A LOS PIES DE BOLIVIA

Flavio Dalostto

Caminan, caminan,
llenos de esperanza,
los pies de Bolivia,
que nunca se cansan.

Caminan, caminan,
zapatillas rotas,
los pies de Bolivia,
que nunca se agotan.
Caminan, caminan,
talones rajados,
los pies de Bolivia,
que cantan sangrados.

Caminan, caminan,
los dedos torcidos,
los pies de Bolivia,
bailan doloridos.

Caminan, caminan,
las uñas partidas,
los pies de Bolivia,
llevan nueva vida.

Caminan, caminan,
las venas hinchadas,
los pies de Bolivia,
las plantas llagadas.

Caminan, caminan,
sucios, rotos, rojos,
los pies de Bolivia,
de espinas y abrojos.

Caminan, caminan,
con hambre y soroche,
los pies de Bolivia,
de día y de noche.

Caminan, caminan,
sedientos y hambrientos,
los pies de Bolivia,
buscando Sustento.

Caminan, caminan,
sin duda, sin pausa,
los pies de Bolivia,
con su noble Causa.
Caminan, caminan,
su bandera en Alto,
los pies de Bolivia,
y pegan un Salto.

El Salto que marca,
el fin del Camino,
los pies de Bolivia,
llegan a Destino.

Los pies valerosos,
de los bolivianos,
ya pisan su Cielo,
lo tienen a mano.

Llegando a La Paz,
los pies mutilados,
rompen las cadenas,
que puso el malvado.

Es fiesta en El Alto,
la Plaza Murillo,
y el Cielo ya es verde,
rojo y amarillo.

Festeja por fin,
el pie boliviano,
un nuevo futuro,
más justo y humano.

Agua fresca esperan,
talones heridos,
los pies de Bolivia,
¡por fin se han dormido!

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