Con este artículo aparecido en Siempre ! donde habitualmente escribe nuestra colaboradora, pero sobre todo amiga muy querida, Patricia Gutiérrez Otero, inicia sus colaboraciones para A Romper el Cerco Informativo ! y para SomosUno Radio, donde aparecerá con frecuencia, agradeciéndole desde este espacio su generosidad.
Pensamiento a fondo
Patricia Gutiérrez-Otero y Javier Sicilia
"Exigimos al gobernador del Estado de Chiapas Juan Sabines Guerrero,
nuestra pronta libertad, no somos asesinos, no somos terroristas, somos
inocentes de lo que nos acusan . mediante torturas y amenazas de muerte
nos hicieron firmar algo que no lo cometimos."
San Cristóbal de las casas, Chiapas. Primero de abril de 2008. CERESO
NUMERO 5. INTEGRANTES DE LA VOZ DE LLANOS.
¡Ay, Felipe Calderón, la sangre del inocente caerá sobre tu cabeza y sobre la cabeza de tus hijos y de los hijos de tus hijos! No es una maldición. Es un lamento: cuando escupes al cielo, el escupitajo te cae en la cara.
En el momento en que aparecerá esta columna quizás ya habrán muerto uno o varios de los indígenas de Chiapas, la mayoría tzotziles, que desde hace más de 40 días están en huelga de hambre en los penales 14, el Amate; 15, San Cristóbal de las Casas; y 17, Playas de Catazaja, y tú no has querido oírlos, no has escuchado el grito que lanzan al dar su vida para pedir que se busque la verdad sobre sus casos. En cada uno de ellos, Felipe Calderón, deberías ver al Señor que en la Iglesia dices adorar… Cada uno de ellos es Él, porque Él lo dijo --lo sabes bien, lo aprendiste en el catecismo, te lo enseñaron. Su sangre, y las lágrimas de sus familias, también caerán sobre los hijos de esta tierra, la suya y la nuestra, que no nos hemos movido por ellos. Caerá sobre la casa de Pablo Salazar, Juan Sabines y tantos caciques, paramilitares, sicarios, empresarios. Dejarlos morir así es una infamia; como lo ha sido dejarlos morir lentamente a través de los siglos. A muchos los torturaron con bolsas de plástico en la cabeza, como para continuar la asfixia que han sufrido los indígenas. Muchos firmaron sin conocer bien el español, sin tener intérpretes, sin descifrar la jerga jurídica; otros bajo el efecto de amenazas o de torturas (hay uno al que encerraron 12 horas en un refrigerador; hay otra que perdió a su hijo de 8 meses por los golpes recibidos). La mayoría son católicos, la mayoría estaba comprometida con movimientos sociales y religiosos, algunos son muy jóvenes. No son, como los acusan, asesinos, ladrones, secuestradores… ¿Te ha interesado ir allá, Felipe Calderón, hablar con ellos, ver a sus familias, conocer la situación? ¿Aún tienes conciencia, Felipe?
¡Ay, Felipe Calderón, habrá un juicio de Aquél que ve hasta el fondo de las entrañas, hasta el fondo de las médulas, hasta el fondo del corazón y habrá un juicio de la historia! Fraudulentamente o no, te tocó gobernar este país y te debías a los más desheredados. Por eso no votamos por ti, Felipe Calderón, porque sabíamos que los abandonarías a su mala suerte y los venderías a las empresas trasnacionales que desean grandes carreteras que atraviesen sus tierras y a los caciques que aún tienen privilegios, viejos dinosaurios de una época feudal. Dios es justo y puede vomitarte, Felipe. Te tocaba ser santo al ocupar este puesto de dirigente de una Nación donde los habitantes originarios van muriendo. Ahora algunos ya están falleciendo y claman justicia al cielo. ¡Pobre de ti, Felipe Calderón Hinojosa!
Además, opinamos que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, liberar a todos los zapatistas presos, poner límite al TLC y al neoliberalismo, y esclarecer los crímenes de las asesinadas de Juárez.
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