Monday, March 30, 2009

Saldremos a las calles el 30 de marzo, contra el capitalismo, la crisis y la guerra...

Diana Cordero de Insurrectasypunto/ Kaos en la Red

Porque el capitalismo, en cualquiera de sus modalidades, mata. Porque los pueblos de América latina y el Caribe soportamos hace muchas décadas la mortífera acción del neoliberalismo más salvaje.

Porque la codicia mercantilista, ha cobrado (y se sigue cobrando) millones de vidas, ya sea en forma de desapariciones,torturas, exterminio de los pueblos indígenas, el sicariato y represión de las luchas obreras, así como las muertes por hambre y miseria.

Nicaragua. Cañeros ““La gente moría y no sabíamos por qué” Cuando se denunciaron los primeros casos de IRC, la empresa cerró ese lugar y los trasladó a un terreno donde tuvieron que reacomodarse….[1]

Porque los gobiernos cómplices del imperio, impusieron a sangre y fuego la aplicación de las políticas de saqueo y expoliación. Para quienes opusieron resistencia, solo hubo lugar para su aniquilación.

Quienes organizan los estudios históricos en Argentina han buscado silenciar el tema de la resistencia de los trabajadores a la dictadura, porque, en el marco de esta teoría de los demonios, el pueblo que desapareció fue desaparecido por azar o por accidente, no por estar en la lucha contra la dictadura. El 60 % de los desaparecidos en la dictadura argentina eran obreros fabriles.[2]

Porque las olas de privatizaciones producto de las recetas neoliberales que se aplicaron en nuestros países, agudizaron la pobreza y la precarización laboral imponiendo condiciones indignas para las trabajadoras y los trabajadores.

“Se aplicaron y ejecutaron políticas cuyos enunciados, fines y realizaciones fácticas coincidían plenamente con las premisas fundamentales postuladas por el llamado “Consenso de Washington”. Ello implicó la puesta en práctica abrupta de privatizaciones incontroladas de las entidades públicas de propiedad estatal, enmarcadas dentro del proceso de renegociación de la deuda pública externa. Tal dinámica condujo a que esos nucleamientos económicamente poderosos deviniesen beneficiarios directos de las privatizaciones, logrando imponer la disciplina laboral a la vez que fueron netamente favorecidos merced a la apropiación extraordinaria de gran parte de la renta evaluada a escala nacional[3].

Porque el achicamiento del Estado hasta límites insospechados, la inexistencia de políticas públicas en las áreas de salud y educación, el desempleo y el constante aumento de precios fruto de la voracidad capitalista, ha sumido y sigue sumiendo a millones de personas en la pobreza, el hambre y la desnutrición.

Para América Latina se calcula que seis millones de personas ingresaron al umbral de quienes padecen desnutrición. El alza de precios de los alimentos pone en riesgo a seis millones de personas[4]

Cada año en las Américas, más de 250.000 niños mueren antes de los 5 años por enfermedades que podrían prevenirse fácilmente. Estas muertes ocurren principalmente por diarrea, neumonía, desnutrición y otras enfermedades prevenibles por vacunación.[5]

El proceso de reducción de la pobreza se encuentra prácticamente estancado en la región desde el año 1997. Por poner un ejemplo, la pobreza en América Latina pasó del 42.5% de la población total en el año 2000 al 44.2% en el año 2003, lo que equivale a decir que hoy en día hay nada menos que 224 millones de personas que viven en América Latina y el Caribe con menos de dos dólares al día (umbral de pobreza). De éstas, unos 98 millones de personas (19,4% de la población) se encuentran en situación de pobreza extrema o indigencia, es decir, viven con menos de un dólar al día.[6]

Porque la creciente desigualdad se dispara cuando hablamos de mujeres y niñas y aumenta exponencialmente si estas mujeres y niñas son indígenas, negras o campesinas. Porque capitalismo y patriarcado son agentes asociados.

Porque la mortalidad infantil y materna continúa alta en toda la región y especialmente en las poblaciones indígenas de Latinoamérica y el Caribe, donde constituye un grave problema de salud pública y muestras claras de disparidad e inequidad social. En el caso de Bolivia, mientras a nivel nacional la mortalidad materna en Bolivia es de 390 por cada 100.000 nacidos vivos, en el departamento de Potosí, con la mayor población indígena de ese país, la cifra se eleva a 496 por cada 100.000. En Honduras, los departamentos que concentran la mayor población indígena tienen una tasa de mortalidad materna de 190 a 255 por 100.000 nacidos vivos, cuando el promedionacional es de 147. En Guatemala, lapoblación indígena tiene una tasa de mortalidad materna un83% superior al promedio nacional.

Porque las matanzas de los pueblos originarios continúan, pese a que las organizaciones indígenas luchan firmemente en muchos países de América Latina y el Caribe, en los cuales el exterminio no acabó con la época de la invasión colonialista de España hace varios siglos, sino que tiene una pavorosa actualidad. Una de las razones de las movilizaciones es el número de homicidios de indígenas que se ha incrementado mucho en las últimas semanas. Según la o­nIC (Organización Nacional Indígena de Colombia): "Durante los últimos seis años han sido asesinados 1.253 indígenas en todo el país […] cada 53 horas un indígena es asesinado […] y por lo menos 54.000 han sido expulsados de sus territorios ancestrales". Solo en los últimos 15 días han sido asesinados 19 indígenas.”[7]

Porque lxs que no son asesinadxs a sangre fría, sucumben víctimas del hambre, la desnutrición y las enfermedades.

Porque en muchos casos la contaminación ambiental de las aguas y del suelo por las empresas (avaladas por la connivencia gubernamental) genera patologías crónicas y agudas que disminuyen no solo los años de vida sino su calidad.

Cerro de Pasco (Perú) la contaminación minera afecta a las comunidades del país; los más vulnerables son los niños; quienes además sufren de cuadros de desnutrición, no desarrollan sus huesos con normatividad, sufren de enfermedades de la piel y su sangre se encuentra contaminada de plomo.[8]

Porque el acceso a la salud está pautado para aquellas personas que pueden pagar por ella, porque los gobiernos de América Latina no consideran inversión, sino gasto lo que se destina a ese recurso en los presupuestos nacionales.
Porque no se ha entendido que el derecho a la salud es un derecho fundamental. Porque para el capital, el ámbito de la salud es un ámbito de negocios y lucros. Porque se ha ido desmantelando (cuando existía) la red pública de salud en los países de América Latina y el Caribe.

Al comenzar el año 2000, el panorama de la salud pública en América Latina y El Caribe presenta niveles preocupantes de exclusión social, que determinan que 136 millones de personas no tengan acceso a los servicios de salud.

Los principales excluidos son los pobres, los adultos mayores, las mujeres y los niños, los grupos étnicos, los trabajadores informales, los desempleados, los subempleados y la población rural, según revela un estudio dirigido y supervisado por la Organización Internacional del Trabajo, OIT, y la Organización Panamericana de la Salud.[9]

Porque la imposición de recetas neoliberales del Fondo Monetario Internacional, ha disminuido drásticamente los programas de salud preventiva que incluyen programas de alimentación para prevenir la desnutrición, las campañas de inmunizaciones masivas lo cual ha determinado la reaparición de enfermedades infecciosas que se habían erradicado.

Porque las magras inversiones en infraestructuras hospitalarias, con equipos de diagnósticos obsoletos y deteriorados, la precarización de las condiciones de trabajo y desmejoras salariales del personal médico y paramédico, han provocado un colapso en la red de salud pública en nuestros países, desmejorando los niveles de salubridad de la población y dificultando su acceso a la atención médica universal y gratuita a la que tiene derecho.

Porque la falta de médicos y personal de apoyo en salud, se agudiza en las zonas más castigadas por la pobreza y marginación, empeorando la situación de esas comunidades.

Porque esta nueva etapa de crisis, generada por los capitalistas, pretenden que seamos nosotxs, quienes la paguemos.

Porque la única moneda que exigirán para que paguemos será la de la miseria, el desempleo, la criminalización de los movimientos populares, el hambre y la muerte.

Porque debemos entender que dentro del capitalismo no se contempla ninguna medida que tenga que ver con el bienestar de los trabajadores y las trabajadoras.

Porque el momento de decir BASTA es hoy.

Basta a las guerras, invasiones y agresiones por parte del imperio y sus acólitos. Basta de guerras en América Latina como las que se implementan en Colombia o de ocupaciones como las que soporta Haití. Basta de Irak, de Gaza y de Afganistán.

Porque la guerra también la hacen los ricos y la pagamos los pobres.

Porque las calles son nuestras, así como es nuestro el dinero del Estado, los hospitales, las escuelas, las riquezas naturales y nos lo roban.

Porque si sabemos todo esto. ¿Cómo hacemos para no salir y decir a viva voz que la crisis la paguen ellos?

Por todo esto y por tanto más que no ha habido espacio para mencionar en estas páginas…, hago mías las consignas de las organizaciones convocantes:

El 30 de marzo estaremos en la calle, al igual que miles de luchadores y luchadoras en toda América para decir:

NO VAMOS A PAGAR POR LA CRISIS, QUE LA PAGUEN LOS RICOS

Reclamamos:

- Salario y trabajo digno para todos los trabajadores/as ocupados/as, desocupados/as, autogestionados/as, rurales y urbanos.
- La nacionalización de la banca sin indemnización y bajo control social

- Basta de despidos. Reducción del tiempo de trabajo sin reducción del salario y mantenimiento de los puestos de trabajo.

- Fábrica Cerrada, Fábrica Recuperada

- La estatización del comercio exterior con control social.

- Poner fin a las guerras, retirar las tropas de ocupación y desmantelar las bases militares extranjeras así como garantizar el cese del desplazamiento de las poblaciones producto de la guerra, especialmente mujeres y niños/as

- Reconocer la soberanía y autonomía de los pueblos, garantizando el derecho a la autodeterminación

- Garantizar el derecho a la tierra, a la vivienda, al territorio, trabajo, educación y salud para todas y todos reconociendo las experiencias de autogestión y cooperación que se vienen desarrollando como los bachilleratos populares, las experiencias de autogestión de construcción, las recuperadas y experiencias de trabajo autogestivo.

- Reforma agraria integral. Basta de desalojos a los campesinos/as.

- Efectiva titularidad de tierras en la ciudad de quienes deben recuperar espacios abandonados para garantizarse el derecho a la vivienda digna.

- No al pago de la deuda externa ilegítima, redireccionamiento de esos recursos para garantizar los derechos sociales. Auditoría de la deuda.

- Medidas para garantizar la soberanía alimentaria y energética. Recuperación efectiva de las empresas privatizadas con el auge del neoliberalismo (comunicaciones, transporte, petróleo, gas, agua, energía)


Con la firme convicción de que es posible una nueva gesta de independencia latinoamericana, de los pueblos y para los pueblos, por una integración popular, por la vida, por la justicia, por la paz, por la soberanía, por la identidad, por la igualdad, por la libertad de América Latina, por una auténtica emancipación, que tenga en su horizonte el socialismo.

No comments: