Quetzalcoatl g . Fontanot
The Orizaba & Narvarte vato reading many books and writing lots of poetry and cool and pacheco, but the vidita is sad and hard y cuando me doy cuenta que estoy en el abismo del neoliberalismo, grito: Parme... ¿dónde estás cabrón?...
Cartel de Peter Max
Era el verano del '68 y un muchacho delgado, de ojos alegres y pelo rizado estaba a punto de publicar su primera novela: Pasto Verde. Parménides García Saldaña –recuerda Gerardo de la Torre– “estaba lleno de vitalidad y contradicciones, era pasional, volcánico y de carácter difícil”. ¿El espíritu de la época? Parme no era el único rebelde, quizá sólo el más necio. Convencido de su poética y de su lírica, embestía al mundo como aferrándose a algo desesperadamente.
Un fantasma recorría el mundo: no era sólo la onda hippie, sino también la represión sorda y directa contra un heterogéneo movimiento mundial: Martin Luther King cae en Memphis; luego el mayo francés; más tarde Robert Kennedy es asesinado. En medio de esos signos de descomposición, los católicos progresistas creían posible que la Iglesia consintiera el uso de la píldora.
En México el horno tampoco estaba para bollos y la tensión provenía fundamentalmente de un grupo social que no veía satisfechas sus expectativas. Según Sergio Aguayo, entre 1963 y 1968 hubo cincuenta y tres revueltas en escuelas mexicanas. Si bien con motivos diversos, subyacía en ellas la necesidad de un cambio social. Esa realidad fue el leitmotif de la literatura de la onda, lenguaje urbano que emergió gracias a los privilegios de que gozaban sus autores: capitalinos, clasemedieros, universitarios. Pasto Verde es quizá la expresión más extrema de esta tribu por fresca e innovadora, pero sobre todo por contradictoria, como su autor mismo y su época.
Parménides nació en Orizaba el 9 de febrero de 1944. Es en el '68 que supera el tema familiar de la carrera decente –estudió economía en la unam y literatura inglesa en Louisiana– y emerge como emblema de la liberalidad narvarteña de la época: reprimida y atormentada, vivaz y carismática: chilango puro, en principio desarrolla una literatura cuadrada y militante hasta su proverbial encuentro con Emmanuel Carballo, quien lo adentra en la tradición literaria y le ayuda a encauzar su voz sin perder agudeza social.
En 1967 inscribe Pasto Verde en un concurso. El premio es una beca por un año. La editorial Diógenes decide publicar las seis obras finalistas. Así, el 26 de julio de 1968 –un día después de que Paulo VI publicara la encíclica Humanae vitae, con que la Iglesia se negó a aceptar la píldora– Pasto Verde nace de la imprenta. Sin necesidad de “ganar” cumple su papel, dejando atrás la disyuntiva. Parménides –como su época– se empeña en su propio destino.
PASTO VERDE , UNA APROXIMACIÓN LITERARIA
Según José Agustín, Pasto Verde “narra la paulatina desintegración de una personalidad que desde un principio prefiere embarcarse en fantasías, antes que integrarse a la realidad de la transa y la finanza”. En efecto, Epicuro es un personaje fiel a la leyenda desmadrosa de Parme. A través de infinidad de imágenes, subdiscursos e incongruencias, retrata lúcidamente el contexto de la sociedad mexicana en la década de los sesenta . Es el alter ego de un Par en medio del ojo de un huracán que se llevará entre las patas los sueños de una generación.
Introyectado a full en un viaje fugaz y vertiginoso, transmuta el glamour del abismo en una crítica demasiado cara que arremete contra toda forma de hipocresía y conformismo, al tiempo que rinde culto a su propia cultura y dialoga, a través de jams y referencias, con la generación beat , en un paroxismo cosmopolita y constante.
“No no no tenemos que aullar que gritar que aullar como Ginsberg como Norman Mailer como Kerouac, como William Burroughs tenemos que aullar aullar aullar.”
Consciente de sus limitaciones, Par asume en Pasto Verde, como en toda su bibliografía –y en su vida–, la acidez y la irreverencia como eje de una apuesta literaria sin concesiones. Para ello ejerce una inmolación lingüística que presagia su triste final. Con ella cumple su papel de juglar y de cronista incómodo y mordaz que lo separó de todos.
EL GRAN PARME, OTRA VÍCTIMA DE LA DÉCADA DE LOS OCHENTA
Parménides editó otros tres libros: El rey criollo (1971, cuentos), en el que evoca la tribalización de las identidades juveniles de la época; En la ruta de la onda (1974, ensayo), especie de manifiesto en donde habla de “la onda como una rebelión en contra del orden de la sociedad”; y Mediodía (1975), libro de poemas-canciones nostálgico y desolado. Asiduo colaborador de revistas de rock, junto con Juan Tovar ganó el 3er lugar del concurso de guiones donde resultó premiada Los Caifanes.
Si creemos el mito que atribuye el deceso de Rockdrigo a un pasón de cemento –víctima del terremoto de 1985, en Tlatelolco, exactamente tres años después– bien podríamos acordar que Parménides sufrió una sobredosis de realidad. Después de la decepción que en más de un sentido significó la década de los setenta, se fue marginando. Alejado de “la inteligencia mexicana” , disgustado con quienes habían sido sus amigos, con su familia.
Imbuido en su poética y rebeldía, se desvanece en un fade out inasible y desesperadamente largo. El 19 de septiembre de 1982 –a los treinta y ocho años– fallece en un cuarto de azotea en Polanco. Como si se empeñara en hacer intensa incluso su muerte, tardarían diez días en encontrar su cuerpo. Del hecho dieron cuenta dos pequeñas notas en Excelsior y unomásuno.
¡Sabor ahí!
Pasto Verde
(fragmento)
Parménides García Saldaña
Y mi amiga se pone a bailar sola. Thalía número 3456548 en un rincón besuquea a Aspirante a Cara Número 1 del Cine Nacional número 67859374, el autor del Sexo Amortiguado se emborracha con la esposa del director famoso-por-la-puesta-en-escena-de-la-obra Los Pechos Adolescentes de la prestigiada escritora Sonia Stop, quien se deja querer por el pintor Yoyo Cavernas, la actriz Tilisa alocadamente besa al director de cine Sebastián Arañas, famoso por la cinta La Rebelión de los Nacolitanos. Salgo de mi escondite. Veo a una nena que parece intelectual, está mona, pero
–Hola.
No me fuma.
–¿Estás aburrida?
–No –dice sin verme.
–Soy escritor, bueno, pretendo serlo, y mi tío es Carlos Fuentes.
Hace el favor de verme, me revisa con la vista.
–Sí, Carlitos es mi tío, me llamo Epicuro Fuentes y he escrito un libro próximo a aparecer en la Editorial Kamasutra titulado 69 Cuentos en los que el Horror se Convierte en Amor o bien El Sexo Inconexo. La temática nena es tranquila, es sobre cómo a través del incesto volvemos a nuestro pasado, cómo por él regresamos al paraíso perdido, sea cómo el hombre y la mujer por el incesto vuelven a su verdadera naturaleza.
–Oh, muy interesante...
–Y en el teatro Verdolaga van a estrenar mi obra Los Sodomitas Llegaron Ya...
–Por el título se ve que es muy original...
–Is babe, is. Y en Nueva York estrenan otra obra mía también sobre incesto titulada My Sister is the Real Love of my Life.
–No entiendo el título, pero suena bien.
–Es que se lo puse en checo para hacerla de más suspense. ¿No has leído alguno de mis cuentos en las revistas y suplementos culturales?
–Perdón ¿cómo dijiste que te llamabas?
–Epicuro Fuentes...
–Ah, sí, sí, son geniales...
–Gracias...
–¿Ya leíste el Castillo de Kafka?
–Nena, Kafka desde años ha está out. Se ve que estás muy atrasada, hace años que la literatura polaca dejó de funcionar, los que están arrollando ahora son los de África.
–¿Sí?
–Sí, amiga, estamos volviendo al tiempo perdido. ¿No has leído Los Tiburones Empedrados de Changó?
–No.
–Muy mal, muy mal. Pero paralelamente a la literatura africana está la yugoslava. ¿No has leído El Oso Destapado de Kaganoff?
–No –empieza a temblar de ignorancia.
–¿Ni Las Quejas son Pendejas de Stalinofo?
–No.
–¿ no sabes yugoslavo ?
–No.
–Muy mal amiga, el yugoslavo actualmente es la base, el francés y el inglés ya están tok.
–¿Qué?
–Tok.
–¿Qué es tok?
–Out.
–¿Qué? Perdóname pero tampoco hablo francés.
–Qué lástima, yo quería tener una conversación intelectual contigo, gusto en conocerte..
–Me saludas a tu tío.
–Cómo no, amiga. Si quieres dame tu dirección y cuando haya fiesta en su residencia te invito.
–¿Perfecto? –entusiasmadísima me da su dirección.
Satisfecho de mi manera de ligar la dejo y ya cansado de la fiesta y de la onda me subo al piano y les pido a los rocanroleros que me acompañen Eve Of Destruction. ¡Sabor!
Foto: © Robert Altman, Dance! Hippie Hill; Golden Gate Park; San Francisco, Ca; 1967
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