Thursday, October 26, 2006

A PROPOSITO DE IGNOMINIA

Manifiesto: El muro del Apartheid

Dr. Guillermo Fouce Fernández

Hace ya años que cayo el muro de Berlín, símbolo de división entre dos mundos y símbolo, en su caída, de la apertura de una nueva era en la historia de la humanidad. Hace aún más tiempo que fue derrotado el apartheid como sistema político racista. Sin embargo, hoy, en pleno siglo XXI, Israel, excusándose en el principio de seguridad y la lucha global contra el terrorismo continua la construcción de un muro ilegal e ilegÍtimo que signifique la separación física completa de los palestinos, con los que se declara en guerra permanente y a los que viene exterminando sistemáticamente desde años atrás con el manto protector del gobierno americano y las más que tibias reacciones por parte de la comunidad internacional.
Los israelitas, más que cualquier otro pueblo en la historia, deberían comprender viejos principios, como el de que la violencia produce violencia, la represión reacciones defensivas encadenadas, los intentos de exterminio fortaleza en los pueblos; deberían de conocerlo porque ellos como pueblo sufrieron en su historia situaciones que estremecieron al mundo provocando una condena unánime pero que, por otra parte, no pueden servir para justificar cualquier política que el Estado de Israel pretenda desarrollar en su supuesta defensa, ni pueden justificar que toda crítica a sus actuaciones sea tachada de una vuelta o fomento del fantasma del antisemitismo siempre presente y al intento de destrucción de los israelitas siempre perseguidos y siempre en guardia. Las críticas a la política de Israel no significan el fomento del antisemitismo ni el respaldo o apoyo al terrorismo, como no eran actos de apoyo al terrorismo, a la dictadura, a la represión o a Sadam Hussein, las criticas a la invasión de Irak y a la guerra pese a la opinión del trío de las Azores y especialmente del presidente de gobierno español, José María Aznar, instalados desde hace demasiado tiempo en el fomento del peor clima posible, demonizando al adversario como alguien indigno de existir y opinar ante la verdad absoluta. para el PP todo lo que este en contraposición con lo que ellos piensan supone un acto de irresponsabilidad reprimible y a exterminar, algo intolerable en democracia.
Hoy David es Goliat, hoy los israelitas que tanto han sufrido como pueblo a lo largo de la historia con expulsiones y con el terror nazi, se han convertido en represores.
Seis millones de judíos fueron aniquilados en el pasado de manera cruel en uno de los actos más condenables de la historia de la humanidad pero estas muertes debieron servir también para que se aprendiese de la historia, y no parece que así haya sido porque las victimas de ayer se han convertido hoy en verdugos y de nuevo atentan contra la sensatez. Como dice Skap " ¿Que harías tú si te echaran de tu casa... sin derecho a rechistar, Pisoteando tu cultura, sumergido en la locura por perder la dignidad? Palestina está sufriendo en el exilio la opulencia de Israel por un gobierno prepotente, preparado para la guerra, por tú ya sabes quien... ".
El muro, la destrucción de casas de familiares de terroristas, el terrorismo de Estado que desarrolla Israel con los palestinos, las ocupaciones, los campos de concentración, las torturas sistemáticas, no son de ninguna forma ni aceptables, ni justificables, ni lógicas, ni legítimas y merecen ser condenadas con tanta rotundidad y claridad como se condenan, por ejemplo, los atentados suicidas porque responden a una misma lógica ilegal e ilegitima y en ningún caso a la supuesta legítima defensa.
Sigue siendo triste y estremecedor ver como el ejercito Israelí responde con balas y con tanques a las piedras, como mata niños calificados de meros "daños colaterales", como magnifica unas muertes (las de la población civil israelí) mientras minimiza otras, como desarrolla una estrategia del miedo colectivo, de rechazo a todos los palestinos tratados e identificados todos como terroristas. Todas las muertes son iguales, todas las destrucciones son iguales, todas son condenables, todas son ilegítimas y todas con denunciables. Todas las armas de destrucción masiva son también iguales, igualmente peligrosas, tanto las que se usan para justificar con mentiras invasiones como la de Irak, como las que se tienen guardadas en arsenales supuestamente defensivos como las que posee el Estado de Israel desde muchos años atrás. El mundo árabe puede y debe ser criticado en muchos de sus elementos, a veces, marcados por el extremismo religioso y la falta de democracia, pero lo mismo no puede hacerse desde guerras ilegales o desde el terrorismo de Estado que deslegitiman a quienes emplean estos medios situándolos en el mismo plano que los terroristas o los dictadores amigos del pasado como Sadam Hussein.
El muro significa, además, la perpetuación de facto de una ocupación excluyente, de una política de represión y aumento del odio y el establecimiento de una guerra permanente entre dos pueblos el palestino y el israelí, tan legítimos el uno como el otro de existir como estados. El muro no significa la seguridad, significa la separación, la segregación, el racismo, el apartheid. Israel tiene sin duda, derecho a defenderse del terrorismo pero no saltándose todas las normas jurídicas existentes, no mediante el terrorismo de Estado, no mediante la segregación. Hay otras políticas de seguridad posibles que deberían partir del reconocimiento a existir del otro, del diálogo, de la discusión, de la construcción de una paz que cierre heridas más que abrirlas constantemente.
Por eso, desde el Foro Social de Torrejón, en conexión con otros foros sociales y con otros colectivos que en todo el mundo abogan por la paz, la solidaridad y la construcción de un mundo diferente, conectando con nuestra firme oposición a la invasión de Irak, queremos condenar la vuelta a principios de separación y violencia que creíamos superados tras la caída del muro de Berlín o tras el fin del apartheid en Sudáfrica. Queremos también abogar por el diálogo y por el cese de toda violencia. La del terrorismo suicida y la del Estado Israelí, por el cese de la represión, de las torturas, de la destrucción de casas, de los campos de concentración. Queremos abogar por un mundo sin ataques preventivos ejecutados por los poderosos como Estados Unidos, Israel o Gran Bretaña o por los que quieren imitarlos "hablando en tejano" en el más irrisorio de los esperpentos que nos dejará Aznar para la historia. Abogamos por que la paz, la solidaridad, el reconocimiento del otro y sus razones, el diálogo sean los principios de resolución de todo conflicto por complejo que este parezca. Queremos también llamar a la conciencia de todos los ciudadanos y ciudadanas para que conozcan esta situación y pongan su granito de arena, su conciencia cívica en esta y otras llamadas colectivas que fomenten el acercamiento entre los pueblos y el fin de principios racistas y destructivos como el muro israelí.
Tomado de la Revista Electrónica de Psicología Política.

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