Señor González, no olvidamos
Usted viene a seguir ofreciendo sufrimiento y menos libertad, pero no se engañe. Hoy en Euskal Herria se sigue luchando y trabajando por un futuro de libertad
Hoy, usted, Felipe González, volverá a Iruñea, capital de Euskal Herria. De su boca oiremos promesas para el mañana, pero en esta tierra no se olvida y tales palabras difícilmente pueden tener el efecto buscado por uno de los máximos responsables de la ausencia de democracia que hoy padece nuestro pueblo.
No olvidamos que en 1982 usted y los suyos decidieron no romper con las raíces franquistas del Estado o que, frente a la posibilidad de reconocer el derecho democrático del pueblo vasco a elegir su futuro, usted optó, con el apoyo del autonomismo colaboracionista y del regionalismo, por aplastar a sangre y fuego.
Las consecuencias de esa elección tampoco pueden ser olvidadas: 11.424 personas detenidas, 27 asesinados en la guerra sucia, 6 muertes por tortura (acompañadas, como la de Mikel Zabalza, por las más grotescas versiones) y 8 más en prisión, 3 desaparecidos, 2.328 encarcelados, más de 900 personas torturadas, plan ZEN, cientos de insumisos procesados y encarcelados...
No olvidaremos que usted y su ministro de Justicia, Enrique Múgica, idearon la dispersión en un intento por destrozar con mayor impunidad a las presas y presos políticos vascos o que, refiriéndose a éstos y éstas, usted dijo: «se pudrirán en la cárcel».
Esto y mucho más no podrá ser olvidado por quienes bajo la Ley Antiterrorista pasamos días que parecían no tener fin en sus comisarías, comandancias y cuarteles, por quienes eran golpeados en las calles vascas cuando sólo pretendían manifestarse, por quienes vivían horas de horror cuando eran parados en un control o por la sociedad que en 1989 vio como usted acababa con la esperanza surgida en Argel.
Pero todo eso no es recordado sólo por quienes vivimos sus años en el Gobierno del Estado español; a los vascos y vascas que no lo hicieron tampoco les es difícil imaginar cómo fue aquel tiempo, ya que los que le han seguido en el cargo (Aznar y Rodríguez Zapatero) han resultado ser dos alumnos aventajados y se han preocupado de mantener su política de negación y represión, a la que han añadido aportaciones propias (apartheid político, cierre de medios de comunicación, cadena perpetua que convierte en realidad su profecía de «se pudrirán en la cárcel»...). Zaharrak berri o, para que lo entienda, más de lo mismo.
Usted viene a seguir ofreciendo sufrimiento y menos libertad, pero no se engañe, Sr. González. Pese al dolor acumulado, pese a que Zapatero se vanaglorie de reprimir incluso más que Aznar, hoy en Euskal Herria se sigue luchando y trabajando por un futuro de libertad en el que la sociedad vasca pueda decidir de forma soberana y sin exclusiones. ¿Habrá alguien en el Estado con la suficiente creencia en la democracia como para abordar ese proceso o seguirán prefiriendo sus viejas recetas?
Hoy, 22 de mayo, saldremos a la calle, iremos a la puerta de la sede que su partido tiene en Iruñea para decirles que, con recetas como las suyas, ni España ni Euskal Herria tendrán libertad, ni España ni Euskal Herria tendrán democracia.
(*) También firman el artículo Ramón González, amigo de Mikel Zabalza; Oskar de Miguel, ex preso político vasco y Francisco Jabier Izura, hermano de Peru Izura, asesinado en la Bahia de Pasaia
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