Ximena Peredo/ Grupo Reforma
El dinosaurio todavía sigue aquí. Sigue siendo el mismo animal de discurso prehistórico. No le interesa nada más que preservarse. Devora, aplasta, invade, atropella. Está tan enloquecido que no distingue lo respetable de los deshonroso; dice sandeces y espera a que el auditorio aplauda; se disfraza de borrego pachón pero tira la tarascada. No puede cambiar: su naturaleza lo traiciona.
El PRI es increíble, lo digo en el sentido más literal. Es un partido casi fantástico, que sorprende con brincos en el tiempo hacia atrás, que monta teatros en los lugares más insospechados, que desaparece objetos, que multiplica puestos. Ha olvidado, sin embargo, que el mago no debe repetir tantas veces un truco porque se convierte en el hazmerreír. Si no fuera trágico, me hubiera reído del nombramiento de Marcela Guerra como líder estatal de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, (CNOP).
La ex diputada federal, que escandalizó por el abrigo de mink con que apareció a una sesión en San Lázaro, fue "electa por unanimidad" para dirigir esta delegación popular. Su discurso fue un homenaje magistral al corporativismo descarnado de los 70. A veces me pregunto si los personajes priistas serán conscientes del perverso papel que interpretan. Ya no sé si siguen las líneas de un guión o están atrapados en él. Podríamos estar ante una pandemia de esquizofrenia partidista.
Los fragmentos del discurso de Guerra, que fueron publicados ayer en la sección Local de EL NORTE, me dejaron con la boca abierta. "La CNOP no ofrece privilegios de castas, sino responsabilidades de sector, necesitamos reorganizarnos, revitalizar las estructuras, fortalecer los liderazgos y reclutar sangre nueva". Mencionó también que, para ganar las elecciones, los priistas deben defender la obra del gobernador Natividad González Parás y realizar un trabajo casa por casa rumbo al 2009.
La pregunta consecuente de este discurso es ¿a cambio de qué?, ¿por qué tendría esta organización que defender a ultranza al Gobernador y pelear porque el PRI gane las próximas elecciones estatales? Marcela les dijo cuáles eran las responsabilidades del sector, pero lo que a todos nos debe preocupar es cuáles son sus derechos. ¿Con qué paga el PRI la fidelidad de esta gente?
Creo que la historia demagógica del PRI ha borrado los límites entre el cinismo y la ignorancia. Uno de los objetivos de la CNOP es crear una cultura ciudadana que genere bienestar social; sin embargo, la organización es utilizada flagrantemente como maquiladora de votos. Vaya paradoja de una organización popular que termina trabajando para que otros mantengan sus privilegios. Aunque en sus estatutos se habla de una alianza con el PRI, también se dice independiente y plural. Sí, suena cómico, pero al final no lo es.
La Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales debería investigar a esta organización y, de paso, a la Confederación Nacional Campesina y a la Confederación de Trabajadores de México: los tres sectores de los que se vale el PRI para mantener su cuota de poder. En su discurso de toma de posesión, Marcela Guerra inicia la crónica de un delito anunciado. En el artículo 403 de la Ley Federal Penal dice, en las fracciones C y F que es delito electoral el comprometer, coartar o pretender coartar el sentido del sufragio de cualquier persona.
El PRI no quiere dar el paso. No se han dado cuenta que ni con la CTM, la CNOP y la CNC pudieron ganar la Presidencia. Su estrategia está desfasada del tiempo democrático que exige el resto de la sociedad mexicana. Dinosaurios al fin, no se han querido dar cuenta que ya no deberían de estar aquí.
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