Miguel Ángel Granados Chapa
La bancada priista en el Senado no puede aducir nada para rechazar la designación del subgobernador del Banco de México, pues en su trayecto fue parte de los programas económicos aprobados e impulsados por el propio PRI. De modo que habrá que descubrir sus verdaderos móviles
El nombramiento de Carlos Hurtado López como subgobernador del Banco de México puede convertirse en la primera pieza de canje entre el Gobierno de Felipe Calderón y la fracción priista en el Senado de la República y, más específicamente, entre la Administración y el líder de esa bancada y presidente de la mesa directiva Manlio Fabio Beltrones.
Para innumerables operaciones políticas y legislativas es preciso para el Gobierno panista contar con el PRI. Muy ostensiblemente Beltrones anunció a finales de noviembre que el día en que Calderón rindiera protesta allí estarían los legisladores del PRI para formar el quórum. Y no sólo ellos se hicieron presentes en el veloz y breve acto del 1 de diciembre, sino que un colaborador cercano de Beltrones, Manuel Añorve, que nada tenía que hacer siquiera en la cámara y menos en el presidium, figura en los registros gráficos que muestran la protesta presidencial, como si guardara las espaldas a Calderón en cumplimiento del compromiso priista. Dicho de otra manera, dada la reiterada negativa de los grupos parlamentarios del Frente Amplio a casi toda decisión proveniente del Ejecutivo, el PRI tiene en sus manos la gobernabilidad de las cámaras y en buena medida del País también.
Los mecanismos de colaboración de poderes para integrar órganos de Gobierno, tan útiles de suyo para acotar el antaño desmesurado poder presidencial sirven al PRI para tomar en sus manos, en último término, decisiones presidenciales. Si tal actitud se adoptara teniendo presentes valores republicanos, los intereses de la ciudadanía, la mejor integración de las instancias administrativas, tendríamos que congratularnos de tales formas de cogobierno. Pero con más frecuencia de la admisible se aplica esa mecánica a favor de intereses particulares. El año pasado, por ejemplo, el Senado objetó conforme a disposiciones legales que carecen de fundamento constitucional los nombramientos hechos por el Presidente Fox para organizar la Comisión Federal de Telecomunicaciones. Para evitar que se produjera un segundo rechazo, la designación de otros comisionados fue negociada y benefició directamente a Enrique Jackson, que logró poner al frente de la Cofetel a dos Senadores, uno de los cuales, Héctor Osuna, había sido su más eficaz colaborador en la aprobación de la ley de las tres tes, como en rigor debe ser llamada la ley conocida como Televisa, porque beneficia y fue diseñada para favorecer no sólo a ese consorcio, sino también a TV Azteca y a Telmex.
Una distorsión semejante puede estar gestándose ahora en relación con el Banco de México. Con demora, porque el subgobernador Jesús Marcos Yacamán concluyó su periodo el 31 de diciembre, el Presidente nombró a Carlos Hurtado López para sustituirlo. La comunicación respectiva llegó el 9 de febrero al Senado y apareció en la Gaceta legislativa del martes 13 siguiente. Desde el momento mismo de dar cuenta a su grupo parlamentario de ese asunto, Beltrones se manifestó contrario a la designación, aunque no expresó entonces ni después los motivos de su actitud, que formalmente no podría hacer, sino de que el nombramiento incumpliera los requisitos de ley, lo cual no parece ser el caso.
Hurtado López ha tenido, en efecto, un desempeño mayor de cinco años en el sector público financiero y económico, que incluye experiencia monetaria porque ha participado sistemáticamente en decisiones sobre la emisión de cetes. Ha sido director general de política económica en la extinta Secretaría de Programación y Presupuesto y lo fue de Crédito Público (un cargo que contó con gran prestigio y fue desempeñado por quienes luego fueron Secretarios de Estado y aun, en el caso de Miguel de la Madrid, Presidente de la República). Antes había sido coordinador de Análisis Económico y director del Fondo Nacional de Apoyo a Empresas de Solidaridad. Cuando México fue admitido en la Organización de Cooperación y Desarrollo, fue Hurtado el primer representante de nuestro país en ese exclusivo club, de 1994 a 1997. Al volver, fue en Los Pinos coordinador de asesores para asuntos de política económica y de política social, función en la que reemplazó al ahora Secretario de Comunicaciones, Luis Téllez, que la desempeñaba en tanto que jefe de la Oficina de la Presidencia.
El Secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, lo designó subsecretario de Egresos, desde donde tuvo a su cargo las relaciones con la Cámara de Diputados, un vínculo de suyo difícil que se resuelve en antagonismos y en actos de colaboración, propios de la complementareidad de atribuciones que es esencia de la función presupuestal. El momento cumbre de esa relación tensa se produjo al controvertir el Ejecutivo ante la Corte el presupuesto del 2005, litigio en que el tribunal constitucional dio la razón al Ejecutivo.
A diferencia de las bancadas del Frente Amplio, que opondrían a esa designación razones ideológicas, surgidas de la distancia que separa los programas políticos gubernamentales de los que sostienen esas fracciones, el PRI no puede tachar el desempeño de Hurtado López porque correspondió a sexenios priistas, incluido el más reciente, que para ese efecto en particular se identificó plenamente con el pasado. Lo peor que puede ocurrir en la aplicación de un mecanismo de colaboración de poderes es que sirva a intereses particulares, que no puedan expresarse y son ajenos a la adecuada integración de órganos ya no digamos de Gobierno, sino del Estado como es el caso del banco central.
Cajón de sastre
El prosperísimo y ostentoso dirigente cetemista Joaquín Gamboa, a quien Felipe Calderón ve, con padecimiento digno de terapia oftalmológica, como parte de un "nuevo sindicalismo", recordó a su interlocutor al recibirlo como si fueran miembros del mismo partido, que la CTM no abandonará su adhesión al PRI. La estableció sin lugar a dudas el consejo nacional cetemista el 3 de octubre de 1949 al determinar que "los miembros de la CTM pertenecen al PRI individual y colectivamente", y la mantiene esa central a despecho de la legislación electoral que prohíbe la afiliación colectiva. Si tuviera buena memoria, Calderón recordaría, ante la enorme efigie de Fidel Velázquez que atestiguaba su encuentro con los próceres del sindicalismo oficialista, calificativos como "cínico y obsoleto" (ya en 1952) que un cronista político asestaba al desde entonces vetusto dirigente de la vetusta agrupación. Dicho cronista se llamó Luis Calderón Vega, y fue padre del ahora Presidente, según dictamen del Tribunal Electoral Federal.
Correo electrónico: miguelangel@granadoschapa.com
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