Javier Corral Jurado
El Acuerdo que apareció el lunes en el Diario Oficial de la Federación, a través del cual el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, plantea otorgar de manera indiscriminada nuevas concesiones de radio en FM a los concesionarios de AM, es un deplorable acto de oportunismo político del gobierno federal, que intercambia bienes del dominio de la Nación, en aras de objetivos estrictamente electorales. Repiten una acción de manufactura típicamente priísta.
De una primera y rápida lectura para poder enviar esta colaboración a tiempo, me percato de serias violaciones constitucionales y legales que hacen del Acuerdo un instrumento impugnable. Y otra vez, el Ejecutivo federal atropella los criterios de la SCJN establecidos en la sentencia del 20 de agosto de 2007 sobre la acción de inconstitucionalidad contra la Ley Televisa, en este caso específico, los señalados en relación con el artículo 134 de la constitución, que obliga al Estado a licitar el uso y aprovechamiento de bienes del dominio público. Ya había ignorado los efectos de esa sentencia sobre la actual integración de la Cofetel, y luego recientemente, al refrendar 131 concesiones de radio, se ignoró el mandato judicial que ordena volver a concursar al vencimiento de la concesión.
En reunión privada el pasado viernes, el Presidente de la República y los directivos de la CIRT, se apalabraron como siempre lo han hecho, a espaldas de la sociedad para disponer indebidamente de lo que no es suyo de manera exclusiva. Porque en encerronas, se le ha ido arrancando a la Nación, enormes pedazos del patrimonio común. Se vuelve a ratificar la visión de que el tema de la radiodifusión, sólo es asunto entre empresarios y gobierno, porque ni a los permisionarios los tomaron en cuenta.
Dirigida aparentemente a beneficiar a los pequeños operadores, denominados “independientes”, en realidad la medida viene a reforzar a los empresarios que en los últimos años han comprado frecuencias de AM anticipándose a lo que ayer se hizo realidad. Más para los mismos, porque sólo se siguen atendiendo los intereses particulares.
El Acuerdo da la apariencia de contener avances; es un instrumento de simulación desde su mismo título. Dice ser un cambio de frecuencias y que en un plazo de dos años se impondrá regresar la frecuencia de AM; es falso. El artículo sexto de ese acuerdo abre la posibilidad de mantener por más tiempo, e incluso de manera indefinida bajo el actual esquema de otorgamiento de refrendos, las dos frecuencias, y cuando llegue el acuerdo digital, una tercera adicional para la transmisión simultánea.
Ya no tengo el espacio de antes para poder explicar con detalle las contradicciones y las inconsistencias de este acuerdo. Lo iré haciendo en mis subsecuentes artículos, y de manera inmediata en mi portal de internet:
www.javiercorral.org.
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