusiones en la Otra Huasteca-Totonacapan, y de lo cual podría comentar algo en la asamblea del sábado y domingo.Saludos.CAMBIO DE SANGRE
“Los que no tengan miedo,que pasen a firmar.”Emiliano Zapata, 1911
1. LA PROPUESTA DE LA OTRA OBRERA
Entrado el 2010, distintas fuerzas sociales se van perfilando para enfrentarse al orden establecido, a fin de terminar con la pesadilla del neoliberalismo y con el desastre nacional al que nos han llevado los partidos políticos.La Otra Campaña no es la excepción. A través de foros y asambleas nacionales, regionales y de sector se va discutiendo el México que queremos y cómo cambiarlo. Una de estas iniciativas viene de La Otra Obrera, aportando desde el sector de los trabajadores una de las propuestas más avanzadas al Programa Nacional de Lucha —convocado en el 2006 por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona—. Contempla tres ejes estratégicos: expropiación de los medios de producción, derrocamiento de la burguesía y la construcción del poder obrero; en este panfleto comentaremos algunas de sus partes espinozas y definiremos algunos conceptos para entendernos, a manera de marco teórico, términos que se han vuelto prejuicios y generan rechazo, como autoridad, violencia, Estado, leyes, política, incluso democracia ya es sinónimo de corrupción.
* Ver LA OTRA OBRERA, “Hacia el levantamiento nacional anticapitalista”, 1ª Asamblea Nacional (…), 13-15 de septiembre de 2008, Tepic, Nayarit.
I. EXPROPIACIÓN DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN
2. EL TRABAJADOR EXPLOTADO
Se pretende que esta propuesta abarque cada sector social, especialmente los de abajo y a la izquierda, el pueblo que lucha por un mundo más justo para todos. Son los trabajadores de la ciudad, del campo y del mar desde una mirada común: el trabajador explotado, empleado por un patrón que posee los medios de producción y decide el reparto del trabajo y la riqueza. Se trata de una lucha de clases contra este sistema económico y político basado en la relación obrero-patronal, el capitalismo. Se busca eliminar la figura del patrón para que los trabajadores posean los medios de producción y construyan su propio destino, lo que viene a ser la médula espinal del Programa Nacional de Lucha. ¿Cuáles serán los mecanismos y dificultades para lograrlo? Eso es precisamente lo que se encuentra en la mesa de discusión, pues el Programa viene a ser la dirección de una insurgencia que va más allá del derrocamiento de un régimen.
3. TERMINAR CON LA FIGURA PATRONAL
Uno de los obstáculos han sido las luchas aisladas, como las sindicales o de gremio, ya que persiguen demandas particulares sin importar la sociedad en su conjunto, sin importar las estructuras desventajosas, el sistema de despojo y la dualidad obrero-patrón. Tal ha sido el caso de maestros, petroleros, electricistas, mineros y los del sector salud, por ejemplo. Y en el ámbito empresarial los sindicatos rara vez tienen alguna fuerza. Han sido los sindicatos un instrumento del capitalista para la explotación, y sólo un instrumento de defensa para el trabajador. “Dizque me pagan, dizque trabajo”… “dizque trabajan, dizque les pago”, ésa es la cultura obrero-patronal del capitalismo, es la lucha centrada en contradicciones secundarias. Esta relación desigual y de sometimiento, es la contradicción principal que debemos combatir, donde no haya látigos patronales ni escudos sindicales —por cierto, tampoco habrá la herencia de plazas laborales que se ha hecho un negocio y un patrimonio familiar, pues no tendremos necesidad de sindicatos.
4. FRENTES DE RESISTENCIAS DIVERSAS
También las luchas sectoriales por los derechos indígenas, o por el patrimonio cultural; por la tierra, o contra la depredación ecológica de represas y transgénicos, o contra las altas tarifas de luz, carreteras, privatizaciones… son todas ellas dispersas y carecen de un objetivo común. Sin embargo, a falta de alternativas los sectores se radicalizan y agrupan en frentes contra una política de Estado, encontrando ahí las causas comunes de sus desgracias, fijándose objetivos que rebasan sus demandas particulares y representan los problemas de todos. Pero no es suficiente, suelen ser demandas reformistas que buscan el perfeccionamiento del sistema equivocado. Si bien algunas superan lo simbólico de la década pasada, y otras exigen la renuncia del presidente de la república, no se plantean cambiar el molde hecho para todo aquel que llegue al poder, ni el derrocamiento del régimen, ni la independencia nacional de las empresas extranjeras. Con todo, dichos frentes pueden ayudar a pasar de la resistencia a la ofensiva, del reformismo a la insurgencia y ya hay quienes lo están haciendo, como son los Foros “No a la destrucción de Hidalgo” donde el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) tiene mucho que ver.
5. DEL REFORMISMO A LA INSURGENCIA
El actual movimiento zapatista fue el primero en saltar a la ofensiva al frustrarse una reforma constitucional que satisfaciera los Acuerdos de San Andrés y al ver atacadas sus autonomías. Pasaron a la insurgencia civil de La Otra Campaña mediante La Sexta Declaración. Después de un repliegue al reformismo por elementales razones de seguridad, el EZLN retoma su carácter insurgente y va por todo: contra el sistema capitalista, por el derrocamiento del régimen y por la construcción de un nuevo México sin la mano de la clase política en el poder. Naturalmente, como hace cien años, existen otras fuerzas: además de zapatistas hay anarquistas, reformistas y movimientos electoreros, sindicatos que rebasan a sus dirigentes, grupos guerrilleros y otras insurgencias que poco a poco van iluminando la noche con distintos niveles de consciencia y compromiso.
6. LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN NO BASTAN
Pues bien, en La Otra Obrera se propone que los trabajadores sean dueños de los medios de producción, y que los indígenas también lo sean de sus territorios. Así, las ganancias que enriquecían al patrón pueden ser para los trabajadores, elevando su nivel de vida. Sin embargo, nadie asegura que se repartirán equitativamente según el trabajo realizado, a no ser que se rompan las jerarquías de la cultura capitalista. Más aún, tratándose de los recursos estratégicos de la nación, ¿quién asegura que los trabajadores o los indígenas compartirán los recursos que necesitamos todos, o que se evitará la concentración de la riqueza como otra forma de propiedad privada? Porque una empresa en manos de los trabajadores o de los indígenas puede ser socialista en su interior, pero la más capitalista hacia afuera, salvo que ya se viva en la utopía. Es que muchos trabajadores sólo hemos luchado para nosotros mismos contra el patrón, sin visión de país o de sistema. Por su parte, muchos indígenas han vivido la propiedad comunal, pero no han tenido una federación de pueblos donde se comparta más allá del tributo o del saqueo, y pues el capitalismo ha ido acabando con los valores comunitarios.
7. LÍMITES DE LA AUTONOMÍA
Es decir, una vez que los medios de producción están en manos de los trabajadores, no se ha resuelto nada, el problema apenas comienza. Por estas razones, la autonomía de los trabajadores y de los pueblos debe tener límites, a fin de asegurar los derechos de todos, la convivencia y la solidaridad con otros países; límites que desaparecerían conforme crezca la madurez zapatista del “para todos todo”, el espíritu comunitario y cooperativo que también se proponen el comunismo y algunos anarquistas para una sociedad ideal. Es decir, en una revolución socialista los trabajadores no pueden hacer lo que quieran con los medios de producción sin tener una responsabilidad social, al menos en el manejo de los bienes estratégicos de la nación, como por ejemplo la energía, las telecomunicaciones y muchos recursos naturales. Esta responsabilidad representa una obligación y un límite para la libertad cuando la autonomía socialista no se ha construido, cuando la libertad aún se rehusa a compartir. Si la propuesta de La Otra Obrera presupone estos límites, debemos decirlo con claridad porque puede pensarse que se están proponiendo cosas imposibles con la autonomía.
8. ¿EXPROPIACIÓN O APROPIACIÓN?
En la Segunda Asamblea de la Otra Obrera, en febrero de 2010, se discutió si dichos medios de producción deben ser expropiados por el Estado, o apropiados por los trabajadores, esto es, arrebatados y socializados. En cualquier caso se trata de una recuperación de lo arrebatado al pueblo trabajador. Aceptando este uso de los términos, algunos descartan la expropiación pues significa un Estado que expropia para beneficiar a los trabajadores y, no quieren un Estado. Sin embargo, entre los miles de centros de trabajo sólo unos pocos estarían en condiciones para apropiarse de los medios aun en el caso caótico de una revolución. La mayoría de los trabajadores no están preparados ni la correlación de fuerzas les favorece en el actual Estado capitalista, siendo necesario juntar lo disperso: Por ello un pueblo se plantea derrocar el régimen, no sólo apropiarse de una fábrica o un pedazo de tierra, pues muchos centros laborales no pasarán a los trabajadores sin la fuerza de un nuevo Estado, un Estado socialista que expropie a los capitalistas. Qué difícil será prescindir de un Estado cuando somos parte de él, el pueblo, el territorio, la economía, nuestra identidad, nuestras culturas y formas de hacer política.
9. LA NECESIDAD DEL ESTADO
Un Estado significa una organización y orden determinados, una definición como pueblo; y si los mexicanos no somos un Estado quedamos a la deriva, a merced del capitalismo o de cualquier país. Precisamente así estaban los zapatistas hasta que decidieron acuerparse en las regiones autónomas que ahora los protegen como un Estado relativamente autónomo. Y qué difícil será prescindir de un Estado frente a otros Estados,* sobre todo tratándose del socialismo o del comunismo en medio de la selva neoliberal. No se puede estar así hoy. Decía Gramsci que el comunismo sólo puede ser internacional, pero si de la Internacional Comunista se verán suprimidos los Estados nacionales, no sucederá lo mismo con el Estado, entendido como "forma" concreta de la sociedad humana. (…) la sociedad es siempre un sistema y un equilibrio de Estados, un sistema y un equilibrio de instituciones concretas, en las cuales la sociedad adquiere conciencia de su existencia y de su desarrollo y únicamente a través de las cuales existe y se desarrolla (…) Razonar y obrar como si existiese ya la Internacional Comunista, como si estuviera superado ya el periodo de la lucha entre Estados socialistas y Estados burgueses, la despiadada concurrencia entre las economías nacionales comunistas y las capitalistas, sería un error desastroso para la revolución proletaria. **
* Ver Georg JELLINEK (1851-1911), “Teoría General del Estado”, ILCA, 2007. P. 16** Ver Antonio GRAMSCI, “El Estado y el Socialismo”, 1919.
10. “LA OTRA AUTORIDAD”
Desde luego, en un Estado se requieren reglas, por ejemplo para que los centros de trabajo no compitan como capitalistas en el mercado. No basta que los beneficios se repartan al parejo entre los trabajadores, algunos centros podrían desplazar a otros al convertirse en monopolios, aunque sean democráticos en su interior. Vaya, la propiedad de los medios de producción no resuelve por sí solo las desigualdades. Por eso la necesidad de las regulaciones, que al fin son una forma de autoridad, autoridad que muchos rechazan porque relativiza la propiedad y la “libertad”. Pero las regulaciones son acuerdos políticos para organizarse, aun en un centro de trabajo, pues cualquier acuerdo tiene principios de autoridad que los involucrados están dispuestos a respetar. Los acuerdos son pacto, ley y autoridad… claro, se trata de “la otra autoridad”, entre iguales. De hecho, la autoridad se ejerce de muchas formas no necesariamente negativas, sobre todo con el uso de la verdad, que es quizá la autoridad más poderosa y se impone por sí misma… o la autoridad moral, la científica, la autoridad de los ancianos, reconocidas ampliamente. Pero hablando de acuerdos nacionales, no estamos lejos de una Constitución, un Estado, y una estructura de gobierno que muchos tampoco quieren, pero pueden ser un andamio o punto de apoyo para construir la sociedad nueva donde al fin no se necesitarán regulaciones, según se dice.
11. ¿TRABAJO SIN SALARIO?
Pero hay otro detalle: la propuesta obrera prohibe el trabajo asalariado. ¿Significa que no hay pago o retribución para el trabajo? ¿El Estado proveerá a los trabajadores su subsistencia? O acaso se sustituirá el dinero por diferentes tipos de intercambio comercial, como los que ya existen de manera autónoma. Lo cierto es que el trabajador debe recibir un fruto por su trabajo para sobrevivir, aunque no se llame salario; lo que en verdad importa es que ese salario no venga de arriba sino de los mismos trabajadores, y tal vez por eso deba llamarse de otro modo, si bien sigue siendo una retribución. Se trata de que no exista un patrón que explota y distribuye injustamente. Más aún, tratándose de los bienes de la nación, donde además la riqueza particular tendrá límites, los trabajadores no podrían adjudicarse pagos que signifiquen un privilegio o nueva acumulación de la riqueza. De nuevo, probablemente todo esto lo supone la propuesta obrera, pero hay que explicarlo pues alguien puede preguntarse si vale la pena trabajar sin recibir un pago.
* LA OTRA OBRERA, loc. Cit., punto C-VIII.
II. PLAN DE INSURRECCIÓN
12. LÍMITES DE LA AUTONOMÍA EN EL CAPITALISMO
Gracias a los zapatistas muchos descubrimos que nuestro sistema electoral es una farsa; alguna vez confiamos en los partidos o en los candidatos, pero nos defraudaron. No podía ser de otra manera en un sistema de derecha donde la relatividad se impone, porque cualquiera que camine hacia la izquierda es arrastrado a la derecha, como quien “avanza” o empuja inútilmente hacia atrás dentro de un camión que corre en sentido contrario. Este ridículo hacen los partidos de “izquierda”, que ni siquiera se llama resistencia, sino teatro, el teatro de la democracia. Mucho menos se puede ser neutral en un tren en movimiento, agregaría Howard Zinn para los que no quieren meterse en política. Asimismo, gracias a los zapatistas se vio que la autonomía tiene límites en el capitalismo; la emprendimos o la apoyamos con entusiasmo, pero pronto nos topamos con la pared del sistema, porque si bien las autonomías y resistencias surgen por doquier, no hemos podido detener ni desviar el camino al despeñadero y a la debacle del planeta. En el Brasil lo dicen más tajante: en el capitlismo no hay alternativas.
13. REINTERPRETAR LA SEXTA
Por eso surge la “Sexta Declaración” y con ella “La Otra Campaña”, ante la necesidad de quitar este sistema que estorba, que no deja construir las autonomías y pretende aniquilarlas. Llega un momento en que no se avanza mucho más. Por eso la Otra Obrera anota bien que No es posible construir “otra economía” dentro del capitalismo. La autogestión, las cooperativas, el control obrero, no son sino distintos modos de administrar la explotación capitalista”. * Aunque las cooperativas tienen ideología contraria al capitalismo, donde los medios de producción son de los trabajadores, su lógica es más de resistencia o sobreviviencia, y hacia afuera se comportan como otra empresa capitalista, en un mercado que se ha encargado de marginarlas y prostituirlas en muchos casos, del todo a la ofensiva. En efecto, quizá La Otra Campaña no habría surgido si las cooperativas, los municipios autónomos y Juntas de Buen Gobierno bastaran para cambiar la realidad. Por ello, muchos adherentes hemos tenido que replantear la Sexta Declaración y ver que en esencia es más un llamado a la ofensiva y al derrocamiento del régimen capitalista que un movimiento “pacífico”; este término que detiene la ofensiva de muchos adherentes, es uno de los más relativos de ese tremendo documento y va más allá de sus letras. **
* LA OTRA OBRERA, loc. cit. Consideraciones Generales.** Cfr. Sexta Declaración de la Selva Lacandona, capítulo VI.
14. EL SIGNIFICADO DE LA OFENSIVA
No obstante, nos falta libertad para tal reinterpretación, quizá porque no le queremos faltar el respeto al EZLN, o por temor a equivocarnos y a todo lo que la ofensiva significa: un cambio de actitud, replantear los problemas y sus soluciones; la revolución del pensamiento, redefinir conceptos y valores, romper el cerco ideológico; significa pasar de la reacción a la iniciativa, del discurso al hecho y de lo simbólico a lo real; cambiar la defensa por el ataque, la seguridad por el riesgo y pasar de la comodidad al cambio, de la mesura al encabronamiento …tal vez de la libertad a la prisión y de la vida a la muerte. La ofensiva no es un cambio de piel, significa un cambio de sangre y por eso nos estremece. Es el cambio desde adentro, en la mente, en el corazón y en el alma. Porque no es igual ir a contracorriente “en contra” del sistema, que “contra” el sistema. Hay una sutil pero profunda diferencia. Mientras tanto, acaso el EZLN grita en su interior ¡Fáltennos el respeto, vamos a la carga! Pero ya definimos que a los indígenas les toca poner los muertos y los encarcelados, y a nosotros tomar fotos, denunciar... y todo aquel que arriesgue la vida desafiando al poder será un imprudente. El paso de la resistencia a la ofensiva es un cuestionamiento muy duro.
15. “ENMIENDA LAS ESCRITURAS”
Lo “pacífico” que en su momento sirvió, ahora parece una piedrita obstaculizando la revolución. Viene a la mente un cuento oriental que reivindica la libertad que nos está faltando: Se acercó un hombre sabio a Buda y le dijo: ”Las cosas que tú enseñas, señor, no se encuentran en las Santas Escrituras”. ”Entonces, ponlas tú en las Escrituras”, replicó Buda. Tras una embarazosa pausa, el hombre siguió diciendo: “¿Me permitiría sugerirle, señor, que algunas de las cosas que vos enseñáis contradicen las Santas Escrituras?”. “Entonces, enmienda las Escrituras”, contestó Buda. Sin esta libertad, el motor de cambio que ha significado la Sexta Declaración puede convertirse en un obstáculo. Y con la permanente represión en Chiapas, esperar del EZLN una nueva declaración de guerra que nos mueva, es aventarles la responsabilidad de la ofensiva que nos corresponde asumir; y sería para ellos el suicidio que el gobierno espera. Si no han llamado abiertamente al levantamiento nacional, es acaso porque no han sentido ese respaldo que diga ¡todos al ataque!, en lugar de “paren la guerra”. En realidad, los indígenas zapatistas de Chiapas no son reprimidos por nuestro llamado a la insurrección popular, sino precisamente porque no hemos hecho nada. No sabemos hasta cuando nos van a esperar, pero es una urgencia.
16. ¿INTERPRETAR LOS SILENCIOS DEL EZLN?
Pese a que la Comisión Sexta del EZLN ya dijo que no van a dirigir la Otra Campaña, que eso le toca a la organización de los adherentes, ha sido muy cómodo oponerse y obstaculizar esta organización diciendo que no han sabido “interpretar los silencios del EZLN”... Con todo respeto, ¿habrase visto un liderazgo que se comunica a base de silencios que a saber quién los interpreta correctamente? Desde luego, quienes lo dicen actúan como medium que interpreta toda la verdad, asumiéndose en los hechos como voceros de la comandancia zapatista y de la Otra Campaña; por ende, quien los desconozca o pretenda organizar algo ¡usurpa las funciones del EZLN! Es cómico todo esto, pero real. De igual modo, saben “leer entre líneas” lo que un comunicado no dice, pero nunca han encontrado entre ellas el paso de la resistencia a la ofensiva, ni los signos de los tiempos que cualquiera de la calle puede ver; ni entienden lo que claramente dice la Sexta con otras palabras: la Otra Campaña es responsabilidad de todos los adherentes.
17. LA FUERZA DE LA DEFINICIÓN
Ahora bien, regresando a nuestro documento de la Otra Obrera, se observa que las Consideraciones Generales confrontan al Estado, pero contemplan las formas legales como lucha civil y pacífica. Esta contradicción no la plantea la Sexta, donde lo “pacífico” no significa ir a la legalidad. Un Plan Nacional de Lucha revolucionario no puede acudir a las formas legales, puesto que han quedado agotadas y no se espera nada de las instituciones. Por ello, para el gobierno La Otra Campaña es del todo violenta, porque amenaza el orden establecido, tan violenta que ni siquiera necesita armas de fuego para serlo.* Carlos Montemayor finalmente lo aceptó en el foro de Tampico “Váyanse o los sacamos”, pero decía que lo callemos para no dar pretextos al gobierno de reprimirnos; sin embargo, éste genera sus propios pretextos y con frecuencia ni los necesita para reprimir a los que luchan, eso está más que visto. Además, dicha confusión nos paraliza y debilita, siendo menester empuñar firmemente nuestra identidad como es, violenta para el Estado; así nuestras acciones tendrán también la fuerza de la definición.
Ver “El Tabú de la Violencia”, numeral 9.
18. LÓPEZ OBRADOR SÍ ES PACÍFICO, NOSOTROS NO
Efectivamente, si alguien de inmediato advirtió lo violento de la Otra Campaña es el gobierno mismo, quien parece tener una mejor apreciación de lo que somos y actúa en consecuencia: no esperemos que nos trate como gente pacífica, porque ni lo somos ni nos perciben así, aunque no portemos armas. En cambio, los movimientos reformistas, o de resistencia electoral como el de López Obrador, esos sí son pacíficos para todos porque acuden a las instituciones, no atentan contra el capitalismo y… comoquiera hay represión: unos 600 muertos le dejó el expresidente Salinas al PRD, por ejemplo. Por eso, los que vamos contra el sistema estamos más expuestos y es necesario protegernos con la organización subterránea o clandestina, que además protege a la ofensiva que es abierta o pública. Organizados de esta manera somos más peligrosos aún, pues no se sabe lo que se fragua en las entrañas de la tierra. Se trata de una conspiración contra el capitalismo, el cual también planea y conspira todo el tiempo contra del pueblo trabajador.
19. LA ORGANIZACIÓN SUBTERRÁNEA
La organización subterránea tiene muchas ventajas: No significa un abandono de la lucha abierta, sino un complemento. Puede ser autónoma y ajustarse a pequeños grupos o células, incluso individualmente. Tercero, cada grupo camina a su ritmo. No hay un líder que controla todo el movimiento subterráneo porque nadie sabe lo que hace el otro grupo; sólo saben que todos están haciendo algo contra el capitalismo. Pueden coordinarse acciones limitando la información entre los participantes; o serán aisladas cuando no haya seguridad para una acción coordinada; y en cualquier caso, las acciones clandestinas operarán cuando la ofensiva abierta no esté lista para la toma de espacios públicos o la expropiación de tierras y otros centros de trabajo—. Sexto, no hay límites de espacio ni de tiempo, todo México puede ser campo de acciones sorpresivas contra del régimen capitalista. El Estado burgués se ve obligado a diezmar su fuerza y recursos en labores de “inteligencia”, que no les servirán si se extreman precauciones. Sobre todo, los grupos subterráneos se fortalecen por la necesidad de la disciplina, la inventiva, la solidaridad, la seguridad y la definición.
20. NO PODEMOS SER LA EXCEPCIÓN
Claro, hay una desventaja. Después de leer esto uno puede ser aprehendido, torturado, violado, desdentado, despellejado y decapitado por un gobierno que se verá obligado a violar de este modo los derechos humanos, a fin de obtener información y proteger su poder como lo ha hecho siempre. ¿Cómo perder el miedo a tanta atrocidad? Porque el gobierno hará todo para que usted tiemble, y seguramente aporreará a cualquiera para escarmentarnos frente al televisor. Pero esto fracasará si las redes subterráneas se extienden a cada rincón del país. De hecho, la organización clandestina ya existe y ha existido. Diversos grupos ya planean acciones de manera oculta, utilizando identificaciones alternativas, códigos y procedimientos de comunicación propios que ni la CIA es capaz de advertir. Es que en el subsuelo también se está planeando la insurrección. No sabemos quiénes ni qué, pero sí que lo están haciendo, y la Otra Campaña no puede ser ni está siendo la excepción.
21. JUSTICIA POR PROPIA MANO
Para el estado burgués, los pobres tienen terminantemente prohibido hacerse justicia por propia mano. Para eso están las instituciones de justicia, dicen, para solucionar los conflictos. Pero no les preocupa que los pobres se maten entre ellos, sino que volteen hacia arriba para cobrarse la explotación y el desprecio recibido por tantos años. Esto es lo que sucede en una revolución o en una insurrección, donde los poderosos son ahora los perseguidos y ejecutados sin tribunal de por medio. No hacen falta tribunales, la historia los ha juzgado, el pueblo mismo los juzga por sus hechos a falta de instituciones verdaderamente justas, a falta de jueces y leyes “que defiendan al pobre frente al poderoso”. Ay de aquellos como Felipe Calderón, Vicente Fox, Ernesto Zedillo, Carlos Salinas, Diego Fernandez de Ceballos, Fernando Gomez Mont, los magistrados, así como los grandes empresarios y muchos otros corruptos si llegan a caer en manos del pueblo, porque seguramente los harán pedacitos. Igualmente muchos diputados y senadores, sobre todo los plurinominales que llegaron a escondidas al poder mediante una perversa lista de privilegiados que jamás alcanzarían el voto popular.
III. CONSTRUCCIÓN DEL PODER OBRERO Y POPULAR
22. ¿ESCLAVOS DE LA LIBERTAD?
Algunos anarquistas afirman, “la libertad no se confía a nadie más que a uno mismo”, porque no se fían de ninguna autoridad. Pero así dicho tampoco se puede confiar en ellos y se pisotea el valor de la confianza para vivir en colectivo. Si una persona no es de fiar ¿con quién se relacionará? Ese individualismo pilar de la cultura capitalista ¿no pierde la esperanza en el ser humano y en el hombre nuevo?, ¿no es deshumanización, ley de la selva? ¿No nos condenamos al aislamiento? Y dónde queda el amor, porque la confianza suele ser un acto amoroso. “La libertad de hacer lo que se quiere no tiene sentido cuando no se sabe querer alguna cosa”, decía Malatesta.* Entonces la sola libertad es relativa y no sirve fuera de la integralidad humana.Y si sólo dijeran, “la libertad no se confía a ninguna autoridad”, ¿no habrá alguna vocación de servicio? Los pueblos indígenas han demostrado que sí se pueden tener cargos públicos de servicio a la comunidad; que se puede mandar obedeciendo y ser digno de confianza con mayor responsabilidad que quienes sólo confían en sí mismos. ¿Y no puede haber alguna tolerancia para la imperfección humana en la construcción de la utopía? Se deduce que no somos más libres por ser más independientes sino por la calidad de nuestra convivencia, pues nos queda mejor la libertad responsable, limitada por este adjetivo. Así que el anarquista más libre será libre de su propia libertad, para amar y confiar en el otro.
* Ver Errico MALATESTA (1853-1932), anarquista italiano. “El problema del amor”, en “Escrito”», Fundación Anselmo Lorenzo, Madrid 2002.
23. DOS EXTREMOS QUE SE TOCAN
Algunos hemos contemplado el anarquismo como la sociedad del futuro y la más grande utopía, donde no existen Estados y todo ser humano es justo, no obstante que la naturaleza humana sugiere que no es posible; y hemos pensado que esa utopía podría construirse con el socialismo pese a que los anarquistas lo rechazan.* Aquí Gramsci es de nuevo implacable y no tiene contemplaciones al afirmar que el socialismo nunca dará lugar a la anarquía: Se ha construido un esquema preestablecido, según el cual el socialismo sería un "puente" a la anarquía; se trata de un prejuicio sin fundamento de una arbitraria hipoteca del futuro. En la dialéctica de las ideas, la anarquía es una continuación del liberalismo, no del socialismo; en la dialéctica de la historia, la anarquía se ve expulsada del campo de la realidad social junto con el liberalismo. Concede cierta razón a los anarquistas, pero casi los borra del mapa. Y es que el neoliberalismo también busca la eliminación del Estado, y sería una especie de anarquía si no fuera por las injusticias y la deshumanización que deja a su paso, contrarios al ideal anarquista de hace cien años. En cierto modo, neoliberalismo y anarquismo son dos extremos que se tocan.
* Ver “Liberación del 2010”, numeral 6-14.
24. SOCIALISMO Y ANARQUÍA
Ciertamente el anarquismo ha sido una vigorosa revolución del pensamiento, y una contundente respuesta de liberación ante las imposiciones del Estado burgués; pero quizá perdería sentido ante un Estado socialista verdaderamente democrático, organizado para la justicia desde abajo y a la izquierda. ¿Se atrevería un anarquista a desobedecer un acuerdo popular basado en la justicia? Algunos tal vez no, pero otros se verán afectados en su libertad, o por las expropiaciones y demás disposiciones que propone La Otra Obrera, reaccionando en contra como lo harán los capitalistas. Incluso, como zapatistas o socialistas o comunistas, ¿podríamos rechazar las policías comunitarias que se han organizado independientes del Estado? El documento de la Otra Obrera las rechaza, debiendo proteger este tipo de organización autónoma, como las hay entre los pueblos indígenas de Guerrero, Chiapas y Oaxaca. Por lo pronto, anarquistas, comunistas y socialistas son hermanos de una misma lucha y forman un frente común contra el capitalismo y el Estado burgués. Posteriormente, según ciertos teóricos, los anarquistas se verán enfrentados en un Estado socialista, sobre todo si éste no funciona y fracasa de nuevo.
25. MÁS IMPORTANTE QUE UNA HORMIGA
A muchos no les gusta que en el ingente universo alguien tenga una visión antropocentrista, donde todo adquiere sentido e importancia en el ser humano. Por ejemplo, hay quienes piensan que una hormiga es tan importante como una persona ―aunque no les importa pisarlas al caminar―. Incluso habrá quien se alarma porque ha caído un árbol, pero ni se inmuta ante una injusticia o un homicidio. ¡La ecología! Si, la ecología también es importante sólo porque con ella sobrevive la gente. Si no fuera por eso, da igual si este planeta sigue dando vueltas, se desvía hacia otra galaxia o explota en un bello espectáculo donde no habrá siquiera quien lo perciba así… pero como ahí viven seres humanos, un simple aguacero puede ser una tragedia. Así que el valor a las cosas lo da el ser humano, y el valor ecológico puede ser tan relativo como la paz, la libertad o la felicidad. Bueno, hay quienes argumentan que pueden existir otros seres vivos en el universo... ¿y? Tampoco nos han presentado uno, ni se han aparecido para reclamarnos que estemos violando sus derechos. De veras es cómico todo esto, pero hay ideas y prejuicios que es necesario resolver para quitar el ceño y tomar acuerdos.
26. ¿LEGALIZAR EL NARCOTRÁFICO?
De vez en cuando nos preguntamos en la Otra Campaña cuál es nuestra posición frente al narcotráfico. Generalmente pensamos que eso desaparecerá en una sociedad nueva donde no exista marginación social, y decimos que los militares no son la solución. Pero rara vez nos preguntamos si, además, estamos combatiendo algo ajeno, ya que los problemas del narcotráfico en México, como asesinatos, drogadicción, secuestros, extorsiones, corrupción del gobierno, manipulación de la política y la economía nacional, son ocasionados por la demanda de droga de los Estados Unidos, que ha ocupado a México como policía, filtro y estanque de desgracias, endosándonos su problema. La droga que no era para los mexicanos, se amontona aquí, provocando serias dificultades de salud y seguridad pública, así como enormes gastos que podrían ser para otras cosas. Tendremos que analizar si la droga debe transitar libremente en México, para que allá en Estados Unidos resuelvan su problema; nuestro país no tiene por qué resolverlo. A nosotros nos corresponde erradicar el consumo interno, y lo primero sería dejar que esa droga siga su curso, evitando que se quede aquí pues nos genera un sinfín de calamidades.
27. ROMPIMIENTO CON LOS ESTADOS UNIDOS
Pero hablemos de la CIA, la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos. Hablemos del gobierno de ese país, que ha tenido una participación decisiva en las páginas más negras de la historia mexicana. Sus embajadores, presidentes y empresarios han intervenido desde siempre en asesinatos, fraudes de todo tipo, saqueos, mutilaron por la cintura nuestro territorio, y hoy se aprestan a combatir la insurgencia nacional mediante la militarización y la intervención policíaca, con el aval del gobierno federal y la participación de los mexicanos más mezquinos. El combate al narcotráfico puede ser y está siendo el pretexto. Así que la revolución y la construcción del poder obrero y popular no avanzarán sin enfrentarse a esta realidad que nos llevará inevitablemente al rompimiento de relaciones con los EU. Y qué bueno que así sea, pues el mejor desarrollo evitará cualquier intercambio con el gobierno Estadounidense, cuyas intenciones siempre serán la colonización. México tiene todo para sobrevivir sin ellos, y si Cuba lo ha logrado en la más completa adversidad, cuánto más nosotros que contamos con todos los recursos naturales, y con una excelente fuerza de trabajo que significa mucho más que reparar todo tipo de artefactos.
28. ¿SOCIEDAD SIN FRONTERAS?
De hecho, somos un conjunto de culturas y territorios que abarca la extensión de varios países juntos, con ecosistemas diversos, colosal captación de agua y extensos litorales. Por eso durante cuatro o cinco décadas nos han hecho creer que ninguna nación puede vivir aislada, que es preciso romper las fronteras para progresar en lo social, en lo tecnológico y… ¿qué pasó? Conforme nos relacionamos con las potencias del mundo nos quedamos sin tecnología, sin soberanía alimentaria, sin un ambiente sustentable, sin historia… y la pobreza crece tanto que nuestros compatriotas huyen de México en busca de la vida. Al borrar las fronteras se perdió el país. Por estas razones, aunque las fronteras no se contemplen en la utopía del mundo, hoy son la protección no sólo de los pueblos sino de la humanidad. Los mexicanos debemos recuperarlas y proclamar también nuestra independencia, de otro modo, sólo nos dejarán en paz cuando hayan saqueado todas nuestras riquezas como hicieron los colonizadores en el Potosí de Bolivia.* El capitalismo depende de nosotros, pero nosotros sí podemos vivir sin él.
* Ver Eduardo GALEANO, “Las venas abiertas de América Latina”, p. 31.
Juan Castro SotoMarzo de 2010, México._______________________________________________Lista de discusión del Movimiento de Transformación Social
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