La lucha social es un deber
A pesar de la adversidad, en el norte también nos podemos organizar
René Zúñiga/ A Romper el Cerco Informativo !
Un sábado en una ciudad que se encuentra entre el aterrador grado de violencia generado por la batalla entre cárteles, con un brillante sol y donde la sombra domina, el aire gélido de una mañana de febrero, casi marzo, en espera del inicio del evento organizado y promovido por quienes ven en le figura de Jacobo Silva a un luchador social con experiencias dignas de ser escuchadas en el auditorio del sindicato de telefonistas, allá por la calle de Manuel María del Llano, a la vuelta del edificio que ocupa
El evento organizado por la Otra Obrera , generó grandes expectativas, se torna angustiante, cuando los minutos avanzan y los cuadros y público en general esperados, aparecen a cuenta gotas. Solamente unos instantes de la hora programada y súbitamente aparecen las cámaras de un canal televisivo local y de un medio impreso que solicitan la entrevista con quién presidirá el programa, mientras los convocados inician un desfile hacia el primer piso del edificio donde se encuentra un cómodo auditorio. Las luces arropan la llegada, saludos, abrazos, sonrisas de los que siguen, a pesar de las dignas derrotas, buscando respuesta a su voluntad férrea de cambiar la inequidad y autoritarismo imperantes en el país.
El presentador, ataviado con argumentos de peso, hace la presentación, se trata de Agustín Acosta, abogado de profesión, quién prologa la exposición de experiencias del excomandante Antonio del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente ( ERPI ), quién fue aprehendido el 19 de octubre de 1999 y desaparecido por cinco días, al igual que su esposa Gloria Arenas Agís, recluidos en régimen de incomunicación durante varios días y, según informes torturados y obligados a firmar o marcar con las huellas dactilares una declaración ya redactada. Ambos reconocen ser miembros del grupo armado de oposición “Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente” (ERPI). Tal como lo señala un informe de Amnistía Internacional de marzo del 2001 “México, Casos de Tortura, Clamor por que se haga justicia” AMR 41/008/2001/s y el cuál recomienda al gobierno de México que: 1. se lleve acabo sin dilación una investigación imparcial y eficaz sobre las circunstancias completas que rodearon la tortura, que según informes, que padecieron Jacobo Silva Nogales y su esposa Gloria Arena Agis, aunque en cárceles de alta seguridad distintas. Ambos fueron liberados en Octubre del año pasado, en el caso del Comandante Antonio, gracias a que él tomó su defensa por lo cual logro su liberación. Inicialmente fueron sentenciados a 49 años, 11 meses y 29 días de prisión. En 2003, el primer tribunal unitario del vigésimo primer circuito, con sede en Chilpancingo, modificó la condena a 21 años por homicidio calificado, 20 años por tentativa de homicidio calificado, cinco años por rebelión y tres meses por daño en propiedad ajena, en suma, 46 años y tres meses, mismos que fueron impugnados por los presos, quienes después de una batalla judicial de años consiguieron ganar el amparo judicial.
Jacobo inicia manifestando su gusto por estar en Monterrey y que platicaría sus experiencias de manera sencilla, pero que era importante escuchar las experiencias o dudas que los asistentes pudieran tener, así, inicia una charla íntima entre expositor y asistentes, que en su oportunidad expresaron agradecimiento al Compañero Jacobo, - así le llamaron -, cuando se dirigían a él para una pregunta o simplemente felicitarlo por su liberación y activismo abierto. Solicitó al norte que vean al sur, mientras acá la batalla se libra entre cárteles del narcotráfico, allá una nueva figura destaca, los narcoparamilitares, quienes, incluso secuestran a luchadores sociales y son entregados a las autoridades locales para su encarcelamiento.
Jacobo inicia manifestando su gusto por estar en Monterrey y que platicaría sus experiencias de manera sencilla, pero que era importante escuchar las experiencias o dudas que los asistentes pudieran tener, así, inicia una charla íntima entre expositor y asistentes, que en su oportunidad expresaron agradecimiento al Compañero Jacobo, - así le llamaron -, cuando se dirigían a él para una pregunta o simplemente felicitarlo por su liberación y activismo abierto. Solicitó al norte que vean al sur, mientras acá la batalla se libra entre cárteles del narcotráfico, allá una nueva figura destaca, los narcoparamilitares, quienes, incluso secuestran a luchadores sociales y son entregados a las autoridades locales para su encarcelamiento.
Para Jacobo Silva la lucha social es un deber, todavía recuerda como fue su niñez, con imágenes que amagan los sentidos, niños hambrientos, la miseria como realidad cotidiana. Niños con vientres abultados por las lombrices que habitan sus entrañas, niños sin futuro promisorio, caseríos perdidos, fuera de los programas sociales del gobierno en turno. Así, dice Antonio, aún en las peores condiciones, se puede luchar: “ un ejemplo claro es el hecho de su asistencia a este evento, imagínense, diez años sin poder hablar, ahora la circunstancia es distinta, podemos hablar. Como guerrillero se veía solamente el sur y alguien me dijo ¿ por que el sur no ve al norte ? eso me llamó la atención como guerrillero no pude, era el sur donde nos movíamos, después estuve 10 años en un penal de alta seguridad, pero ahora es preciso ver al norte, tener organización, pero que el norte vea al sur debido a que el país se resquebraja y debemos luchar para que la situación sea diferente ”.
No quiso hablar de la tortura, dijo que hay cosas que todo ser humano quisiera olvidar, que desaparecieran de su vida, pero hay cosas que no pueden olvidarse, sin embargo hay cosas que nos cambian, dice que los seres humanos debieran leer, escribir sus experiencias, pintar; esas actividades, argumenta, nos ayudan a ver otra perspectiva del mundo, mientras no lo hagamos la personalidad está incompleta, sentencio.
Jacobo Silva seguirá, junto con Gloria Arenas, su esposa, haciendo trabajo político y visitando los estados. En esta oportunidad Gloria no estuvo presente, asuntos familiares se lo impidieron, pero seguramente Jacobo le llevará la buena nueva, en Monterrey hay ciudadanos que convergen con la propuesta de fortalecer la lucha social como uno de los caminos necesarios para la transformación de la patria.
Termina el encuentro con un exguerrillero que no renuncia a su condición de luchador social, ahora con las armas de la razón, con una organización donde sus estructuras se horizontalicen. Veo a un hombre, de estatura física media, de mirada franca y sonrisa fácil. Si, sabe reír, contar anécdotas de las experiencias vividas. No destila odio, acaso tristeza cuando los recuerdos avasallan sus sentidos.
Termina el encuentro con un exguerrillero que no renuncia a su condición de luchador social, ahora con las armas de la razón, con una organización donde sus estructuras se horizontalicen. Veo a un hombre, de estatura física media, de mirada franca y sonrisa fácil. Si, sabe reír, contar anécdotas de las experiencias vividas. No destila odio, acaso tristeza cuando los recuerdos avasallan sus sentidos.
Un sábado con sol brillante, frío en las sombras, deja de ser un sábado de fin de semana solamente, con Jacobo Silva Nogales estrechando la mano con la mirada y una sonrisa.
No comments:
Post a Comment