Blogósfera

René Zúñiga

Desenfocado

Como el actor principal en una película de Woody Allen que es presa del terror y la confusión por aparecer en los monitores fílmicos desenfocado inexplicablemente, así el señor Felipe Calderón no solo luce desenfocado, sino desdibujado explicablemente. Cuestionamientos desde el exterior en situaciones fundamentales como los derechos humanos, desde dentro, los excesos de la tropa que igual enfrenta a balazos a diversos cárteles de la droga, que a ciudadanos indefensos y desarmados con graves consecuencias para los que por accidente se cruzan con una patrulla del ejército, otrora aplaudidos y reconocidos como institución, gracias a su oportuna intervención en zonas de desastre.

Ahora desde dentro también y a través del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social ( CONEVAL ), dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social, no deja dudas; hay un retroceso significativo en políticas sociales del gobierno de Felipe Calderón, no puede culpar a la crisis internacional porque los programas sociales en un 77% no establecen indicadores, metas ni programas de trabajo, 8 de cada 10 programas no definen resultados ni metas a lograr en políticas sociales y esto sólo habla de ineficiencia, de funcionarios incapaces, no preparados para resolver conflictos sociales que si bien se han gestado desde los años posteriores al movimiento armado de 1910, el supuesto gobierno del cambio del 2000 también panista, no implementó medidas para resolver deficiencias y erradicar la pobreza, a pesar de ser México una de las economías mundiales con mayores posibilidades de desarrollo.

A 8 años de arribar el panismo al poder se menciona que hay duplicidad de programas, no hay coordinación en los tres niveles de gobierno, se ha potenciado el aparato burocrático para atender los numerosos programas sociales, entre los que destacan Oportunidades y el Programa de Desarrollo para Zonas de Atención Prioritaria, que juntas casi absorben el 50% del presupuesto para programas sociales y hay denuncias de que se generalizó la utilización de dichos programas para beneficio electoral del partido en el poder. El Partido Acción Nacional ni así se mantuvo en los niveles de aceptación del electorado y lejos están de poder presentarse ante la ciudadanía como agentes del cambio y del bienestar de la familia que pregonan como logros de los gobiernos panistas, cuando en realidad la ciudadanía se escandaliza de la voracidad que ha mostrado el funcionario panista en todos los niveles y salvo oprobiosas excepciones, como en Nuevo León, los azules desaparecerán del mapa electoral en el 2012, ante el beneplácito del jurásico priísta que ya andan tejiendo alianzas coyunturales con diversos grupos del poder fáctico que no tienen escrúpulos y que son todavía más terribles que los pestilentes del Partido Verde, para llevar a la silla presidencial al arrogante copetón gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, figura potenciada por las televisoras en su afán de arropar sus privilegios.

Las izquierdas atomizadas y sin rumbo

En Nuevo León, así como en el resto del país las izquierdas andan de capa caída, se contentan individualmente de pronunciar en su loca cabecita: “ estamos destinados a la victoria ”, para enseguida recurrir a un sueño reparador. No hay cohesión, idea de trabajo en conjunto, entre todos, respetando sus pequeñas y pueriles diferencias. No, como antaño, el sectarismo y la descalificación van por delante. Gustan de hacer numerosos eventos, donde siempre van los mismos, con sus mismos rostros y las gastadas arengas que datan del siglo pasado y así hasta el infinito. El protagonismo y la arrogancia han tomado carta de naturalización y cada día son menos, pero más puros y más lokos: “ luchando por la emancipación del pueblo trabajador y en contra del capitalismo inhumano ”, pero también en contra de esas izquierdas retardatarias, acomodaticias que siguen como autómatas al Peje y ese movimiento ciudadano sin futuro, por mencionar sólo algunos de los cuestionamientos cómodos y sin idea. En fin, parte de nuestra realidad inmediata, cuando los escenarios políticos del país exigen claridad, participación y el fortalecimiento de un movimiento ciudadano que sienta las bases para una nueva república.