En estos tiempos de falta de valores y ausencia de convicciones, cambiar de discurso, tomar decisiones y actuar en base a la popularidad perdida, provoca una mayor desconfianza que la que se pretende recuperar con su espectacular aparición en cadena nacional.Felipe Calderón después de 18 meses de un gobierno contradictorio e ineficiente no ha podido cumplir sus promesas de campaña. El estigma del fraude lo persigue hasta cuando la inconciencia lo abandona en la pesadilla de los sueños, al grado de aparecer ante los medios electrónicos en cadena nacional, cada que su conglomerado de asesores lo consideran pertinente. No le funciona la brújula y confunde el planeta Venus con la estrella del norte ( Polaris, situada en el extremo de la constelación de la Osa Menor y en un punto que coincide aproximadamente con la prolongación del eje de rotación de la Tierra, la estrella Polar ha sido una de las guías más importantes para los navegantes y exploradores. Su posición nos señala la ruta hacia el Norte, una referencia fundamental para poder orientarnos sobre la superficie terrestre ), que por allá del Siglo XIX, guiaba a los marinos a buen puerto.
Basta con sólo observar el rictus del entusiasmo ficticio del Señor Calderón para saber que las cosas andan mal, decisiones con rostro de progreso y populismo que tanto ha criticado, pero que en el fondo abonan a la idea de que Felipe ve muy cercano el 2009 y presuroso, junto con su partido y el arrogante Germán Martínez al frente, arman una estrategia para recuperar lo perdido en el universo electoral, después del escandaloso fraude que le permitió llegar a la presidencia del país, gracias a que el poder económico se coludió con el control de las instituciones para el efecto.
Nuevamente desborda el entusiasmo y asegura, sin rubor alguno, que al término de su gestión, siempre y cuanto prosperen las iniciativas que promueve en el sector energético, laboral, educativo y de telecomunicaciones, habrá un crecimiento del pib ( producto interno bruto ), hasta de un 6 %, la generación de más de 800 mil empleos anuales y lo más espectacular: la reducción de 30 por ciento en la población en pobreza alimentaria, Lo que significaría avanzar a una situación de privilegio y casi de la administración, ahora si, de la riqueza tan prometida desde Echeverría y López Portillo.
El presidente del empleo promete que la generación del empleo será regional, apoyándose en infraestructura, la generación de energía, las telecomunicaciones, en manos de unos poquitos y afines al régimen. El campo, el turismo y la vivienda, cuando la inflación está debastando la economía de las familias mexicanas, el empleo es poco y mal pagado y a las famosas y esperadas maquiladoras, a pesar de que les permiten toda clase de argucias para evitar que el trabajador tenga garantías laborales consagradas en la Ley Federal del Trabajo; estas cada día ponen más condiciones para instalarse en México, además que la adquisición de vivienda cada día está más alejada de las posibilidades reales del trabajador.
A donde vamos con esta política de un Felipe Calderón preocupado por su baja popularidad y reaccionando con anuncios espectaculares que no dicen nada o poco a una población incrédula, después de tantas mentiras e intentos de manipulación auspiciadas desde la presidencia y de la mano de las grandes televisoras, que no pierden oportunidad de demostrarle al régimen su “ lealdad ”. Con un ejército y policías federales en las calles, carreteras, caminos del país, sembrando terror, pero enfrentando a una poderosa delincuencia organizada y teniendo numerosas bajas.
Las condiciones están dadas para que el partido del gobierno desaparezca del mapa electoral o por lo menos se confirme lo que las encuestas dicen, con un Partido de la Revolución Democrática dividido y con mínima credibilidad y, un Revolucionario Institucional, agazapado esperando el repunte de su presencia a nivel nacional y seguro de su posicionamiento en las elecciones federales del 2009, nos dibujan un país caótico, con vacío de poder, que apuntalará la debacle por los yerros en cuestiones económicas de la actual administración, su falta de visión de futuro y la falta de experiencia para ser gobierno, ya no digamos la legitimidad tan cuestionada del mismo.
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