Ayala Shani, “transgender” residente en Tel Aviv que apoya el Movimiento Global BDS a favor de Palestina |
Miércoles, 29 de Julio de 2009 03:01/ Insurrectas y Punto |
Ebar/ "Tel Aviv. Apartheid. Boycott! Traducción: Xandra Peridiello, CSCA ¿Cómo se habría tomado que el regimen de apartheid sudafricano hubiera promovido areas “libres de negros” como destino del turismo gay y lésbico? ¿No se habría sentido ultrajado/a si los responsables del regimen de apartheid hubieran preparado una propaganda racista sofisticada presentándolo como un regimen muy liberal y abierto de mente? Esto es prácticamente lo que está ocurriendo estos días en Tel Aviv y su promoción como destino turístico gay y lésbico.
El nuevo ropaje del Apartheid ¿Cómo se habría tomado que el regimen de apartheid sudafricano hubiera promovido areas “libres de negros” como destino del turismo gay y lésbico? ¿No se habría sentido ultrajado/a si los responsables del regimen de apartheid hubieran preparado una propaganda racista sofisticada presentándolo como un regimen muy liberal y abierto de mente? Esto es prácticamente lo que está ocurriendo estos días en Tel Aviv y su promoción como destino turístico gay y lésbico. La propaganda sionista ha sido utilizada durante años para promocionar Israel como un lugar liberal y abierto a través de la imagen de una floreciente comunidad gay y lesbiana, opuesta al retrato que se da de la sociedad palestina. El mensaje subliminal (y en ocasiones explícito) de esta propaganda se refiere a la sociedad israelí como una sociedad occidental e ilustrada con el fín de conseguir que el mundo occidental se identifique con ella. De este modo, se ignoran los continuos asaltos violentos de Israel, que conducen a la desposesión y opresión de los palestinos en un sistema racista de segregación –apartheid-, tanto si se trata de población gay o lesbiana como si no, o se refiere a partes de él como “predicamento” o “situación”. Stand With Us, una organización sionista relacionada con el ministerio de Exteriores de Israel radicada en EE.UU., ha dado un paso más a su propaganda, combinándola con la promoción hacia Israel del turismo lesbiano y gay. En una conferencia celebrada en Junio en Tel Aviv, denominada IPride organizada por Stand with Us-SWU, se invitó a prominentes figuras de diferentes comunidades gays y lesbianas de diversos países occidentales a participar en un seminario de tres días, así como en el desfile del día del orgullo gay en Tel Aviv. En la apretada agenda del seminario, las personas invitadas al iPride escucharon hablar acerca de la tolerancia hacia los gays y las lesbianas en el ejército de ocupación israelí, sobre el matrimonio, la adopción y otras prácticas democráticas que disfrutarían los y las soldados. También tuvieron la oportunidad de tomar parte en lo que puede ser visto como el evento más comercial, institucional y prosionista –con la ayuda de iPride- el Desfile del Orgullo en Tel Aviv. Este desfile fué acompañado por numerosas organizaciones de gays, lesbianas, queers, transexuales y transgéneros. Haciendo un cálculo rápido creo que puedo decir que ninguna de las personas invitadas del “iPride” ha tenido el tiempo ni el coraje de ir a los controles de carretera de Cisjordania (Palestina) y ver cómo es la vida bajo el muro del apartheid, ni tampoco han ido a los asentamientos que anexionan la tierra palestina y privan a los y las palestinas de acceso al agua y a los recursos naturales. No conocen lo que significa para la población palestina estar sujeta a un estado de violencia, deportación, restricciones a la libertad de movimientos y vivir bajo un sistema legal separado, ocupado en silenciar políticamente y encarcelar a los y las activistas por la libertad de Palestina o las simples personas que son “culpables” de ser palestinas. Cuando visitan Jerusalén no van a los barrios palestinos como Silwan o Sheikh Jarah, en los que el ayuntamiento está llevando a cabo demoliciones de casas. Tampoco encuentran el momento de informarse acerca del cruel sitio forzado de Gaza en el que viven millón y medio de personas, la mayor parte de ellas en campos de refugiados. Lo que permite que estas atrocidades se mantengan y la ocupación y el apartheid persistan e incluso crezcan es la fachada de que “los negocios van como de costumbre”. Solamente uniéndose al movimiento de boicot, desinversiones y sanciones (BDS) contra Israel, y por tanto, absteniéndose de hacer turismo en Israel, la gente de todo el mundo puede mandar un claro mensaje de que esto no se puede tolerar más, igual que ocurrió con el apartheid sudafricano que finalmente acabó siendo derrotado. Consecuencias del “iPride” En las últimas semanas se han escrito dos artículos publicados en el periódico del “iPride” promoviendo Tel Aviv como un destino turístico para gays y lesbianas. Uno de ellos, escrito por Ed Walsh, mencionó la protesta queer anti-sionista contra la conferencia del iPride, en la que yo misma participé (incluso citándome fuera de contexto)–únicamente para poco después desprestigiarla. La pregunta que me hizo Walsh: -¿Por qué no voy a los territorios palestinos a protestar por la ausencia de derechos de las personas gays allí?- es errónea en diversos aspectos y su respuesta necesita más espacio que la frase que me permitieron dar en la conferencia. Hamel expuso su actitud clientelista presentando a las personas palestinas LGBT como “víctimas” silenciosas que necesitan ser “salvadas”. Esto contradice cualquier concepto de solidaridad verdadera, basado en el apoyo a las personas LGBT palestinas en su lucha política y muestra una clara indiferencia respecto al hecho de que las personas LGBT palestinas están oprimidas antes que nada y sobre todo por la ocupación israelí y el régimen del apartheid. Si tuviera que participar en una protesta a favor de los derechos de las personas LGBT en la sociedad palestina, sólo lo haría si soy invitada a dicha protesta organizada y liderada por los y las palestinas LGBT. Esto es lo que la solidaridad verdadera significa para mí. Esta invitación a la solidaridad por parte de la sociedad palestina es menos que probable en las condiciones actuales de continua opresión contra los y las palestinas, por parte de un gobierno que reclama representarme. Sin embargo, otros caminos de verdadera solidaridad se abren para nosotras/os hoy en día, como el de apoyar los llamamientos de las personas palestinas por el boicot, las desinversiones y las sanciones (BDS) contra Israel. El otro artículo al que hacía referencia anteriormente, el de Heather Cassell, se refiere a otro tipo de consumo para voces disidentes, planteando la existencia de una “actividad política y de unos partidos clandestinos” – muchos de ellos anti-sionistas y anti-autoritarios – que sin embargo, “no son tan vibrantes y lujosos como el ambiente gay y lesbiano de Tel Aviv" –que sólo por eso merece la pena para el turismo. En el caso de que haya activistas políticos/as que quieran venir a Israel\Palestina – no deberían hacer caso al consejo de Cassell de mirar una guía turística, sino más bien echar un vistazo a las páginas web sobre el Movimiento internacional de solidaridad con Palestina, el Proyecto de solidaridad con Palestina, el Servicio internacional de mujeres por la paz (International Solidarity Movement, Palestine Solidarity Project, International Women's Peace Service) y otras muchas organizaciones involucradas en la solidaridad internacional con Palestina. Y si no, lo mejor que podrían hacer es unirse al boicot contra Israel. Ayala Shani es una mujer transgenérica de origen judio, que vive en Tel Aviv, Israel, y que apoya el Movimiento Global BDS a favor de Palestina. |
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