René Zúñiga
La presentación del libro de poesía de Antonio García: De la Oscuridad: Naciente Luz, verificada el pasado viernes en el antiguo palacio municipal de Monterrey, podemos concluir que fue un éxito, ante la ausencia del autor que llegó una hora con veinte minutos tarde, los presentadores originales se complementaron con los asistentes para organizar una dinámica charla, donde siempre estuvo presente el reconocimiento al poeta. Él se describe como un poeta callejero, pero no faltó entre los asistentes quién hiciera una exposición docta sobre la poesía y el poema que parece panfletario. Dicen que la oportunidad de tener auditorio la pintan calva y aprovechó, con ingenio e información, los orígenes de la poesía, además de exaltar el don de gente del autor, Antonio García y afirmar que es parte fundamental de Ediciones Oficio.
Así, finalmente hizo su aparición Antonio García, quien sin más se situó en el podium, donde ya estaban más de seis entusiastas presentadores, unos los oficiales, otros motivados por el afecto y reconocimiento total al autor.
Finalizó la presentación entre aplausos, en una romeria de mercado, propia de quién escribe para la gente común, no para la élite de poetas municipales, siempres atentos y serviciales con la autoridad cultural para recibir algún privilegio. Antonio se inscribe en la poesía callejera de una ciudad contradictoria y azul. Mientras afuera del auditorio del bello museo, la luna era testigo de una noche templada, brillante y reflexiva con una luz no propia; lejana y cercana.
Antonio García con un oficio de tinieblas como lápida a cuestas, entregando ejemplares de su libro con una sonrisa propia del quién esta bien consigo mismo. Yo enfilo por las pequeñas calles del Monterrey antiguo para tener la posibilidad de ver, aunque sea de lejos, el futuro. Un abrazo al poeta.
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