Monday, October 12, 2009

Crueldad contra animales, en aumento


Autor: Paulina Monroy
 
11 Octubre 2009
El 4 de octubre se celebró el Día Internacional de los Animales. Tres casos son emblemáticos del maltrato a otras especies en México: los antirrábicos, la venta indiscriminada y el Mercado de San Bernabé. Frente a la indiferencia de las autoridades para vigilar y sancionar y el incumplimiento de las leyes, organizaciones civiles advierten que la crueldad contra los animales va en aumento



Yaco fue sparring para futuros perros de pelea. Le pusieron un bozal y lo ataron boca arriba para que no se defendiera. Se incita el instinto asesino con carnadas, así se enseña a destazar. A punto de llegar el operativo, los criadores escaparon con sus perros valiosos. Los de desecho se quedaron atrás malheridos y temerosos Unos tuvieron que ser sacrificados. Yaco no volverá a confiar en nadie. Si se acerca un joven con cierta apariencia, él ladra, como pidiéndole que no se le acerque. No olvida y esta vez sí podrá defenderse.

Los cachorros serán sometidos a un régimen estricto de entrenamiento. Mientras más resistan, son mejores luchadores: se limita su alimento, se les obliga a atacar a otros, se les golpea en las patas con clavos para que aprendan a cuidarse las extremidades y son forzados a correr en jornadas extenuantes. Si no tienen potencial, son abandonados, estrangulados, electrocutados o asesinados por otros perros. Cuando pelean se les exige pelear varias veces pese a estar lastimados, y el entrenador los pincha con objetos filosos para que sigan peleando.

De acuerdo con Asociaciones de Protección a los Animales de México (Apasdem), que reúne 80 organizaciones civiles del país, prácticas como ésta son “maldiciones hechas”. El 99 por ciento de los perros de pelea rescatados tiene que ser sacrificado: los animales han sido convertidos en un peligro y un arma.




En el contexto de la celebración del Día Internacional de los Animales, en México todavía existen otras muestras de crueldad que ya han sido erradicadas en otros países: la muerte de perros y gatos en los antirrábicos con descargas eléctricas y pistolete; la venta indiscriminada de animales de compañía, y el sacrificio de équidos, violando toda normatividad en el Mercado de San Bernabé.

Garantías de los animales como el derecho a la vida, a la libertad, a no ser torturados y a no ser considerados propiedad son violadas de manera común en México. La escalada de la violencia social, la falta de información y educación son factores por los que el maltrato animal va en aumento.

Marina Mercado, vocera de Apasdem y miembro fundador de la asociación Por Ellos, expresa: “Hemos naturalizado la crueldad a tal grado que somos insensibles a todo. No es de sorprender la violencia contra cualquier ser desvalido. Es importante que las autoridades atiendan estos focos rojos”.

Organizaciones civiles alegan que frente a la falta de acción de las autoridades de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagarpa) y la Procuraduría Federal para la Protección del Ambiente el maltrato contra los animales va en aumento.

Antirrábicos


Por 72 horas, perros y gatos permanecen en los centros de Control Canino o centros antirrábicos para ser reclamados. Si nadie los recoge, entonces se les sacrifica con descargas eléctricas, pistolete, barbitúricos y hasta con golpes, azotes y palos, denuncian asociaciones civiles.

La reforma de 1997 a la Norma Oficial NOM-033-ZOO-1995 “Sacrificio humanitario de los animales domésticos y silvestres” adiciona como método de sacrificio, autorizado por la Sagarpa, para perros y gatos, el uso del pistolete, con excepción de hembras gestantes y únicamente si no se cuenta con el equipo para la electroinsensibilización.

Mientras el único método de sacrificio para gatos, previsto por la NOM, era la sobredosis de barbitúricos vía intracardiaca, la modificación los incluyó como sujetos para el pistolete y la electroinsensibilización. Además redujo la edad de los cachorros (perros o gatos) que no serán sometidos a este método, de cuatro meses a uno.

La disposición describe que deberá utilizarse un aparato eléctrico concebido para su uso en estas especies. Se colocarán las dos pinzas que corresponden a cada uno de los electrodos (en la piel previamente humedecida) en la base de la cola y la base de la nuca: “La insensibilización se produce al instante en que se hace pasar la descarga eléctrica y la muerte se provoca dejando de 30 a 40 segundos las pinzas conectadas en el animal”.

Ningún animal, advierte, se sacrificará por envenenamiento, ahorcamiento, ahogándolo, por golpes o cualquier otro procedimiento que prolongue su agonía. Prevé que cualquier método de sacrificio deberá realizarse por personal capacitado y bajo la supervisión del médico veterinario responsable del establecimiento.

Marina Mercado, de la Comisión Apasdem para los Antirrábicos, califica de crueles los métodos aprobados por la NOM-033: “El manejo es tortuoso para los animales y no hay personal adecuado para aplicarlos de manera efectiva”. Según organizaciones civiles, la electroinsesibilización resulta más económica que la muerte por inyección letal.

Desde hace más de 50 años, observa Marina Mercado, funcionan los antirrábicos con mucha impunidad: “Recogen a los perros de una manera violenta (aunque tengan placa), cobran tarifas excesivas que no están previstas en la ley, y se hacen de perros de raza que desaparecen”.

Expresa que no importa cuántos animales se apresen, la población de animales de compañía en la calle no baja. Cada mes se arrojan a los basureros al aire libre en el Distrito Federal de 12 a 15 mil cuerpos de perros sacrificados por los antirrábicos. Por año, 180 mil perros y gatos son sacrificados en antirrábicos y centros de Control Canino.

Hay cerca de 3 millones de perros en el Distrito Federal y la zona metropolitana del valle de México, es decir, uno por cada siete habitantes. Según estimaciones de la Comisión Apasdem para los Antirrábicos, en una población de 100 mil personas, el equivalente al 10 por ciento corresponde a perros en situación de calle.

Únicamente en la capital del país existen más de 1 millón 383 mil canes; el 90 por ciento en reproducción constante. En sólo seis años, una pareja de perros o gatos y sus descendientes pueden concebir hasta 6 mil cachorros.

Según el artículo de Antonio Ortega-Pacheco “La sobrepoblación canina: un problema con repercusiones potenciales para la salud humana”, publicado en la Revista Biomédica, el crecimiento descontrolado de la población canina aumenta 85 por ciento promedio cada 10 años.

El especialista del departamento de Medicina Interna y Cirugía de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Autónoma de Yucatán sugiere que el problema tiene efectos directos en la salud humana, pues existen 65 enfermedades caninas contagiosas: “Esto tiene mayor impacto cuando los perros defecan y orinan en la calles”.

Datos de la Apasdem dicen que 18 mil perros son abandonados y en tres de cada 10 casas hay uno confinado, amarrado o viviendo en la azotea. La Comisión Apasdem para los Antirrábicos señala que de cada 10 cachorros de raza, únicamente al año de vida dos permanecerán en su casa original. Lo que resulta en el abandono de los otros ocho que terminarán su vida en la calle, refugios o en antirrábicos.

De acuerdo con la organización civil, centros de Control Canino reportan que la cantidad de canes donados por sus dueños es tres veces mayor que la de los aprehendidos.

“Los animales no son culpables –expresa Mercado–, aunque los hacen culpables. Un animal en situación de calle sufre mucho porque está a merced del tiempo, del hambre y la sed”.

Tanto como otras especies, los perros también colonizan el espacio que otros dejan libre (el efecto nicho vacío). Norma Huerta Zarate, vocera de Apasdem y fundadora de Mundo Patitas, AC, explica que una vez que los centros de Control Canino recogen jaurías de canes, estos espacios son ocupados por otras: “Se sacrifican perros, pero en poco tiempo hay más”.

Sugiere la activista que, para enfrentar la sobrepoblación canina, el gobierno debe regular la venta de animales y promover la educación, la esterilización, la adopción y la eutanasia sólo tratándose de casos necesarios.

La activista indica que de 10 animales que se sacrifican en los antirrábicos, se esterilizan tres. En un año, organizaciones dedicadas al cuidado y rescate de animales pueden esterilizar a más de 7 mil 500 animales; no obstante, la falta de recursos hace imposible la tarea y los asilos están, en su mayoría, sobresaturados.

Menciona que cuando tribunales internacionales cuestionan los centros, ellos justifican que no violan ninguna ley porque acatan la NOM-033-ZOO-1995. El estándar internacional de sacrificio humano más ético es la eutanasia por inyección letal en el músculo; sin embargo, antirrábicos e incluso asociaciones civiles lo hacen vía intracardiaca.

En el Distrito Federal existen cuatro centros de Control Canino o centros antirrábicos; sin embargo, Leonora Esquivel Frías, presidenta de Anima Naturalis y excandidata a diputada federal por Nueva Alianza, enuncia que a cada delegación se le otorgó un presupuesto de 1 millón de pesos para desarrollarlos, pero no ha sucedido.

Marina Mercado comenta que Apasdem promueve la conversión de los centros antirrábicos en centros de Atención Médica. Tendrían como beneficio la atención y orientación en cuanto a la tenencia de los animales y otorgar servicios veterinarios gratuitos. Además, la promoción de campañas de esterilización gratuitas y bien estructuradas: “Las que existen actualmente en los centros de Control Canino no se realizan debidamente. Para las autoridades, lo importante es capturar y matar; resuelven la consecuencia y no el origen del problema”.

Vanessa Calvillo, vocera de Apasdem y precursora de la Fundación Por una Colita Feliz, AC, sostiene que la conversión debe realizarse desde la capacitación, la educación, el apego a la norma y el trato humanitario a los animales.

Venta y desdén


El artículo 25 de la Ley de Protección a los Animales del Distrito Federal prohíbe la venta y explotación de animales en ciertos casos: a menores de 12 años de edad si no están acompañados por una persona mayor de edad; en la vía pública o en vehículos, y en tiendas departamentales, de autoservicio o en cualquier establecimiento cuyo giro comercial sea diferente al de la venta de animales.

Animanaturalis Internacional, AC, expone que los perros vendidos en tiendas y calles proceden de criaderos que funcionan como fábricas de cachorros, donde se mantienen a las hembras preñadas hasta que mueren. Separados de sus madres, se les encierra en jaulas o escaparates, solos o hacinados. Quienes no son vendidos, son enviados a universidades o laboratorios para usarse en experimentos.

Para los criaderos, explica Norma Huerta Zarate, fundadora de Mundo Patitas, AC, los animales sólo representan un interés económico: “Es su modus vivendi e invierten lo menos en ellos: les dan de comer sobras, no les dan atención médica y los tienen enjaulados”.

Su comercialización, en la vía pública, exposiciones y tiendas departamentales puede resultar un fraude por la venta de cachorros enfermos: “Si el cliente reclama, el vendedor ofrece otro perro como si se tratara de un par de tenis. No les importa el lazo afectivo ni el gasto indecible para salvarle la vida”. Los comerciantes no asesoran a los compradores ni hacen un estudio para evaluar la pertinencia de adquirir o no cierto animal de compañía.

Además, señala la activista Marina Mercado, se realizan cruzas con razas extranjeras para su venta sin saber cómo atenderlos ni tratarlos y con el riesgo de que resulten peligrosas: “Hemos rescatado cantidad de perros en los basureros que fueron utilizadas como fábricas de cachorros: hembras con las vulvas desechas y machos con los testículos desechos”.

Por otro lado, la obtención de beneficios con las especies es avalada por la Semarnat a través de sus Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (Umas) –unidades de producción o exhibición que permiten el aprovechamiento de ejemplares, productos y subproductos, mediante el uso y operación de los recursos de la vida silvestre; se otorgan a través de permisos–.

Se clasifican en extensivas o de vida libre, donde las especies se encuentran libres en el predio, se alimentan y resguardan bajo condiciones naturales e intensivas, como los zoológicos, donde el manejo se efectúa bajo condiciones controladas.

Hasta abril de 2008, en México había registradas 8 mil 255 Umas (5 mil 796 extensivas y 1 mil 622 intensivos), cubriendo 28.95 millones de hectáreas, es decir, el 14.74 por ciento del territorio nacional.

De acuerdo con la Semarnat, los tipos de aprovechamiento extractivo más comunes en las Umas son la cacería deportiva, la producción de mascotas, especies de ornato (plantas) y alimentos e insumos para la industria. Mientras que en aprovechamientos no extractivos: el ecoturismo, la exhibición de ejemplares, la investigación y la educación ambiental.

La vocera de Apasdem, Norma Huerta Zarate, advierte que detrás de las Umas está el tráfico y la crueldad. Señala que el beneficiario tiene el derecho de aprovechar los ejemplares para recibir beneficios económicos: “Como si un cuidador de borrego cimarrón, para volverse sustentable, dispusiera del 20 por ciento de la población y decidiera venderlo para productos de piel o cacería”.

San Bernabé


Aquí el kilo de carne viva cuesta el doble que la muerta. Los transportan sangrando, con llagas o fracturas. Los bajan a patadas, con pullas eléctricas, bates, cuerdas o tubos. No hay agua en los bebederos y todos viven en un corral. A quien no se sostiene en pie, lo cuelgan; a quien muere, lo abren allí mismo. En las imágenes hay patas fracturadas, vísceras secándose al sol, animales desangrándose. Los mantienen vivos hasta el último momento. Sólo así su carne es más valiosa. Aunque hayan servido para monta o carga, aquí los équidos (caballos, burros y mulas) son vendidos para rastro, son “animales de desecho”.

Desde hace más de 60 años, cada lunes en la Plaza Comercial y Ganadera del Puente de San Bernabé, ubicada en terrenos ejidales en el kilómetro 17 de la carretera Toluca-Atlacomulco, se comercializan más de 5 mil cabezas de ganado bovino, porcino, équido y ovicaprino para consumo humano. Se trata de animales que por la reventa son llevados con fracturas, tumores y enfermedades de la piel.

Para Apasdem, que reúne a 80 organizaciones civiles en el país, es uno de los más vergonzosos ejemplos de brutalidad e insalubridad. No obstante, dice Vanessa Calvillo, de la Comisión Apasdem para el Mercado de San Bernabé, el ayuntamiento lo publicita como una fuerza potencial económica para el gobierno municipal y estatal.

El Plan de Desarrollo Municipal de Almoloya de Juárez 2006- 2009 sólo menciona de la Plaza Comercial y Ganadera del Puente de San Bernabé que es la más importante de la región centro del país y que requiere de adecuaciones de infraestructura y de manejo de los animales. Para hacerlo más funcional, proyecta desarrollar infraestructura.

Considera que una buena oportunidad de captación de recursos es el cobro de permisos de operación de animales vivos, “aunque ello significaría que el ayuntamiento brindara servicios de limpieza y vigilancia”. También la firma de convenios con los comisariados del tianguis para que los impuestos sean enterados en la oficina recaudadora municipal, y así “dar asistencia a las necesidades de la ciudadanía”.

Vanessa Calvillo advierte que “es un problema de costumbre en el que intervienen la falta de vigilancia y de cumplimiento de la ley. Es un modus vivendi de ganaderos, compradores y comerciantes”.

El Código para la Biodiversidad del Estado de México contempla la obligación de aplicar medidas de seguridad inmediatas, asegurando animales y clausurando los lugares donde se ponga en riesgo su vida por crueldad o maltrato. Prevé desde amonestaciones, multas y arrestos, hasta decomisos y clausuras definitivas. “Sin embargo –advierte Marina Mercado–, es totalmente ignorado en San Bernabé”.

El 4 de agosto de 2004 los diputados del Partido Verde Ecologista, Jacqueline Argüelles Guzmán y Guillermo Velasco Rodríguez, presentaron un punto de acuerdo para exhortar a la Sagarpa a que realice verificaciones, inspecciones zoosanitarias y aplique sanciones en el mercado de San Bernabé:

“Muy a nuestro pesar, la falta de control sanitario en el puente de San Bernabé, uno de los tianguis de animales de desecho más grandes de todo el país, se presta para el comercio ilegal de animales con procesos infecciosos que van a parar a los rastros, aún en condiciones de sufrimiento extremo o de agonía”.

La acción legislativa denuncia que se continúan evidenciando incumplimientos a la Ley Federal de Sanidad Animal, la Ley Federal sobre Metrología y Normalización y Normas Oficiales Mexicanas (NOM).

Como violaciones a la NOM-024-ZOO-1995 de Especificaciones y características zoosanitarias para el transporte de animales, enuncian: la movilización de animales enfermos sin ningún tratamiento, en vehículos sucios y sin verificación sanitaria; la no disposición de un área para cadáveres; el arribo de animales muertos, y el escurrimiento de desechos líquidos y sólidos.

En infracción de la NOM-051-ZOO-1995 “Trato humanitario en la movilización de animales”, llegan a la plaza deshidratados, desnutridos, golpeados, caídos, lacerados, hacinados, pisoteados y amarrados”. Los animales, apuntan los legisladores, son cruelmente sacrificados sin apegarse a la NOM-033-ZOO-1995 “Sacrificio humanitario de los animales domésticos y silvestres”.

Además, la falta y el deterioro de las instalaciones (rampas para desembarque, corrales, áreas de aislamiento, agua y alimento, y de manejo de excretas y desechos) incumplen con la NOM-045-ZOO-1995 “Características zoosanitarias para la operación de establecimientos donde se concentren animales para ferias, exposiciones, subastas, tianguis y eventos similares”.

“Sin vigilancia de las normas –señala Vanessa Calvillo, también presidenta de la Fundación por una Colita Feliz, AC–, tampoco hay aplicación de sanciones”. Aunque admite que el papel de la Sagarpa ha sido un tanto eficiente, observa que hay corrupción y mala supervisión.

Ejemplifica que después de que las autoridades realizan algún tipo de inspección en el mercado, los comerciantes recurren a la venta de traspatio. Por lo que metros antes de llegar a San Bernabé han observado caballos muertos tirados.

Marina Mercado, vocera de Apasdem y miembro fundadora de Por Ellos, AC, expone que desde la compra de équidos en pequeñas rancherías hay irregularidades; los comerciantes de San Bernabé los adquieren en muy malas condiciones y aún así obtienen permisos oficiales para transportarlos.

Dentro de la NOM- 033, observa, “hay lagunas”. Por lo que no es posible identificar a quién le corresponde la vigilancia y aplicación de sanciones. De este modo, ni autoridades municipales, estatales y federales admiten que sean competentes para atender el tema. Fue debido a la presión internacional que Presidencia consignó el asunto a la Sagarpa y al gobierno del Estado de México. Como resultado se remitieron recomendaciones.

Tal fue el caso del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria que emitió una recomendación a cada delegado de la Sagarpa para que hicieran un pronunciamiento especial sobre el traslado de animales.

Además se trafica carne de équidos desde Estados Unidos, donde está prohibida la venta y consumo de carne de caballos, burros y mulas. Los animales son introducidos al país bajo la modalidad de entretenimiento o recreación, cuando son vendidos para matanza. En su mayoría son caballos de salto o carrera que fueron medicados y no son adecuados para consumo humano.

Apasdem celebró una reunión en Palacio Legislativo con diputados, funcionarios de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de la Sagarpa y autoridades estatales. Como resultado, se instauraron mesas de trabajo que se reúnen cada mes.

Sin embargo, indica Calvillo, pese a existir disposición, no hay resultados por falta de coordinación y de presupuesto para realizar las mejoras básicas (rampas y auxilio inmediato o eutanasia para los animales en estado muy grave): “Desde hace dos años que comenzó la campaña y no hemos visto resultados. Hay una pasividad total, pues existen importantes instrumentos legales, pero no los aplican”.

Marina Mercado observa que antes de celebrar las reuniones en la Cámara de Diputados, los servidores públicos desconocían lo que sucedía en San Bernabé: “Es una pena porque somos nosotros los que tenemos que reportar todo lo que ellos tendrían que saber”.

Con la recaudación de 11 mil firmas, Apasdem envío a la Presidencia de la República una petición para cerrar la Plaza Comercial y Ganadera del Puente de San Bernabé. Además se repartieron 1 mil 500 trípticos para mejorar el trato a los animales entre ganaderos y la delegación de la Sagarpa en la entidad. Las activistas prevén interponer un amparo, pues no han recibido la información solicitada sobre los resultados y el impacto del reparto de volantes.

Sancionar a los responsables, realizar operativos y promover la educación son las peticiones de la Comisión Apasdem para el Mercado de San Bernabé: “Los ganaderos saben que pueden operar en una impunidad total. Nosotros defendemos que las autoridades instalen operativos para crear esa conciencia en el introductor de que si incumple será sancionado”.

El 21 de septiembre, autoridades realizaron un operativo en San Bernabé. Mauricio Garduño, representante jurídico del ejido de Mayorazgo de León (donde está ubicada la plaza comercial y ganadera), se comprometió a acordar con los introductores la no adquisición de animales lastimados y, en su caso, sacrificar e incinerar a quienes estén en muy malas condiciones.

Falta de legislación y garantía de derechos

Leonora Esquivel Frías, presidente de Anima Naturalis Internacional, AC, presente en ocho países, expone que el tema de los derechos de los animales en América Latina está atrasado respecto de países anglosajones y europeos. Del continente, México es de los peores.

El especismo, define, es la discriminación en función de la especie, es decir que toda aquella que no sea humana es utilizada en beneficio de quien discrimina. La excandidata a diputada federal por el partido Nueva Alianza subraya que ello empeora con la falta de legislación: “No hay una legislación mínima para enfrentar estos temas y la gente se siente desprotegida cuando quiere denunciar un caso de maltrato o ayudar a un animal en peligro”.

Aunque advierte que las leyes que protegen a los animales siempre serán nimias, otros países buscan tener representantes que estén a favor de los derechos de los animales o cada uno de sus estados tiene legislaciones que intentan aminorar su sufrimiento: “En México es algo que ni siquiera se discute o interesa. Es un tema de tercera, abandonado, y que está sólo en manos de los activistas”.

Agrega que la ciudadanía está interesada en participar y denunciar casos de maltrato; no obstante, no hay una instancia para hacerlo, mientras que cuerpos como la Brigada de Vigilancia Animal de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal sólo tienen dos unidades.

De acuerdo con la “Comparecencia del secretario Manuel Mondragón y Kalb”, incluida en la Glosa del segundo informe de gobierno 2007-2008, la Brigada realizó 2 mil 130 acciones operativas de 2007 a octubre de 2008, de las que 1 mil 591 correspondieron a denuncias por animales maltratados, rescates y molestias urbanas.

Esquivel Frías dice que en México hay problemas graves, pero el tema del medio ambiente y de los derechos de los animales no puede quedar en último lugar: “Debemos tener más humildad y estar conscientes de que no somos la única especie, pero sí la más perjudicial. Tenemos el poder de crear o destruir, pero la balanza se inclina hacia lo segundo. La culpa está en lo que hace el ser humano, en la ambición desmedida y siempre quienes lo sufrirán más son los seres más vulnerables”.

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