Entrevista a Sanjuana Martínez, premio de periodismo Ortega y Gasset
El galardón, por sus reportajes publicados en La Jornada
La periodista se ha convertido en una voz muy molesta para la Iglesia católica, institución con sectores que arropan a curas pederastas sin importarle el dolor de las víctimas, así como en severa crítica del gobierno federal contra la impunidad y la incapacidad para proteger a los niños de esas redes siniestras
Armando G. Tejeda (Corresponsal)
Madrid, 4 de abril. La periodista Sanjuana Martínez se ha convertido en una de las voces más molestas para las redes de pederastia que subyacen en las sociedades secretas del clero mexicano.
Sus investigaciones han sido publicadas en La Jornada y en dos libros –Manto púrpura y Prueba de fe: la red de cardenales y obispos en la pederastia clerical– que denuncian la situación de impunidad en que viven ciertos curas que abusan de menores en México, protegidos por la jerarquía católica y por el propio gobierno.
La serie de reportajes sobre los crímenes presuntamente cometidos por sacerdotes mexicanos contra menores de edad, publicada en La Jornada bajo el título Pederastia clerical, por la periodista mexicana fueron reconocidos hoy con el premio al Mejor Trabajo de Investigación de la versión 25 de los Premios Ortega y Gasset de Periodismo.
Este galardón, de enorme prestigio en Europa y en el resto del mundo, pretende llamar la atención sobre “los abusos escandalosos cometidos por parte de diversos estamentos del clero mexicano”.
Entrega, el 7 de mayo
En esta versión de los premios Ortega y Gasset, considerados los “Pulitzer en español”, está muy presente México, sólo que por cuestiones como las que denuncia Sanjuana Martínez en sus reportajes, como la impunidad de los curas pederastas y las redes mafiosas que protegen a los sacerdotes que han abusado de menores; y, también, por el reconocimiento en el apartado de “trayectoria profesional” a la revista Zeta, editada en Tijuana. Este semanario es reconocido por que “desde su fundación, en 1980, ha denunciado con valentía el clima de impunidad impuesto por la corrupción y el tráfico de drogas en los estados fronterizos del norte de México”.
Los premios, que se entregarán el 7 de mayo en Madrid, también reconoció en el apartado de Periodismo Digital la labor de Yoani Sánchez, una ciudadana cubana por su blog Generación Y.
Por último, se reconoció la trayectoria como fotoperiodista del español Gervasio Sánchez, veterano corresponsal de guerra que ha captado con su cámara los principales y más trágicos conflictos bélicos de las recientes décadas.
El jurado de los premios estuvo integrado por el catedrático Gregorio Peces Barba, el filósofo Fernando Savater, los periodistas Ángels Barceló y Antonio Franco, la actriz Blanca Marsillach, entre otros.
El Pulitzer de habla hispana
Sanjuana Martínez, de 45 años y originaria de Monterrey, tiene a sus espaldas una larga experiencia como periodista de investigación, al haber sido durante 15 años corresponsal de la revista Proceso en Madrid.
También es colaboradora habitual de este periódico y recientemente ha sido galardonada con el Premio Nacional de Periodismo y, ahora, con el Premio Ortega y Gasset, que recibirá el próximo 7 de mayo en la capital española, motivo por el cual habla en entrevista.
–¿Qué significa para usted haber sido distinguida con el premio de mayor prestigio del periodismo español, y en la rama de más reconocimiento, como es la de investigación?
–Para mí es un honor. Primero que nada por el legado de los premios Ortega y Gasset, por lo que significa dentro del periodismo en lengua hispana, pues estos galardones son el Pulitzer en español. Lo primero que pensé cuando me avisaron fue en las víctimas de la pederastia clerical.
“En realidad este premio es de ellos. Creo que es un reconocimiento internacional a su valor, a su firmeza, a su sufrimiento por la impunidad que han padecido, y una denuncia de la negación de la justicia en México.
‘“No hay que olvidar que hasta hace muy poco, en México, la pederastia clerical estaba en la oscuridad, no existían las víctimas y por primera vez han salido a la luz para mostrar su dolor y reclamar justicia y reparación.
“Este premio también sirve para exhibir en el mundo el nivel de impunidad que hay en México y cómo el sistema de justicia de mi país ha fracasado en el tema de la pederastia.”
Amenazas, gajes del oficio
–Usted ha investigado a fondo y ha escrito bastante sobre las redes de pederastia en la Iglesia católica, pero, ¿no tiene la sensación de que apenas conocemos una pequeña parte de lo que hay detrás?
–Hay toda una maquinaria de protección sistémica dentro de la Iglesia católica mexicana y mundial. Sin embargo, en México esta protección se acentúa más debido a que el poder público, el gobierno, protege los crímenes cometidos por el clero porque son los mismos cardenales y la Iglesia como institución los que bendicen al gobierno de Felipe Calderón. Entonces no hay voluntad política en investigar ni terminar con este tipo de crímenes execrables ni decisión por parte de las autoridades para proteger a nuestros niños, que son el futuro del país, de estas redes siniestras.
“Es una verdadera tragedia lo que está sucediendo. Lamentablemente en México la falta de estado de derecho no permite que las víctimas de pederastas tengan justicia y por eso la están buscando en los tribunales estadunidenses.”
–¿Sigue recibiendo amenazas por investigar estos asuntos? ¿Cree que se vayan a recrudecer a raíz de la concesión del premio?
–Los periodistas que nos dedicamos al periodismo de investigación y a exhibir las conexiones del poder con el crimen organizado, estamos amenazados. Digamos que forma parte de los gajes del oficio, pues lamentablemente en México no vivimos en un democracia, ya que ésta se mide, entre otras cosas, por el respeto al ejercicio de la labor periodística.
“En México hay más de 30 periodistas asesinados, 10 desaparecidos y hasta ahora el gobierno de Felipe Calderón no ha hecho nada para proteger nuestro ejercicio profesional.
“Son muchos los compañeros que han caído en el ejercicio del deber y también son muchos los que están sufriendo represión, persecución y censura.
“Por eso siento que el premio Ortega y Gasset, además de ser un reconocimiento de enorme importancia, también representa para mí una especie de blindaje. Es una protección ante las amenazas y el peligro latente que persiste en mi país.”
Toda una maraña
–¿Quién protege a los sacerdotes pederastas?
–En este momento el principal protector de la institución católica mexicana es el gobierno de Calderón. No olvidemos que el nuevo inquilino de Los Pinos llegó al poder gracias al apoyo del brazo armado católico, El Yunque, y de los ultraconservadores. Entonces lo que hace Felipe Calderón es devolverles el favor protegiendo los crímenes de la Iglesia católica.
“Pero es una maraña, pues hay que recordar que existe toda una red de pederastia y pornografía infantil constituida por hombres de poder en los ámbitos religioso, político y empresarial. Es crimen organizado en estado puro, existe en todo el territorio mexicano y eso ha provocado que el país sea uno de los paraísos para pederastas en el mundo.”
–¿Estos temas cada vez se tocan menos en los medios de comunicación?
–Así es. Por eso es importante haber roto el cerco informativo, pues hace poco era impensable que los medios de comunicación hablaran sobre los crímenes cometidos por sacerdotes. Y esto ha permitido precisamente que haya curas que lleven más de 40 años de carrera delictiva y es lo que sigue permitiendo que cardenales como Juan Sandoval Íñiguez, Norberto Rivera y Robles Ortega tengan clínicas para supuestamente curar la pederastia, cuando en realidad se trata de guaridas de criminales.
“El periodismo brinda la oportunidad de generar cambios. Por eso una de las cosas más importantes al ser galardonada con el Premio Ortega y Gasset es que también se reconozca a escala internacional el ejercicio periodístico de La Jornada, diario que es una plataforma vital para exhibir la corrupción entre el poder y las instituciones eclesiásticas.
“La Jornada se ha arriesgado, ha sufrido el embate contra este ejercicio de libertad al publicar mi trabajo; ha permanecido firme en la búsqueda de la verdad a pesar de que se intentó y se intenta por muchos medios coartar su ejercicio de libertad periodística.
“El premio también es un reconocimiento para La Jornada.”
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