* Acuerda el gobierno con comerciantes alza de precios
* Dejar pasar en el encarecimiento de la tortilla
* Por chantaje, 90 millones de pesos más a Cargill
En un acto que contraviene la Ley de Competencia Económica y que merma el presupuesto público a favor de la trasnacional Cargill, la Presidencia de la República y su secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas, concertaron con comercializadores e industriales del maíz los precios del grano que regirán en el mercado para la tortilla en junio-noviembre de 2008.
El acuerdo, determinado el 22 y 23 de mayo –previo al anuncio de Felipe Calderón sobre las “acciones de apoyo a la economía familiar”– no pretende frenar la carestía; prevé más bien un encarecimiento mensual del maíz orientado a los industriales del nixtamal y la tortilla. Como contrapeso, la Presidencia estima y acepta que habrá aumentos del precio de la tortilla “moderados” y sin hacer mucho ruido, en principio, ya ahora, de 50 centavos por kilo.
Los días 22 y 23, el coordinador del gabinete económico de la Presidencia , Felipe Duarte Olvera, se reunió con directivos de Cargill, Minsa, Archer Danield's Midland, Portimex, Integranos México, Comersin, Sumasa, Grupo de Consultoría de Mercados Agrícolas y Siacomex. La cita fue en la sala de juntas de Alberto Cárdenas, quien también participó, junto con su subsecretario de Agricultura, Francisco López Tostado; con la subsecretaria de Comercio, Rocío Ruiz, y con la directora de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca), Graciela Aguilar.
Maíz caro para nixtamaleros. Allí los representantes gubernamentales informaron que los apoyos a la comercialización de la próxima cosecha de Sinaloa de maíz blanco (la de otoño/invierno 2007-08, la determinante para el abasto nacional de los próximos meses) serían de 525 pesos por tonelada. A cambio, pidieron a los comercializadores concertar precios para entrega del grano a nixtamaleros e industriales de la tortilla (cribado y envasado) con precios fijos, de 3 mil 450 pesos por tonelada en junio-julio (durante la cosecha), 3 mil 500 en agosto, 3 mil 600 en septiembre, 3 mil 700 en octubre y 3 mil 800 pesos en noviembre. O sea, un acumulado de 10 por ciento en cuatro meses.
Esto, que implica 2.5 millones de toneladas de tal cosecha dirigidos a la cadena maíz-tortilla –pues el resto de 1.5 millones irá a la industria pecuaria– fue algo que no gustó a Cargill. Su director en México, José Ganem, dijo que este tipo de convenios dan mala fama a la trasnacional, pues se le acusa de enriquecerse con recursos del erario público. La respuesta de Duarte Olvera fue “vamos a aumentar los apoyos a la comercialización en 50 pesos por tonelada”. Cargill rechazó tajante, pero al final –tras consultas que Duarte hizo con altos niveles– aceptó un aumento de 100.
Tales subsidios serán entonces de 625 pesos por tonelada, desglosados así: 185 por apoyo a pignoración, 150 para fletes, 150 más para cubrir 50 por ciento del costo de la prima de cobertura de precios del maíz en la bolsa de futuros de Chicago, y 100 pesos por “chantaje” de Cargill.
Profetas del mercado ciegos a las señales del mercado
Alimentos : cuando nos hicieron dependientes decían que era mejor importar granos baratos que producirlos caros, en cambio hoy que subieron y habría que sembrarlos aquí, el programa emergente del gobierno es un llamado a las importaciones especulativas.
Energía : cuando el petróleo valía menos acotábamos su exportación para asegurar el abasto interno y tener seguridad energética, en cambio cuando encarece Calderón se empeña en sacar y vender lo antes posible el que nos queda.
Café : los consumidores piden calidad y nosotros podemos cosechar un excelente grano suave, pero en vez de seguir el ejemplo de Colombia, el gobierno favorece a empresas productoras de solubles y mezclas corrientes en que nuestros buenos arábigos no compiten.
La ganona será Cargill, pues de los 2.5 millones de toneladas, la trasnacional contrató 900 mil, o sea 36 por ciento, y por subsidios estará recibiendo 562.5 millones de pesos (90 millones de los cuales en el rubro de chantaje). Además habrá que ver a cuánto ascienden sus ganancias en la comercialización. El maíz lo pagará a los productores de Sinaloa en 2 mil 800 pesos por tonelada, pero considerando el subsidio, en realidad le costará a Cargill y a los demás compradores 2 mil 175 pesos. Y de inmediato, en junio-julio, podrá vender a 3 mil 450 pesos (mil 275 pesos más alto) a los nixtamaleros, gracias al precio concertado con Presidencia.
Cargill además podrá aprovechar la decisión de importaciones sin arancel de maíz de cualquier origen y colocar el grano a los nixtamaleros a los precios acordados con Presidencia.
Duarte Olvera, quien decidió todo en las reuniones –con la anuencia simplemente de Alberto Cárdenas– pidió a los participantes “discreción”, que el acuerdo no se filtrara a la prensa. Tal vez supuso que este tipo de convenios son ilegales y van contracorriente del tal venerado libre comercio.
Como colofón hay que decir algo: una semana después de esos encuentros Alberto Cárdenas presidió la sesión periódica del Consejo Mexicano para el Desarrollo Rural Sustentable (CMDR) e informó allí que el presupuesto de la Secretaría de Agricultura sufrirá un recorte de mil 500 millones de pesos para dar soporte a las “acciones en apoyo a la economía familiar” de Felipe Calderón. Recursos que iban para la agricultura se desvían a favor de trasnacionales.
Lourdes Edith Rudiño.
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