Thursday, February 22, 2007

ANDY WARHOL




En la cúspide de su éxito como artista Warhol tuvo un primer círculo de cortesanos, efebos, rockeros y toda clase de entes, algunos solamente eran damas de compañía, otros más, creadores en distintas disciplinas que cruzaban el espejo para perderse en otras realidades menos complejas que la vida.
Los colores y una visión ácida del mundo, ubicaron al artista como el más grande diseñador de su tiempo. Insólitas presencias surgieron de las paredes y telas viejas de los muebles que convivieron con Andy, el ser humano perseguido por las culpas forjadas por combinaciones químicas que todos llevamos dentro de nuestra anatomía, para que finalmente, un día como hoy, pero de 1987, caminara por el sendero luminoso de la nada y perderse en algún ignoto planeta.

Renexio

cnca/internet
La trayectoria de Warhol puede ejemplificar claramente el sueño americano. Un personaje proveniente del centro del país, de una provincia industrial plena de inmigrantes de la Europa central, iletrados y cargados de mitos y tradiciones. Un estudiante con amplias habilidades, pero distante del arquetipo del genio infantil, que al concluir sus estudios de diseño, arriba a la metrópoli de Nueva York y la conquista rápidamente. "A star is born", gracias a su frescura y espontaneidad en un momento cuando la sociedad americana se debatía por encontrarse a sí misma, con una identidad propia que ya no buscara en todas las latitudes del orbe un origen. El automóvil, el pay de manzana y la hamburguesa estaban en espera de ser reconocidas como símbolos de una condición que unificara a una diversificada población hábida de encontrar elementos comunes de identidad.
Las dotes para dibujar, ilustrar y decorar, su habilidad y destreza creadora le permiten a Andy Warhol obtener rápidamente ganancias económicas suficientes para realizar, sin presiones financieras, obras más personales y propositivas. Andy Warhol no padece el tránsito a la notoriedad y el reconocimiento artístico: su primera exposición individual, titulada “Cincuenta dibujos basados en los escritos de Truman Capote”, tiene éxito instantáneo.
A partir de entonces, y durante poco más de tres décadas, construye y diversifica a su personaje: Andy Warhol. Del "dandi" al visionario, del cortesano al genio creativo, él se sabe poseedor de un don para innovar las formas de producción artística y cuestionar la esencia de la obra de arte: su autenticidad y su naturaleza indivisible.
El talento, sin embargo, debe desplegarse en distintas disciplinas. El artista del nuevo renacimiento, como él, se involucra en toda clase de proyectos. No sólo pinta sino que también edita revistas, produce y dirige cine, es actor de sí mismo, promueve happenings y sucesos en vivo, realiza fotografías y busca ser el espíritu que anima el ámbito cultural de Nueva York. Con esa diversidad de modos de hacer y expresar, Warhol saca a flote sus cualidades de promotor-productor o publicista-hombre de negocios para nutrir, constantemente, al mercado que demanda su obra y su presencia fisica.
Por otra parte, se asume no sólo como hombre de su tiempo, sino como prototipo del mismo, con valentía y orgullo manifiesta abiertamente su sexualidad y sus preferencias; reniega de la noción del taller del artista como espacio sagrado e íntimo, para recuperar el espíritu italiano del punto de encuentro, del espacio de reflexión y trabajo colectivo. Como en el cuatrocento italiano su taller --The Factory-- se convierte en lugar de amigos y colaboradores donde se produce en serie, donde artistas varios participan en el proceso creativo, incluyendo su madre Julia Warhola, a Jean Michel Basquiat a Francesco Clemente y otros, para poner en jaque la unicidad de la obra de arte y, sutilmente, disolver el concepto de autor. La misma "Factory" es, por supuesto, set cinematográfico y salón de fiestas, happenings y performances.
Su personalidad, por tanto, resulta no sólo poco comprensible sino desafiante para un sector de la sociedad americana que lo considera frívolo. Su constante atentar al pudor y las conciencias, su desafío al stablishment le vale ser investigado y acosado por el FBI, quien sospecha de su actividad como artista y cineasta para encubrir al pornógrafo decadente. Con irreverencia e inteligencia inusitada desenmascara las acciones de sus fustigadores, pero irónicamente la revancha no llega desde el status-quo sino desde su propio medio cuando Valeria Solanis, una de sus actrices recurrentes, intenta asesinarle el 3 de junio de 1968 para poder librarse de su poderosa personalidad.
Afortunadamente, Andy Warhol logra sobreponerse a las hostilidades y sigue figurando en las fiestas, encabeza espectáculos que hoy llamamos multimedia, traspasa y transgrede hasta el propio círculo de sus amigos al publicar autobiografías objeto de notas sensacionalistas en los medios impresos. Warhol edifica su propio mito y el culto a su persona, disfrutando como nadie mucho más que esos "quince minutos" de fama que todos deberíamos tener en la vida.
Escrudriñar la personalidad de Andy Warhol resulta indispensable para aproximarse a su obra plástica. Sus búsquedas para renovar el papel del artista y su constante inquietud de transformar las técnicas y los procesos creativos, provienen precisamente de la actitud irónica, críptica y lúdica con la que encaró a los campos culturales y sociales de su tiempo. El ámbito norteamericano del arte necesitaba un personaje como Warhol que abriera ventanas a la imaginación y cuestionara las cualidades del objeto artístico y estético.

1 comment:

Anonymous said...

Un punto de vista muy interesante; espero que se acerque a echarle un vistazo crítico a mi artículo sobre Pop Art. Será bienvenido,
un cordial saludo