Sunday, October 22, 2006

SUPLEMENTO DOMINICAL

TONALAMATL
papel del sol y de los días


contenido:
  • * Conciencia Libre, 10 años, 100 números
  • * Mussorsky, Cuadros para una Exposición
  • * Tríptico Típico, poema de René Zúñiga
  • * Manuel Álvarez Bravo, fotógrafo
CONCIENCIA LIBRE: 10 Años, 100 Números





El viernes 20 de Octubre se festejaron los primeros diez años de la Revista Conciencia Libre, el ágape realizado en el Museo Metropolitano de Monterrey fue sobrio, pero cálido.
Desde aquí un abrazo y una fraternal felicitación a su Director y amigo Pedro Ramírez Arreola y a quienes hacen posible esta publicación de contenidos elocuentes, bellos y bien escritos.

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Mussorsky


“ Las ideas penden en el aire y ahora las empiezo asimilar ”

Modest Mussorsky



René Zúñiga


A mediados de los años sesenta, quienes tuvimos la fortuna de conocer y deleitarnos con el movimiento musical de esa época, no salíamos del asombro con la aportación musical de The Beatles, algunos niños, casi adolescentes, tarareábamos algunos covers de éxitos sajones muy ajenos a nuestra realidad social, sin embargo, esto poco o nada importaba; había que estar en la onda, consumiendo lo poco que llegaba desde afuera o lo que se editaba en el país.




No habíamos tenido un poco de sosiego existencial cuando se incursionó en el hades, cruzando en una balsa un extraño y oscuro río y escuchar los acordes de la música que se estaba creando en Europa y en los mismísimos Estados Unidos. Un subgénero del rock para algunos sesudos intelectuales o musicólogos de la época, para otros la locura total, sonidos infernales acompañados de letras impropias, aderezadas de viajes al infinito, acaso acompañando al Dante y en otros instantes, penetrando atrás del espejo para conocer otros mundos; platicar con el conejo blanco y ver perspectivas distintas de una realidad, en donde era necesario abrir el globo ocular con una navaja, al mejor estilo de Buñuel y taladrar los oídos para entender que hay otros mundos, pero están en este; acotaba Eluard con vehemencia.

( I )
Los sintetizadores de la primera generación y su antecesor, el melotrón hacía las delicias de los iniciados yogis, de los enajenados locos que quieren transformar el mundo, vociferaban nuestros padres angustiados, rogándole al santo padre que se diera el milagro de la multiplicación de los zombis, amén de darle gracias a Díaz Ordaz para que evitara a toda costa que nos volviéramos comunistas.
La música era, de alguna manera, la caja de Pandora que guardaba en sus adentros todos los males del mundo, pero también guardaba la esperanza, con sacerdotes oficiosos que ejecutaban esta nueva música clásica, como la promueve José Agustín y con una irreverencia, propia del que piensa por su cuenta, se editaron discos memorables.
Ya pudiera mencionar obra de Yes, Jetrhro Tull, Génesis y de los todavía contemporáneos King Crimson, pasando por Pink Floyd y por Procul Harum; pero no, quisiera hacer una remembranza de un ser nostálgico y terco ( me refiero al autor de este texto ), en buscar formas de relación entre autores clásicos y un grupo muy representativo del rock progresivo que me marcó y me permitió hacer una búsqueda entre los clásicos de todos los tiempos, sin embargo, lo que finalmente me permitió hacerlo, siempre lo tuve frente a mi y no lo discernía, hasta que puse más que atención en Picture at An The Exhibition de Emerson, Lake & Palmer, sobre la famosa – para los cultos de aquellos ensangrentados tiempos -, Cuadros para Una Exposición de Modest Mussorsky, pieza para piano que tuvo aportaciones importantes, ya que músicos de la talla de Ravel y del mismísimo Rimsky Korsakoff, realizaron sendas orquestaciones que vinieron a enriquecer la obra en cuestión.

El rock progresivo me pareció una oleada de frescura a la que ya tenía como característica fundamental el rock, pero con una innovación que poseía solamente el jazz: pondera la aportación individual del músico, me refiero a la improvisación, siendo, desde mi muy particular punto de vista, un acercamiento erótico al jazz. Pero además, decir progresivo, es que alude al carácter innovador y lúdico que lo caracterizó.



Justamente estas reflexiones fueron las motivaciones para escarbar en los textos sobre la música rusa. Ahí encontré importantes eventos que me permitirían ver la sociedad en otra perspectiva: conocer las valoraciones sobre la realidad social rusa del siglo XIX y esta expresada en música, fue revelador. César Cui y su estupendo texto sobre la Música en Rusia publicado en la colección Austral en 1947 y su trabajo junto con Alexander Borodin, Mili Balakiereff; Modest Mussorsky y Nicolai Rimsky Korsakoff , conocidos como el Grupo de los Cinco, sin dejar de mencionar a Glinka, de nombre Michail Ivanovich, que le dieron un rostro a la
( 2 )
nación rusa con su creatividad y su revolucionaria concepción estética de la música nacionalista.
Mussorgsky y su extensa obra no tienen paralelo, oír, navegar, perderse en sus Cuadros para Una Exposición, es en realidad algo maravilloso y sería edificante mencionar que esta obra la escribió a propósito de la exposición de dibujos y grabados del Arquitecto Víctor Hartmann, fallecido en 1873. Mussorsky coloreó el trabajo de Hartmann, dotando su obra pianística de sonidos misteriosos, pareciera en algunas partes que el ambiente vivido por Modest durante su creación, se reprodujese para vivir esas vidas, esos tiempos. Obra evocadora que merece ser conocida y disfrutada en cualquier ejecución, pero sobre todo, para ser iniciado en lo gnóstico, será necesario conocer la grabación en vivo de ese clásico ya de Emerson, Lake & Palmer: Picture at An Exhibition.

Portada del clásico de Emerson, Lake & Palmer

( 1 ) Mausoleo de Victor Hartmann

( 2 ) La Gran Puerta de Kiev V.H.





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Tríptico Típico


a juanamaría


I
Parece un sueño, tu ausencia significativa

lacerante,

tu silencio .

La tarde fría

las noches más

las mañanas

gélidas

como las confusiones.

Espero

como se espera la muerte

en silencio.

Mientras tanto

afuera

en la calle:

El bullicio, la gente de compras y la estridencia

Shakira y Paulina Rubio

amenizando la ansiedad, la locura colectiva

Yo

Aprovecho el tiempo



deshojo

la cebolla de cristal

que cumple funciones específicas

ya de oráculo

ya de trompo

ya de transmisor

interestelar.

Percibo otros tiempos

enfrentando la memoria

que se niega a la seducción

a veces aromas, súbitamente sabores

que generan risas

suspiros

finalmente

la razón arbitraria:

debo dormir, se hace tarde para soñar.




II


Que es la muerte ?
acaso el sueño, imágenes que se pierden
¿ colores que se diluyen al regresar al prisma que los generaron ?

He tratado infructuosamente de cerrar el círculo
me encuentro entre la conciencia y un estado de sopor...
de total sopor...
esto es la muerte ?
a quién debo preguntarle... a Dios ?
quién es Dios ?

Es acaso el que programa desde una 486
IBM para ser más precisos ?
o acaso es aquel que formó la tierra y el universo en pocos días
algunos dicen que en seis
otros más solamente guardan silencio
y se pierden en sus pensamientos.
Yo no
Transito
quiero decir camino
me traslado entre el cuestionamiento
y el me vale madre,
es físicamente posible esto ?
no es una fantasía, a quien debo recurrir ?
¡ a quién !
era predecible...a nadie, no hay nadie.
Todos se encuentran en el festín de las fieras
en la locura colectiva.
El loco soy yo, si tienen razón.

Caminando un día, hace mucho, mucho tiempo, alguien me dijo:
Disfruta a ser dios, disfruta ser niño
después de eso perderás el poder y serás hombre.


III

Para festejar solamente el silencio

fiestas de guardar, aullidos famélicos

que ensordecen y provocan el espanto

contenido en la razón y en los ojos que se cierran.


No me atrevo ahora a predecir y a colorear el destino del mundo

es una atribución propia de los dioses,

no del hombre esquivo y desnudo

que le canta a la vida.

Dormiré, solamente dormiré

seguro de que mis ángeles guardianes

me acompañaran en mi muerte

cuando recorra esas praderas de paz y de silencio,

por ahora sólo dormiré, cerraré los ojos

y en la oscuridad absoluta,

solamente pronunciaré tu nombre.


rené zúñiga,

diciembre, 2003

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Manuel Álvarez Bravo





Lo veo por la ventana de su casa-cueva. Parece un monje; permanece mucho tiempo quieto, meditando. No habla. Lee. Escucha música. De vez en cuando se levanta a cambiar el disco y vuelve a su misma actitud reflexiva. Un poco triste. A los hombres los consuelan los demás hombres, a Manuel lo consuela su propio pensamiento. El pensamiento consuela de todo. Esquivo, en sus ojos, sin embargo, no hay desdén, sólo una extraña seguridad para vivir de cara al enemigo que se agazapa en las rendijas y se asolea cual lagartija: el tiempo.

Elena Poniatowska





Alma Ramírez
Manuel Álvarez Bravo nace en la ciudad de México en 1902, a los 13 años tiene que abandonar la escuela, e iniciarse en diversos trabajos por la precaria situación familiar. Dado el momento histórico que atraviesa el país, es la época de la Revolución, trabaja en organismos gubernamentales sin interesarse mucho por las actividades que desarrolla. En 1918 entra a la Academia de San Carlos, donde su maestro les expone frutas en naturaleza muerta, para que ellos las pinten, trascurridos los días, las frutas se van pudriendo, lo que hace que los cuadros tengan que ser modificados; por una característica personal de Manuel Álvarez Bravo, esto le causa desesperación, la lentitud con que se van desarrollando las pinturas y siente que debería haber una forma mas rápida de plasmar una obra en la tela - premonición de destino-, pronto la encontrara.

No se interesa por la fotografía hasta 1923, cuando conoce al fotógrafo alemán Hugo Brehme, este, lo insta a comprar una cámara y se inicia así en el mundo de la fotografía. En 1927 conoce a Tina Modotti, con ella se acerca a los muralistas y a su visión del nacionalismo, los de abajo, los indígenas. El mundo de los olvidados, los marginados y la observancia de la cotidianeidad del México de principios del Siglo XX.

Es en este momento, y ya casado con Lola, con quien comparte vida y arte y experimenta técnica y creatividad, para ir construyendo un mundo propio a partir de luz y sombras, que aparecen tras el lente y a través de el quedan viviendo su propia vida para la posteridad.

Cuando Tina Modotti es expulsada del país, se queda encargado de los trabajos de ella, entre los cuales estaba el de fotografiar los murales, esto lo acerca aún mas a la visión plástica de los muralistas.

En 1937 expone por vez primera en Bellas Artes, junto con otros fotógrafos, a partir de esto, empieza a ser conocido por su obra en muchos países del mundo.

Manuel Álvarez Bravo, va experimentando con la luz, con las imágenes fugaces tomadas a vuelo que eternizan el momento vivido. Su predilección por los temas cotidianos, por las imágenes de la gente común, por el pueblo, tendederos de ropa secando al sol y a el viento de la tarde; indígenas, mujeres, niños sorprendidos en un momento mágico, la vida misma. Instantes fugaces que son atrapados por su cámara, pero también por su alma.

.La década de los cuarenta, marcó el inicio de Álvarez Bravo en el mundo cinematográfico. Trabajó al lado del cineasta ruso Sergei Eisenstein en ¡ Viva México !, participó en rodajes de personajes destacadas de la cinematografía norteamericana como John Ford a la vez con un director de prestigio y sensibilidad Luis Buñuel. Asimismo, en 1944, fue realizador del largometraje Tehuantepec, así como de cortometrajes, haciendo mancuerna con artistas de la talla de Juan de la Cabada o del laureado escritor José Revueltas; no digamos la excelcitud del trabajo cinematográfico con Emilio el Indio Fernández.

Hablar de Manuel, así con cercanía, es hablar de los montes, de los cerros, de los rostros endurecidos por el sol y por el viento; es hablar de la belleza de las mujeres de todos los días, es hablar en fin de instantes pero también de eternidad.



Una muestra de la Fotografía de Manuel Álvarez Bravo
























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