Thursday, October 26, 2006

A ESO DE LAS 9:30 HORA LOCAL EL DEMENTE BUSH FIRMO YA LA LEY MURO

Washington, 25 oct (EFE).- La llamada "ley del muro", que el presidente de EEUU, George W. Bush, firmará mañana, jueves ( HOY ), sólo ha conseguido polarizar al electorado estadounidense porque, según los analistas, no hará mella en la inmigración ilegal en este país.
Bush suscribirá la ley, aprobada en septiembre por el Congreso, en medio de una pugna partidista, durante una ceremonia de bajo perfil en el pequeño salón "Roosevelt" de la Casa Blanca.
Cuando faltan menos de dos semanas para los comicios legislativos del 7 de noviembre, algunos observadores señalan que la firma de la ley es un guiño a la base conservadora del Partido Republicano, que está molesta con Bush por el rumbo de la guerra en Irak, la falta de austeridad fiscal y, en este caso, el incesante flujo de inmigrantes indocumentados.
"En este ambiente electoral, nadie quiere tocar el tema de la inmigración, y, en vez de una respuesta integral a un problema tan complejo, los republicanos prefirieron sacarle ventaja política", dijo a Efe Debbie López, consultora política y vicepresidenta del Foro Hispano Comunitario de Arizona.
"Es algo muy frustrante. Debido a la falta de acción del Congreso en torno a una reforma, aquí en Arizona tenemos tres iniciativas" en contra de los inmigrantes, agregó.
El tema de la inmigración figura este año de forma prominente en al menos 14 contiendas electorales, en las que activistas a favor o en contra de una reforma han afianzado posiciones aparentemente irreconciliables.
Bush firmará una ley que no es completamente de su agrado, ya que siempre ha insistido en que la solución más viable a la presencia de doce millones de inmigrantes indocumentados es una reforma migratoria integral.
Esa reforma debe incluir, a juicio de la Casa Blanca, un programa de trabajadores huéspedes y una vía para la legalización de ciertos inmigrantes indocumentados.
Fue precisamente lo que aprobó en mayo pasado el Senado, incluso con el "sí" de varios republicanos que ahora exigen mano dura contra los indocumentados.
Esa medida, sin embargo, jamás se armonizó con una versión más estricta que aprobó la Cámara de Representantes en diciembre pasado, y la reforma migratoria se quedó en nada por las fuertes luchas sectarias en el Congreso.
Tras varios meses de audiencias, negociaciones y campañas de movilización a favor de una reforma migratoria integral, el Gobierno de EEUU responde con la promesa de construir un muro de más de 1.126 kilómetros de largo en la frontera sur, por donde se cuela la mayor parte de los inmigrantes clandestinos.
La construcción del muro se completará a discreción del Departamento de Seguridad Nacional, que decidirá dónde colocar tanto ese muro como otros tipos de barreras físicas y "virtuales" en la zona.
Con un presupuesto de 1.100 millones de euros y poco más de 10.500 agentes, la Patrulla Fronteriza tiene a su disposición diversos tipos de cercos, bardas de acero, barreras vehiculares, chapas metálicas, complejos equipos de vigilancia y telecomunicaciones, además de aviones no tripulados y tecnología militar avanzada, entre otros recursos.
Este año, también contó con la ayuda logística de hasta 6.000 miembros de la Guardia Nacional.
La idea de Washington es lograr el "control operacional" de la frontera sur, de 3.200 kilómetros, donde se dan cita contrabandistas de personas, drogas y armas, y la violencia se ha convertido en moneda corriente en algunos lugares.
El muro forma parte de la política de contención del flujo migratorio ilegal en EEUU, pero ha sido repudiado por el Vaticano, el sector empresarial, grupos defensores de los derechos humanos, varios gobiernos latinoamericanos y figuras políticas prominentes de la talla del ex presidente soviético Mijail Gorbachov, entre otros.
Ese muro "es inhumano y no responde a las verdaderas raíces del problema de la inmigración", dijo a Efe Sue Ann Goodman, directora ejecutiva de "Fronteras Compasivas", un grupo de Arizona que reparte agua a los inmigrantes que se aventuran por el desierto.
Al igual que Goodman, grupos pro inmigrantes aseguran que el fracaso de la reforma este año recae en parte en Bush, a quien reprochan que no invirtió suficiente capital político para presionar a sus correligionarios en el Congreso.
Si el Gobierno de Bush "hubiese puesto el mismo esfuerzo y energía que puso en la guerra en Irak, se hubiese logrado la reforma. Tal vez el próximo año el Congreso le dé seriedad al tema", dijo López.

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