Secreto en la montaña censurada

Sábado, 20 de Diciembre de 2008 01:52

Flavia Mameli en Artemisa Noticias



El canal de televisión italiano RAI 2 emitió el lunes 8 una versión censurada de la película Secreto en la montaña, en la que se suprimieron escenas de sexo entre los dos protagonistas varones del film. Organizaciones militantes por la diversidad sexual denunciaron la censura y exigieron explicaciones a los responsables del canal.
Insuurectas y Punto
El lunes 8 de diciembre televidentes italian@s no pudieron ver la película Secreto en la montaña (Brokeback Mountain) en su versión original, ya que el segundo canal de la televisión pública italiana, RAI 2, emitió una versión censurada del film en la que se excluyeron escenas de sexo entre los dos protagonistas masculinos. El hecho ocurrió en medio del debate por el proyecto sobre la despenalización universal de la homosexualidad, que Francia presentará ante Naciones Unidas, y que el Vaticano no ve con buenos ojos.

Estrenada en el 2005, del director taiwanés Ang Lee y protagonizada por Heath Ledger y Jake Gyllenhaal, Secreto en la montaña cuenta la historia de amor entre dos vaqueros estadounidenses entre las décadas del ’60 y el ’80. El film fue galardonado con el León de Oro, tres premios Oscar – uno de ellos a la mejor canción original, compuesta por el argentino Gustavo Santaolalla - y cuatro Globos de Oro.

Tras la proyección de la película censurada, asociaciones de homosexuales exigieron explicaciones a responsables de RAI 2. "Queremos saber quién decidió emitir anoche la película Brokeback mountain con los cortes de las escenas y quién ha pensado que un adulto no podría soportar los besos y los gestos de afecto entre dos hombres", señaló ante la prensa el presidente de la organización "Arcigay", Aurelio Mancuso. Por su parte, Vladimir Luxuria, militante travesti e ícono del movimiento gay dijo que: "Ver la película con esos cortes es como ver a la Gioconda sin cabeza".

En el mismo sentido, la Asociación de Derechos de los usuarios y los consumidores emitió un comunicado en el que se afirma que el hecho de censura "ofende al arte cinematográfico, a quienes defienden los derechos civiles y a los contribuyentes que pagan el canon que financia la televisión pública". Y la asociación de consumidores ADUC (Associazione per i Diritti degli Utenti e Consumatori) pidió a los ciudadanos que no paguen el canon RAI, el impuesto de 106 euros que grava a los propietarios de cada aparato de televisión.

A esos reclamos se sumó el del ex diputado y presidente de la asociación Gaynet, Franco Grillini, quien exigió al canal de televisión estatal que vuelva a emitir la versión íntegra del film: "Es increíble que se quiera transformar una película que habla de una gran amor homosexual en una simple amistad entre dos hombres, porque este es el resultado de los cortes y dice mucho sobre el actual clima homofóbico en el país". Grillini también señaló la contradicción de que RAI 2 haya censurado una película que ganó en 2005 el León de Oro en el Festival de Venecia, la muestra de cine más importante del país.

Incluso los sectores de centroderecha expresaron su rechazo a la censura. Benedetto della Vedova, diputado del partido Pueblo de la Libertad, afirmó ante la prensa local: "Si la censura se aplica no por el contenido duro de las escenas sino por la naturaleza homosexual de la relación, considerada pornográfica de por sí, pasamos de lo grotesco al encarnizamiento discriminatorio".

Horas después de las múltiples señales de protesta, la RAI 2 emitió un comunicado manifestando que la exclusión de las escenas de sexo gay se debió a una “serie de casualidades” y que no existió “ninguna censura”. La televisora señaló que compró los derechos de Secreto en la montaña para emitirla en varias franjas horarias, pero que en la noche del lunes se eligió erróneamente la cinta de la versión adaptada para todo público. El canal también declaró que emitirá nuevamente la película, esta vez en su versión original.

La punta del iceberg

El episodio de censura ocurrido la semana pasada parece ser la punta de un iceberg que Italia insiste en ocultar. Así se demuestra a partir del debate que por estas horas se da en ese país en relación con un proyecto impulsado por Francia, presidente de turno de la Unión Europea, sobre la despenalización universal de la homosexualidad, que será presentado ante Naciones Unidas, y que es fuertemente criticado por el Vaticano.

La iniciativa, que ya cuenta con el respaldo de 26 países – entre ellos Argentina y Brasil -, no es bien visto por la Santa Sede por considerar que ratificar que la homosexualidad no es un delito podría estimular los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Así lo expresó días atrás el portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, cuando dijo a Radio Vaticana que el texto del proyecto francés sobre "declaración sobre la orientación sexual y la identidad del género" es un triunfo para los partidarios del matrimonio gay y discrimina a quienes "consideran el matrimonio entre un hombre y una mujer como la forma fundamental y original de la vida social".

Para manifestar su adhesión a la iniciativa de Francia y en respuesta a la negativa de la Santa Sede, el sábado 6 - dos días antes de la proyección del film censurado por la RAI 2 - unas quinientas personas se reunieron en la Plaza Pío XII, en el límite entre el territorio italiano y la ciudad del Vaticano.
Vladimir Luxuria, presente durante la manifestación, consideró "escandaloso que justamente el Vaticano, que siempre defiende la vida en los casos de los embriones y la eutanasia, no firme un documento que salva la vida a otros seres humanos".

También participó de la protesta la Asociación de Padres de Homosexuales. Algun@s de sus integrantes señalaron que en Italia l@s homosexuales sufren acoso en el trabajo y que no pueden hacer una vida normal, motivo por el que se ven forzad@s a emigrar a países como Francia o España.

El proyecto de despenalización universal de la homosexualidad al que se opone el Vaticano mejoraría la situación de las personas gay de todo el mundo. Pero sobre todo significaría un gran avance en los más de 90 países cuya legislación vigente reprime la homosexualidad, y en la docena de ellos en los que la elección sexual puede ser castigada con la pena capital.