PLAZA PÚBLICA
Miguel Ángel Granados Chapa/ El Siglo de Torreón
Natividad González Parás, Gobernador de Nuevo León, y Jorge Mendoza, Senador de representación proporcional nacido en ese estado, contaron entre los asistentes al ágape ofrecido por el Senador Manlio Fabio Beltrones con motivo de la boda de su hija, y que congregó a buen número de miembros de la clase política mexicana, no muy recomendables algunos de ellos. Al saberlos presentes en ese festejo capitalino recordé a las familias de más de 100 personas "levantadas" en aquella entidad en el año y medio reciente, sin que se conozca su paradero y que no tienen, por ende, nada de que regocijarse.
El 10 de mayo de 2007 sufrieron esa suerte, desaparecieron, los reporteros de TV Azteca en Monterrey Gamaliel López Candanosa y Gerardo Paredes Pérez. Trabajaban notas "de color", "humanas", a cuyo ejercicio se presta la celebración del Día de las Madres. Desde el Hospital Universitario informaron del nacimiento de siamesas y se dirigían al barrio de Topo Chico, donde harían un reportaje sobre niños abandonados. Gamaliel informó de eso a su esposa, a la que telefoneó a las cuatro de la tarde. Viajaban a bordo de un coche propiedad y con el logotipo de la televisora. Desde entonces no se sabe de ellos. Setenta y dos horas más tarde sus familiares denunciaron la desaparición. Ese mismo día, 13 de mayo, el noticiario local de TV Azteca incluyó una nota sobre el hecho:
"El ambiente de violencia generado en meses recientes en el área metropolitana de Monterrey ha propiciado diversas especulaciones, pero ninguna ha sido confirmada. La única certeza es que los reporteros no han llegado a sus casas ni se han presentado en su trabajo, y el vehículo de la empresa, en que se desplazaban, tampoco ha aparecido... Se inició un rastreo ciudadano con la colaboración de los cuerpos de seguridad de la entidad y la empresa se ha preocupado por mantener informados a los familiares de los trabajadores garantizándoles todo su apoyo y asistencia". El comunicado de TV Azteca, difundido en el medio tiempo de un partido de futbol esa noche, en voz de Ramón Fragoso, "manifestó su deseo de que no exista motivo para pensar en un caso de agresión a los medios de comunicación o a la libertad de expresión de sus representantes y reitera su confianza para que ambos reporteros aparezcan sanos y salvos".
El Gobernador González Parás declaró sobre la desaparición de los reporteros:
"Cualquier situación que implique una acechanza contra la libertad de cualquier periodista o medio de comunicación es algo que debemos ver con mucha atención y cuidado. Estamos comprometidos en lograr pronto información. Empezamos a realizar algunas acciones, incluso antes de que recibiéramos formalmente la denuncia de los familiares. Yo espero que pronto sepamos la razón de esta desaparición y si hay posibilidad de resolver el problema, lo hagamos".
Seguramente no hubo posibilidad de resolver el problema porque no lo hicieron las autoridades encabezadas por González Parás. Por lo contrario, a 14 meses de lo sucedido, la leve insistencia de la familia de Gerardo Paredes deja inmutables a funcionarios del Ministerio Público y de seguridad estatal, que se amparan en el sigilo de la averiguación previa para negar información sobre la misma. Ni siquiera han permitido a la esposa de Gerardo tener copia de las diligencias, que ella ha solicitado en su derecho como víctima.
Mientras tanto, TV Azteca ha preferido guardar silencio sobre la desaparición de sus reporteros. Tras la mención inicial no ha vuelto a referirse al suceso. El ahora Senador Mendoza, que a la sazón era vicepresidente de la televisora y ahora se afana por presentarse ante los ciudadanos de Nuevo León como su representante (lo que ha hecho en copiosa correspondencia con cargo a la franquicia senatorial), tampoco ha mostrado interés por la suerte de las familias de los desaparecidos, ni siquiera porque son sus presuntos representados. Este 25 de junio, el corresponsal de Proceso en Monterrey, Luciano Campos Garza, obtuvo de Fernando Martínez, director de relaciones institucionales de TV azteca, la promesa de una entrevista "en la que daría a conocer la postura de su empresa, respecto del estado en que se encuentran las indagatorias. Martínez dijo que la noche de ese mismo día se comunicaría por teléfono con el corresponsal, pero no lo hizo" (Proceso, 29 de junio).
El silencio de la televisora de Ricardo Salinas Pliego contrasta rudamente con su posición estentórea con motivo del asesinato de Paco Stanley. El propio concesionario, tras una filípica al Gobierno capitalino, encabezado entonces por Cuauhtémoc Cárdenas, hizo un alegato contra la democracia, a la que atribuyó el clima de inseguridad en que vivía el Distrito Federal. Esa misma actitud se prolongó durante meses contra las autoridades que conocieron el caso.
Contrasta igualmente el silencio de TV Azteca respecto de su propio personal con su revitalizado y abstracto alegato en defensa de la libertad de expresión, con motivo de la reforma constitucional en materia de elecciones y las demandas de amparo contra su vigencia. No digo que deba emplear las concesiones de servicio con que cuenta para ser abogada en causa propia. Pero al menos debía hacer saber a los familiares de los desaparecidos, a los que sigue cubriendo sus salarios, y notificarlo al público, que la infausta suerte de sus reporteros es realmente un ataque a la libertad de información, como lo es también la impunidad consiguiente.
Cajón de Sastre
A diferencia de lo que opina su jefe, el Presidente de la República, que ha desestimado ese ejercicio, el Secretario de Hacienda, Agustín Carstens, lo valoró en el párrafo introductorio de su intervención en el debate sobre la reforma petrolera: "Es un gran honor participar en estos importantes foros de análisis a los que atinadamente ha convocado el honorable Senado de la República. Además de ser un ejemplar ejercicio democrático, estos foros representan una oportunidad histórica para que, con total libertad y con la mayor responsabilidad, analicemos las mejores opciones para que los hidrocarburos en México no sólo se preserven como propiedad de la nación, sino que se traduzcan en beneficios tangibles para los mexicanos de hoy y de las futuras generaciones".
Correo electrónico: libraria@prodigy.net.mx
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