Friday, June 08, 2007

Sanos muy sanos: The Beach Boys


René Zúñiga

De manera inesperada me vi envuelto en una invitación que no se podía declinar a ver un espectáculo del sesentero grupo The Beach Boys. Llegué cerca de las 8:45 p.m., ante una Arena Monterrey semi desierta, eso si carrazos de lujo del primer mundo estacionados oportunamente en los amplios estacionamientos, sus dueños, ataviados con ropas casuales convivían con amigos de ocasión o con amigos que inesperadamente encontraron en el evento, en unas isletas donde se expenden bebidas de moderación nacionales e importadas.
Dentro del enorme edificio asientos en espera de sus dueños lucían desencantados, abajo en la zona vip, gente bonita en espera del inicio. Parroquiano llegando apresuradamente, luces espectaculares con un bombardeo sistemático de los patrocinadores del espectáculo, bocinas violadoras de oídos semivírgenes, escupían música pop de clase mundial. Inesperadamente, la aparición de una comentarista de espectáculos local, quién dio la bienvenida al respetable, informando los pormenores de una pasarela de ropa de playa patrocinada por una prestigiada tienda ubicada en San Pedro, pero además el privilegio de establecer guinness record mundial de la pasarela más larga y creo que más ancha del mundo. Así, solicitó la presencia de Miguel Herrera, entusiasta, pero errático e impulsivo director técnico de los rayados, quién recibió unos tímidos aplausos y una ensordecedora rechifla, seguramente propinada por aficionados tigres, que siempre son oportunos y la venganza la disfrutan en cualquiera de sus manifestaciones, aunque sobra decirlo, no había necesidad de nada, ya que Miguelito hizo el osote al recibir las indicaciones de que iniciara la medición desde el frente del escenario, hasta el final donde era esperado por un notario público que daría fe del largo de la pasarela. El notario, con micrófono en mano, elocuentemente balbuceó la cifra anhelada ( ? ), estallando el júbilo y reconocimiento de la gente en general que gustosa festejó un nuevo récord mundial obtenido en casa: ¡ Otro triunfo para la cultura y la grandeza de Nuevo León !
Una vez de realizado el acto protocolario de la medición se dio inicio al desfile de ropa playera, top models hermosas, algunas con generosas y bien acomodadas carnes, otras más bien flacas y todas con una sonrisa artificial, como sus moldeados cuerpos. Destaco que hubo también modelos masculinos con características similares a las féminas; cuerpos trabajados, sonrisas fáciles, sin embargo, es de mencionar que el más vitoreado por las damas asistentes fue un modelo de color, como si se tratase de un héroe de la cinematografía mundial, pero la realidad no era esa, sino que a llegado a los castos oídos femeninos la fama bien cimentada de que la gente de color cuenta con un saludable y portentoso órgano viril, así lo manifestaron unas vecinas de asiento que frotaban sus manos en sus muslos de manera entusiasta, entre gritos de reconocimiento para tan apuesto modelo.
Así transcurrieron los minutos, para que finalmente desaparecieran estos trabajadores de la moda globalizada y se anunciara un receso de 10 minutos para que iniciara el show de los muchachos de la playa.
En el inter, alguna familia aprovechó para sacar su itacate, refrescos, lonches ( sándwiches ), seguramente hasta un dulce que no alcance a distinguir a distancia. En esas estaban, cuando un par de empleados del inmueble, llegaron a interrumpir la ingestión de los sagrados alimentos, pidiéndole a uno de los comensales que por favor entregaran los artículos no adquiridos, en exclusividad, en la Arena Monterrey. Ante el asombro e indignación del público cercano, pero que por prudencia y educación –que conste-, se abstuvieron de decir una sola palabra. Menos mal que las cosas no pasaron a mayores, ya no fueron molestados, pero seguramente que no lograron concentrarse el resto de la noche.
Los beach boys aparecieron en el escenario, renovados, con músicos muy jóvenes, seguramente hijos, nietos o empleados. Los únicos miembros originales del grupo: Bruce Johnston y Mike Love, intentaron imprimir el peculiar estilo que los llevó a la palestra de la fama allá por la década de los sesentas, música y letras lineales, sin ambages intelectuales fueron la fórmula de su éxito en aquella remota década, aquí y ahora en Monterrey, también. Mientras cientos y miles de jóvenes en toda la unión americana protestaban por Vietnam, por los derechos civiles de la gente de color y los migrantes, por libertades democráticas en una nación retardataria y oscura. Gentes como Joan Baez, The Grateful Dead, The Jefferson Airplane, The Doors, Janis Joplin, Hendrix. En la literatura Jack Kerouac, Ginsberg; en la plástica visible y colorida del pop, Andy Warhol se pitorreaban y cuestionaban a esa sociedad, mientras estos chicos sanos cantaban, cogían, bailaban alegremente en las playas de California.
A unos días del inicio del pomposamente llamado Foro Universal de las Culturas, el respetable aplaudió, dejó a un lado el terror cotidiano de los ajusticiamientos, para disfrutar con unos viejos sanos, gringuillos simpáticos, nostálgicos; con deseos de llevarse algunos dolarillos para su jubilación en puerta.

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